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Isla al Sur

UNA MUJER APASIONADA

UNA MUJER APASIONADA

La doctora Martha Moreno nunca pensó ser profesora. Se confiesa como una persona muy cubana, que le debe mucho a su familia por todo el apoyo brindado durante tantos años.

YOSEL MARTÍNEZ CASTELLANOS,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Aquel jueves 20 de diciembre salí del Vedado a las 6:00 de la tarde rumbo a la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar, en busca de Martha Milagros Moreno Cruz, directora docente del departamento académico de los programas de formación  de la institución. Cubrir el trayecto en 37 minutos utilizando como medio de transporte dos ómnibus, si no es un récord, es un buen average. Pero de nada sirvió aquel milagro porque ella no se encontraba en el lugar. Tuve que esperar tres días de expectación para realizar la entrevista.    

-¿Qué motivó a Martha Moreno a impartir clases en la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana?

Yo decidí dar clases por la falta de pedagogos en mi Facultad. En tercer año de la carrera me escogieron como alumna ayudante de la asignatura Derecho Económico y me mantuve impartiendo la materia durante cuarto y quinto años. Al graduarme en el curso 1981-1982 decidí quedarme como profesora y desde la fecha hasta la actualidad, la Universidad de La Habana ha sido mi segunda casa.

-¿Cuán difícil resultó impartir clases durante tantos años?

Es una gran satisfacción y orgullo. Requiere de una excelente preparación, hay que leer mucho, estar constantemente informado sobre las materias. No me fue difícil porque me gusta la docencia, establecer comunicación con mis estudiantes.

-¿Cómo llega a la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar?

En julio de 2001 el rector de la Universidad, en aquel momento Juan Vela, me pidió venir para esta institución, atendiendo a la experiencia como vicedecana de la Facultad de Derecho, con el propósito de ocuparme, junto a Rubén Zardoya, de la parte docente-metodológica de la Escuela de Trabajadores Sociales, pues se había presentado un incremento en la matrícula de este centro educacional.

-¿En esta escuela en qué otros proyectos participó?

En mayo de 2003 pasé a trabajar en la formación de luchadores sociales venezolanos, con el propósito de crear un grupo de jóvenes de vanguardia que apoyaran al presidente Chávez en las distintas transformaciones sociales que se realizan en ese país. Esta es una de las tareas más importantes que he realizado en mi vida, por la trascendencia y el reto impuesto, porque hubo una necesidad de formar a esos alumnos en 45 días. Además, nos vimos en la obligación de impartir asignaturas nunca dadas por ninguno de nuestros profesores, como son Derecho Venezolano y Pensamiento Bolivariano. Entre el 2003 y el 2004 se efectuaron ocho cursos para los luchadores sociales y se graduaron en el primer año 35 000 estudiantes.

-¿Qué aportó su trabajo al programa de trabajadores sociales?

En conjunto con otros profesores se modificó el plan de estudios. Nos vimos en la necesidad de actualizar las bibliografías existentes, crear jornadas científicas, porque inicialmente los cursos eran de seis meses y  ahora serían de un año. Los alumnos que ingresaban al centro ya no tenían como nivel el 12 grado, eran de 11no, por tanto, hubo que impartir asignaturas propias del bachiller para que pudieran terminar la enseñanza media superior y poder formarlos como trabajadores sociales. En resumen, el cambio docente que se efectuó fue grande, pero nos permitió mejorar el sistema educacional de la escuela. 

-¿En qué proyectos se encuentra laborando actualmente?

Desde el año pasado impulsamos y dirigimos los nuevos proyectos para la formación de médicos latinoamericanos; actualmente organizamos y diseñamos el programa de español para estudiantes chinos, aquí en Cuba. También comenzamos en la enseñanza de trabajadores sociales bolivianos y, en marzo de este año, se graduaron 1 200 de educandos.

-¿Qué hace a este centro educacional tan diferente de las universidades cubanas?

