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Isla al Sur

MUSEO NAPOLEÓNICO: EL MÁS COMPLETO DE AMÉRICA

MUSEO NAPOLEÓNICO: EL MÁS COMPLETO DE AMÉRICA

Inaugurado el primero de diciembre de 1961, el habanero Museo Napoleónico sobresale entre sus homólogos de este continente.

Texto y fotos:
ARIEL PAZOS ORTIZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Más de 7 400 objetos pertenecientes a Napoleón Bonaparte, o relacionados con su contexto histórico, integran la colección del Museo Napoleónico de La Habana, el más completo de su especialidad en este continente, según declaró la Máster en Historia Adiana Winter, museóloga del recinto desde hace 19 años.

El ya desaparecido periodista español Manuel Vázquez Montalbán en el texto “Y Dios entró en La Habana” también lo sitúa como el primero de América. Por otra parte, Winter aseveró que está catalogado entre el segundo-cuarto lugar a nivel mundial de su tipo. Otras fuentes lo sitúan entre los cinco más importantes del orbe, pues en Europa son destacados el de Roma, el de Mónaco, el de Ligny (Bélgica) y el del Castillo de Malmaison (Francia), pero con discrepancias en la jerarquización.     

El museo ocupa el palacete renacentista florentino Dolce Dimora, antigua residencia de Orestes Ferrara, considerado el italiano-cubano más notable por su participación en la Guerra del 95 y en la política republicana. Por otra parte, el grueso de la colección perteneció al venezolano-cubano Julio Lobo, primera fortuna del país en la década de 1950, quien estuvo unos 40 años adquiriendo estas obras, vendidas o subastadas en Estados Unidos y Europa.

De las piezas exhibidas sobresalen por su valor histórico-artístico la escultura que le hizo Antoine Canoval a Napoleón cuando era cónsul; un óleo sobre tela, hecho por Jean Vibet; dos pistolas que portaba cuando invadió Rusia en 1812; un sable turco perteneciente a Joachim Murat, su cuñado y mariscal francés, una espada con el monograma borbónico, la lámpara de bronce dorado que regaló a su esposa Josefina, un reloj de bolsillo que, traído a Cuba, le fue regalado a Vilma Espín por su boda, y documentos de la época, entre otras.

La última obra se agregó el pasado 19 de febrero (2015). “Es un retrato que un estadounidense le hizo a Ferrara cuando era embajador en Washington. Fue adquirida a través de la Oficina del Historiador, aunque se conoce todavía poco de ella, incluso a su autor”, declaró Winter.

En octubre de 1960, cuando se aprobó la Ley de las Nacionalizaciones, Lobo abandonó el país y dejó la colección a cargo de Natalia Bolívar (descendiente de una familia emparentada con El Libertador y miembro del Directorio Revolucionario), que trabajaba en el Museo Nacional de Bellas Artes, pues tenía cierto acercamiento con los Lobo, según datos aportados por la propia Natalia en entrevista sostenida con Winter.

“Ella era directora técnica de Bellas Artes y Fidel Castro la nombró interventora de todos los museos. Luego, Bienes Malversados le cedió la mansión para crear el Napoleónico, aunque primero se pensó hacer uno florentino, por el estilo de la construcción. Yo vine  con ella, de chofer, junto con otro compañero del Directorio que era escultor: Eugenio Rodríguez”, reveló Erasmo Puig, fundador en el  cargo de superintendente general y luego  jefe de mantenimiento.

“Para aquí vinieron cosas y no sé a dónde fueron después. Por ejemplo, una urna, que cuando se ponía a la corriente se encendía y se veían unos puntos rojos en representación del entierro de Napoleón y de las salvas lanzadas tras su muerte”, agregó Puig. 

Pie de foto: El palacio renacentista ecléctico La Dolce Dimora fue la residencia del italiano-cubano Orestes Ferrara, quien al triunfo revolucionario de 1959 era representante de Cuba en la UNESCO.  

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.  
Tipo de lead: Sumario de Qué.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.
Tipo de información: Ligera, blanda, que afirma, de hecho consumado.
Tipo de fuentes: No documentales, documentales, primarias, directas, complementarias.
Primer valor-noticia: Curiosidad.
Otros dos valores-noticias: Prominencia del protagonista. Interés colectivo.

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