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Isla al Sur

EL MAGUITO DEL FUTURO

EL MAGUITO DEL FUTURO

Brayan Acosta, un joven talentoso que manifiesta: “Mis padres me apoyaron mucho en la decisión de convertirme en mago, aunque me exigieron que no dejara la escuela porque un mago sin educación no es un buen artista”.

Texto y foto:
LINH NGUYEN HOAI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La generación de la primera década del siglo XXI se conoce no solo por ser la más joven hasta este momento, sino también por su activismo, creatividad  e inteligencia. El mago cubano Gardini, de la compañía Sueños de los Mágicos, descubrió esto en los últimos años y para desarrollar la capacidad de los niños y jóvenes, inició un proyecto llamado Los meñiques de la magia.

La idea surgió en el año 2009 cuando Gardini decidió crear un espacio para enseñar la magia a niños y jóvenes de la capital, y ha integrado a una muchachada entre 7 y 15 años, para aprender malabares, actuación, modelaje y, principalmente, magia.

El taller radica en el teatro Apolo, situado en la calle Enamorado y la Calzada de Diez de Octubre, en el municipio del mismo nombre. Este teatro estuvo abandonado muchísimo tiempo, y ahora es prácticamente la primera y única escuela de magia para niños.

El inmueble no cuenta con las condiciones físicas mínimas para un teatro, que además de servir como plataforma de los ensayos es el lugar en el que se exhiben al público en tandas semanales de dos horas de duración.

Dentro de la instalación realizan funciones para niños y adultos todos los miércoles y sábados. En cada show, se ofrecen espectáculos con cocodrilos, contorsionistas, payasos, come-candelas, malabaristas y los más conocidos, las actuaciones de magia de muchachos menores de 15 años.

En una de estas funciones conocí a Brayan Acosta, quien no es el más joven ni el mayor, pero sí el mejor de los cinco chicos que mostraron su magia en la escena. Sólo tiene 12 años y ya ha actuado muchas veces y es admirado por sus compañeros del taller y la audiencia.

Después de la última demostración del año 2013, con su personalidad comunicativa  y simpática, y con el carisma que lo caracteriza, Acosta compartió sus hermosas e inolvidables experiencias acumuladas durante todo el viaje a través del mundo de la magia.

-Eres muy joven, ¿cuántos

años llevas en esta carrera?

Comencé con nueve años, cuando la productora del proyecto Yamila Almonte pasó por algunas escuelas primarias del municipio para reclutar muchachos interesados en el mundo de la ilusión. Así que ya hace tres años estoy aquí.

-¿Por qué elegiste la magia?

¿De dónde  es tu pasión?

Esto es algo que me gustó desde chiquito porque es una profesión muy bonita y entretenida. Me enseñó las cosas milagrosas y la ilusión. Imagínate, crear uno mismo algo bonito e increíble frente a mucha gente  y después ver como todos te aplauden con miradas de sorpresa. ¡Esto es un placer maravilloso! Me atrae la magia porque es muy bonita, es diversa y agrada a la gente. Ha influido en mí hasta el punto de rectificar los malos actos.

-¿Cuál fue la actitud de tus padres

cuando supieron que decidiste

trabajar con el señor Gardini?

Mis padres me apoyaron mucho en mi decisión de convertirme en mago, aunque me exigieron que no dejara la escuela porque un mago sin educación no es un buen artista. Ellos piensan que el mago Gardini ha sido una buena guía para todos los niños de la compañía, en especial para mí. Yo era un muchacho muy inquieto e hiperactivo en la escuela y ahora he logrado aprovechar esa intranquilidad en mi trabajo como mago y ganar madurez. Esto me lo ha enseñado Gardini y mis padres se lo agradecen mucho.

-¿Hasta ahora cómo has llevado

este proyecto con la escuela?

En la escuela me va bien, estudio y saco buenas notas. Le dedico tiempo a la escuela y a la magia. Cuando llego a la casa lo primero que hago es hacer todas las tareas, y estudiar un poco el contenido de las clases, a eso le dedico una hora o una hora y media, depende de las asignaturas. En cuanto acabo, me baño, como y dedico toda la noche a ensayar mis trucos y rutinas de magia. Ya estoy como programado, y hasta ahora este sistema me ha permitido llevar satisfactoriamente ambas actividades. Trato de equilibrar la escuela con la magia, cuando tengo algún evento y necesito faltar a clases, hablo con mi profesora y le pido permiso al director de la escuela.

-¿Qué tipo de magia te sale mejor

y cuánto tiempo has entrenado 

para hacerlo bien?

Todos los magos se especializan en la magia en general y algunos toman diferentes rumbos dentro de ella, pero siempre es bueno conocer todas sus variantes. El acto que mejor me sale es la rutina romántica, en la que luego de realizar algunos trucos de manipulación de ramilletes de flores y pañuelos dorados, culmino desapareciendo un candelabro y le entrego a la asistente una rosa. Es un acto que he tenido que ensayar varias veces. Antes de mi primera actuación estuve casi una semana ensayando, pero ya ahora con la práctica solo en 15 minutos tengo lista la rutina.

-¿Cuál ha sido tu mejor

experiencia sobre el escenario?

