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Isla al Sur

Ensayos-Trabajos docentes

IDEAS DE LA HISTORIA PARA UNA BATALLA

IDEAS DE LA HISTORIA PARA UNA BATALLA

"Lo que conduce y arrastra al mundo no son las máquinas, sino las ideas", Víctor Hugo. 

 

ALEJANDRO CREMATA SÁNCHEZ,

estudiante de tercer año de Historia en la

Sede Universitaria Municipal Felipe Poey.

 

Este trabajo obtuvo el Primer Premio en la Jornada Científica Estudiantil de la SUM de 10 de Octubre.

 

A finales de la década de los noventa, con motivo del recrudecimiento del bloqueo y de la Ley de Ajuste Cubano, surge en Cuba el Programa de la Revolución, Batalla de Ideas. Su fundador fue nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, con la guía del pensamiento más revolucionario de una cadena de pensadores de la historia de Cuba, con la acción de patriotas pertenecientes a nuestra guerra de liberación iniciada en 1868 y terminada en 1959 con el triunfo de la Revolución, y enriquecida con el aporte filosófico del marxismo leninismo.

Para hablar y comprender la esencia de la Batalla de Ideas es necesario recorrer la historia no como suma de momentos, no como hechos casuales, sino como una continuidad basada en condiciones objetivas y subjetivas, en la que ser social y conciencia social se conjugan en un binomio inseparable.

La historia de Cuba, rica en revolucionarios y en personalidades con extraordinario talento y honestidad es una fuente de la cual se nutre la Revolución y sus programas.   

Es la Batalla de Ideas una obra de incalculable valor social que tiene sus raíces en nuestra historia, desde los ilustres pensadores que ayudaron con sus ideas, hasta los que posteriormente conformaron la nación cubana. Es por ello la Batalla de Ideas es otra Revolución dentro de la única y gran Revolución Cubana comenzada el glorioso 10 de octubre de 1868, por cuanto presupone cambios sustanciales por su impacto, en los modos de actuación de los hombres y su calidad de vida, lo cual implica un nuevo comportamiento ético-moral y compromiso social. 

Los factores que han permitido el desarrollo de las ideas en Cuba son la Revolución educacional y cultural cuya base se creó en el año 1961 con la Campaña de Alfabetización y hoy alcanza su cumbre a la luz de esta nueva Revolución Educacional que tiene como soporte a la Batalla de Ideas.

Los más de cien programas que conforman esta obra cima de la Revolución cubana llevan implícitos los ideales y principios que defendieron y por los que murieron varias generaciones de compatriotas a lo largo de nuestra historia.

Haciéndonos eco de las frases de José Martí "Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras" y "Son las almas como las rosas, y han menester de sol ardiente, y que caiga en ellas, con cada alba, rocío nuevo" nos proponemos como objetivos de este trabajo:

Relacionar el ideario de cinco generaciones de patriotas cubanos con la Batalla de Ideas

Evaluar la vigencia del pensamiento revolucionario filosófico cubano en la Batalla de Ideas

BATALLA DE IDEAS. SU CONCEPCIÓN, ANTECEDENTES Y OBJETIVOS

En Cuba, es un tema cotidiano la Batalla de Ideas, pero ¿sabemos realmente cuál es su alcance, cuál es su significado, dónde están sus raíces?

De manera general, Batalla de Ideas es un conjunto de medidas, transformaciones y nuevos proyectos contemplados en los diferentes Programas de la Revolución. Ellos tienen como objetivo principal salvar las conquistas sociales de nuestro proceso revolucionario, el perfeccionamiento del Proyecto Socialista cubano, a partir de las tendencias actuales del Sistema Económico Mundial, el impacto del derrumbe del modelo socialista euro-soviético y la agudización del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba.

Se podría conceptualizar mucho más, pero solo serían un montón de palabras escritas sobre un papel. Lo importante es interpretar su verdadera significación, causas y antecedentes históricos.

La Batalla de Ideas es y será la obra cumbre de la espiritualidad de nuestra Revolución. Forma parte de la importante estrategia de nuestro proceso en defensa y profundización de su política de justicia social y equidad, cuyas raíces se encuentran en las medidas anunciadas en el alegato de Fidel Castro, "La Historia me Absolverá" en el año 1953 y conocidas como el Programa del Moncada. 

