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Isla al Sur

¿DIVERTIRSE CUESTA MUCHO?

¿DIVERTIRSE CUESTA MUCHO?

 

Practicar deportes y disfrutar en un centro recreativo son opciones imprescindibles para el desarrollo del ser humano que hoy se ven imposibilitadas en la localidad de Cuatro Caminos, La Habana.

 

 

Texto y fotos:
LISANDRA DÍAZ PADRÓN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con gran alboroto y alegría llegó Alejandro a su casa en la comunidad de Cuatro Caminos, municipio de Bejucal, La Habana. Al  despedirse de sus compañeros en el ómnibus escolar dejó atrás una semana de estudio y trabajo.

Se cambió de ropa y corrió hacia la calle con un balón de fútbol prácticamente sin aire. Buscó a Carlos con el resto de la pandilla, muchachos entre 18 y 20 años de edad que la mayoría no están becados. Cuando Ale mostró el balón, la avenida pareció un estadio de fútbol en pleno mundial, Brasil contra Alemania. El grupo se encaminó hacia el Círculo Social, que hace función de todo menos para lo que se creó. Comenzó el partido. Lo mismo pies descalzos que con tenis, pateaban la pelota ¡y miren que resistió! Los choques contra la pared y el piso llovían, pero la pasaban bien.

Todo se mantuvo así hasta que el instrumento deportivo salió disparado y le pasó un camión por encima. El poco oxígeno que tenía, escapó. Alejandro buscó el balón y enseguida se oyó una algarabía: “¡Caballero, se acabó el juego!”

Con el pensamiento puesto en qué otra cosa iban a inventar para distraerse, marcharon en varias direcciones. A pesar de extrañar la casa y el barrio, Alejandro prefirió estar en su escuela en ese momento.

Historias como estas suceden a diario en la comunidad de Cuatro Caminos. La recreación sana allí está en declive. Esta es una realidad que consume a sus pobladores en la rutina y la monotonía. Pese a que existen personas interesadas en el problema y trabajan para solucionarlo, muchos de sus habitantes se sienten olvidados y desatendidos.
    
La localidad es un Consejo Popular que está a unos tres kilómetros del municipio habanero de Bejucal. Surgió en 1920. Aunque muchos de sus habitantes desconocen este dato, los fundadores que aún viven recuerdan las primeros cinco casas, la bodega y la empaquetadora de productos agrícolas que era la principal fuente económica y de empleo.

En nuestros días, la zona rebasa el número de senderos que lleva su nombre. El caserío y renglón económico, crecieron. La población excede los 3 000 habitantes, destacándose un gran porcentaje de jóvenes y niños. Allí son hospitalarios, alegres y, sobre todo, muy curiosos; cubanos en fin.
 

El problema

Hoy la comunidad presenta numerosas dificultades que no permiten llevar un adecuado nivel de vida. La recreación sana es una de ellas y tema de conversación constante.

Según los especialistas, la recreación es un proceso de acción participativa y dinámica que facilita entender la vida como una vivencia de disfrute, creaciones y libertad, en el pleno desarrollo de las potencialidades del ser humano para su realización y mejoramiento de la calidad de vida individual y social, mediante la práctica de actividades físicas, intelectuales o de esparcimiento.

Para fomentarla, el territorio cuenta con un círculo social, un parque infantil, dos estadios deportivos y una piscina, instituciones que no están funcionando.       

El  círculo social es un área destinada para todo tipo de actividad en la zona. Hace cuestión de varios años sufrió la pérdida del techo por el paso de un ciclón. Desde entonces, el pueblo vive con la esperanza de volver a recuperarlo. En el verano del 2003 esta instalación brindó sus últimos servicios, cuando un grupo de personas tuvo la iniciativa de hacer una discoteca. Se llamó Disco Estrella, por ser al aire libre. El proyecto no llegó al fin de las vacaciones, limitando las opciones de los jóvenes que concurrían. No existió el apoyo necesario por parte de las organizaciones para que continuara.

En la actualidad son muchos los planteamientos con relación a esto. El delegado de la circunscripción número 20 y presidente del consejo popular ha abordado el problema, pero las respuestas son las mismas: “No hay presupuesto”.

“El local es un factor fundamental dentro de la comunidad. Se puede utilizar para actividades infantiles y juveniles. Podemos convertirlo en sala de video porque aquí hay muchas personas que no tienen televisor. Además, los círculos de ancianos que no están activados también pueden acceder a él”, explicó Heraldo Hernández, delegado y presidente del consejo popular.
  
