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Isla al Sur

TIERRAS EN BANCARROTA

TIERRAS EN BANCARROTA

Alusiones frecuentes en los medios de comunicación, relevante lugar en la generación de alimentos a nivel nacional y sustanciales aportes al turismo habanero y de Matanzas, son recuerdos del pasado, glorioso y efímero, del proyecto Shangai-Habana.

Texto y fotos:
ADIEL GUEVARA RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

En Radio Reloj se informaba: “El proyecto cooperado Shangai-Habana para la producción agrícola, con una inversión cercana a 800 mil dólares, se consolida en Cuba a casi un año de fundado con el incremento progresivo de los rendimientos y el abastecimiento a centros de interés social.

“El programa está ubicado en el poblado de Managua, al Sur de la capital cubana, y ocupa aproximadamente un área de veinte hectáreas que son destinadas a la producción de hortalizas, semillas híbridas de alta calidad y flores.                                                  

“Con treinta y dos casas de cultivo y diez parcelas con modernos equipos de riego soterrado, el plan ha logrado producir altos rendimientos en cultivos tapados, que rebasan considerablemente las producciones alcanzadas por métodos tradicionales.

“Ese programa aglutina a parceleros y poseedores de tierra, agrupados en Cooperativas de Créditos y Servicios; además, es un ejemplo de cooperación y ayuda entre pueblos con intereses similares, así como una muestra de solidaridad entre hermanos”.

Al escuchar entonces la noticia, el pueblo estuvo orgulloso de contar con el privilegio de haber sido escogido para la puesta en marcha de un proyecto que cambiaba su vida para bien.

“Se contempla la introducción paulatina de unas 60 variedades de vegetales, varias traídas desde China”, “en sus primeros 10 meses de labor se alcanzaron rendimientos en cultivos tapados de 500 quintales por hectárea, mientras que en los espacios a cielo abierto la cifra se eleva a 80 toneladas”, hacían notar los principales medios de comunicación del país y mucho asombro causó “la introducción de especies mejoradas de flores, capaces de competir con similares de prestigio en el mundo”.

¡Cuánto esfuerzo perdido por la ambición de unos pocos! 

El surgimiento de un sueño

Nacido en mayo del 2000, el programa estuvo diseñado para fortalecer la producción agrícola en la Isla y durante su inauguración estuvieron presentes directivos del Minagri, el Partido y el Gobierno.

La iniciativa estuvo subordinada a la Empresa de Cultivos Varios Los Tres Picos y el arribo de 1,7 millones de turistas en ese mismo año -cifra máxima desde que en 1996 se logró sobrepasar el millón de visitantes- constituyó su razón de ser.

Edesmérida Reyes Hernández, especialista en Contabilidad que laboró en el proyecto, la cataloga como una de las mejores inversiones que se han hecho en el país. Por la parte asiática, eran nueve los principales accionistas que trajeron la mayoría de la tecnología y habilidades de cultivo. El propósito final era que Cuba adquiriera conocimientos en la creación y manejo de especies híbridas con alta calidad para el mercado interno en divisas.

Los trabajadores iniciales, pertenecientes al sector estatal, se encargaron de levantar las casas de cultivo protegido e instalar, con asesoría extranjera, todo el sistema de riego. La selección del lugar no fue casual. Se hacía imprescindible disponer de un terreno inclinado que  posibilitara trasladar el agua por gravedad y contara con pozos para abastecer a las plantas.

Frutos del amor

El cultivo protegido se diferencia del tradicional en que puede mantenerse durante todo el año y ante cualquier situación climática adversa. La ocurrencia de plagas o pérdida de cosechas por lluvias excesivas están prácticamente descartadas como factores de riesgo mediante este sistema de alto rendimiento.

Cuenta Virginia Matos Silva, jefa de finca durante esa época de abundancia, que bajo los inclementes rayos solares del mediodía podían verse, como cualquier obrero más, a aquellos especialistas que comenzaron a ser llamados cariñosamente como “los chinos”.

Deborah Prado Martínez, ingeniera Fitosanitaria, refiere que las 60 variedades vegetales introducidas, muchas traídas desde la nación de la seda, demostraron capacidad de adaptación a nuestro medio tropical. “Los enormes pepinos y tomates de dos libras o más, aquí cosechados, evitaban molestias en personas intolerantes a las semillas, pues no las poseían”, recuerda con nostalgia.

La finalidad de su creación (alimentos para el turismo) no eximió de responsabilidad social al esperanzador proyecto conjunto. Siempre había excedentes de frescas verduras para comercializar en el pueblo. De esta forma, círculos infantiles, escuelas, hospitales y hogares de ancianos se vieron surtidos de lo que aportaba el trabajo agrícola en Managua.

