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MEJOR PREVENIR QUE LAMENTAR

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La madre joven y su bebé, en el periodo de gestación están en constante peligro, pueden sufrir complicaciones como un parto pre-termino, preeclampsia y en el peor de los casos, la muerte. Cerca de 16 millones de niñas entre 15 y 19 años dan a luz anualmente en el mundo, representando un 11 por ciento de todos los nacimientos.

MABY MARTÍNEZ RODRÍGUEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana. 

Alrededor de 16 millones de niñas, de 15 a 19 años, dan a luz anualmente. Un estudio realizado por el consultor en salud de los adolescentes, James E Rosen, del Departamento de Reducción de los riesgos del embarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), plantea que estos representan el 11 por ciento de todos los nacimientos del mundo.

En el caso de Cuba, las cifras del  Anuario Estadístico de la Salud del año 2014 reflejan que la tasa de fecundidad en el país, en mujeres menores de 20 años, era de 51,6 casos por cada 1 000, más del 15 por ciento del total del país.

Según el artículo del sitio web Cubahora, “Adolescentes embarazadas: un dilema de nuestros días”, en las provincias orientales, y en particular, en Granma, Las Tunas y Holguín, se registran la mayoría de los casos de jóvenes grávidas. A nivel nacional, se evidencia un ligero incremento de la fecundidad en edades comprendidas entre los 10 y 14 años, mientras que se aprecia una leve disminución del fenómeno en los casos de 15 a 19 años.

Principales causas del embarazo precoz

En entrevista dada a Cubahora, el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública (Minsap), precisó que entre las causantes del embarazo precoz entra el limitado acceso de los jóvenes a servicios amigables de Planificación familiar. Igualmente, incide el comienzo de las relaciones sexuales a edades cada vez más tempranas, entre los 12 y 13 años como promedio.

La falta de información sobre los métodos anticonceptivos, así como avergonzarse de su uso, además del consumo de drogas y bebidas alcohólicas son otros factores que influyen en un embarazo no deseado.

Las relaciones donde existe la diferencia de edad, casi siempre siendo mayor el hombre, son las que con más frecuencia terminan en maternidad. Tampoco hay que dejar de mencionar a aquellas muchachas que sufren de abuso sexual y terminan en estado de gestación.

Los padres deberían desempeñar un rol esencial en esta etapa, compartiendo con los hijos  consejos adquiridos desde su madurez. Es importante una buena comunicación donde se enseñe a los jóvenes todo lo relacionado con los cambios que experimenta el cuerpo y, sobre todo, con las relaciones sexuales, ya que el interés por estos temas va en ascenso según avanza la pubertad.

Riesgos físicos para la madre y el feto

Si en una mujer con el desarrollo biológico necesario para concebir un hijo, la etapa del embarazo es la más peligrosa, estos riesgos se acrecientan en una joven.

La especialista en Genética prenatal, Sandra Pedroso González, del hospital Maternidad Obrera, en Matanzas, estima que cuando una muchacha queda encinta durante la pubertad su salud y la del feto penden de un hilo. “La espina bífida, por ejemplo, es una malformación congénita del tubo neural por la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al parto y los tres siguientes. Esta enfermedad es más común en los casos de embarazo precoz”.

La anemia, la hipertensión, las infecciones por gérmenes son otros factores que pueden aparecer antes, durante y después del nacimiento. Además del posible contagio con enfermedades de transmisión sexual, y virus por las bacterias que se puedan contraer en el salón de parto.

“Para el feto, la situación se torna más delicada, su vida corre peligro durante los nueve meses. Existe la posibilidad de que se presente un parto pre término (se adelante el nacimiento) y tanto la madre como el niño corran peligro. La madre está expensa a sufrir una preeclampsia y eclampsia (desmayos o estados de coma antes y durante el parto, también viene incluida la hipertensión), muy común en mujeres menores a los 16 años”, expone la doctora Liliam Delgado Peruyera, Máster en Atención a la mujer. 

El niño puede nacer desnutrido por la falta de nutrientes de la madre, tener problemas respiratorios, y hasta padecer de algún síndrome o trastorno de desarrollo. Y si la mamá es menor de 15 años puede traer malformaciones, porque el útero es muy pequeño para el crecimiento del niño, declara Delgado Peruyera.

Riesgos psicológicos para la madre adolescente

El psicólogo Omar Perdomo La Paz, jefe de la catedra de psicología del hospital Faustino Pérez, en Matanzas, explica que el nuevo rol de madre en el que debe desempeñar la mujer cuando se enfrenta a un recién nacido en edad tan temprana, puede traer trastornos de personalidad y provocar el rechazo hacia el niño.

