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Isla al Sur

EN LA RAMPA NO SE HACE PERIODISMO MEDIOAMBIENTAL

EN LA RAMPA NO SE HACE PERIODISMO MEDIOAMBIENTAL

Gladys Rubio es pionera en el reporterismo del medio ambiente en la Televisión Cubana. El Premio Nacional de Medio Ambiente le fue otorgado por sus sabias maneras de hacer.

LESLIE ALONSO FIGUEROA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana. 

Pues sí, esta vez ella es la noticia. Desde hace años asociamos la voz de Gladys Rubio con los tensos momentos de un huracán, de una sequía, de una inundación; peligros inminentes en los que logra controlar el miedo y buscar lo singular del reportaje.

Ha recibido premios y reconocimientos de todos los organismos e instituciones, desde compartir junto a Fidel los estragos de un evento atmosférico hasta el Premio Nacional de Medio Ambiente otorgado por el Ministerio Cubano de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Sus horas en un cubículo de edición en el Sistema Informativo de la Televisión Cubana son incontables y hacen que sus reportajes adquieran esa unión de lo impactante con lo hermoso, no importa si en una crónica, o un acucioso documental.

Contactarla para una entrevista es igual de trabajoso que filmar la  migración de flamencos. Pero después que la encuentras y lanzas tu primera interrogante, a pesar de ser por teléfono, no puedes olvidarla oteando desde un helicóptero en vuelo la destrucción en algún sitio o en un atinado reportaje crítico para hacer despertar mentes indolentes.

“Amar la naturaleza es primordial, pienso que cuando no sentimos amor por las cosas es, probablemente imposible que le impregnemos esa dosis que el televidente espera, para vivir contigo la historia. Por tanto, para abordar el periodismo medioambiental es indispensable.

“Igual resulta imprescindible estudiar por textos especializados los temas que abordarás, esa es la manera de poder llevar al momento de filmación una historia preconcebida”.

-¿Qué textos recuerda le hayan

sido difícil de comprender?

No fue solo por la temática sino por la extensión en páginas y la premura que yo tenía en sacar esos reportajes, los que recuerdo más complejos fueron Geología de Cuba y Manglares cubanos.

-Los temas medioambientales siempre

vienen acompañados de tecnicismos,

aspectos complejos, ¿cómo logra

comunicarlos en frases

comprensibles y amenas?

Siempre los profesores de Periodismo dicen que los sólidos se desvanecen en el aire, que hay que tratar de comunicar desde lo ligero, poco denso, no respecto a la cantidad de información sino al lenguaje. Siempre digo que hay que tener nivel de traducción para estos tecnicismos. La televisión es un género muy complejo por lo efímero y nunca puedes hacer una nota al pie de la página, todo lo que dices tiene que quedar claro en ese instante.

Quizás mi regla propia es tratar de buscar analogías con el lenguaje popular, lo que la gente realmente conoce. Nunca he mencionado el nombre científico de una planta o animal sin aclarar como se conoce en el refranero popular o el lenguaje callejero.

-Cuando han caracterizado su labor

periodística desde lo científico y

ambiental se mencionan virtudes

cómo confiabilidad, profundidad,

seriedad, profesionalidad. ¿Considera

otras necesarias para lograr

un buen producto comunicativo

que aborde estas temáticas?

Creo que sin conocer el medio, en este caso la televisión, o sus códigos, para hablar con términos, es muy difícil comunicar o transmitir el mensaje. La gente cree lo que dices en la medida de lo que ve, si lo que observa no compagina con lo que escucha no entiende nada. Si cree lo que ve, entonces lograste que te escuchara, ese es el poder de la imagen.

Por eso siempre le doy la importancia que merece al trabajo de edición, porque si la filmación es compleja, la edición es peor. Para lograr planos perfectos hay que saber dirigir al camarógrafo y para eso hay que llevar un trabajo preelaborado, no improvisar; para mí, la improvisación en el periodismo medioambiental no está perdonada.

Los códigos de la televisión son complejos, por eso cuesta tanto formar a un periodista en este medio. Pero si queremos llevar a las pantallas una historia creíble hay que conocer de planos de cámaras, sonido de ambiente, modo de entrevistar para cada situación, manejo de la luz artificial, natural o solar. El medio ambiente sin ambiente no sirve. Un reportaje medioambiental no se filma en LA RAMPA, lleva muchos recursos.

-¿Se propone en cada trabajo periodístico

elaborar un mensaje educativo o lo

didáctico cae por su propio peso?

Caen a veces por su propio peso, pero el medio ambiente es una urgencia global, estamos tan carentes de valores y la inconsciencia es tanta que siempre trato de llevar un mensaje claro.

Nunca elaboro una estructura fija para este tipo de trabajo, todo depende de la historia, aunque tengo por hábito o costumbre dejar lo mejor para el final, la mejor imagen, la más impactante, el texto que me haya quedado mejor elaborado, es una manera de terminar con el trabajo arriba, creo que así el televidente lo recuerda por más tiempo.

-¿Nunca se ha encontrado con fuentes

que se nieguen a hacer confesiones

por la magnitud de lo abordado?

Pues claro, eso no solo pasa en el periodismo medioambiental, sino en cualquier temática polémica. Pero en el deterioro al medio ambiente hay temas complejos, de los que llamamos calientes y en los que intervienen muchas personas. Ahora estoy en proyectos de elaborar un reportaje y me he tropezado con situaciones así, se debe a la complejidad del tema, lo haré del tráfico de animales.

Pero siempre voy a la palabra clave para esta resistencia a la confesión: la insistencia, busco vías, caminos, a veces hasta meter un miedito hace falta para lograr tu propósito. Pero igual puede pasar que se niegue rotundamente, y a la oficina del Sistema Informativo no se llega con las manos vacías, tu minuto y medio de reportaje hay que cubrirlo con algo, entonces me voy por la tangente y utilizo a las fuentes involucradas.

-¿Se nutrió de algún periodista

que le antecediera para el

tratamiento de estos temas?

No conozco de nadie, en Cuba, que haya abordado desde el reporterismo esta manera de hacer, creo que desde el principio le puse mi manera de ser y las cosas salieron mejor de lo que yo esperaba.

El periodismo medioambiental es un periodismo muy difícil de hacer por los recursos que lleva, un medio de transporte para varias horas, porque la mayoría de las veces las filmaciones son en lugares alejados, costas, montes, una cámara de filmación a veces para todo un día y con el zoom requerido, porque para filmar una migración de aves no se te puede colmar la paciencia y tienes que aguardar por horas. Quizás a esto, y a los peligros de la madre naturaleza, se deba que no haya mucha gente que haga desde el reporterismo periodismo medioambiental.

Gladys, porque ya me dio la atribución de omitir el Rubio, no solo conversa de la manera de hacer este periodismo, sino de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, para ella un momento esperanzador, alentador, donde presenció una de las mejores intervenciones de Fidel Castro, y también de la manera de conjugar la vida de reportera con la madre, y de los momentos en los que ha estado a punto de morir por la pasión desmedida al periodismo y la naturaleza.

Esta entrevista creo que garantizará el relevo, porque dice Gladys que a veces se cansa, y a esta novata que recién comienza le hicieron propuesta de trabajo; eso sí, me dejó bien claro que en LA RAMPA no se filma una migración de flamencos.

Pie de foto: Gladys Rubio en la filmación de un reportaje sobre la protección animal, en junio de 2011.

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