Una nueva cultura culinaria, proveniente del gigante asiático, se posesionó del poblado. Especies tales como la col china, acelga, coliflor, brócoli, espinaca y el rábano blanco, devinieron en opciones, poco conocidas hasta el momento, que ampliaban el menú de las ensaladas criollas.

Las flores, como cualquier bíblico vergel de abundancia primigenia, no se obviaron de los planes. La lugareña Mayda Rodríguez Álvarez comenta que muchas macetas contenían diversidades insólitas de gladiolos blancos, morados y el tan acostumbrado rosado. La lista extendía su alcance a dalias, margaritas, girasoles, lirios, amapolas, crisantemos y tulipanes, todos de competencia mundial.    

Aquello podía ser lo más semejante al paraíso.  

El cubano cuando no llega…

“Los obreros recibían estímulos semanales consistentes en alimentos, módulos de ropa y artículos de aseo e higiene doméstica. Incluso, se vendieron bicicletas en 130 pesos (MN) a todo el personal”, afirma Virginia Matos. Pese a que estas condiciones de trabajo deberían ser suficientes para conformar a los más exigentes, la ambición e inconformidad humana con su medio es insaciable. Según relata, con el paso del tiempo se fueron “extraviando” de formas enrevesadas muchos medios básicos, salidos de una costosísima inversión.

Situaciones como estas, hicieron sentirse extrañados a “los chinos”, quienes alegaban que en su lugar de origen al que robaba se le cortaba la mano transgresora, pero aquí no sucedía nada. Igual incomprensión les generó las frecuentes reuniones que los cubanos gustaban efectuar y que absorbían preciadas horas de labor en el campo. Decían que en China se sudaba más de lo que se hablaba, en contraposición con Cuba.

Como no hay peor cuña que la del mismo palo, la mentalidad retrógrada que imperaba en la época de evitar a toda costa la profundización de las, siempre existentes, diferencias sociales, se vio reforzada con la negación de un estímulo en divisa propuesto por los inversionistas asiáticos. Dicha acción, desafió la sagrada obligación de premiar el esfuerzo de quien más aporte a la sociedad.

Las recientes asperezas, añadidas a otras de carácter personal, marcaron el inevitable regreso de los asesores a China, en el 2004, hasta la oficial renuncia en 2007. El declive llegó como única opción para el tan alabado programa de cooperación mixta.

Desidia + Falta de dinero = Hierba mala

“La mitad de los túneles están inservibles y de las cuatro casas grandes de tapado, solo una se puede utilizar”, lamenta el obrero especializado Gerónimo Verdecia Hidalgo, quien mira con tristeza e impotencia cómo se pierde el esfuerzo de tantos años, sin que aparentemente a nadie le importe.

“Hace siete meses que no teníamos semillas, pues la empresa no las provee y durante ese tiempo tampoco se les pagó a los trabajadores”, asegura Celia Matos Silva, en otro tiempo, secretaria del sindicato durante el proyecto. Ante tal problema se suma una deprimida plantilla laboral, reanimada mediante la presencia de reclusos. No hay forma de crear vocación por algo tan comprometido como la agricultura, el interés debe germinar natural y sin imposiciones.  

Las sustracciones de los elementos que conforman la armazón metálica, los nylon y las mallas de las casas de cultivo protegido, ante la inexistencia de alguien que realice guardia para cuidar el deteriorado proyecto, son escenas cotidianas. Rosa Pozo Rojas, una de las jefas de finca actuales, alerta que “los muchachos de la zona acuden a veces aquí para robarse trozos de malla que sirven en la confección de jaulas o redes para pescar”.
            
El precio de pago, variable y bastante injusto en la mayoría de los casos, a los trabajadores por cada libra cosechada, dejan escasas posibilidades a una remuneración racional. La misma Rosa mostró vales que consiguió al entregar su producción de tomates híbridos de gran calidad, después de tres meses de ardua labor y solo le pagaban entre 1,60 y 1,90 la libra. Sin aún haber descontado los impuestos de electricidad, fertilizantes y demás, el cálculo daba poco más de 250 pesos para vivir durante todo un mes. 

Modesto Sánchez, director de la Empresa de Cultivos Varios Los Tres Picos, alega que por diferentes problemas económicos, ajenos a la voluntad del organismo, se ha retrasado una reparación general, pero que próximamente se llevará a cabo un levantamiento para determinar cuánto invertir a fin de restablecer su valor de uso.