El triunfo de la Revolución cubana en 1959 dio la posibilidad de cumplir este programa, oportunidad que brindó las condiciones objetivas que garantizarían el desarrollo creador de la cultura, premisa indiscutible de la reafirmación de nuestra identidad nacional.

La cultura nacional es el producto de la acumulación histórica de experiencias de un pueblo, también determinada por las prácticas sociales a lo largo de su historia. La cultura nacional de un pueblo es el reflejo de su modo y condiciones de vida desde siglos precedentes hasta la actualidad.

Según palabras del propio Fidel "la historia ha mostrado que de las grandes crisis han salido las grandes soluciones y junto a ellas, los líderes". La Batalla de Ideas surge ante el reto de perfeccionar nuestro socialismo, en la búsqueda de alternativas a la solución de la problemática actual, bajo la certera guía y espíritu creador de nuestro imperecedero máximo líder.

La creación de este término Batalla de Ideas es totalmente de nuestro Comandante en Jefe, quien en la clausura del Séptimo Congreso de la UJC, en octubre de 1997 la definió detalladamente. Ella abarca más de 170 programas de la Revolución y la integran cinco direcciones principales definidas como las Cinco batallas:

Por la libertad de los Cinco Héroes cubanos prisioneros en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo

Por todos los objetivos del Juramento de Baraguá: el fin de la Ley de Helms-Burton, Torricelli y de Ajuste Cubano, el cese del bloqueo y la guerra económica, entre otras medidas contra Cuba

Contra las consecuencias de las crisis económicas que azotan la humanidad

Por la paz

Por la educación y la cultura

La Batalla de Ideas que libra el pueblo de Cuba, nos acerca de forma gradual hacia una plena realización del ontenido de la Ley Económica Fundamental del Socialismo en sus dos aspectos, objetividad de la producción y sus medios para el logro de políticas económico-sociales y su fundamento para desarrollar el consenso de las masas populares al Proyecto Social cubano.

Sin el cumplimiento de los Programas de la Revolución emprendidos en el marco de la

Batalla de Ideas no tiene sentido lógico el planteamiento anterior.

La espiritualidad se alimenta con la necesidad de potenciar, revelar y exaltar los valores que le están dados al hombre por su propia condición humana, y el medio social facilita que se manifiesten de una forma o de otra. Espiritualidad es entregar lo mejor de sí, es una cualidad hermana del humanismo, se refiere a lo mejor del hombre como ser social, a su calidad humana.

La Batalla de Ideas es expresión del profundo humanismo que ha caracterizado a la Revolución Cubana y a sus líderes. En ella se reconoce al hombre como valor supremo y postula su libertad y desarrollo multifacético. El humanismo se ha concretado en la práctica de conquistas del socialismo que proclamó el principio: "Todo en nombre del hombre, todo en bien del hombre" .

¿Cuándo y por qué comenzó a desarrollarse la Batalla de Ideas como programa?

Ella tiene su inicio el 5 de diciembre de 1999 frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, al marchar miles de jóvenes que exigían la devolución del niño Elián González. Esta batalla nos dio la posibilidad de desenmascarar al gobierno norteamericano y transmitir al mundo la verdad sobre la aplicación de la Ley de Ajuste Cubano.

Han transcurrido cinco años del inicio de esta batalla ganada no con armas, sino con ideas, en las que la dirección de nuestro país persigue lograr la elevación del nivel y calidad de vida del pueblo cubano, aún en situación económica crítica.

La Batalla de ideas tiene como tareas el desarrollo de un Programa de más de 100 objetivos, entre los que figuran la construcción y remodelación de escuelas, hospitales, hogares de ancianos, informatización de la enseñanza, creación de bibliotecas, impresión y difusión de libros y literatura para ampliar los conocimientos de la población, creación de nuevos canales educativos, entre otros muchos empeños.

Todas las batallas tienen siempre personas que son pilares fundamentales en su desarrollo.

La Batalla de Ideas tiene como protagonista principal a la juventud cubana, bajo la dirección de la UJC, su baluarte principal. Este ejército juvenil es el encargado dentro de la sociedad cubana de desarrollar los Programas de la Revolución, con la sabia asesoría y orientación de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.

