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Isla al Sur

WILSON, EL DE LAS CRIOLLITAS

WILSON, EL DE LAS CRIOLLITAS

Israel Castellanos (ISCAJIM), habla sobre la vida y obra de Luis Felipe Wilson Varela, uno de los más populares caricaturistas de Cuba, Premio Nacional de Periodismo José Martí en 1999.

YULIANELA RODRÍGUEZ VALLINA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El colectivo de caricaturistas de Palante es frecuentemente invitado a actividades y eventos de diferentes géneros. Por supuesto que, como miembro de ese grupo, Wilson no faltaba. Sus caricaturas eran muy solicitadas, en especial por las féminas y todo se desarrollaba muy bien hasta que al autor entregaba su obra. Los descontentos eran muchos, pues las damas nunca se mostraban conformes con el resultado: exigían ser reflejadas como el famoso personaje creado por el caricaturista, las Criollitas. Así era reconocido este artista por el público y así  de orgullosa se sentía la mujer cubana de su belleza característica.

Lamentablemente, el destacado periodista gráfico no se encuentra hoy entre nosotros. Sobre él nos habla en esta entrevista su amigo y compañero de trabajo, Israel Castellanos.

-¿Quién fue para usted

Luis Felipe Wilson Varela?

Lo conocí hace 35 años, cuando yo comenzaba mis estudios en la Universidad y ya él era un artista consagrado dentro del humorismo gráfico. Aunque no resultaba raro escucharle decir un chiste y bromear ocasionalmente con algún compañero, su mayor caudal de buen humor lo reservaba para exponerlo en los dibujos.

En sentido general, en su trato era más bien serio, y hasta podría decirse que “insoportablemente serio”, como lo calificó en una ocasión un gran amigo suyo.

Mostraba un carácter algunas veces difícil, áspero en oportunidades por la descarnada franqueza al abordar los problemas; pero sus méritos personales, la consecuente defensa de los principios, el vigoroso ejercicio de la crítica, búsqueda de la perfección de las cosas, elevado sentido de la responsabilidad, valentía en sus opiniones, verticalidad e intransigencia ante todo lo mal hecho, lo dotaban de una incuestionable autoridad y le granjeaba el respeto de todos.

-¿Qué visión le otorga  como artista?

Era un artista muy completo, con mucha imaginación, espíritu de trabajo y esforzado. Por esas razones estaba entre los caricaturistas más experimentados, productivos y capaces del periódico; podía darle respuesta creativa a cualquier tema que se le planteara, y no eludía tareas ni debates en los que debiera participar.

Estaba consciente de sus virtudes, de la trascendencia de su obra, y no se esforzaba por minimizar esos méritos  bajo un manto de falsa modestia. Sin embargo, nadie hubiera podido decir de él que fuera pedante, alardoso, ni que hiciera ostentación  de nada. Si tenía un derecho, su voz no lo silenciaba, pero tampoco guardaba silencio ante el derecho de otro. Procuraba lo justo y le irritaba conocer de cualquier privilegio que aflorara a su alrededor. Era así, Wilson “el de las Criollitas”, conocido y reconocido internacionalmente, un sencillo trabajador de un periódico revolucionario.

-¿Podría mencionar algunos

de los cargos que ocupó y sus

principales reconocimientos?

A lo largo de su carrera profesional Wilson desempeñó diversos cargos de dirección en la Unión de Periodistas y Escritores de Cuba (UPEC) y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Al fallecer, acumulaba alrededor de 70 premios y menciones,  entre nacionales e internacionales, y 15 exposiciones personales, además de haber presentado sus obras en decenas de muestras colectivas en Cuba y en el extranjero.

Obtuvo la preciada distinción Por la Cultura Nacional y en 1999 la UPEC le concedió el Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida. Y entre los más preciados reconocimientos recibidos estaba, también, la réplica del machete mambí de Máximo Gómez, que otorga el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias a personalidades destacadas por su labor cultural y su patriotismo.

