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Isla al Sur

LA VIDA EN MULTIVIRAL

LA VIDA EN MULTIVIRAL

ALAIN MIRA LÓPEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El sonido de la alarma del teléfono me despierta, indica que de no apurarme, no estaré a tiempo en la Facultad y hoy no puedo faltar, pues una colega prometió traerme las canciones de la última producción de Calle 13: “Multiviral”.

Desespero, quedan solo treinta minutos para llegar y aún estoy “Adentro” de mi casa, debo salir rápido, pues la ruta P-2 es inestable, a veces pasa en hora, pero en otras ocasiones no.

El ómnibus se retrasa, me traslado a otra parada y, por suerte, la 174 pasa de forma frecuente, mas, logro subir en ella con el esfuerzo de mil dioses, pues la cantidad de personas que esperaban un autobús era abismal.

Es increíble “El aguante” de los cubanos para mantenernos, al menos, diez minutos apretados como sardinas, soportando un calor sofocante, casi sin poder respirar, y cuando lo haces sientes un olor insoportable de alguien, lo cual te hace pensar que es mejor taparse la nariz.

A la hora de bajar, quienes están en la parada de Bohemia se impacientan por abordar la bestia rodante y no dejan salir a casi nadie, esto pone mi cabeza como una cafetera, pero, en ese momento, oigo la canción que suena en las bocinas de la guagua, “Los idiotas”, por casualidad de Calle 13, y los perdono, pues “todo el mundo tiene un porcentaje de idiotez en su genética”.

Una vez fuera de la 174, “Cuando los pies besan el piso”, una voz interior te dice: “Respira el momento”, y lo haces, disfrutas el aire fresco, más no me detengo, camino dirección a la Facultad, a la búsqueda de Multiviral.

Cada vez estoy más cerca de concluir de forma exitosa la misión, casi no resisto la tentación de sentir cómo la música hace volar mi imaginación “Fuera de la atmósfera del cráneo”, solo la buena música lo consigue, pienso que esta puede lograrlo.

Me siento “Perseguido”, esa sensación inunda mi cuerpo, me volteo y veo una chica con unos “Ojos color sol” muy impresionantes, seguro era del grupo de estudiantes que “Me vieron cruza” la calle, después de salir del ómnibus.

Con algo de pena se acerca y pregunta “si por casualidad tenía en mi poder el último CD de Calle 13” y, aunque no lo poseo, le doy respuesta afirmativa, actué como “Gato que avanza, perro que ladra”, pero, imagínense, debo volver a ver esos ojos, me hacen soñar, “Así de grande son las ideas” de un joven como yo.

Al fin llego al aula, como era de esperarse, mi colega no falló. Velozmente, copio las canciones, al terminar enciendo el reproductor y, al oírlas, siento la magia de la melodía y la letra juntándose en fascinantes acordes. De pronto comienzo a volar en el limbo creado por la música, más, aterrizo, aún tengo una cuenta pendiente.

Con rapidez, salgo y los ojos más bellos jamás vistos se acercan por el pasillo con dirección hacia donde estoy parado; ahora, el apenado soy yo. Le ofrezco un audífono, quiero que se quede conmigo, y lo acepta. Multiviral tiene magia, me parece evidente, está en la vida cotidiana.

 

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