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Isla al Sur

SANDY, EL HURACÁN “PERFECTO”

SANDY, EL HURACÁN “PERFECTO”

El evento meteorológico, de trágicas consecuencias para la zona oriental, azotó al país el 25 de octubre. El doctor José Rubiera comenta sobre los considerables daños humanos y materiales que dejó a su paso.

Texto y foto:
GABRIELA RODRÍGUEZ-LOECHES PÉREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El primer huracán en atravesar la zona oriental de la Isla de sur a norte comenzó sus embates en la madrugada del jueves 25 de octubre de 2012. Impactó el territorio nacional por la costa de Santiago de Cuba y después de cinco horas salió al mar por la provincia de Holguín.

A su paso no solo destruyó viviendas y pueblos, también ocasionó pérdidas humanas. A pesar de las medidas de protección previstas para estos casos, el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil dio a conocer el fallecimiento de 11 personas.

Sandy es el nombre del meteoro, y aunque ya marcó las páginas de nuestra historia como uno de los fenómenos de mayor envergadura, aún quedan interrogantes que no han sido respondidas.

Para puntualizar sobre el tema conversamos con el Doctor en Ciencias José Rubiera, Director del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, quien además de científico es también reconocido por la Unión de Periodistas, precisamente por ser un comunicador excepcional.       

-Doctor, ¿por qué a pesar de las trágicas consecuencias que causó Sandy, usted lo calificó como “el huracán perfecto”? 

En realidad lo perfecto era su estructura. Antes de llegar a Cuba, Sandy presentó lo que se llama un proceso de rápida intensificación que mayoritariamente ocurre de noche, cuando la temperatura oceánica está más alta. Esa temperatura de 31 grados, en una zona donde había un aporte calorífico energético importante, unido al hecho de que en la noche el aire está más próximo al mar, produjeron una convención del crecimiento y accionar de las nubes que hizo bajar la presión atmosférica y, por ende, que se intensificara el evento meteoro hasta alcanzar la categoría 2.

Un avión de reconocimiento exploró el huracán a su entrada y detectó vientos sostenidos de hasta 165 kilómetros por hora, promediados en un minuto, y rachas superiores de 190 kilómetros por hora. Cuando penetró en tierra lo hizo por la zona montañosa de la Sierra Maestra. Sin embargo, aún con lo que representa esta barrera natural, su composición no cambió en toda la madrugada. A su paso, de solo cinco horas, no se debilitó.  

Su estructura perfecta, en ese momento, con el ojo bien visible atravesando las provincias orientales, y su disposición de nubosidad circular, era de estudio. Prácticamente se podría decir que era un huracán para poner de ejemplo en una clase de meteorología.

-¿Considera que ha sido Sandy el huracán que más ha afectado a la zona oriental?

No, no puedo pensar eso, porque, por ejemplo, el huracán Flora, en el año 1963, a pesar de no tener vientos tan fuertes, estuvo haciendo lazos encima del territorio. Entró por Guantánamo, fue hasta Camagüey, giró por Granma, hasta salir al mar finalmente por Holguín, todo eso en 72 horas.

Flora trajo consigo 1 800 milímetros de lluvia. Las precipitaciones de un año cayeron en tres días, con gigantescas inundaciones que ocasionaron el desborde del río Cauto por el cauce que comparten las provincias de Granma, Holguín y Las Tunas. Como no existían obras hidráulicas donde acopiar el agua para los tiempos de sequía, las grandes avenidas se anegaron y quedaron intransitables por un prolongado tiempo.

-Entonces, ¿por qué los mismos ciudadanos de Santiago de Cuba, testigos del paso de ambos huracanes, manifiestan que Flora fue mucha agua, pero Sandy trajo consigo más destrucción? 

Flora fue mucha agua, sí, pero causó 1 200 muertes. Sandy fue mucho viento, pero causó solo 11.

Un cubano de Pinar del Río está acostumbrado a lidiar con huracanes y sabe lo que traen consigo. Los santiagueros no tienen memoria histórica en este caso. Factor que es también muy importante, porque Santiago no sufría un huracán de esta naturaleza en muchísimos años, quizás ninguno con esta característica especial de que entrara por el sur y atravesara completamente la región.

-Pero, ¿es eso suficiente a la hora de considerar el desastre que ocasionó?

También hay que tener en cuenta que el centro penetró por el oeste del municipio a unos 10 kilómetros de Playa Malver, por tanto, el semicírculo derecho delantero que es donde están los vientos más intensos impactó a Santiago, viniendo directamente del mar sin haberse atenuado en nada.

En este anillo de vientos máximos, hay tornados que ocasionan daños muy superiores a los de la categoría del huracán. El centro meteorológico tiene evidencias de la existencia de estos tornados.  

A esto se une la infraestructura de la urbe, más vulnerable que el campo por el problema de los edificios, que hacen cajones de viento que canalizan el aire de una forma tal que aumenta su velocidad.

Además, la topografía de la ciudad va desde el nivel del mar hasta la cima de las montañas, es un perfil que va en ascenso. El viento sube junto a la tierra y converge, a una mayor convergencia del viento, mayor afluencia de masa de aire, aumentando la velocidad de estos.

-Doctor, ¿cómo usted valora el rol desempeñado por el Estado Mayor de la Defensa Civil antes, durante y tras el paso del huracán Sandy?

Tras el paso de Flora en 1963, el Estado comprendió que los huracanes son también un enemigo contra el que tenemos que combatir. Desde entonces su principal misión es proteger a la población frente a cada fenómeno. Sandy no fue la excepción. Nadie le puede quitar mérito a La Defensa Civil, pero como todo sistema en perfeccionamiento, necesita cambios. 

Pie de fotos: 1- Cono que muestra la posible trayectoria de Sandy por el Mar Caribe. 2-Doctor en Ciencias José Rubiera, Director del Centro de  Pronósticos del Instituto de Meteorología.


 

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