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Isla al Sur

CARPENTIER, EL HOMBRE DE TINTA Y PLOMO

CARPENTIER, EL HOMBRE DE TINTA Y PLOMO

DENISSE MACHADO TABOADA, DANIELA HERNÁNDEZ GARI, YAIMA MALAGÓN FRANCHI-ALFARO, LAURA MERCEDES GIRALDEZ COLLERA Y DINELLA TERESITA ACOSTA GARCÍA,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Al hablar de Alejo Carpentier evocamos a alguien con la habilidad de convertir las palabras en una experiencia sensorial. En cambio, nos es extraña la pluma del hombre de tinta y plomo. Según se admira al narrador, se suele obviar su devoción al periodismo que fue la base en buena medida de toda su obra literaria. 

Mucho antes de que se publicara su primera novela, y con menos de veinte años, ya era reconocido dentro del mundo de la prensa. Se considera como su primer artículo Pasión y muerte de Miguel Servet por Pompeyo Gener, publicado el 23 de noviembre de 1922 en el periódico habanero La Discusión, pero el investigador Sergio Chaple expone que en realidad fue Las dos cruces de madera, fechado el 5 de ese mes e impreso bajo el nombre de su madre. 

Carpentier  produjo cerca de cuatro mil trabajos periodísticos, pero el estudio de su obra suele circunscribirse a unos pocos textos referenciales. Y es precisamente dentro de sus publicacionesen la prensa impresa donde encontramos detalles de la vida del hombre más allá de la ficción. En ellas se alude a experiencias personales que luego formaron parte de El recurso del método y La consagración de la primavera.

Las referencias en sus novelas a las materias que más le gustaban–como la música o el ballet, que lo apasionaban– casi siempre tienen su correspondencia en artículos periodísticos.

Según el Doctor en Ciencias Filológicas e investigador del Instituto de Literatura y Lingüística y el Centro de Estudios Martianos, Salvador Arias, esto es muy evidente durante su etapa en Venezuela, pues allí se observa una correlación entre el periodismo que aborda la naturaleza venezolana, sus experiencias en ese país y Los pasos perdidos donde también se incluyen estos elementos.

A través del periodismo vemos al Carpentier humano que formaba parte de su época y que, hombre al fin, prefirió usar el pseudónimo femenino Jacqueline para “poder hablar a las mujeres desde una página de moda dedicada a ellas sin afectar su imagen. Esto demuestra la sensibilidad y las posibilidades que tenía”, acotó Salvador Arias.

Su gran conocimiento estaba muy relacionado con las experiencias vitales adquiridas por él durante la práctica como reportero y cronista de publicaciones como Diario de la Marina, Información, El Nacional, Carteles, entre otros.

Marta Rojas, Premio Nacional de Periodismo José Martí en 1997 y reportera de Granma, asegura que el hecho de ejercer el periodismo le dio una visión mucho más amplia y le sirvió de vehículo, a veces inconscientemente, para enriquecer su literatura.

Pero el ciudadano común desconoce estas aristas de su obra, incluso cuando, según lo expresado por Eduardo Heras León en una conferencia sobre el autor, sus crónicas, publicadas en la sección Letras y Solfa de El Nacional, son “verdaderos modelos de periodismo cultural, escritos con un estilo que sabe combinar sabiamente, lo anecdótico con la referencia erudita”.

“El ciudadano común lo ve más como novelista porque el periodismo, a pesar de quedar registrado para la historia, es efímero, dura hasta que viene el próximo periódico o emisión radial y televisiva. Pero hay que conocer al Carpentier periodista y se debiera estudiar mucho más esta faceta de él”, aseveró Marta Rojas. 

En su artículo para la agencia de noticias Prensa Latina, Sonia Sánchez expresó que el escritor de El siglo de las luces rechazó la idea sostenida por algunos de que el artículo periodístico muere con el decursar del tiempo, y a su vez considera al periodista como “historiador”, quien recoge la participación inmediata y el estado vivo del acontecimiento.

Una anécdota muy curiosa, relatada por Marta Rojas, es que durante su estancia como Consejero Cultural en la embajada de Cuba en París asistió, como público, no como reportero, a un concurso de piano. Al terminar el concierto, fue directamente a Prensa Latina para preguntar a Granma a través de un teletipo, si le daba tiempo a realizar una crónica antes del cierre del periódico.

Para Carpentier, no bastaba con ser uno u otro, él se veía a sí mismo como una mixtura.

Durante la conferencia El periodista: un cronista de su tiempo, impartida a los trabajadores del periódico Granma, dijo: “Se suele decir escritor y periodista, o periodista más que escritor o escritor más que periodista. Yo nunca he creído que haya posibilidad de hacer un distingo entre ambas funciones, porque, para mí, el periodista y el escritor se integran en una sola personalidad”.

Al resumir en un axioma la importancia del periodismo carpenteriano, la bibliógrafa y Jefa del Departamento de Investigación de la Biblioteca Nacional José Martí, Araceli García Carranza, declaró: “Martí en el XIX y Carpentier en el XX”.

Esta es la justa premiación del trabajo de  cincuenta y ocho años de un hombre que vivió para escribir, escribiendo como vivió.

Bibliografía:

Capentier, Alejo. 1975. El periodista: un cronista de su tiempo. Granma. La Habana: Ediciones Granma, 1975.

Carpentier, Alejo. 1929. Influencia que ejerce el periodismo en los escritores modernos. Diario de la Marina. 22 de mayo de 1929.

Chaple, Sergio. La primera obra de Alejo Carpentier. Consideraciones en torno a la génesis de su narrativa y labor periodística. Fundación Alejo Carpentier. Mecanuscrito. No. 75 : 11.

García Cardentey, Mayra. 2015. Instituto Internacional de Periodismo "José Martí". [En línea] 4 de mayo de 2015.

 https://periodismojosemarti.wordpress.com/

2010/06/04/ballet-alejo-carpetier-

periodismo-cuba-conferenciasntier-2/.

López Lemus, Virgilio. Alejo Carpentier. La Habana: Editorial de Letras Cubanas.

Sánchez, Sonia. 1995. Alejo Carpentier: "El periodista es el novelista del futuro". Prensa Latina. La Habana, Cuba: s.n., 2 de diciembre de 1995.

Fuentes no documentales:

Marta Rojas, Premio Nacional de Periodismo y reportera del diario Granma.

Salvador Arias, Doctor en Ciencias Filológicas e investigador del Instituto de Literatura y Lingüística y el Centro de Estudios Martianos.

Araceli García Carranza, bibliógrafa e investigadora de la Fundación Alejo Carpentier y jefa del Departamento de Investigación de la Biblioteca Nacional José Martí.

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