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Isla al Sur

CHAVEZ DE NUESTRO AMOR

CHAVEZ DE NUESTRO AMOR

MARIBEL ACOSTA DAMAS

En esta Caracas que tengo pegada a la piel desde aquel 2003 en que junto al grupo de maestros que contribuyó a la organización de la Campaña de Alfabetización, también vino un equipo de la prensa cubana, me cobijo hoy de esta tarde lluviosa de 2013 cuando resonó tu muerte como un llanto de la sabana que tanto has amado.

Hoy amaneció con sol. Las calles como siempre repletas de gente. Junto a la Plaza Bolívar un teatro callejero daba una función a niños y niñas que sonreían tranquilos. Sin embargo -¡caramba, el destino!- el mediodía vino distinto. Se escondió el sol y sobrevino una llovizna gruesa que puso gris la ciudad…

Poco después, serían las cinco de la tarde, Nicolás Maduro anunciaba tu fallecimiento. Y seguía la llovizna, que se mezcló con la inmensa tristeza de la dramática noticia. Y se me agolparon los recuerdos: Cuando por primera vez te escuché cantar en medio de un discurso político y me pareció extraño y  extraordinario, cuando le dijiste a aquella mujer que le daba pena abrazarte por sentirse fea y  pobre: ¡Pero mi reina, si eres tan linda! Cuando junto a la líder indígena ecuatoriana Blanca Chancoso, allá en el estadio de futbol de Mar del Plata, soplamos al aire tres veces para que saliera el sol… y salió… y el ALCA fue enterrado y nació el ALBA.  Cuando fuiste a ver a Fidel que se había quebrado una pierna y sentimos tu presencia porque salía tu canto desde los pasillos del Palacio de la Revolución para que él supiera que ya estabas.

En estos días, Rigoberta Menchú y chamanes de los pueblos ancestrales te organizaban un ritual cerca del hospital donde luchabas por la vida… Ellos decían que tus energías y tus sueños coincidían con los suyos. Y te auguraban que recorrerías fronteras y cielos y escucharías el sueño y los vientos. Y serías entonces el embajador de las culturas milenarias…

Ya oscureció en Caracas. La gente está  en las calles, en las plazas. Y tú estás aquí, esta vez como un Bolívar que no fue traicionado, junto a los tuyos de la añoranza. Las luces de los cerros están encendidas, también como siempre, pero esta vez la ciudad bulliciosa está a la espera de tu nombre… Estoy segura que no se lo dejarán quitar como no lo permitieron en aquel año 2002 en que te trajeron de vuelta de conspiraciones y violencias…

Hoy se ha escuchado muchas veces la palabra amor. Se escucha en la plaza ¡Con Chávez y Maduro el pueblo está seguro! Renace el verso de Alí Primera: ¡Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos! Y ahora, pueblo querido de Chávez, Venezuela y Latinoamérica toda, vive y vence que quedan muchas utopías por conquistar. En los pechos rojos de muchos venezolanos y venezolanas se lee: Todos somos Chávez…Un sencillo hombre grita al mundo y a escuálidos agazapados: ¡Que viva Chávez! ¡Que viva Caracas, carajo, que tenemos Patria!


 

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