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Isla al Sur

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECTURA

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LECTURA

¿Los jóvenes leen literatura amorosa? ¿Qué tipo de libros prefieren? Las preguntas podrían parecer ingenuas. "A todo el mundo le gustan las historias, y si tienen conflictos amorosos, más", pensarán algunos. O, "esas son cursilerías, cosas que solo interesan a las mujeres", dirá quizás un machista. Vale la pena adentrarse en el tema.

MARTHA ISABEL ANDRÉS, CYNTHIA ÁLVAREZ, YOHANA LEZCANO, ROSARIO ALFONSO, WENDY MARTÍNEZ Y ANA LIDIA GARCÍA,

estudiantes de segundo y primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Desde aquel día en la clase de Filosofía la iniciativa se había vuelto una costumbre. Antes de comenzar la jornada, alguien llevaba un poema, lo leía y creaba un ambiente perfecto de disfrute y reflexión.

Primero los varones trajeron a Jorge Luis Borges, después, a Mario Benedetti, y allá fueron las muchachas con Alfonsina Storni y Dulce María Loynaz, para no quedarse detrás. Cada tarde, a la una, antes de la cita con el conocimiento, tenían una cita con la poesía.

¿El lugar? Un aula universitaria. ¿Los protagonistas? Jóvenes cubanos de hoy: esos que estudian, bailan reguetón, cuentan chistes, alborotan en medio de los parques y leen literatura de amor.

¿Podría considerarse este un caso aislado? ¿Los jóvenes leen literatura amorosa? ¿Qué tipo de libros prefieren? Las preguntas podrían parecer ingenuas. "A todo el mundo le gustan las historias, y si tienen conflictos amorosos, más", pensarán algunos. O, "esas son cursilerías, cosas que solo interesan a las mujeres", dirá quizás un machista.

Pero lo cierto es que los libros dedicados al tema abundan a lo largo de la historia de la literatura, y el público joven no escapa del influjo que ellos provocan.

¿Quién no ha escuchado hablar de Romeo y Julieta o de Cumbres Borrascosas? ¿Quién no ha vibrado al leer los versos eternos del poema 20 de Neruda, consuelo de tanto enamorado?

Los jóvenes opinan sobre el amor en la literatura

Una encuesta realizada a 143 jóvenes entre 13 y 17 años, en las provincias de Ciudad de la Habana y Pinar del Río, demostró que el público de esa edad posee un alto grado de preferencia por este tipo de literatura, fundamentalmente en el caso de las muchachas.  

En los varones se observó cierto rechazo a la lectura de textos sobre temática romántica, pues declaran que sus principales gustos son las obras de ciencia ficción, policíacas y fundamentalmente de aventuras.

Mientras más del 70% de las jóvenes decía haber leído la mayor parte de la obra de Isabel Allende o de Gabriel García Márquez, los muchachos mencionaban constantemente las novelas de Emilio Salgari o Julio Verne como las preferidas. 

Rocío Parodi Alvarado, estudiante de Contabilidad en un instituto politécnico, se considera fiel  lectora de esta literatura, pues la valora como la más amena. Sobre las razones para que sea su preferida, comenta: "Ninguna novela de amor pierde vigencia, es un tema que no se agota. La poesía de Neruda no tiene edad, no es de una etapa, de un período de la vida, de un tiempo, de un país. En eso el género de la literatura de amor es agradecido, perdurable."   

Pero no todos comparten la opinión. Agustín Tuñón Mariño, estudiante de segundo año de un politécnico de Informática, cuenta que él nunca ha leído un libro de amor, pues los considera demasiado aburridos y repetitivos.

"Ya nadie se siente atraído por una novela de 500 página que trate solamente acerca de los encuentros y desencuentros de dos amantes. Prefiero leer libros de aventuras, las famosas obras de Verne, ciencia ficción u otro género."

Sin embargo, en entrevistas con jóvenes mayores de 17 años pudimos comprobar que esta tendencia no es tan notable, y los varones se confiesan más asiduos de estas lecturas.

Según el criterio de Ernesto Rey, estudiante de segundo año del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, ese tipo de lectura no es solo agradable, sino necesaria: "La literatura de amor ayuda a las personas a ser más sensibles, a  protegernos de las barreras cada vez más pronunciadas entre los hombres, disminuye distancias. El amor es distinto en la era de la web, de la digitalización, de las videoconferencias en Internet. El ritmo de la vida en pareja de hoy no tiene esa riqueza que solía tener."

La opinión la comparte Carlos Luis Jorge, estudiante de segundo año de la carrera de Economía, y critica la posición de quienes no gustan de la literatura amorosa.

