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Isla al Sur

HISTORIAS EN PUNTILLAS DE PIE

HISTORIAS EN PUNTILLAS DE PIE

Sadaise Arencibia comenzó su carrera en el ballet clásico en 1991. Hoy cuenta con el mayor rango dentro de la academia: primera bailarina.

GABRIELA SABINA BRAVO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Sadaise Arencibia es una de las figuras más representativas del ballet en la Isla, a pesar de contar solo con 25 años. Ahí me encontraba yo, en medio de un agitado ensayo, en el teatro Nacional de Cuba. Teníamos poco tiempo, pues al terminar debía almorzar y prepararse para la sección de la tarde.

“Es aquí donde paso la mayoría de mis días, practico una y otra vez las mismas escenas. Esta es como mi segunda casa”, admite, mientras desenvuelve ese pequeño pan con infinidades de verduras. Sonríe y exclama: “Mi dieta”.

Decido comenzar por el principio de todo y pregunté, cuándo había nacido su pasión por la danza. Deja el almuerzo a un lado, como si el estómago estuviese conforme, y dice: “Desde pequeña bailaba en el portal de la casa, y veía las distintas escenas que ponían de Alicia Alonso por la televisión, siempre tuve claro lo que quería ser, lo tomaba como un juego de tanto que me gustaba”.

Su voz es pausada y de tono bajo. ¿Qué habrá sido para ella lograr el grado de primera bailarina?, ¿cuánto tuvo que trabajar para lograr esta meta? Su rostro se concentra, “no me gusta que me vean superior, de hecho, mis mejores amigos son del cuerpo de baile, solistas o principales. Me gusta ser yo, sin distinciones de ningún tipo. Sigo pensando que lograrlo fue por suerte, por voluntad y por personas que me han apoyado siempre; bueno, y un poco de talento también”. Enseguida vuelve a tomar el pan, con la delicadeza más extrema.

Carmen es un personaje que Sadaise nunca había interpretado, lo estrenó recién en el Teatro Nacional de Cuba. Noto un ligero cambio en su expresión, como si le motivara este baile en especial, y explica: “Para mí representó un sueño hecho realidad, por fin se ha revivido esta coreografía, pues desde Alicia no se bailaba. Lo tenemos en la Compañía como una de las grandes metas para las primeras bailarinas. Siempre me ha gustado muchísimo, es un mito”.

Entra en silencio Lissi Báez, de quien dice es “una compañera y una hermana”. La solista (Lissi) afirma: “Ahí tienes al mejor cisne, blanco y negro”. Aprovecho para preguntar por puestas tan significativas como Giselle y el Lago de los Cisnes. “Los he interpretado bastante, pero me gustaría retomarlos, sentirlos ahora como lo opuesto a Carmen. Es un trabajo interesante porque te desdoblas, implica casi un cambio radical de un día para otro, y eso enriquece mucho la carrera de un bailarín. Tampoco me gusta que me encasillen en un personaje, y hasta ahora creo que lo han hecho con Odette, en el Lago de los Cisnes”, piensa.

Una bailarina con tanto talento debe tener muchísimos planes para evolucionar en su profesión, quizás dirigir o crear una obra. Niega insistentemente con la cabeza: “Me gusta ser intérprete. No estoy de acuerdo con quienes dicen que el trabajo se reduce a seguir un esquema trazado por otro. Yo me suelto, le aporto a cada rol algo de mí, pero me gustaría ir más allá del ballet clásico, incursionar en el contemporáneo, creo que tendría la oportunidad de destacarme más, es ese mi plan”.

El silencio se rompe, entra al salón un desfile de finas y esbeltas muchachas. “A ensayar otra vez, el ballet es un acto muy físico, uno nunca termina adaptándose”, reclama Sadaise, mientras se abrocha la zapatilla izquierda, y tira a la basura, casi completo, su pan con verduras.

Pie de fotos: 1-Sadaise Arencibia ha sido fotografiada por fotógrafos de importantes medios de comunicación como BBC y CNN (Foto: Tomada del sitio oficial del Ballet Nacional de Cuba); 2-Esta bailarina, con solo 25 años, posee importantes reconocimientos como una medalla de oro en el Concurso Internacional Alicia Alonso y el premio Villanueve de la crítica (Foto: Gabriela Sabina).

 

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