Blogia
Isla al Sur

DEBUT UNIVERSITARIO

DEBUT UNIVERSITARIO

RAYMON DARIEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Ser de primer año en la Universidad es un poco complejo y lo sabemos muy bien los que hemos pasado por esto. Debemos dejar atrás por primera vez los uniformes del pre y con estos los últimos momentos de adolescencia que nos quedaban por gastar: ya somos jóvenes y universitarios. Entonces comenzamos a subir la ancha, larga y empinada escalinata que nos conduce al futuro.

El primer día es irrepetible, conocemos aquellos que serán nuestros amigos o simplemente compañeros de aula durante cinco años, empezamos a independizarnos y a tener más responsabilidades: a ser más libres. Llegan los profesores, algunos magníficos y otros no tanto, rápidamente asoman su cuerpo numérico los primeros “dos”, pero no muy lejos vienen también los “tres”, los “cuatros” y, más tarde, los “cincos”.

El cambio de sistema de enseñanza es uno de los principales problemas que enfrentaremos, aparecen las conferencias y la lectura de 100 páginas en una madrugada. Nos iniciamos como integrantes de la FEU (Federación Estudiantil Universitaria), le “echamos el ojo” a alguien que nos guste, cobraremos por primera vez, e incluso algunos tenemos que aprender a cocinar y a lavar como parte de las tareas del hogar que nos impone el estar lejos de la familia.

Paulatinamente nos vamos acostumbrando al nuevo ritmo de vida universitaria. Es normal sentir que el tiempo transcurre muy lento durante las clases y que el receso se va “volando”, las tareas parecen interminables, comienzan las dudas y aunque casi no nos queda tiempo para divertirnos, inventamos la forma de salir y pasarla bien. Desde un desamor hasta un mundial, cualquier cosa puede pasar durante el primer año de la Universidad.

Pero, a pesar de las dificultades, se abre ante nosotros una puerta hacia el mañana. Pocos en el mundo tienen el privilegio de los universitarios cubanos que no pagan ni un centavo por la educación que se les brinda; sin duda, una oportunidad para aprovechar al máximo.

Siempre habrá alguien que se rinda por el camino o que decida probar con otra carrera diferente, pero para aquellos que nos quedamos, la batalla continúa y cada nuevo año hay retos de supervivencia. Más allá de la cotidianidad de las clases, el estudio y las notas; la Universidad es como la vida, donde lo importante yace en luchar por lo que quieres y pasarla bien.

Al alcanzar los últimos días del primer año, aquellos completos desconocidos de hace diez meses son buenos amigos, los “cincos” llegan más fácilmente y ya no se nos queman los frijoles.

Y aunque al final del curso dejemos de ser los novatos y los principiantes, extrañaremos un poco el año que debutamos como universitarios.

0 comentarios