Mi mejor experiencia fue mi actuación en el evento Ánfora 2013. Este es un concurso importantísimo para nosotros los magos y en él viví una experiencia inolvidable: tuve la oportunidad de trabajar con grandes aparatos y desaparecer a una muchacha dentro de una caja con espadas. Esto fue algo único para mí porque nunca había trabajado con grandes ilusiones, que es como se llama este tipo de trucos.

-¿Qué es para ti lo más difícil

dentro de este mundo de la magia?

Lo más difícil es cuando tú vas a salir al escenario, enfrentarse al público. Si hay muchas o pocas personas influye en tu carácter y disposición, debido a la presión que ejercen, el impacto que te da en ese momento, incrementa los nervios, pero debemos calmarnos y dar lo mejor de sí para entretener a los espectadores.

-¿Cómo fue la primera vez que te

mostraste enfrente del público?

¿Qué sentiste en ese momento?

La primera vez que actué fue muy bonita porque muchas personas vinieron a verme. Fue un viernes de julio, cuando hacía solo una semana que había terminado mi primer semestre en el curso de magia. Estaba muy nervioso. Enfrentarse a otros, bajo el reflector, no es nada fácil, necesité mucha confianza para hacerlo.

-¿Has tenido alguna mala experiencia

en escena? ¿Qué impresión  te dejó?

Una vez, ejecutando el truco de las espadas y la caja, se me cayó una en el suelo a la hora de mostrarlas al público. La asistente enseguida me ayudó a recogerla y entretuvo a los espectadores para que no lo notaran, pero yo me desconcentré mucho y me sentí paralizado. Tuve que salir del escenario sin completar el acto y eso me dejó muy triste, aunque me sirvió de experiencia para nunca más abatirme por un error. Ante un incidente de este tipo, lo mejor es seguir con el espectáculo y no perder la concentración.

-Te has referido a las asistentes,

¿cómo valoras el trabajo de ellas?

Los asistentes son de gran ayuda porque en un acto de magia si al mago se le cae el pañuelo o cualquier instrumento con el que esté trabajando, no puede pararse a recogerlo y para eso, está la asistente que lo ayuda y embellece la pista, contribuyendo al deleite y entretenimiento del público.

-¿Cuál es tu relación con el resto

de tus compañeros y el profesor?

Nuestra relación es buena y nos ayudamos unos a otros. En ocasiones todo lo que necesitas para realizar con éxito una función es el apoyo de tus amigos y eso es lo que somos todos aquí, amigos, más que eso, somos una familia, y el profesor Gardini es como nuestro segundo padre y se ha ganado el cariño, la admiración y el respeto.

-¿Has actuado en otros lugares,

además de teatro Apolo?

Sí, hemos estado en varios teatros infantiles por todo el país, que es otra de las cosas que amo de esta profesión, los lugares que conocemos y visitamos. También he actuado en el Circo Nacional de Cuba en una exhibición conjunta entre magos adultos y magos infantiles. Tuve la dicha de ser escogido para esto y es una de las experiencias más bonitas que guardo. Actuar en otros escenarios es un reto, como en el fútbol, es como jugar en un campo desconocido, y eso siempre influye en los nervios, pero también prueba tu condición de artista por lo que es importante para la formación.

-Aún eres un adolescente, es probable que

tengas algún pasatiempo. Además de la magia,

¿cuál es tu actividad preferida en el tiempo libre?

Mi actividad preferida es la magia, y en mis tiempos libres sigo practicando hasta llegar a la perfección, pero además de esto me gusta el fútbol y el béisbol. Algunas tardes salgo con los amigos del barrio para jugar, pero esto es rara vez, porque en realidad mi pasatiempo preferido es precisamente la magia. Yo disfruto muchísimo lo que hago.

-Entonces, ¿a qué mago admiras?

Un mago internacional que admiro es David Copperfield, pues es muy bueno creando grandes ilusiones y es famoso por sus presentaciones espectaculares. Pero ante todo, admiro al mago Gardini. Porque es nuestro maestro, y nos ha mostrado muchísimo en poco tiempo, y ha sido nuestro guía en este mundo de ilusiones y sueños. Nos ha enseñado como ser éticos y mantener una actitud intachable como artistas. Esto es lo más importante, nos ayudó y aún lo hace, a ser buenos artistas. También nos ha enseñado que el público es lo más importante, que nos debemos a ellos, y que todos los diplomas del mundo no valen nada sin la aprobación de nuestros espectadores, ese es la mayor de los premios.

-¿Qué palabra te evoca la magia?

Para mí la magia es algo que no puedo explicar con palabras. La magia es el arte que refleja lo que uno quiere que el espectador vea, a la vez que lo entretienes y diviertes. Aunque, pensándolo bien, sí puedo decirte: la magia es para mí arte, amor, sueños, los sueños que yo tengo de ser el mejor mago de Cuba.

-Para terminar, ¿puedes decirme adónde

es que se va la muchacha que desaparece

dentro de la caja de las espadas?

Lo siento, pero no le diré, no puedo hacerlo. Esto es uno de los puntos principales de la ética del mago, ni la familia puede saber cómo hacemos los trucos. Solo puedo decir que es una ilusión, una ilusión que hacemos con gusto para el público, para que entre problemas y complicaciones, por unas horas sienta el bello poder de la magia.

Pie de foto: Para mí la magia algo que no puedo explicar con palabras, dice Brayan Acosta, el maguito.

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