“La muchacha aun no adquiere la madurez psicológica necesaria para asumir la crianza del bebé, no está preparada para dar cuidados y atenciones que ella todavía está en edad de recibir;  mucho menos para hacer los sacrificios que significan ser madre”, piensa Perdomo Paz.

Existen aquellas que optan por el aborto, pero aunque algunas personas consideren esta salida la mejor opción, afecta en gran medida a la joven. Muchas veces deja un sentimiento de culpa y arrepentimiento que la hace caer en una etapa depresiva en la que amenaza contra su vida.

Consecuencias sociales

La inesperada llegada de un miembro más a la familia trae consigo el distanciamiento de la joven de su ambiente. Significa la separación temporal de la escuela, aunque muchas no logran volver a incorporarse al sistema por miedo al qué dirán sus compañeros, vergüenza o inseguridad. También corren con la desventura de convertirse en madres solteras si la parte paterna no asume su responsabilidad, lo que significa una mayor atención afectiva y económica para los abuelos, si es que tiene el apoyo de estos.

Ficha técnica:        

Asunto a tratar: El embarazo en la adolescencia, sus principales causas y consecuencias, tanto físicos, psicológicas como sociales.

Tipo de título: Genérico.

Tipo de entrada: Informativa.

Tipo de conclusiones: Opináticas.  

Tipo de fuentes:

Directas: Master en Terapia a la mujer, doctora Liliam Delgado Peruyera, ginecóloga del hospital materno González Coro; Especialista en Genética prenatal, Sandra Pedroso González, del hospital “Maternidad Obrera”, en Matanzas; Psicólogo Omar Perdomo La Paz, jefe de la catedra de psicología del hospital Faustino Pérez, en Matanzas. Documentales: Cifras del  Anuario Estadístico de la Salud del año 2014; Estudio realizado por el consultor en salud de los adolescentes James E Rosen, del departamento de Reducción de los riesgos del embarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en el Boletín de la (OMS); Adolescentes embarazadas: un dilema de nuestros días”, artículo publicado en la revista digital Cubahora; “La salud reproductiva en el adolescente”, libro de la Master en Psicología Carmen Luisa Águila; Entrevista realizada por la revista digital Cubahora al doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública

Empleo de los recursos:

Definición:

“La espina bífida, por ejemplo, es una malformación congénita del tubo neural por la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al parto y los tres siguientes. Esta enfermedad es más común en los casos de embarazo precoz”.   

Ejemplificación:

La Especialista en Genética prenatal, Sandra Pedroso González, del hospital Maternidad Obrera, en Matanzas, estima que cuando una muchacha queda encinta durante la pubertad su salud y la del feto penden de un hilo. “La espina bífida, por ejemplo, es una malformación congénita del tubo neural por la deficiencia de ácido fólico en la madre durante los meses previos al parto y los tres siguientes. Esta enfermedad es más común en los casos de embarazo precoz”.   

La anemia, la hipertensión, las infecciones por gérmenes son otros factores que pueden aparecer antes, durante y después del nacimiento. Además del posible contagio con enfermedades de transmisión sexual, y  virus por las bacterias que se puedan contraer en el salón de parto.

“Para el feto, la situación se torna más delicada, su vida corre peligro durante los nueve meses. Existe la posibilidad de que se presente un parto pre término (se adelante el nacimiento) y tanto la madre como el niño corran peligro. La madre está expensa a sufrir una preeclampsia y eclampsia (desmayos o estados de coma antes y durante el parto, también viene incluida la hipertensión) muy común en mujeres menores a los 16 años”, expone  la doctora Delgado Peruyera.

El niño puede nacer desnutrido por la falta de nutrientes de la madre, tener problemas respiratorios, y hasta padecer de algún síndrome o trastorno de desarrollo. Y si la mamá es menor de 15 años puede traer malformaciones, porque el útero es muy pequeño para el crecimiento del niño, declara Delgado Peruyera.

Comparación:

Alrededor de 16 millones de niñas, de 15 a 19 años, dan a luz anualmente. Un estudio realizado por el consultor en salud de los adolescentes James E Rosen, del departamento de Reducción de los riesgos del embarazo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en el Boletín de la (OMS),  plantea que estos representan el 11 por ciento de todos los nacimientos del mundo.

En el caso de Cuba, las cifras del  Anuario Estadístico de la Salud del año 2014 reflejan que la tasa de fecundidad en el país, en mujeres menores de 20 años, era de 51,6 casos por cada 1 000, más del 15 por ciento del total del país.

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