También explica que los sistemas de cultivos protegidos más extendidos son israelitas y españoles, pero que estas construcciones son atípicas y actualmente no se cuentan con contratos que permitan la compra directa de las piezas de repuesto de origen chino. “Una comisión, creada por el Minagri, está recogiendo información sobre las necesidades de inversión en lugares similares, para continuar la gestión con varios proveedores internacionales”, agrega el directivo.    

Promesas y más de lo mismo no son aderezos imprescindibles para aliñar las ensaladas ausentes, antes garantizadas con Shangai-Habana. Los 14 años de explotación y “sustracción” del espíritu productivo hacen que impere un ambiente desalentador, sin metas o propuestas de superación. Solo la maleza, que crece en las destartaladas casas, ostenta la “distinción” de saberse como el único cultivo de frecuente sobrecumplimiento. Un ejemplo como este tiene sus negativas réplicas a lo largo y ancho del país, sin que aún se halle, visible, el horizonte que le dé solución.

Pie de fotos: 1-La falta de atención es el viento huracanado que más duramente azota a estas frágiles granjas. 2-Los asesores chinos fusionaron sus técnicas agrarias con el conocimiento de los cubanos.

Ficha Técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de entrada: De cita.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transición: Repetir un concepto en cada uno de los segmentos que se desea relacionar, pero empleando términos diferentes.
Tipo de cierre: De incógnita.
Tipo de reportaje: Proyectivo.

Tema: Producción agrícola del proyecto Shangai-Habana, antes y después de su desaparición, para el turismo y la población en general.

Situación problémica: Abandono de las instalaciones pertenecientes al antiguo proyecto, disminución en calidad y cantidad de su producción e inexistencia de trabajadores interesados en labrar sus tierras. 

Objetivos colaterales: 1-Demostrar la dejadez hacia esta antigua granja de reconocimiento nacional por parte de la empresa a la que pertenece. 2-Contrastar los períodos de abundancia y escasez experimentados en el lugar a partir del declive y desaparición del proyecto.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

“UN EJEMPLO DE HERMANDAD CHINO-CUBANA”, de Radioreloj.cu, consultado el 27 de abril del 2014.

Memoria y Declaración “La integración de la agricultura urbana en el desarrollo sostenible de las municipalidades”, 26 de noviembre en Lima, Perú.

Activas:

Especializadas y protagonistas:

Celia Matos Silva, secretaria del Sindicato en el proyecto.

Deborah Prado Martínez, ingeniera Fitosanitaria.

Edesmérida Reyes Hernández, especialista en Contabilidad.

Gerónimo Verdecia Hidalgo, obrero especializado.

Modesto Sánchez, director de la Empresa de Cultivos Varios Los Tres Picos. Fuente oficial.

Rosa Pozo Rojas, jefa de finca.

Virginia Matos Silva, jefa de finca.

Activas no especializada:

La lugareña Mayda Rodríguez Álvarez es una fuente en calidad de testigo.

Tipos de juicios:

Analíticos: Deborah Prado Martínez, ingeniera Fitosanitaria; Rosa Pozo Rojas, jefa de Finca; Gerónimo Verdecia Hidalgo, obrero especializado; Celia Matos Silva, secretaria del sindicato en el proyecto; Virginia Matos Silva, jefa de finca; y Mayda Rodríguez Álvarez.

Sintéticos: Modesto Sánchez, director de la Empresa de Cultivos Varios Los Tres Picos; y Edesmérida Reyes Hernández, especialista en Contabilidad.

De valor: Las declaraciones dadas por las fuentes especializadas son juicios de valor.

Soportes:

Hecho: Olvido de las instalaciones agrícolas en Managua, a 14 años de su fundación, y deplorable estado de sus estructuras productivas.  

Antecedentes: Muchos medios de prensa nacionales se hacían eco de los provechosos y venideros logros que estaba demostrando el proyecto Shangai-Habana. Con la partida de sus principales impulsores asiáticos, vio devorado su esplendor con el paso del tiempo y la indolencia impune de aquellos que robaban sus preciados componentes.

Contexto: La Empresa Los Tres Picos proyecta su intervención con reparaciones financiadas por el Minagri, debido a su lamentable estado. Los pagos a los trabajadores sufren atrasos indeterminados por no haber producción. Cuando logran obtener sus vales de pago, la cifra que recompensa el sudor de su trabajo es irrisoria.  

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Crisis económica mundial y alimentaria. Dependencia de Cuba, por ser un país subdesarrollado y bloqueado, de un mercado fluctuante. Los costos en equipos agrícolas son elevados por tener que importarlos de lejanas naciones. Escasez de piezas de repuesto para la instalación por ser de atípica construcción.

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