Esta escuela se distingue por tener un curso muy intenso, con mucho rigor, donde no se puede peder un minuto. También por una disciplina estricta, no solo educamos, sino inculcamos a los estudiantes en la voluntad, en el compromiso, en el deber, en la responsabilidad social, porque además de preparar jóvenes de calidad, con conocimientos, tienen que ser revolucionarios comprometidos con su pueblo, con Fidel. Se potencia la formación de valores. Aquí se organizan actividades integrales. Nuestro modelo pedagógico trata en poco tiempo de transformar al hombre ganándolo, no excluyéndolo. En este centro se labora con los alumnos mediante la persuasión, la educación, se conversa con ellos, analizamos sus problemas e inquietudes.

-Desde su posición, cómo valora el programa de trabajadores sociales.  

Es muy importante para los cubanos porque se rescataron a muchos jóvenes que habían abandonado los estudios y no tenían una ubicación laboral, eran el "eslabón perdido" y fueron reintegrados a la sociedad mediante este programa. Hoy, el trabajador social contribuye de forma transformadora, revolucionaria y activa, a transformar nuestras comunidades y al hombre. El pueblo cubano agradece la labor de los muchachos; es una gran satisfacción que podemos tener las personas que confiamos en el éxito del proyecto.

-¿Qué percepción tiene de la Universidad actual en comparación con la vivida como estudiante?

Como estudiante pasé etapas únicas en la Universidad porque me tocó estudiar a principios de los años 80 del pasado siglo, que fueron tiempos de reafirmación revolucionaria; yo era primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas en mi Facultad y  constituyó para mí algo maravilloso.

La Universidad actual es muy distinta a la de mi época. En el orden intelectual, ahora hay muchos profesores universitarios que son doctores, estamos hablando de más del 50% del claustro. Este logro se debe a que cada catedrático tiene la posibilidad de hacer investigaciones en su campo, en resumen, hay una maduración significativa en la pedagogía. Actualmente los jóvenes de esta casa de altos estudios participan en todas las tareas el país. Creo que debemos hacer énfasis en la formación política-ideológica de los estudiantes, que ellos comprendan cuán importante es defender a la revolución.

-Si pudiera realizar un cambio en la Universidad, ¿cuál sería?

Yo quisiera que hubiera mayor disciplina por parte de todos, dígase estudiantes, profesores y demás trabajadores del centro. También les pediría a los alumnos mayor constancia en los estudios, más aporte a las ciencias y a los problemas de la sociedad cubana.

-¿No piensa abandonar la Universidad y ejercer su título de licenciada en Derecho?

No, tengo la dicha de poder ejercer el Derecho porque he tenido la oportunidad de estar vinculada a organismos e instituciones del perfil de mi especialidad, lo cual me ha permitido desarrollarme en la profesión. Fui notaria, hice asesoría y consultoría en empresas, estoy muy vinculada a la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), soy jefa de la Cátedra de Propiedad Intelectual  de la Universidad de La Habana, también colaboro con el Centro Nacional de Derecho de Autor.

Ahora estoy alejada del quehacer jurídico por cumplir otras funciones. Yo no he abandonado mi carrera, pero me siento muy satisfecha con el trabajo que realizo actualmente.

-¿Qué puede comentar de sus encuentros con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz?

Tengo la suerte de que mi jefe superior sea Fidel; él es el creador, el conductor y el orientador de todos estos programas, surgidos al calor de la Batalla de Ideas. Incluso, en su estado de convalecencia ha estado al tanto del curso de español para los chinos, no hay ninguna decisión que no se tome sin la anuencia del Comandante. Se reunía con nosotros cada vez que podía y en las graduaciones nos acompañó con su presencia física, eso es una experiencia única. Se preocupa por cómo marchan los proyectos, nos orienta sobre qué materia impartir, siempre está al corriente de cualquier dificultad existente.

-¿Se siente realizada como persona y como profesora?

Me siento realizada, creo que he sido útil a la sociedad, no obstante una serie de problemas personales que tengo. Todo lo que realizo lo hago con amor, cariño, entrega, sacrificio y consagración, porque veo mucho valor e importancia en mi labor.

