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Isla al Sur

¿Y TÚ QUÉ ERES?

¿Y TÚ QUÉ ERES?

Tendencias, modas, gustos musicales, o simplemente alguna que otra preferencia de cualquier tipo, aglutina tanto a jóvenes como a no tan jóvenes que hoy día conforman en nuestro país las llamadas tribus urbanas.

DAVID DELGADO SECO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Rostros juveniles tanto extraños como comunes, personas que comparten un mismo estilo de vida —formas de vestir, peinados, gustos por determinados géneros musicales, etc.— e integran asociaciones espontáneas entendidas como sucesos subculturales que se desarrollan y originan en los espacios civiles; las denominadas “tribus” urbanas gozan en la actualidad de muchos seguidores en Cuba.

Debido al incremento de la accesibilidad a la información por diferentes vías como internet, antenas de televisión clandestinas, introducción desde diferentes países de productos de comunicación audiovisual…, ha aumentado la variedad de estas llamadas tribus, cuya distinción principal está dada por el consumo cultural de la música: los “rockeros”, divididos en metaleros, punkis, nuevos metaleros, hippies y frikis; los "mikis", volcados en la electroacústica, disco y trova; los "reparteros", seguidores del reggaetón, hip hop, rap o timba; y los casi extintos "emos", incondicionales del subgénero de rock emocional.

En el ámbito científico, pocas miradas han tocado este fenómeno social, surgido por la emergencia de identidades nuevas entre "una población joven y adolescente que necesita distinguirse", según la psicóloga Daybel Pañellas, profesora de la Universidad de La Habana.

Por otra parte, lejos parecen haber quedado las persecuciones y tormentos que sufrieron los rockeros, pioneros de estas tribus urbanas en la isla caribeña durante los años 60, por escuchar a Elvis Presley y a los Beatles. En aquel entonces, todo el que consumiera música en inglés o usara cabello largo era acusado de "diversionismo ideológico". No era, pues, bien recibido en casi ninguna parte.

Hoy día, como las manadas, cada tribu ocupa su espacio en la avenida G, del Vedado, y la madrugada transcurre sin tensiones, marcada por el consumo de ron y tabaco, y la vigilancia, distante pero atenta, de agentes del orden público. Aparentemente nada los diferencia de los jóvenes que se identifican de manera similar en Londres, Nueva York o Berlín.

La agresividad simbólica o física centra a toda la diversidad de tribus en Cuba y se refleja en sus estéticas: reivindicadoras de la raza negra en los rastafaris; oscuras e imponentes en rockeros; irrevocablemente andrógina en los emos; sobresaliente para los reparteros; y a través del dibujo clandestino en los grafiteros. Así van las tribus.

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