Blogia
Isla al Sur

ESCRIBIR PARA EL FUTURO

ESCRIBIR PARA EL FUTURO

Tema: ¿Qué mensaje nos transmite el historiador francés Fernand Braudel, al afirmar que la revisión de la prensa es un ejercicio encantador, casi mágico, en que se pasa revista a un calidoscopio de situaciones y personajes?

KARLIENYS CALZADILLA PADILLA,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Los primeros periodistas no estudiaron en academias, ni recibieron clases de Teoría de la Comunicación, ni realizaron prácticas laborales en los medios. Los primigenios de nuestra profesión eran habitantes del pueblo y protagonistas de los acontecimientos que sucedían en “el reino de este mundo”, quienes dominaban el arte de la palabra y poseían, a su vez, algunas ventajas económicas que les facilitaba imprimir y distribuir sus artículos.

Investigaciones realizadas arrojan que la génesis del oficio pudiera ser el Acta Diurna, en el siglo I a.n.e, presentada por Julio César en el Foro Romano. Sin embargo, el periodismo como tal, hay quienes aseveran que nació en Inglaterra en el siglo VIII, aunque no fue hasta el siglo XV, con el inicio de la imprenta, que se comienza a hablar concretamente de la profesión. Aún existe la discusión sobre la publicación del primer periódico. Algunos plantean que el debutante fue el Nurenberg Zeitung, publicado en Alemania en 1457. Otros, en cambio, corroboran que la primacía la tuvo el Daily Courrant (1792) en Inglaterra, fecha esta que se acerca más al concepto moderno de una profesión que no rebasa los 300 años.

En el siglo XIX, el periodismo revolucionó debido a los grandes avances tecnológicos que se produjeron, tanto en las comunicaciones como en el transporte. Es, en esa época, cuando aparecieron en los medios las distintas secciones informativas.

Una centuria más tarde, los adelantos en las telecomunicaciones convirtieron a la información en un elemento imprescindible de uso social y, por tanto, quienes la transmitían alcanzaron un reconocimiento entre las masas.

Según Fernando Andrade Ruiz, profesor de la Universidad Católica Boliviana, “la persona que maneja información y la distribuye socialmente termina adquiriendo alguna dosis de poder. Los informantes saben que de la forma como el periodista procese la información dependerá la manera como el público se entere de ella. Esto deviene en poder, no absoluto, pero tampoco despreciable.”

Es por ello que en la actualidad, la prensa ocupa un lugar cimero en la recopilación y almacenamiento de datos. Hoy, el buen periodista es quien encuentra una buena historia. El mejor, en cambio, deambula como una polilla traviesa, entre esos tomos cubiertos por el polvo que guardan en sus páginas el por qué de cada fenómeno y dan cuenta de una época, de una sociedad, de un contexto y entorno político, económico, social e ideológico.

Al respecto, Javier del Rey, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que al profesional de la prensa “se le supone amplia formación porque su tema es, en definitiva, hurgar en la sociedad, distinguir entre medios y fines, priorizar, y conseguir racionalidad en el tratamiento de los temas socialmente relevantes”.

Para José Luis López, periodista del diario Juventud Rebelde, “cuando vamos a redactar un trabajo es imprescindible investigar, recolectar un poquito de aquí y otro de allá para, detalle a detalle, armar ese rompecabezas que, desde el mismo instante de su publicación, se convertirá en un importante registro histórico. Nosotros construimos una época, y es nuestra responsabilidad velar porque las futuras generaciones conozcan los acontecimientos de esta etapa, como mismo ha hecho cada generación de reporteros en su tiempo”.

Según el periodista uruguayo, Darío Klein, “la publicación de una historia de investigación es un acontecimiento en sí misma y normalmente introduce, agrega o revive un tema en la agenda mediática. De esta manera, no hace más que enriquecer el debate público, agregándole temas y argumentos”.

Por ello, el historiador francés Fernand Braudel, asume que una historia profunda “no la descubrimos nosotros, sino que únicamente la ponemos en evidencia. (…) La historia es el cuento de nunca acabar, siempre está haciéndose, superándose.

John Stuart Mill, por su parte, considera que “revelar al mundo algo que le interesa profundamente y que hasta entonces ignoraba, demostrarle que ha sido engañado en algún punto vital para sus intereses temporales o espirituales, es el mayor servicio que un ser humano puede prestar a sus semejantes”.