La vicepresidenta del Poder Popular en Bejucal, Teresa Pérez Morales, declaró que no tienen la solución en estos momentos. Están tratando de buscarla porque saben que es necesario, pero no se halla al alcance de ellos. El municipio no cuenta con los recursos necesarios para la reparación.
 
“Aquí nadie se imagina lo imposible que es nuestro trabajo porque no hay condiciones. Nos pasamos la vida entera organizando cualquier tipo de actividad, pero siempre es algo distinto. Unas veces no hay audio ni local. Otras porque no tenemos con qué estimular a los artistas que podemos conseguir por nuestros medios”, expresó Roberto Juan Parra, promotor cultural de la zona.

Actualmente la localidad, en conjunto con la Dirección Municipal de Deporte, trabaja en la construcción de dos terrenos deportivos. Existe mucha motivación por parte de la población, puesto que las ansias de contar con un lugar que reúna las condiciones necesarias para desarrollar la recreación sana son elevadas. ¡No es fácil tener que practicar deportes en la calle, gasolinera o lo que queda del círculo social! 

Hasta el momento, es la única esperanza vigente para esparcir el entretenimiento, pero aún no comienza la obra. No se realiza un trabajo con sistematicidad en los estadios y lo poco que ha avanzado se debe a los esfuerzos de la comunidad.
  
“El INDER vino y nos aprobó un terreno que cedió la cooperativa Romárico Cordero. Dieron las recomendaciones pertinentes. Lo demás queda por nosotros: sacar las piedras, arar, sembrar el césped y al final, ellos  marcarán el local. Tenemos que volvernos magos para conseguir los implementos con el fin de culminar la tarea, porque la dirección de deporte no los tiene”, apuntó Heraldo Hernández.
  
El deporte es una de las ramas que más ayuda a fomentar la recreación en el asentamiento, pero vale señalar que es  insuficiente. A pesar de que la dirección municipal de deportes planifica un número considerable de actividades, en ocasiones resulta extremadamente difícil llevarlas a cabo. Una vez más, aparece en el conflicto el círculo social. Si éste se encontrara en óptimas condiciones facilitaría la realización de las opciones deportivas. 
  
“Yo soy fanático al deporte, al igual que una pila de muchachos aquí. Es muy triste tener que jugar fútbol en el polígono, que su terreno está en candela, o tener un partido de pelota en medio de la calle. La otra variante es ir a Bejucal, pero el transporte está muy malo para eso,” dijo Luis Miguel Díaz, de 33 años.
  
Lo mismo sucede con los niños. Los padres se muestran preocupados por el peligro que entraña el juego en plena calle. Otros cuentan con buenas aptitudes para el deporte y no las pueden desarrollar porque tienen que trasladarse hacia el municipio por sus propios medios.
  
“Yo siento mucho que mi hijo quiera entrar en un equipo de pelota y no pueda porque no tengo la posibilidad de llevarlo a Bejucal. El INDER los capta por la escuela, pero no hace nada más. En primer lugar, tengo que comprarle con divisa lo que necesita y, en segundo, enfrentarme a la  odisea del transporte”, expresó Yudit Ferrer.
 
“Si no se toma una medida rápida con respecto a este problema, me pregunto adónde vamos a parar. Como profesora estoy observando constantemente el desarrollo cultural de los niños y considero que está en decadencia”, expresó Sarahí Pérez, jefa de ciclo de la escuela primaria del lugar.  
 
El director municipal del INDER afirma que hay creadas estrategias para el problema del asentamiento, además informa que no tienen las condiciones para atender a los niños aficionados en la propia zona.

“Queremos solucionar una serie de dificultades de años anteriores. Hemos indicado que el trabajo en las zonas rurales debe ser de un 70 por ciento, debido a las deficiencias que existen allí. El mayor vínculo está con la escuela, que ya tiene un profesor de ajedrez. Pienso que el empeño debe consistir en la organización y atención de nosotros mismos a la comunidad”, manifestó.

La piscina es otro local que antiguamente servía de esparcimiento. Con mucha frecuencia habría sus puertas a personas de todas las edades y se utilizaba para prácticas de natación. También ese era el sitio de encuentro del círculo de ancianos. Hoy nada de eso existe. El pozo de agua que la abastecía no funciona porque fue declarado contaminado. Por ese motivo retiraron los tubos y transformadores de la turbina. Según declaración de la vicepresidenta del Poder Popular, Teresa Pérez, se está estudiando alguna vía para resolver el problema, pero requiere de grandes inversiones.
  
En el verano del pasado año se logró con la ayuda de la asociación de combatientes reabrir sus puertas, pero fue una alternativa temporal. Cuatro Caminos es famoso por tener dificultades en el abastecimiento del agua. A decir de Teresa Pérez, éste es otro problema sin solución por el momento.
  
