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Isla al Sur

EL PERIODISMO EN FUNCIÓN DE POSICIONES

EL PERIODISMO EN FUNCIÓN DE POSICIONES

El periodismo según Víctor Ego Ducrot. Periodismo y poder. Objetividad y subjetividad. Intencionalidad y parcialidad. Otros periodistas y lo que piensan.

YUNEIMIS SILVA, MARIANA CAMEJO, SANDRA JUSTINIANI Y JÉNNIFER RODRÍGUEZ,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Desde los siglos XVIII y XIX los políticos notaron la importancia del periodismo (gacetas en aquel momento) para influir en la opinión de las masas. Este proceso es por naturaleza perteneciente al escenario del debate en torno al poder, al poder político y económico.

El “escenario del debate” está caracterizado por las diferentes posiciones adoptadas por dicho proceso: existe un periodismo progresista, más interesado en defender el derecho de los pueblos a lograr su bienestar económico y social, sin exclusiones de ningún tipo, y otro puramente conservador, e incluso, reaccionario.

El periodismo practicado por Víctor Ego Ducrot, director de la Agencia Periodística de MERCOSUR (APM), pertenece al primer grupo. Sus artículos condenan las políticas asumidas por gobiernos defensores de  minorías dominantes. Es notable su apoyo al gobierno constitucional de Honduras y su ataque al golpe de estado perpetrado recientemente en ese país.

Ducrot, como todos los periodistas, defiende y cuestiona poderes. Cuestiona cuando dice: “…del lado de la política vernácula, los sectores más reaccionarios de la derecha se unen en bloque para sumarse a la operación del gobierno estadounidense…”, o en otro artículo: “…el Imperio Global Privatizado (IGP) se caracteriza por el poder sin límites del sector financiero corporativizado a escala global y por la asunción directa de las grandes transnacionales a la dirección y gestión de los Estados.”

La frase de Ducrot es aplicable a todo el periodismo, por tanto, Jean-Paul Marat (1743-1793) lo demuestra: científico y médico francés, más conocido como periodista y político durante la Revolución Francesa, identificado con el ala izquierda de la Revolución. En 1789 funda un periódico mediante el cual ataca a los grupos más poderosos de su país. Una de sus más conocidas frases dice: “¿De qué sirve la libertad política para los que no tienen pan? Sólo tiene valor para los teorizantes y los políticos ambiciosos.” 

Irnos, de nuevo, más allá de Víctor Ego Ducrot, nos permite ver el caso de Julio María Sanguinetti, expresidente de Uruguay y periodista. Es posible leer su biografía y encontrarlo como un defensor de la democracia e incluso un revolucionario; no obstante, su opinión sobre los procesos desarrollados actualmente en Venezuela y su valoración sobre las  bases militares norteamericanas próximamente en Colombia, no corrobora lo anterior:

“Venezuela… su presidente interviene ostensiblemente en la política interna de los demás, a cada rato anuncia guerras o amenaza con invasiones y pretende negar la evidencia de su apoyo a la narcoguerrilla de las FARC colombianas…”

“…no siendo EE UU, ¿hay alguien dispuesto, realmente, a ayudar a Colombia en su solitaria lucha? Desde hace siete años se sospecha del Plan Colombia y se dice que es un intento norteamericano de invadir la región… Colombia ha avanzado en la lucha con la narcoguerrilla y podría derrotarla definitivamente si los Estados limítrofes colaboraran en el empeño…”

Julio María Sanguinetti “avala” y “justifica” el concepto de “democracias vigiladas o controladas”, según el cual en América Latina deben regir sistemas democráticos formales, pero con una característica: en la puja por el gobierno dentro de esos regímenes sólo pueden participar las distintas facciones locales del bloque hegemónico, a través de sus partidos políticos y organizaciones patronales, según palabras de Ducrot; concepto impulsado por los grupos de poder estadounidenses desde la década del 90.

Al estudiar las manifestaciones de cada periodista citado es notable cómo todos sus escritos están cargados de intencionalidad para dar un mensaje propio, poseen criterios reflejados en sus artículos. Los géneros periodísticos de información, opinión o interpretación son vivos ejemplos de intencionalidad.

Cada palabra pasa por la subjetividad del periodista, resulta imposible desprenderse de ella. Separarla es apartar toda la vida del periodista, incluso su carácter, pues cuando de subjetividad se trata todo influye.

La objetividad está dada por el apego a la verdad y por la búsqueda de fuentes; pero incluso el hecho transita por la subjetividad de las fuentes. El periodista, como mediador, interpreta el hecho, luego escribe. ¿Es posible, entonces, ser completamente objetivo? No, hasta elegir los datos de importancia depende de la subjetividad.

Ser periodista no es tarea fácil, sobre todo cuando es probable descubrir verdades no convenientes para algunos círculos de poder. Evidencia de ello es la cifra de 81 periodistas muertos en 21 países en el año 2006 por hacer su trabajo.

Como dice Henri Berenguer, “la omnipotencia del periódico está en el hecho de que él no manda nunca, pero sugiere siempre.”

El periodismo, en cualquier posición, siempre es parcial. Este proceso es por naturaleza perteneciente al escenario del debate en torno al poder. El periodismo asume diferentes posturas; pero asume. Incluso, cuando parece una posición neutral, constituye una determinada posición, por tanto, este proceso es parcial.

Parcialidad, imparcialidad, objetividad, subjetividad e intencionalidad son las palabras de Víctor Ego Ducrot.

Bibliografía:

Calzadilla Rodríguez, Iraida. La Nota. Editorial Unión de Periodistas de Cuba. Cuba, 2005, páginas: 28-29.

Ego Ducrot, Víctor. Frente a la restauración neoliberal.
En: http://www.kaosenlared.net/noticia/vientos-soplan-desde-derecha-america-latina-frente-restauracion-neolib Consultado 5/9/2009

Sanguinetti, Julio María. Armas, drogas y democracia. En: http://www.elpais.com/ Consultado 5/9/2009.

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