-¿Qué le desearía a la Universidad de la Habana en este, su aniversario 280?

Que continúe su perfeccionamiento en forma ascendente a partir de lo que es hoy la universalización. Hay que lograr la masividad en la enseñanza superior, pero con calidad. De nuestras aulas deben salir personas más cultas, instruidas para la vida y ser, sobre todo, revolucionarios. Estos objetivos se alcanzan con una mayor preparación del claustro de profesores y el empleo de métodos novedosos en el orden académico. Nuestra Universidad debe expandirse hacia nuevos horizontes y contribuir a la educación de otros países que lo necesiten.

-¿Tiene tiempo Martha Moreno para dedicar a su familia?

Tengo poco tiempo para mi familia, pero ellos me comprenden y me auxilian en la casa. Lo que soy se lo debo a mis padres, ellos se entregaron para que yo estudiara y hoy mi hijo me ayuda para que yo pueda estar donde me encuentro ahora.

-¿Qué opinión le merecen Rubén Zardoya y Norma Barrios?

Zardoya es un maestro para mí, es un educador ejemplar por sus conocimientos, por su cultura. Él crea un ambiente de trabajo muy favorable y optimista. Yo trabajé con él y fue una experiencia inolvidable, aprendí mucho a su lado. Ahora que se desempeña como Rector de la Universidad de La Habana, le deseo éxitos en su nueva función.

A Norma y a mí nos unen pensamientos similares y nos distinguimos por nuestra forma de laborar. Ella es una mujer muy inteligente, entregada, logra crear colectivos muy capaces, une a las personas. Es una gran amiga y es la persona ideal para dirigir este centro educativo.

-¿Qué le gustaría hacer antes del retiro?

Tengo que escribir el libro sobre propiedad industrial, es un reto conmigo misma, porque comencé y no he terminado. Escoger a los profesores de esa materia para que impartan clases. Eso sería el complemento de la asignatura de Propiedad Industrial, la cual yo creé en 1993 junto a la de Derecho de Autor; además, fundé la cátedra de ambas especialidades. También me gustaría perfeccionar el ordenamiento jurídico cubano. 

-¿Qué le aconsejaría a los estudiantes universitarios de hoy?

No perder tiempo, el tiempo es oro. Hay que hacer en cada momento lo que es de cada momento. Estudiar y leer mucho para poder adquirir una cultura amplia, saber escoger y seleccionar debidamente lo que les pueda aportar como personas y amar a su país, a su revolución.

-¿Se considera una persona con mucha presión de trabajo?

No hay tanta presión como responsabilidad con lo que se realiza. Debemos tomar las decisiones acertadas, no podemos admitir errores, porque tenemos que formar a jóvenes con una gran visión de la sociedad. Todo debe quedar bien, es la cara del gobierno la que se mira si algo anda mal hecho. La presión es porque queremos hacer un trabajo excelente y elevar el prestigio de nuestro país.

-¿Esa mística para el trabajo la posee con los estudiantes?

Yo sé que mis alumnos me quieren y respetan. Estoy contenta con el equipo de trabajo en el cual laboro. No sé si poseo esa mística que tienen otros profesores.

-¿Cómo le gustaría que la recordaran?

Quisiera que me recordaran como una persona modesta, sencilla, leal, responsable, consagrada, apasionada de la educación y alguien que amó mucho a su país.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer sobre la vida laboral de la entrevistada.

Objetivo colateral: Destacar alguna de las funciones que se realizan en la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar.

Tipo de entrevista:

Por su forma: Clásica, de preguntas y respuestas.

Por su contenido: Biográfica.

Por el canal que se obtuvo: Entrevista directa.

Tipo de título: Genérico.

Tipo de entrada: De Anécdota (o anecdótica).

Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.

Tipo de conclusión: De opinión o de comentario del entrevistado.

Fuentes Consultadas:

Norma Barrios, directora de la Escuela de Trabajadores Sociales de Cojímar.  Fuente activa.

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