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Isla al Sur

EL COME VIDRIO ARTEMISEÑO

EL COME VIDRIO ARTEMISEÑO

El sancristobalence Roberto Salaverry Díaz tiene una extraña obsesión: ingerir vasos, copas, platos, jarras y hasta tubos de luz fría. 

Texto y foto:
LÁZARA THALÍA FUENTES PUEBLA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Vasos, copas, platos, jarras y hasta tubos de luz fría conforman la dieta del sancristobalence Roberto Salaverry Díaz, quien desde hace tres lustros se propuso ganar apuestas, y hoy su dieta se convierte en una extraña obsesión.

“Cierta noche, hace 15 años, soñé que estaba comiendo una botella de cerveza y cuando me levanté quise comprobar si podía y la ingerí sin ningún trabajo; hasta sentí placer y desde ese momento, cuando no lo hago, el cuerpo me lo pide”, expresó Salaverry.

Por su parte, Maricela González Cabrera, vecina del “traga vidrios” artemiseño, comentó que ha presenciado el hecho varias veces, pues son producto de apuestas mayormente, pero nunca lo ha visto sangrar. Para demostrar su habilidad, los ha comido públicamente y después toma agua, como si masticara chicharrones.

Los amigos, al conocer lo raro de este proceder y preocupados  por su salud, lo llevaron al policlínico docente Camilo Cienfuegos,  en busca de atención especializada para prever cualquier consecuencia, tanto física como psicológica.

Fue sometido a un examen completo y examinado por el cirujano en primer grado Gabriel González García y el imagenólogo Rigoberto Barreto Puertas, quienes aseguraron que Salaverry puede morir de cualquier enfermedad, menos por comer vidrio.

“En la radiografía simple y con contraste se observó la imagen subjetiva del cuerpo extraño ingerido por el paciente. Desde el punto de vista sintomático está completamente sano, no presenta ninguna lesión, ni sangrado interno. Llevo casi 35 años en esta profesión y jamás he visto una actitud semejante, es increíble” refirió Barreto.

Además, explicó que a pesar de sus tres lustros engullendo vidrios,  los exámenes demostraron que el aparato digestivo está en perfecto estado, y con cincuenta años de existencia conserva la dentadura adecuadamente.

Esta actitud va en contra de la naturaleza humana, puede ocasionar daños irremediables en las cavidades gástricas y conducir a una muerte por sangramiento interno. En el caso de Salaverry, se  recomienda que cese esta práctica, pues en algún momento sus dientes comenzarán a deteriorarse,  señaló  González.

Según el propio Salaverry puede mantenerse hasta un mes sin ingerir su típica dieta, aunque en ocasiones lo hace varias veces al día. Es un arte, del cual disfruta y  se aprovecha.

Después de un estudio por parte del psicólogo José Armando Amaro Blanco, quien trabaja en el policlínico Camilo Cienfuegos, se concluyó que este hecho es producto de un trastorno patológico llamado Hyalophagia. Según información recogida en el sitio web Infomed, dicha enfermedad es mayormente una manera de llamar la atención o de ganar alguna apuesta, por personas rechazadas en el seno familiar y social.

Pie de foto: Roberto Salaverry consume cualquier objeto de vidrio, sin tener ninguna  afectación en su sistema digestivo.

Ficha técnica:

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