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Isla al Sur

LA FILATELIA ESTÁ EN TODO, Y TODO ESTÁ EN LA FILATELIA

LA FILATELIA ESTÁ EN TODO, Y TODO ESTÁ EN LA FILATELIA

ASTRID BARNET,
cortesía para Isla al Sur.

Aunque siendo muy joven nunca pensó dedicarse al mundo de los sellos y las estampillas, esta ciencia atrapó con tal fuerza al periodista Elías Gracia Roig que hoy la considera una compañera inseparable.

Colega de la emisora internacional Radio Habana Cuba, a Elías le picó “el bichito de la Filatelia” de forma inesperada una tarde de mediados de los años setenta en que conoce al doctor José Luis Guerra Aguiar, fundador del Museo Postal Cubano y ferviente apasionado de esta actividad.

“Aquel hombre, ya bastante maduro, explicó, hablaba con gran amor de esta ciencia y de la necesidad de tenerla en cuenta en todas las esferas de la vida, en especial la cultural; además de la obligación de brindarle una alta valoración al Viejo correo, independientemente al desarrollo que por aquella época ostentaban la telefonía, la radiodifusión, el telex…

“Recuerdo que me preguntó:

-¿Qué sabes de Filatelia o de Historia postal?

-Absolutamente nada, fue mi respuesta.

-Pues debes y tienes que conocer muy bien el Museo.

“Seguidamente, me entregó alguna bibliografía; al cabo de dos meses volví a verlo y le hablé acerca de mi disposición a ser evaluado como Museólogo”.

Poco tiempo después, tras pasar la prueba evaluativa –que consistió en un examen teórico sobre Historia Postal y una visita dirigida al Museo Postal inspeccionando cada una de las vitrinas allí expuestas--, Gracia comienza a trabajar en ese lugar, pero con una nueva dinámica profesional: la Filatelia volcada en el Periodismo.

“Así, durante años, he introducido esta actividad dentro de mi profesión a partir de la realización de un sinnúmero de programas de radio, a la vez que he elaborado artículos, reportajes, crónicas diversas en prensa plana…todos referidos a este tema”.

Agosto de 1989 abre un nuevo ciclo en la vida profesional de este colega cuando en Radio Habana Cubana le proponen escribir acerca del mundo de la Filatelia en uno de los programas más antiguos que tiene esa emisora.

“Esto constituyó un gran reto para mí del cual, considero, salí airoso, pues con las experiencias obtenidas logré ampliar el universo de ese programa a partir de la introducción de curiosidades; el glosario del filatelista (la Filatelia posee una serie de vocablos técnicos que deben conocerse para lograr identificar y comprender algunas cuestiones sobre este pasatiempo-ciencia); la inclusión de un segmento acerca de la Historia Postal en Cuba; además de otros espacios relacionados con las nuevas emisiones de sellos nacionales y la posición de la Filatelia en el mundo actual.

“De esta forma, conformé la estructura del programa El Mundo de la Filatelia del que hoy puedo decir con muchísimo orgullo que es el que más correspondencia recibe en Radio Habana Cuba”, afirmó.

La Historia de Cuba en sellos

El vocablo conmemorar resulta muy evocador en materia de Filatelia, según nuestro entrevistado quien ejemplifica este criterio con la emisión, en 1939, del sello referido al cohete postal cubano “o, lo que es igual, un experimento que se realizó el 15 de octubre de ese año con el propósito de perpetuar este hecho con un fin filatélico.

“Un pirotécnico de apellido Funes, confeccionó un cohete de hojalata y realizó su experimento en un terreno del reparto capitalino Casino Deportivo. La idea era que dicho proyectil trasladara 200 cartas sin destino alguno hacia la occidental (y cercana a la capital cubana) provincia de Matanzas.

“Por supuesto, el cohete no levantó ni tres cuartas del suelo, pero el objetivo real se logró, y fue la emisión de un sello representativo de tal acción. A esto habría que añadir algo aún más sobresaliente, y es que esta estampilla, con el transcurso del tiempo, se convierte en la primera del mundo referida a la temática de Astro-Filatelia o del Espacio”.

Acerca de la Historia Postal de la Isla -iniciada con la emisión de su primer sello el 24 de abril de 1855-, Elías Gracia significó aspectos muy interesantes.

“Cuando se inicia la Guerra de los Diez Años, el 10 de Octubre de 1868, se crea un sistema de comunicaciones por parte de las tropas insurrectas cubanas conocido como Correo de la República de Cuba en Armas. Al respecto, el presidente Carlos Manuel de Céspedes firma un decreto para la creación de ese correo, dirigido por el patriota Vicente Mora Pera, el que llegó a ser un sistema casi perfecto de postas, postillones y de mensajeros clandestinos.

Estos últimos, disfrazados de mujer, y con las enaguas repletas de cartas, pasaban delante de las postas españolas completamente inadvertidos. Utilizaban también a supuestos vendedores de frutas, legumbres y viandas quienes, debajo de esos productos, escondían la correspondencia.

“Y así, de esta forma clandestina, se trasladaba el correo durante la República en Armas…Logró hasta imprimirse un sello de correos por parte de la American Bank North Company of New York, para franquear la correspondencia por un valor de cinco centavos.

“Finalizada la Guerra, todo este mecanismo de correo insurrecto se pierde y es por ello que existen pocos antecedentes al respecto mas, en febrero de1895, cuando estalla la segunda contienda armada por nuestra independencia -la Guerra Necesaria como la calificara nuestro Héroe Nacional José Martí-, se retoma la idea, pero de forma diferente, y se realiza una emisión impresa (de cinco valores) en Estados Unidos con el propósito de que dichas estampillas se utilizaran en el franqueo de la correspondencia que partía del campo insurrecto.

