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Isla al Sur

LAS MADRES Y SUS APELLIDOS

LAS MADRES Y SUS APELLIDOS

OCTAVIO PÉREZ VALLADARES

A fuer de ser justos, por todos los sacrificios físicos y desvelos harto conocidos, debiéramos llevar como primer apellido el de nuestra madre, ese ángel comprensivo e inspirador capaz de perdonar a los hijos en todas sus faltas o por ellos dar el ser, si así fuera necesario.

Entre innumerables “lamentables olvidos” que se comenten contra ella está este a que hago referencia y uno más, la omisión total de su apellido, lo cual puede demostrarse con los ejemplos que siguen.

Empezaré por recordar a Cristóbal Colón, el Gran Almirante descubridor del Nuevo Mundo, quien en realidad se llamó Cristóforo Columbus Fontanarosa y muy pocos historiadores lo señalan de la forma correcta. De esta misma manera tenemos a Napoleón Bonaparte, El Caudillo, a quien nunca mencionan con el apellido Romalino.

Desde pequeños se nos habla en la escuela del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes y rara vez se menciona el apellido Del Castillo, lo que también ocurre con los dirigentes obreros Lázaro Peña y Aracelio Iglesias, pues en el caso del primero será González y en el segundo Díaz. También tenemos el caso del polaco y general del Ejército Libertador Carlos Roloff Mialofsky.

Recientemente, fue constituido el contingente médico para enfrentar catástrofes con el nombre del insigne internacionalista norteamericano Henry Reeve, pero sin hacer mención al apellido Carrol; mientras otro tanto ocurre con Julio Antonio Mella Mc Parland, Jesús Menéndez Larrondo y Conrado Benítez García.

En la Medicina tenemos como ejemplo de estas omisiones a Carlos Juan Finlay Barrés y muy cercano a nosotros en esta ciudad de Cienfuegos el piloto Jaime González Crocier, cuyo nombre lleva el aeropuerto.

Obviar de esta manera a mamá ya es una práctica muy extendida, cuando en realidad ellas merecen todo el reconocimiento del mundo y que su ilustre apellido, aunque vaya de segundo, represente siempre el orgullo de que en particular de esa nacimos para disfrutar de la maravilla de vivir.

Tomado de: http://www.gacetadejagua.cu/herminio/

 

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