"Antes, nuestros padres enamoraron a nuestras madres con Bécquer, copiando sus poemas, pero hoy se olvidan los grandes títulos de la literatura universal y las bellas historias a causa de la actitud irreverente, y en ocasiones de rechazo, que los jóvenes sienten por el género, especialmente, los varones", comenta.

Tema para todos los géneros

 

Una de las principales cartas de triunfo de la literatura amorosa radica quizás en la variedad de géneros que abarca, y en la diversidad de autores que se han dedicado al tema. Incontables novelas de antes y de ahora tienen el amor como su hilo conductor, y otras tantas han unido un apasionado romance a una historia de aventuras o a un grotesco misterio.

Hay amor desde la primera hasta la última página de La dama de las camelias, como también está siempre el amor junto a Don Quijote o en Los miserables.  Hay amor en cada verso que escribe un poeta, ya sea dedicado al amante, a la tierra, a la patria, a la vida, a la muerte. Hay amor en Gabriela Mistral cuando espera al amado, hay amor en Walt Whitman cuando celebrándose a sí mismo celebra a la humanidad, hay amor en Dulce María cuando encuentra belleza hasta en el olvido, y hay amor en Martí cuando asegura que es tan probable morir de amor como morir de frío.

Hasta cartas que podían haber sido intrascendentes se volvieron clásicas porque hablaban de amor. Las misivas de James Joyce a su esposa Nora, o las de Franz Kafka a su amada Milena son solo dos ejemplos de epístolas convertidas en literatura de amor.

Janet Céspedes, estudiante de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de Teatro, comparte la idea de que el amor se encuentra de una forma u otra en toda creación literaria: "Literatura de amor son los romanceros de Federico García Lorca, de Miguel Hernández, de Alberti. Es literatura de amor Cecilia Valdés, Cyrano de Bergerac, la poesía de amor árabe, hasta Drácula, de Ban Stoker. Toda la literatura tiene matices de romance, de pasión, de amor filial, de amor patrio, amor divino, amor erótico o de amor profano."

En la encuesta antes mencionada, cerca del 65% de los entrevistados manifestó que dentro de la literatura amorosa prefieren la poesía, pues la consideran la forma más bella de expresar los sentimientos.

Arianna Gómez, estudiante de Derecho, aseguró que escoge la poesía por encima de cualquier otra manifestación de la literatura, pues considera que "una novela de amor puede ser la historia de alguien en un momento determinado, pero un poema puede ser la historia de muchas personas, incluso, en situaciones diferentes, porque puede tener disímiles interpretaciones."

Pero a pesar de la predilección por este género, los encuestados también comparten el gusto por las novelas y el 35% las mencionó como su género preferido. Sin embargo, otras manifestaciones como los cuentos o las epístolas fueron poco mencionadas en la investigación, pues los jóvenes dijeron no tener acceso a ese tipo de libros.

Una estudiante del IPVCE Vladimir Lenin comentó que nunca ha tenido la posibilidad de leer un libro de cartas de amor, no lo ha encontrado en las librerías o bibliotecas, aunque sabe que reconocidos autores tienen una importante producción de cartas de amor compiladas en volúmenes.

Por otra parte, aseguró que cuentos de amor solo ha leído Los cuentos de Eva Luna, de Isabel Allende, porque tampoco ha encontrado una obra de ese tipo en los espacios donde habitualmente suelen venderse libros.

Para  escoger...los autores

 

Los jóvenes no solo muestran predilección por uno u otro género dentro de la literatura de amor. También tienen inclinación por escritores determinados, fundamentalmente latinoamericanos.

Al ser interrogados sobre los escritores de su preferencia, la mayoría señaló al chileno Pablo Neruda y al uruguayo Mario Benedetti como sus poetas preferidos, mientras que en prosa destacaron a Gabriel García Márquez. Sin embargo, pocos mencionaron  a algún cubano entre sus favoritos, y en sentido general se aprecia un desconocimiento de la creación nacional.

Pese a que la mayoría de los entrevistados, fundamentalmente del sexo femenino, conocen la obra de cubanos como Dulce María Loynaz, Carilda Oliver o José Ángel Buesa, pocos han leído a  autores del patio como Julián del Casal, Gertrudis Gómez de Avellaneda u otros más contemporáneos como José Lezama Lima y Nicolás Guillén. Incluso, dentro de la obra de José Martí, tan conocida por todos, la poesía amorosa parece ser una de las expresiones más inexploradas por el público adolescente. 

Una estudiante del municipio Cerro dice que es muy difícil acceder a textos de escritores cubanos jóvenes. En su opinión, hay falta de divulgación de la obra de las figuras noveles y solo se reconocen los escritores consagrados y de renombre. No obstante, en algunas librerías de la capital se expenden libros de autores cubanos que despiertan el interés de gran número de lectores.

