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Isla al Sur

UN GIGANTE… ¿EN LA HABANA?

UN GIGANTE… ¿EN LA HABANA?

La Estatua de la República, del escultor italiano Angelo Zanelli, es la tercera más alta del mundo bajo techo, con casi 18 metros.

CLAUDIA GONZÁLEZ CORRALES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Serena, gallarda, adornada por una túnica y un gorro frigio, provista de lanza y escudo –como dispuesta a luchar-, “iluminada” por la réplica del diamante que a unos escasos 11 metros marca el kilómetro cero de la Carretera Central, y ubicada en la recepción del Salón de los Pasos Perdidos del Capitolio cubano, en proceso de restauración, aparece la Estatua de la República, la tercera más alta del mundo bajo techo.

El artista italiano Angelo Zanelli fue el encargado de esculpir en mármol, piedra de capellanía y bronce, la forma de una mujer con proporciones monumentales: casi 50 toneladas de peso y 17,54 metros de altura.

Su ubicación en el Capitolio -hoy Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA)-, ocurrió en 1929 y, en su momento, ocupó la segunda posición en el ranking de las esculturas más altas bajo techo, solamente antecedida por el Buda de Oro de Navaen, en Japón. En la actualidad, fue desplazada al tercer puesto por la del decimosexto presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, en un mausoleo erigido en Washington.

La  historia de la estatua se inició en 1927, cuando Carlos Miguel de Céspedes, secretario de Obras Públicas del gobierno de Gerardo Machado, invitó a La Habana a Zanelli y le encargó la realización de la efigie, aseguró Iraelio Valero, guía de la institución.

El escultor halló en la diosa griega de las artes, la sabiduría y la guerra, Atenea, la idea original del diseño, aunque la musa, para el cuerpo, la encontró en una mulata habanera de distinguida figura llamada Lily Valty y, para el rostro, en Elena de Cárdenas, una criolla cuyas facciones coincidían con lo soñado por Zanelli.

Según un reportaje del periodista Mario Cremata, publicado en Juventud Rebelde, con ambas mujeres el artista hizo varios estudios escultóricos en miniatura y con los apuntes, bocetos, maquetas y los planos del edificio, regresó a su estudio en Roma para emprender el proyecto.

Dos años le fueron suficientes al cincelador para concluir la representación. Del taller de Zanelli,  esta fue traslada en un vagón especial hasta el puerto de Nápoles, donde fue embarcada a La Habana el 17 de abril de 1929, señaló Marlén Durán, guía especializada en la sede del CITMA.

“La estatua, confeccionada, además, por 24 artistas y obreros italianos, llegó a La Habana en tres grandes embalajes y se ensambló con absoluta perfección pocos días antes de la inauguración del Capitolio, el 20 de mayo de 1929”, destacó Durán.

El también autor del friso del Altar de la Patria, en Roma –su obra más famosa- bautizó la efigie como “La Virtud Republicana”; sin embargo, en Cuba se conoce bajo la designación de “La Estatua de la República”, “de la Patria” o “de la Libertad”.

La figura, con un túnel subterráneo al que se puede acceder desde un salón cercano, descansa sobre una plataforma de tres escalones y una base de 2,5 metros de altura fabricada con mármol ónix egipcio. Similar construcción solo la hay en la base de la estatua del Papa Eduardo VII, en la Iglesia de San Pedro, Roma.

Pie de foto: La Estatua de la República cuando su inauguración, en 1929, ocupó la segunda posición en el ranking de las esculturas más altas bajo techo.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de Lead: Especial de Retrato.
Tipo de construcción: Lead + Pirámide Normal+ Dato Adicional.
Tipos de fuentes: Documentales: Reportaje “Fueron dos las mujeres que posaron para la Estatua del Capitolio de La Habana”, del periodista Mario Cremata Ferrán, publicado en Juventud Rebelde el 17 de enero del 2007; No documentales: Iraelio Valero y Marlén Durán, guías especializados en la sede del CITMA.
Tipo de noticia: Ligera, blanda.
Primer valor noticia: Curiosidad.
Otros valores noticia: Interés colectivo, Proximidad o cercanía.

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