-En su opinión,  ¿los temas y

valores que caracterizaron la

obra de Wilson fueron solamente

enfocados hacia la mujer? 

Su obra se caracterizó por su amplio contenido de crítica social, el 80 por ciento de sus caricaturas eran de temas sociales tanto internos como externos, y es cierto que, sobre todo, se centró en la problemática  femenina: podría considerarse un especialista en ese sentido. Aunque considero sus trabajos políticos muy buenos y  profundos. Muchas veces fue criticado por necesitar el apoyo de la palabra para redondear el chiste, pero los temas que trataba eran áridos y el tenía su estilo para abordarlos.

-¿Cómo se inicia en el mundo

del humorismo gráfico?

No terminó los estudios de Medicina. Las lecturas de historietas y caricaturas que aparecían en los periódicos y revistas de la época lo fueron motivando, no sólo como un consumidor pasivo, sino como un poderoso reto para tratar de probar su talento, en el difícil arte del dibujo humorístico. Fue así que comenzó a colaborar en Zig Zag, en 1957.

Su primera historieta publicada después del triunfo revolucionario, en el propio año 1959, se llamó  Mario de la PNR, y apareció en la revista Rebelde 6, órgano de la Policía Nacional Revolucionaria, editada por la Columna 6, del Comandante Efigenio Ameijeiras. Fue fundador de Verde Olivo, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

-¿Cuándo  llega a Palante,

publicación para la cual más colaboró?

Cuando se fundó el semanario humorístico Palante, en octubre de 1961, fue uno de los dibujantes llamados a integrar la plantilla de creativos, y le correspondió el honor de dibujar la portada de la primera edición. Valga decir que la caricatura que ideó resultó de un contenido tan oportuno, de tal significación en el panorama social de la época, que fue objeto de un comentario elogioso por parte del Presidente cubano Fidel Castro.

-¿En qué otras publicaciones

periodísticas se desempeñó?

Fue un activo colaborador de la prensa obrera cubana. Eso quedó  demostrado en su prolongada colaboración para el periódico Trabajadores, para el cual realizó durante varios años la tira sobre problemas laborales, Analiza, compañero.

También en ese periódico dibujó la tira Normita, en la cual trataba de manera fresca asuntos referidos a las normas del trabajo. Se desarrollaba en un taller, una fábrica, una empresa, en cualquier lugar donde se pudiera realizar una crítica laboral. Los temas que trataba en ella tenían y siguen teniendo tanta actualidad y vigencia que podrían, si se rescatara, volverse a publicar.

En 1970, en el periódico provincial Adelante, de Camagüey, publicó una historieta titulada Azuquita y Filtrapoco, donde se trataban temas azucareros, en apoyo a la gran zafra de ese año. Como respuesta a una solicitud de la revista Bohemia, dibujó durante algún tiempo una sección fija de caricaturas titulada Felinas, donde aparecía una mujer acompañada de una gata, generalmente con temas picarescos.  

-Realizó también historietas para los niños,

por ejemplo, en el primer número de la revista

Pionero, Juan el cosmonauta; y en la revista

Din Don, Los sueños de Musi.

Los trabajos que realizó para los niños fueron por encargo, no eran lo fundamental en su obra, aunque en el caso de Din Don sí se trató de  una sección fija.

-Las Criollitas son el personaje

más reconocido. ¿Cuándo surgen?

No empezaron como sección fija hasta octubre-noviembre de 1962,  aunque el  personaje ya existía sin bautizara desde la primera portada de Palante.

-Este personaje nace en una etapa en

que la mujer no tenía todo el reconocimiento

que merecía  en la sociedad  y el machismo estaba

generalizado. ¿Qué intención tuvo al crearlas?