Rabiel Ochoa, administrador de la librería Elías Entralgo, ubicada en la Universidad de La Habana, comentó que los libros de tema amoroso más vendidos en el centro son La una de la tarde, de Carilda Oliver, y Ciento volando de catorce, del  español Joaquín Sabina, ambos de poesía. Agregó que otro texto de gran popularidad entre los jóvenes, fundamentalmente los universitarios, es la revista literaria La isla  infinita.

La librería Centenario del Apóstol, ubicada en 25 y O, en el municipio de Plaza de la Revolución, también es constantemente visitada por estudiantes, pues en ella se ofertan libros para todos los gustos.

Norma Fleite, trabajadora del lugar, contó que a pesar de que los policíacos tienen gran aceptación entre los jóvenes, ellos también buscan mucha literatura que  tenga la sexualidad y el erotismo como referencia.

Por ello recomienda un libro muy vendido, porque ha tenido gran aceptación entre quienes frecuentan la librería. Se trata de La eterna danza, una antología de poesía erótica cubana del siglo XVIII hasta nuestros días, donde se reúnen algunos de los autores más representativos como Lezama Lima, Miguel Barnet,  Nicolás Guillén, Dulce María Loynaz, Fernández Retamar, Carilda Oliver, Antón Arrufat y Nancy Morejón, entre otros.

Leer es crecer

 

Una estudiante de preuniversitario explica de esta forma la importancia que para ella tiene la lectura de obras de amor: "Me gusta el tema porque tiene que ver con la vida real. Pero otra cosa muy importante del género es que incentiva el deseo por leer sobre otros temas, por seguir a los autores, e incluso ayudan a mirar de forma diferente el mundo que nos rodea".

¿Las personas leen libros de amor por mero entretenimiento? ¿Somos consustancialmente románticos o buscamos algo más en un texto que trate sobre este sentimiento tan ensalzado?

Desde el punto de vista de Yaima Sánchez, profesora de Español-Literatura en la enseñanza secundaria, leer literatura amorosa no es solo un entretenimiento, sino también una fuente de experiencia y de conocimientos sobre la vida y la naturaleza humana: "La etapa de la adolescencia se caracteriza por un despertar de la sexualidad y de un fuerte interés por el tema del amor. Es por ello que en esa edad se disfruta tanto ese tipo de lectura."

Y comenta: "Vivimos en una época donde el amor y las relaciones de parejas en muchas ocasiones no están marcados por las virtudes y acciones que solemos leer en los libros clásicos. Si los adolescentes se motivan por este tipo de textos, significa que pueden llegar a asumir en su vida tales conductas positivas.

"Quizás un muchacho que hoy se deleita con la actitud de un héroe enamorado, mañana puede convertirse en un hombre excelente. Los libros de amor no enseñan a amar, pero sí a convertirnos en personas más completas".

Una opinión similar tiene la bibliotecaria Isora Tamayo, quien considera que, además de ese valor, la literatura de tema amoroso es importante para fomentar los hábitos de lectura.

Ella explica que si aspiramos a un pueblo cada día más culto, debemos tener un pueblo que cada día lea más. Y como el amor nos interesa a todos, incentivar este tipo de lecturas es un modo eficaz de inculcar el hábito en un mayor número de personas.

En este aspecto desempeña un papel determinante la influencia de las escuelas y los programas de lectura que se desarrollen en ellas y en las bibliotecas. Yaima Sánchez coincide en que las clases de Español deben convertirse en el espacio adecuado para motivar a los estudiantes a buscar textos, a leer las obras de los clásicos nacionales e internacionales.

Opina que los profesores no deben limitarse a trabajar los textos que aparecen indicados en el programa, sino que deben utilizarlos para motivar a los estudiantes a buscar obras y autores reconocidos o nuevos.

Por su parte, José León Díaz, subdirector de la revista Revolución y Cultura, considera que  la característica más peculiar del género es que se renueva con las generaciones de lectores, se redescubre, resurge con nuevas lecturas e interpretaciones.

Debido a ello plantea: "Esta generación no puede darse el lujo de perderse episodios literarios enriquecedores, que le servirán para educar su sensibilidad. Los lectores sensibles y completos son aquellos que hayan consumido una dosis respetable de literatura de amor."

Los amantes de la literatura de amor, ¿dónde adquieren los libros?

El 90% de los encuestados para la realización de este trabajo mencionó la compra de libros como la vía más común para leerlos. La mayoría dijo obtenerlos en la Feria del Libro, y en ocasiones en las librerías de los distintos municipios que tienen  ofertas en moneda nacional.

