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Isla al Sur

¿QUÉ PASÓ CON DON GERARDO?

¿QUÉ PASÓ CON DON GERARDO?

A 135 años del natalicio del historiador guanabacoense Castellanos García, pocos han sido los intentos para rescatar y divulgar sus trabajos.

Este trabajo obtuvo Premio Relevante en el Forum de Historia de la Universidad de La Habana, 2014.

Texto y foto:
ZULEMA SAMUEL DEL SOL,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Los biznietos de Gerardo Castellanos García, a 135 años del natalicio del investigador (2014), se preguntan por qué su obra no aparece en librerías, no se presenta en las clases de Historia de Cuba y apenas es un referente de volúmenes mínimos en bibliotecas especializadas.

Esperanza, la hija del ilustre estudiosos de José Martí, les cuenta del muchacho de Cayo Hueso, emigrado a Cuba con 20 años, en 1899. Relata las andanzas independentistas que realizó en Estados Unidos y sus más de 40 libros, dentro de los cuales destacan las biografías de Calixto García, Serafín Sánchez, Néstor Aranguren, Juan Bruno Zayas, Ignacio Agramonte y la primera que se escribiera de Francisco Gómez Toro.

Ella guarda las hojas mal encuadernadas de un viejo discurso de Néstor Carbonell y Rivero, miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras y otras instituciones de la época, durante la sesión solemne dedicada al primer aniversario de la muerte de Castellanos García, en 1957. Este escrito recoge las proezas de su padre como individuo de número de la Academia de Historia, integrante de la Sociedad Geográfica y presidente del Liceo de Guanabacoa.

Sin embargo, “esta figura no se incluye en el actual plan de estudios de la carrera de Historia porque no se considera una de las más representativas dentro de la dinámica socio-política, ni de la producción historiográfica de la Isla en el siglo XX, si de aportes se trata”, aseguró Fabio Fernández Batista, a cargo del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana.

Por su parte, Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos (CEM) y encargado de la edición crítica de las obras completas de José Martí, explicó que “García es un hombre relevante dentro del gremio. Lo recuerdan a él y a su obra quienes deben hacerlo. La misma historia va decantando las figuras y no podemos orientar a los medios de comunicación y a la memoria de una sociedad hacia todas las personalidades de las distintas épocas”.

Gerardo Castellanos recopiló en varios volúmenes la historia de Guanabacoa, localidad en la que residió gran parte de su vida. Esta labor investigativa lo convirtió en una figura representativa de la zona, donde se mantiene conservada la residencia que habitó, ahora custodiada por una pequeña tarja biográfica.

“La influencia del mambí de la pluma, como lo llamaban sus contemporáneos, cobró tan altos vuelos en este territorio, que los vecinos y autoridades del lugar decidieron otorgarle su nombre a la Biblioteca Municipal durante toda una década (1959-1969). En la actualidad, todavía hay quienes revisan los escritos y pertenencias de Gerardo, guardados en dicha institución, y celebran junto a los pobladores de la zona los aniversarios cerrados de su natalicio y defunción. Sin embargo, fuera de los límites de la otrora villa, se ha tornado un desconocido”, explicó Lourdes Mellet, directora del Museo de Guanabacoa.

Sobre el tema, Horacio Díaz Pendás, asesor Nacional de Historia del Ministerio de Educación, advirtió que es muy difícil incorporar en la carrera a las personalidades de los diferentes municipios que hubo en el pasado e incluso en el presente. No obstante, cada esfuerzo realizado en pos del rescate de sus obras es válido y necesario, ya que si vemos este desconocimiento desde la perspectiva cultural de las próximas generaciones, la situación se vuelve preocupante.

Otro motivo de su escasa mención pudiera ser que hombres como Gerardo, con un enfoque narrativo de los hechos no son estudiados porque no marcaron hitos en el modo de proyectar un determinado contexto o simplemente porque no seguían métodos científicos de mucho valor desde el punto de vista de la historiografía actual, explicó René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba.