Tenía una concepción de la caricatura muy amplia, muy polifacética, representaba a la mujer en todas sus facetas, estudiante, ama de casa, trabajadora, y  sus emociones y conflictos. Decidió dibujar a las Criollitas lo más hermosa y sensual posible para que llamara no solo la atención de las mujeres al tratar temas de su interés, sino también la de los hombres. Su físico actuaba como gancho para que el mensaje llegara también a aquellos que no respetaban ni valoraban a las damas.

-¿Tuvieron alguna influencia en el

logro del reconocimiento y respeto

de la mujer en la sociedad cubana?

Considero que sí, fueron muy bien pensadas. Su doble mensaje de belleza femenina y temas de igualdad y superación de la mujer lograron llegar a la población. Era un personaje que gustaba a todos, no había centro de trabajo donde no se comparara a una linda e  inteligente muchacha con una Criollita. Este es uno de los principales logros de Wilson con el personaje.

-En una entrevista declaró que no

le molestaría que siguieran

creándose después de su muerte.

¿Podría alguien volverlas a realizar?

Actualmente no se realizan porque el estilo es el estilo. Llegó un momento en que él incluso las hacía a mano alzada, no es fácil que el sucesor se parezca, ellas eran su sello personal. Aunque el personaje llega a ser más importante que el autor, no se podrían imitar, ya no sería lo mismo, ellas son parte de su patrimonio.  Él se ganó el mérito   de que todo el mundo las conociera como ”las Criollitas de Wilson”, si otra persona las dibujara perderían su esencia.

-En tres libros reunió caricaturas

y tiras de su famoso personaje.

¿Cuenta con otras publicaciones?

En la Editorial Pablo de la Torriente publicó Las Melli y Barbarita, ambas historietas sobre peripecias femeninas. También en otras editoriales, Breve vocabulario ilustrado contra esta fauna, volumen de gran contenido didáctico;  Génesis, donde mediante  los diálogos entre espermatozoides enfocó los más diversos y candentes temas humanos, políticos, ideológicos y sociales; Cavernícolas, libro de sátira enfilado contra diversas lacras del pasado capitalista y otras conductas inadecuadas presentes en nuestra sociedad. En Angola hizo el volumen titulado Fantoches, y fue editado en cinco idiomas.

-¿Cree que nunca se arrepintió de dejar la

carrera de Medicina para dedicarse al humor?

Estoy seguro que no. Él pensó que como caricaturista también podía ser útil a la sociedad. Comprendió que la vocación que realmente lo animaba no era la de curar los cuerpos, sino la de alegrar las almas con la medicina de las sonrisas. 

Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Ficha técnica:

Objetivo central: Profundizar en la labor humorística dentro de la prensa de Luis Felipe Wilson Varela,  Premio Nacional de Periodismo José Martí.

Objetivos colaterales: Obtener la visión personal del entrevistado sobre Wilson. Indagar sobre sus inicios en el humor y sobre los diferentes temas que tuvo su obra. Hacer énfasis en su personaje más reconocido, Las Criollitas.

Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Clásica, de preguntas y respuestas.
Por su contenido: De opinión autorizada.
Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo (cara-cara).

Tipo de título: De referencia al tema y al entrevistado.
Tipo de entrada: De anécdota.
Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.
Tipo de preguntas: 1-Directa y abierta; 2-Directa y abierta; 3-Informativa; 4-Directa y cerrada; 5-Informativa; 6-Informativa; 7-Informativa; 8-Abierta; 9-Informativa; 10-Abierta; 11-Directa y abierta; 12-Directa y abierta; 13-Abierta; 14-Informativa; 15-Directa; 16-Directa y abierta.
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

Fuentes consultadas:
Fuente no documental: Israel Castellanos (entrevistado)
Fuentes documentales: Entrevista de Israel Castellanos a Wilson, inédita (diciembre del 2006); Entrevista de Jorge Sariol a Wilson, página digital de la revista Alma Mater (marzo del 2006); Articulo Adiós a las Criollitas, de Jorge Sariol, página digital de La Jiribilla; Articulo Las Criollitas enviudaron, de Joaquín G. Santana,  página digital de Radio Habana Cuba.

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