Por otra parte, el parque infantil se encuentra en muy malas condiciones. Ya casi ni lo frecuentan los niños. “Me dijeron que estaría listo para el 30 de marzo, pero no me informaron el año. La situación de ese lugar es penosa,” expresó Julia Gómez, delegada de la circunscripción número 33.
 
Teresa Pérez Morales afirma que existe el presupuesto para su reparación. Debe salir listo este año.    

¿Apatía o falta de condiciones?
 

Durante la década del 50, la juventud cuatrocaminense tomó como iniciativa la creación de un proyecto comunitario. La mayor participación la tuvieron las mujeres, quienes desarrollaron las artes manuales. El proyecto duró solo un año.
 
A partir del Triunfo de la Revolución el asentamiento creció. Según personas que vivieron el proceso, antes existía en la comunidad una carga positiva que se traducía en fiestas infantiles, noches de cabaret los fines de semanas y en fechas señaladas, juegos deportivos y hasta excursiones por los alrededores. La mayoría de estas actividades eran planificadas por los propios vecinos.
 
“Yo tengo muy buenos recuerdos de mi infancia. Vivíamos en un ambiente sano y sin maldad. Todos los días había algo nuevo que hacer. Mi padre era el primero que estaba dispuesto a llevarnos de excursión por el monte. Hacíamos fiestas en el barrio; con música y un poco de caldosa formábamos la parranda. ¡Ahora yo veo una monotonía en este pueblo!”, dijo Milín Palmero, de 30 años.
 
También Nancy Betancourt comenta que antes se divertían con cualquier cosa, aclarando que existían circunstancias favorables en el pueblo. “A veces me da ‘gracia’ ver en las condiciones en que ha caído Cuatro Caminos. Causa pena observar a los niños jugando en las calles a expensas de muchos peligros porque no tienen ni un terreno donde realizarse”, expresó. 

Desde hace años la vida en el la localidad transcurre con una marcada monotonía. A menudo, por no decir todos los días, un grupo de personas, desde jóvenes hasta adultos, frecuentan el Bar-Cafetería, donde usualmente ingieren bebidas alcohólicas sin otra cosa que hacer.
 
Otros se reúnen en el portal de Wacho, el barbero, a escuchar reggeton y hablar de todo un poco. Y en el mejor de los casos, están los que prefieren ver televisión en sus casas, leer algo y esperar a que venga el nuevo día.
 
De esta forma transcurre el tiempo y regresa el fin de semana. Los muchachos se preguntan para dónde van a salir: ¿Bejucal, Qivicán o La Salud? Todas las opciones para despejar el sábado o domingo quedan alejadas de los habitantes de Cuatro Caminos.
  
Después de escoger el sitio más adecuado, le sigue una odisea. El regreso a los hogares se convierte en una tarea en extremo difícil, por lo que muchos terminan recorriendo a pie grandes distancias o, sencillamente, pasan la noche en casa de algún conocido. Los que optan por la caminata se exponen a peligros ante la oscuridad y soledad de la carretera.
 
“La recreación de aquí anda por China. Todos los fines de semana tenemos que inventar para dónde vamos a salir. Luego ver en qué se regresa y el gasto de dinero es tremendo. Si el círculo social funcionara, la gente del barrio compartiríamos fuera de liga sin tener que viajar a otro municipio”, expresó Diasbelis Santiago.
 
Eddy Pérez Ramírez, de 19 años de edad, plantea que, debido a la falta de recreación, el nivel cultural del pueblo, y de los jóvenes, específicamente, ha descendido, pues no cuentan con la posibilidad de conocer diferentes maneras de entretenimiento y la lectura no es suficiente, se necesita compartir.   
 
Al igual Lisett Ramírez y Evelín Pujol, estudiantes del preuniversitario Bernardo O’Higgins, afirman que “regresar el sábado de pase a nuestras casas es lo máximo, pero a la vez se vuelve un tormento por el gran aburrimiento que hay.”
 
La promotora cultural Aimara Rodríguez pone todo su empeño para llevar a cabo las actividades que planifica. La mayoría se realizan por el propio sacrifico de un grupo de personas interesadas en esparcir un ambiente cultural en Cuatro Caminos. Dentro del programa está La peña de Severo, que invita a todo tipo de personas a disfrutar de la música campesina. Tiene lugar en la finca de un compañero que desinteresadamente la acondicionó para ese fin. Según Aimara, la asistencia es mínima.
 