Rodríguez, Premio Nacional de Historia en el año 2010, secundó esta idea al relatar las vicisitudes sufridas por el CEM durante el proceso de reedición realizada al libro Misión a Cuba. Cayo Hueso y Martí, en el 2009, donde la ausencia de referencias bibliográficas que caracterizaba la obra de Gerardo Castellanos dificultó la labor investigativa de los editores. Aunque destacó que esto no le resta valor testimonial o crítico al texto.

Pero detrás del olvido casi general ante este tipo de figuras, se esconde un problema mayor. Así lo explicó Fernández Batista al atribuir la poca divulgación de la obra de personalidades como Castellanos a la pendiente reconstrucción de la historia intelectual de la Cuba Republicana.

“La época neocolonial es un período todavía muy visto en blanco y negro, muy centrado en los aspectos político-económicos donde la dinámica ideológica no ha sido analizada con todos sus matices, que haya vacíos sobre una figura como Gerardo Castellanos es lógico si tenemos en cuenta la ignorancia existente sobre la República, en general”, agregó.

Díaz Pendás defendió la búsqueda que se realiza en la actualidad hacia una nueva visión de la etapa republicana, ya que en nombre de la crítica antiimperialista fue presentada durante años como “un monolito de maldad, ausente de las aristas y la policromía que distingue a la historia”.

Sea cual sea la razón de las escasas referencias a su trabajo tanto en el gremio como en las aulas y librerías, no se puede, como enunció Pendás, perder otro minuto de la vida de estos hombres en los cuales se guarda la esencia de la Cuba verdadera.

Pie de foto: Portada del ensayo Elogio del Sr. Gerardo Castellanos García, del fallecido investigador cubano Néstor Carbonell y Rivero.

Ficha Técnica: 

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial Imaginativo.
Tipo de nota: Interpretativa explicativa.

Tema: El desconocimiento de la obra de Gerardo Castellanos García dentro del gremio de los historiadores.

Propósito: Ahondar en las causas de las escasas referencias propiciadas a Gerardo Castellanos García en la actualidad.

Objetivos colaterales: Mostrar la labor investigativa de Gerardo Castellanos durante la República. Contrastar  opiniones sobre la  importancia del estudio de esta figura en la actualidad.

Estrategia de fuentes:

Directas:

Fabio Fernández Batista, licenciado a cargo del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana (Oficial, Implicada).

Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos (CEM) y encargado de la edición crítica de las obras completas de José Martí, Premio Nacional de Historia 2010. (Oficial, experto)

Lourdes Mellet, directora del Museo de Guanabacoa (Especialista, Implicada).

Horacio Díaz Pendás, asesor Nacional de Historia del Ministerio de Educación (Especialista).

René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba (Oficial).

Documentales:

Carbonell y Rivero, Néstor: Elogio del Sr. Gerardo Castellanos García. Ed. El Siglo XX, La Habana, 1957.

Castellanos García, Gerardo: Misión a Cuba. Cayo Hueso y Martí. Ed. Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2009.

Soportes a emplear:

Hecho: El desconocimiento de la obra de Gerardo Castellanos García dentro del gremio de los historiadores.

Contexto: El aniversario 135 del natalicio de Gerardo Castellanos García.

Antecedentes: La obra de Gerardo Castellanos, relevante historiador de la República y figura representativa de Guanabacoa, ha sido poco referenciada en las últimas décadas.

Tipos de juicios:

Lógico-Analíticos: Algunas de las intervenciones del licenciado en Historia, Fabio Fernández Batista y el especialista Horacio Díaz Pendás contribuyeron al análisis de la situación problémica.

De valor: Se presentan valoraciones y criterios del Premio Nacional de Historia 2010, Pedro Pablo Rodríguez, el estudioso Horacio Díaz Pendás y la directora del Museo de Guanabacoa, Lourdes Mellet.

Lógico-Hipotéticos: La explicación dada por el presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios.

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