“Así se reestructura el sistema de postas, postillones, maestros de postas…pero todo clandestinamente. Hay que destacar que, en ambas contiendas armadas, las tropas enemigas españolas jamás pudieron penetrar las líneas de ese correo insurrecto (que era de la retaguardia)…Eran hombres, mujeres y niños que nunca traicionaron, y quienes de forma anónima garantizaban la entrega bajo el riesgo de sus vidas; en suma, patriotas que  trasladaban documentos comprometedores, secretos militares, documentos estratégicos a connotados jefes independentistas.

“En nuestro Museo Postal se atesoran los cuños oficiales de personalidades de nuestras luchas emancipadoras como José Martí, Antonio Maceo, Máximo Gómez; cartas de Martí dirigidas a otros jefes revolucionarios en los campos insurrectos…Y de esta forma se trasladaba la correspondencia de los patriotas en los campos de Cuba Libre y a los Jefes de la emigración.

“Quiero agregar que el correo insurrecto referido a la Guerra del 95 tuvo dos rutas clandestinas. Por la costa norte camagüeyana, en Cayo Romano, existía una ruta a través del mar -realizada por embarcaciones muy precarias y botes destartalados-, que arribaban a Nassau, en las Bahamas, donde representantes de la emigración cubana en el exterior recogían esa correspondencia, y la refranqueaban con sellos de Nassau hacia Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. En fin, donde se hallaban los principales jefes de la emigración de la Isla.

“Dicha operación también se repetía por la costa sur cubana, por Cabo Cruz. Existía otra ruta hacia Kingston, Jamaica (en la más absoluta clandestinidad), para reencaminar la correspondencia hacia otros puntos de Sudamérica (Venezuela, Argentina, Colombia…). Existía una comunicación garantizada casi semanal, con esos puntos de la emigración. Igualmente en La Habana llegó a existir un correo llamado clandestinamente El Mismísimo.

Al ahondar en el correo de la República en Armas (1868-1878), Gracia Roig especificó que “fue estrictamente militar, mientras que el de la Guerra del 95, aunque militar también, llegó a convertirse años después en una actividad civil, lo que permitió a los soldados insurrectos la comunicación con sus familiares en las ciudades, y luego recibir de ellos respuesta como si fuese un correo ordinario.

“Según cronistas de la época, esta actividad era completamente desconocida por parte del bando enemigo. A tal punto que, durante la Guerra de los Diez Años, un coronel español prisionero en un campamento insurrecto le llama la atención la entrada y salida casi diaria de los postillones entregando y recogiendo correspondencia. Cuando preguntó le explican que era el correo de la República de Cuba en Armas. Años después, ya liberado en España, escribe un libro acerca del correo insurrecto y de su admiración por la forma tan organizada en que se realizaba.

“Espero que en algún momento en nuestra Historia se brinde espacio a aquellos hombres, mujeres y niños, en especial a Vicente Mora Pera, primer director de correos, quien entregó su vida a la causa de la independencia. Mora Pera fue apresado y asesinado por las tropas españolas durante la Guerra de los Diez Años”.

La Filatelia en Cuba revolucionaria

-¿Qué valoración le da al desarrollo de la Filatelia en Cuba?

“Ante todo hay que constatar que la Filatelia cubana recibió un gran impulso a partir del  triunfo de la Revolución en Enero de 1959, y también con la incorporación de nuevas temáticas relacionadas con la ciencia y la técnica; con la Historia de nuestro país y con nuestro Héroe Nacional, con insuficiente presencia filatélica durante la Etapa republicana.

“Tenemos asimismo series nacionales de sellos vinculados a la fauna endémica donde aparecen, incluso, especies en vías de extinción como denuncia y alerta de que estamos a punto de perder esas especies de aves, mamíferos, mariposas (polimitas); contamos igualmente con amplias colecciones referidas a paisajes, obras de arte presentes en distintos museos del país como el Museo Napoleónico, el de Bellas Artes, el de Artes Decorativas; emisiones también dedicadas a la Historia, anterior y posterior al triunfo revolucionario y a la lucha clandestina; sobre la presencia del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara… El Centro de Estudios Martianos, por ejemplo, ha brindado un gran apoyo para la puesta en circulación de series de estampillas muy originales vinculadas a la presencia de José Martí a través de las casas donde vivió en Cuba, Venezuela, España, Argentina, Guatemala, República Dominicana, México y Estados Unidos.

“En fin, hoy los sellos cubanos presentan al mundo un compendio de nuestra historia, cultura y costumbres”, explicó el filatelista-periodista.

-¿Algún mensaje a los jóvenes?

“Un mensaje muy especial a quienes más aman la Filatelia: los niños. A ellos, que continúen coleccionando sellos bajo la orientación de especialistas y consagrados a esta afición”, dijo, para agregar que la Federación Filatélica Cubana, en los últimos diez años, ha realizado un gran trabajo de captación de niños, adolescentes y jóvenes a través de concursos, círculos filatélicos y en escuelas primarias.

“¿Resultados? Cuba tiene a los mejores filatelistas jóvenes del mundo, como es el caso del joven Daniel Montes. Sin embargo, podríamos aspirar a mucho más si la Federación Filatélica Cubana trabajara mancomunadamente con el Ministerio de Educación, no sólo a nivel municipal y provincial, sino también nacional…En síntesis, pudiera concretar que la Filatelia está en todo y todo está en la Filatelia”, concluyó.

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