Para los niños existe un pequeño grupo de titiriteros que muy pocas veces ofrece funciones por la falta de local. Dentro de la promoción cultural también entran las actividades relacionadas con la propaganda contra el alcoholismo, tabaquismo y las enfermedades de transmisión sexual, y una vecina llamada Josefina presta su casa con ese fin.

Para los jóvenes sólo hay música, pero es con muy poca frecuencia, debido a que la dirección de cultura cuenta con un solo audio para todo el municipio.
 
Las ideas y ganas de trabajar en pos de elevar el nivel cultural en el asentamiento son diversas. La polémica radica en tener las condiciones para ello. El joven universitario Manuel Cabrera Rojas habla del problema en todos los sitios donde puede. Su interés ha llegado al punto de que actualmente trabaja en una tesis de investigación y éste es el tema que traza.
 
“Yo me enfoco principalmente en el desarrollo cultural de la zona. Mediante la observación, entrevistas y encuestas tengo casi lograda una investigación que comencé en el 2003. A raíz de esto puedo percatarme que más que garantizar las condiciones materiales tiene que existir potencial humano que trabaje más profundo el problema de la recreación, característico en muchas comunidades rurales del país“, dijo Manuel.
   

Ancianos sin esparcimientos

El adulto mayor tampoco escapa de esta realidad. Antiguamente estaban activados los círculos de abuelos y estos tenían una forma de recreación sana mediante la práctica de ejercicios y planificación de excursiones. En la actualidad sólo quedan los recuerdos, porque la falta de un lugar para llevar a cabo esas acciones los han desaparecidos.

Los médicos de la familia Nelson A. Ramírez, Francisco Villatoros y Yohan Sánchez plantean la necesidad de que dichas actividades se retomen como parte del programa de salud de la comunidad; así la vida de estas personas resultará un tanto más animada y a la vez evitan los períodos de estrés.

”Yo tengo un grato recuerdo del círculo de ancianos al cual pertenecía. Cuando me encontraba allí con mis compañeros, ejercitando el cuerpo y la mente, llegaba hasta a olvidar los problemas que tenía en la casa“, expresó Olga Hernández, de 58 años.  

Según el especialista Dionisio F. Saldívar Pérez, el ocio y la recreación, en el adulto mayor, han de entenderse y apreciarse como algo más allá de lo simplemente personal. En cuanto al empleo del tiempo libre, ha de verse como una acción que proyectada desde lo social puede crear las condiciones que faciliten la elevación de la calidad de vida de estas personas, y contribuya al desarrollo de estilos de vida más saludables y autónomos a tal edad.
 
Con tantas dificultades existentes, los habitantes de esta pequeña comunidad continúan buscando alternativas al problema; otros, como pueden, encuentran la vía para alejar el aburrimiento. Así, mientras el tiempo pasa, los cuatrocaminenses siguen viviendo su  panorama con una esperanza de cambio que parece cada vez más lejana.
  
(2008)

FICHA TECNICA:

PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN: La recreación sana en el asentamiento de Cuatro Caminos y su repercusión en la población. ¿Desde cuando viene el problema? ¿Cuáles son sus causas? ¿Qué factores de la población ataca? ¿Qué dicen las instituciones del problema? ¿Cómo se comportó la recreación en años anteriores? ¿Qué hace la población? ¿Cuáles son los locales recreativos de la comunidad? ¿En qué condiciones están? ¿Qué actividades planifican los promotores culturales? ¿En qué condiciones las realizan?

OBJETIVO: Dar a conocer el problema. Destacar la importancia que tiene la recreación sana para el desarrollo de la sociedad. Sensibilizar a las personas.

FUNDAMENTACION: Este trabajo está basado en la realidad vigente en muchos lugares del país. Su contenido parte del problema existente en una comunidad rural que se siente desatendida. La investigación se inicia a partir de mi propia experiencia y observación de ese panorama. 

ESTRATEGIA DE FUENTES:

Niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Antiguos delegados de la zona.
Presidente del Consejo Popular.
Delegado de la circunscripción número 20.
Delegada de la circunscripción número 33.
Médicos de la familia.
Maestra de la escuela primaria.
Promotores culturales de la zona.
Director Municipal del INDER.
Programador de la Dirección Municipal de Cultura.
Vicepresidenta del Poder Popular en Bejucal.

Fuentes documentales

Tesis de investigación del estudiante de Estudios Socioculturales, Manuel Cabrera Rojas: Programa de desarrollo cultural para la comunidad.
Investigación acerca de la historia de la localidad. Autor: Manuel Cabrera Rojas.
http//www.google.com/16-04-08
Metodología para incrementar la recreación sana en las comunidades.
La recreación sana en la tercera edad.

 

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