"La Feria del Libro se ha convertido en un espacio muy visitado por todas las personas a las que nos atrapa la lectura, pues es el lugar donde más variedad de ofertas suele encontrarse para satisfacer todos los gustos", comenta Alicia Martínez, estudiante de tercer año  de la carrera de Derecho. "Sin embargo, cuando la Feria concluye es muy difícil encontrar una diversidad de temáticas, pues en las librerías casi siempre se venden los mismos libros", precisa.

María de las Nieves Ramírez, trabajadora de la Biblioteca Provincial Ramón González Coro de la provincia de Pinar de Río, comenta que en ocasiones la institución no cuenta con la cantidad de libros necesaria para cubrir la demanda, no solo de literatura amorosa, sino también de otros géneros. Esto provoca una disminución del número de jóvenes que asisten al centro a leer.

Una solución parcial al problema es la creación de clubes literarios donde los integrantes suelen intercambiarse libros, pero aún así, continúan las limitantes que impiden a los estudiantes acercarse de manera más reiterada al lugar y sentirse satisfechos con lo que encuentran.

Por otra parte, cerca de la mitad de los encuestados considera que aunque se conocen los grandes esfuerzos realizados por el país para brindar una oferta amplia de textos de literatura amorosa y de otras temáticas mediante eventos como la Feria del Libro y más recientemente el Festival Universitario del Libro y la Lectura (FULL), los precios de los ejemplares todavía resultan algo elevados para el público estudiantil.

 

Camino para recorrer

 

A pesar de que la mayoría de las personas entrevistadas para este trabajo dijo sentir inclinación por la lectura, fundamentalmente de literatura amorosa o romántica, es visible que muchos de los jóvenes desconocen gran parte de obras y autores de las letras universales e incluso del panorama cubano.

Las encuestas realizadas en diferentes lugares y entre diversos grupos generacionales (jóvenes de secundaria básica, enseñanza media superior o universitaria), demostraron que un gran número de personas tiene las mismas preferencias en cuanto a autores y géneros, y estas se hallan en consonancia con las ofertas que se realizan en el país.

¿Es casual que la mayoría de los encuestados manifieste su preferencia por autores como Benedetti o Neruda y por otra parte desconozcan gran parte de la producción nacional? ¿En qué medida satisfacen las editoriales las demandes del público joven?

El criterio de Juan Ramón de la Portilla, director del Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Hermanos Loynaz, en Pinar del Río, es que en el país debiera publicarse más literatura amorosa: "Las editoriales cubanas no satisfacen las demandas de los jóvenes con respecto a ese subgénero tanto en calidad como en cantidad. Existe muy buena literatura romántica que en Cuba no se ha publicado."

Portilla comenta, además, que para publicar libros hay que hacer un estudio con especialistas en el tema, donde se diferencien las preferencias de los jóvenes y sobre la base de ello hacer un plan para editar libros que respondan a sus necesidades.

En el país se han editado textos que pretenden compilar lo mejor de la creación amorosa, tanto en poesía como en prosa. El libro La eterna danza o la Antología de literatura de Amor, de la editorial Letras Cubanas, son muestra de ello.

Imeldo Álvarez, Premio Nacional de Edición y compilador de la Antología..., comenta que en aquel proyecto reunió 38 autores y 41 piezas, sobre la cuentística cubana desde los tiempos de Cirilo Villaverde hasta la promoción que se proyecta en la sociedad de los años 80 del pasado siglo, en orden cronológico lineal. Entre los autores figuran  Fray Candil, Miguel Carrión, Enrique Serpa, Pablo de la Torriente, Luis Amado Blanco, Samuel Feijoo, Dora Alonso, Eliseo Diego, Onelio Jorge Cardoso y muchos otros.

Otras compilaciones de ese tipo aparecen en los textos que integran la colección de la  Biblioteca familiar, mientras que en las diferentes ediciones de las Ferias del Libro el público joven ha tenido acceso a obras de autores como Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni.

Y con los festivales de lectura, desarrollados durante los últimos meses en todas las provincias del país, también se ha fomentado la literatura amorosa mediante la impresión de postales que combinan obras de artistas de la plástica con poemas de autores cubanos y foráneos.

Pero el camino a transitar recién comienza, y deben existir nuevos empeños en el acercamiento de los adolescentes y jóvenes a la literatura de amor. El niño que ayer disfrutó a un Martí de zapaticos de rosa y muñecas negras, hoy tiene que conocer al Martí que habla de la mujer y del amor. Los que leyeron a un Rubén Martínez Villena revolucionario, tienen que leer de igual forma al Villena enamorado.

Convertir a Cuba en el país más culto del mundo implica también que los jóvenes de esta Isla conozcan lo mejor de la literatura romántica y continúen disfrutando de la magia del amor en los tiempos de lectura.

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