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Isla al Sur

RESTAURANDO LA ESPERANZA CON LA CRUZ

RESTAURANDO LA ESPERANZA CON LA CRUZ

El único símbolo del Viacrucis habanero se conserva en el Centro Histórico de la Ciudad.

VERÓNICA ALONSO CORO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La última de las cruces colocadas en la ruta de la procesión franciscana, que desde finales del siglo XVI partía del Convento de San Francisco de Asís hasta la Iglesia de Santo Cristo del Buen Viaje, se encuentra  en la esquina de Amargura y Mercaderes, en La Habana Vieja, fundida en la fachada de la actual Casa del Chocolate y aún se le rinde culto.

Todos los Viernes Santos, representantes de esta orden religiosa en La Habana transitaban con una cruz a cuestas por un espacio similar al del Viacrucis, recorrido que según la Biblia realizó Jesús desde la casa de Poncio Pilatos hasta donde fue crucificado. La tradición se ha rescatado en los últimos tiempos y un grupo de creyentes la realiza anualmente de forma simbólica, contó Bertha Navarro, historiadora de la empresa Habaguanex S.A.   

“En todas las esquinas de este trayecto había diferentes cruces, de distintos colores, cada una con su significado, pero la única que sobrevive es la verde, símbolo de la esperanza. La Oficina del Historiador la restauró en 1996 y en 2003 para devolverle su color original”, agregó la historiadora.

La edición número tres de 2005 de la revista Opus Habana describe el objeto como “una cruz de cedro pintada en verde, con un soporte en piedra tallada, colocada en la esquina de forma achaflanada. Tiene ella su antecedente simbólico en la que se halla, desde el siglo XIII, en Caravaca, localidad española de Murcia, exactamente en el Templo de la Santa Cruz.”

Un artículo sobre este motivo religioso, escrito en el periódico El Mundo a mediados del siglo XX, manifiesta que en toda La Habana llagaron a existir más de 50 réplicas de diferentes tamaños, a partir de la colocación de la que, como se tiene constancia, fue la primera y última, la de Amargura y Mercaderes.

Acerca de este lugar reciben explicación casi a diario los grupos de turistas que recorren la parte antigua de la ciudad interesados por la historia atrapada en sus calles, manifiesta Jorge Frank Alpízar, uno de los guías de la Agencia San Cristóbal de La Habana, de la Oficina del Historiador.

El recorrido tradicional de los franciscanos se hizo muy popular entre los marineros que pasaban la Semana Santa en la capital, en espera de la tranquilidad de los vientos. Realizaban la peregrinación y terminaban en la iglesia donde agradecían por el buen viaje y pedían igual suerte para el de regreso.

La costumbre de persignarse al pasar frente a la Cruz Verde en la intersección de las calles Amargura y Mercaderes continuó para algunas personas hasta bien entrado el siglo XX. Esta tradición dejó de realizarse a partir de 1961, cuando rompieron relaciones la iglesia y el Estado cubanos y se prohibieron los espectáculos públicos religiosos, comentó Navarro.

Después de concluir el proceso de restauración, el 25 de marzo de 2005, Viernes Santo, Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, retomó la procesión, y cargó él mismo la cruz hasta la iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje.

Pies de fotos: 1: Procesión que tuvo lugar el 25 de marzo de 2005, organizada por la Oficina de Historiador de la Ciudad. 2: Fotografía de la cruz verde realizada a mediados del siglo XX.

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