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Isla al Sur

LUCES Y SOMBRAS DEL PERIODISMO INTERPRETATIVO

LUCES Y SOMBRAS DEL PERIODISMO INTERPRETATIVO

Tema V: Problemas que enfrenta el desarrollo del periodismo interpretativo.

LIDIA HERNÁNDEZ,
FÉLIX SALGADO LÓPEZ,
LÁZARO JORGE CARRASCO Y
GLENDA ARCIA,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Intérprete es la persona que se encarga de explicar a otras, en un idioma que entienden, lo expresado en una lengua que les resulta desconocida. La necesidad de esta explicación es propia de nuestro tiempo. El periodista debe contar al lector lo más importante de los muchos acontecimientos de la actualidad. “Interpretar, desde el punto de vista periodístico, consiste en buscar el sentido a los hechos noticiosos que llegan en forma aislada, situarles en un contexto y entregárselos al lector (o auditor) no especializado.” (Santibáñez: 2008, 4)

La finalidad del periodismo de interpretación (o de explicación) avanza más allá de los formatos noticiosos tradicionales, e intenta brindar los elementos de juicio posibles que le permitan valorar los hechos actuales. Sin embargo, existen problemas que atentan contra el desarrollo favorable del periodismo interpretativo.

Hoy, la radio y la televisión se apoderan del “qué”, el “quién”, el “cuándo” y el “dónde”, por lo que a la prensa escrita no le queda otra alternativa que responder al “por qué” y al “cómo” de los acontecimientos. Ya no basta decir lo que sucedió, lo importante es transmitir el significado. El periodismo de explicación, que surgió como una estrategia de la prensa escrita para competir con los medios audiovisuales, afronta un gran reto, pues si la radio anticipa y la televisión muestra, el diario debe explicar: “Si lo que ofrecemos en las noticias principales es apenas un poco más de lo que dio la televisión, entonces nuestra competidora ganó porque es más fácil ver la televisión que leer.” (Copple: 1968, 42)

La prensa escrita tiene la posibilidad de adentrarse en el hecho. Este aspecto debe ser un ingrediente permanente en el periódico y, por supuesto, necesita contar con el apoyo visual de la información. Al lector hay que ponerle anzuelos para que se detenga en una página y comience a leer.

La fotografía, por su carácter gráfico, constituye un elemento de atracción al receptor, es el complemento del texto y ofrece una idea más completa del fenómeno. Esto no significa que se deba abusar de las imágenes. En numerosas ocasiones, los periódicos muestran fotos que no poseen una relación directa con el acontecimiento, o simplemente no recrean el hecho en toda su dimensión.

Por otra parte, la noticia breve y los reportajes circunscritos deben arraigarse en forma y contenido a la realidad social de sus lectores, porque es en esa rica cotidianidad donde se halla parte del encanto para seducirlos. En otras palabras, al lector no le importará leer diez páginas, si el tema tratado le atañe.

Una dificultad hoy latente en el periodismo de interpretación radica en la preparación cultural de algunos profesionales: “Tenemos problemas con geografía, con historia, los tenemos en civismo, y olvidamos que cuando uno se pone a escribir un texto, en realidad no está llevando al papel, o a la pantalla de la computadora, solamente los datos que obtuvo recientemente, sino que trae todo un bagaje cultural, lo cual permite dar un buen contexto, utilizar el antecedente adecuado, desarrollar la mejor jerarquía y el orden de importancia de las cosas.”(Riva Palacio: 2000, 3).

A esto se suman las deficiencias en torno a las técnicas de redacción. Aún hay periodistas que no tienden a escribir sujeto, verbo y complementos en el orden lógico de la expresión. El periodismo también es estética: “La presentación es fatal, porque la manera como podemos seducir no es solamente con una buena calidad de información, sino con una muy buena redacción.” (Riva Palacio: 2000, 5)

Otro de los problemas que analizan los estudiosos del tema está relacionado con la honestidad en la narración  de los hechos, en lugar de la objetividad imposible de alcanzar: “La objetividad no es otra cosa que contar los sucesos tal como son, o como los ven los distintos actores de los mismos. Es difícil ser objetivo, especialmente porque, por lo general, mucha gente cree que no hay otra verdad que la propia. La subjetividad es inevitable, pero esto no implica que el periodista esté autorizado a la introducción de la arbitrariedad y el capricho individualista.” (Álvarez: 1980, 97)

Finalmente, “no hay que olvidar que en el periodismo somos contadores de historias, ahora nos hemos vuelto contadores de declaraciones”. (Riva Palacio: 2000, 5). Aunque en numerosas ocasiones una declaración puede aportar contundencia y solidez al trabajo, la haraganería mental del periodista no debe ganar la batalla por la explicación del suceso. Lo más importante en todos los casos no es quién opina sobre el hecho, sino cómo ocurrió y por qué. En ocasiones, los periodistas se dejan arrastrar por el estatus o relevancia de la figura que refiere lo acontecido.

Y con ello es obligatorio aclarar que muchas veces la personalidad otorga relevancia al suceso, por lo que abogamos por el equilibrio y la sensatez a la hora de citarla antes o primero que el propio suceso. En verdad, la tarea consiste en recrear el evento en toda su magnitud para que el lector no se sienta apabullado por las declaraciones que, lejos de otorgarle credibilidad a la acción, pueden distorsionar la realidad.

El periodismo tiene como doble rol informar y orientar. Es por estos dos grandes canales que surgen también las demás funciones: fiscalizar, educar, denunciar, servir y entender. En este sentido, el periodista se convierte en un importante ingrediente para el progreso de la sociedad, pues mediante esas funciones contribuye al desarrollo de ideas. El poder del periodismo puede contribuir a cambiar las cosas.

Durante toda su historia, por el carácter orientador que posee, ha constituido un instrumento para reformar y un motivador para despertar a la población. No obstante, aún queda un largo camino por recorrer en torno a la realización de un buen periodismo interpretativo.
 
Bibliografía:

Álvarez, Federico: La información contemporánea. Caracas: Contexto editores. 1980. pp 97.

Calzadilla Rodríguez, Iraida: Interpretar los sabores y olores de la vida misma. En: http://islalsur.blogia.com/2007/092504-interpretar-los-sabores-y-olores-de-la-vida-misma.php. Consultado: 10.03.2009.

Copple, Neale: Un nuevo concepto del periodismo. Reportajes interpretativos. México DF: Pax- México.1968. pp 42.

Espinoza Odicio, Gladys: El periodismo regional. El caso del semanario “El Foro del callao”. En: http://sisbib.unmsm.edu.pe Consultado: 7-3-2009.

Riva Palacio, Raymundo: Ser periodista en el nuevo milenio. En: http://www.cimac.org.mx Consultado: 7-3-2009

Santibáñez, Abraham: Periodismo interpretativo. A la sombra de Henry Luce. En: http://www.icei.uchile.cl  Consultado: 7-3-2009.

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