“Nuestra función primera es informar, dotar a la sociedad, a los hombres, de aquellos conocimientos que ellos, vinculados o no a determinados sucesos que ocurrieron, necesitan conocer. La prensa como registro histórico deviene de su función primera”, asegura Iraida Calzadilla Rodríguez, periodista y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

¿Es, por tanto, el periodista un historiador? Para Paul Johnson, profesional de la prensa de Inglaterra, ambas profesiones tienen un mismo objetivo: “Buscan la verdad, investigan sobre hechos importantes y la manera en que se ordenan. No se puede determinar con exactitud dónde termina el trabajo del historiador y dónde comienza el del periodista.

“(…) Muchos se centran en buscar la verdad independientemente de otras consideraciones. En cierto modo se podría comparar con el trabajo que realizan los científicos. Según Einstein se debía partir de una hipótesis y luego tratar de demostrar que es correcta mediante pruebas que la corroboren. Si no, debe abandonarla o modificarla. Pero estas normas resultan bastante difíciles, por lo que se deben de cumplir de forma rigurosa y buscar la verdad, suprimiendo nuestros deseos instintivos humanos”, recomienda Johnson.

Sin embargo, desde la aparición en la década de los 60 del pasado siglo de Internet, se originó un espacio para la publicación de información y/o contenidos comunicativos con diferentes características. La web, poco a poco, se convirtió en una herramienta muy usada por los medios masivos de comunicación, los cuales hoy la utilizan para poner en línea sus noticias.

Miguel Ernesto Gómez Masjuán, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, reconoce que, pese a los beneficios de la Red de Redes, la situación para los profesionales de la prensa se torna más difícil: “Las nuevas tecnologías constituyen un reto para el periodismo, pues ya no somos los únicos emisores. Hay muchos más canales de comunicación, a través de los cuales la sociedad tiene más vías para investigar. Ello no significa que estemos más informados, porque aún no se han diseñado herramientas a través de las cuales podamos distinguir, dentro de esa sobreabundancia de contenido, aquello que es válido”.

A propósito, el reportero estadounidense Philip Meyer sostiene que “hubo un tiempo en que todo lo que hacía falta era amor a la verdad, vigor físico y cierta gracia literaria. Todavía el periodista necesita esos recursos, pero ya han dejado de ser suficientes. El mundo se ha vuelto tan complicado, el incremento de información disponible tan ingente, que el periodista tiene que ser alguien que investiga y no sólo que transmite, un organizador y no sólo un intérprete, así como alguien que reúne y hace accesibles los hechos”.

Ricardo Ronquillo, subdirector de Juventud Rebelde, asegura que “hoy existe la teoría de la confiabilidad. No podemos estar satisfechos con la información que encontremos. Tenemos que ampliar y validar esos datos para asegurarnos de su certeza. Nuestros medios de prensa son fuentes documentales de información, y tenemos que estar bien seguros de lo que ahí publicamos.

“Pero el lector tampoco puede conformarse, y cuando realice una investigación y consulte nuestros archivos, debe comprobar y ampliar esa información que le ofrecemos”, ratifica Ronquillo.

Si para Fernand Braudel, “la revisión de la prensa es un ejercicio encantador, casi mágico, en que se pasa revista a un calidoscopio de situaciones y personajes”, el periodismo, por tanto, no es solo una actividad para el presente, sino un ejercicio que congela la historia de una época y la revive constantemente. Es, al decir de Fernando Andrade, “una de las formas más directas y útiles de registro histórico, lo que le dota de una delicada responsabilidad social”.

Bibliografía:

Andrade Ruiz, Fernando: El periodismo como pasión. En: http://www2.metodista.br/

unesco/PCLA/revista14/res%20livros%2014-3.htm. Consultado: 3 de mayo de 2011.

Braudel, Fernand: La dinámica del Capitalismo. En: Archivo personal.

Calzadilla Rodríguez, Iraida. Notas de clases. Curso académico 2010-2011. Facultad de Comunicación. Universidad de La Habana.

Klein, Darío: El papel del periodismo de investigación en la sociedad democrática. En: http://www.razonypalabra.org.mx/

anteriores/n22/22_dklein.html. Consultado: 25 de abril de 2011.

S/A: Breve historia del Periodismo. En: http://periodismomundial.grilk.com/

hdelpmundial.htm. Consultado: 25 de abril de 2011.

S/A: La necesidad de estar informados. En: http://aula2.el-mundo.es/

aula/noticia.php/2001/01/12/aula979229549.html. Consultado: 28 de abril de 2011.

Periodistas consultados:

Ricardo Ronquillo, periodista del diario Juventud Rebelde.

José Luis López, periodista del diario Juventud Rebelde.

Miguel Ernesto Gómez Masjuán, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

 

0 comentarios