La Dirección de la Revolución aprecia en la juventud, la esperanza de Cuba y del mundo haciendo patente la definición del Che que es "la arcilla fundamental de nuestra obra", y del Apóstol cuando afirmó: "La mayoría de la humanidad es de jóvenes y niños. La juventud es la edad del crecimiento y del desarrollo, de la actividad y la viveza, de la imaginación y el ímpetu".

El heroísmo, la entrega a una causa justa y necesaria, así como la resistencia del pueblo cubano tienen sus orígenes en su historia.

El reconocido historiador cubano Eduardo Torres Cuevas afirmó:

"Y es que nunca he querido ver la historia como historia de hechos o cronología de hechos, sino como historia de procesos que no solo tienen el cuándo, el cómo y el dónde, sino también el por qué, es decir las causas que mueven ciertas acciones y como estas de un modo u otro se relacionan con las ideas y mentalidades".

Esta frase nos hace comprender que la Batalla de Ideas surge como consecuencia de la formación de una ideología de nuestra Revolución y como resultado del proceso histórico dialéctico, cuya formación y contenido vienen dados por la síntesis de ideas sociopolíticas y filosóficas de ilustres personalidades cubanas del siglo XIX.

Sólo cuando la cultura es memoria colectiva, síntesis de valores alcanzados por la sociedad como conjunto de formas y resultados de la actividad humana defendidos y consolidados en su seno, se potencia la identidad de un pueblo.

Recorramos las páginas de la Historia de Cuba y detengámonos en personalidades como Félix Varela, Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Julio Antonio Mella y Fidel Castro como dignos representantes de cinco generaciones de cubanos de nuestra historia y del pensamiento que encuentra su objetividad y realidad en la Batalla de Ideas que impulsa en la actualidad el pueblo cubano.

Félix Varela. Un pensamiento que se hace realidad hoy

Félix Varela y Morales nació el 20 de Noviembre de 1788 en la Ciudad de la Habana.

Inicia sus estudios primarios con el Padre O´Reilly, que le enseña latín, gramática y violín. Comienza sus estudios para sacerdote en el Seminario San Carlos y San Ambrosio de La Habana, donde transcurrió su juventud en un sano y feliz ambiente estudiantil. En 1806 obtuvo el título de Bachiller en Letras.

Con 24 años de edad el Padre Varela es nombrado profesor de Filosofía, Física y Ética en el Seminario. Allí prepara el primer laboratorio de Física y Química que tiene el país, con instrumentos para la enseñanza de las ciencias mediante la experimentación. Enseña con los métodos pedagógicos más adelantados.

Su intensa actividad intelectual, fundamentalmente en el orden filosófico, favoreció el cambio y la transformación de la conciencia social. Publica en The Catholic Expositor and Literary Magazine algunos ensayos de filosofía. Entre ellos se destaca el ensayo sobre la doctrina de Emmanuel Kant.

Las ideas expuestas sobre la comprensión valeriana de los nexos entre Patria y Ciencia se enmarcan en una interpretación dialéctica de la historia.

Da mucha importancia a que sus alumnos aprendan a razonar con sus propias cabezas; lo importante es que aprendan a pensar y a decidir por sí mismos. Por eso uno de sus alumnos, José de la Luz y Caballero dijo: "Mientras se piense en Cuba, se pensará con respeto y veneración en el primero que nos enseñó a pensar. Y ese fue Félix Varela.

Heredero de las enseñanzas de estos hombres y a su vez alumno del Seminario fue también Rafael María de Mendive, maestro de José Martí.

El gran aporte de Varela a la educación en Cuba fue unir ciencia y conciencia. Por eso se ha dicho que "la reflexión fue su trinchera".

La determinación social del conocimiento de una de las ideas centrales que Varela aborda con claridad y precisión en sus escritos, como se demuestra en el siguiente fragmento:

"La naturaleza nos da las primeras lecciones del análisis, y estas deben su progreso a las necesidades y facultades del hombre, por lo que la sociedad aumentando en parte las necesidades humanas, es una fuente abundante de conocimiento".

Varela fue el primero que abrió el camino de la educación para todos cuando dijo: "La necesidad de instruir a un pueblo es como la de darle de comer, que no admite demora..." "Quién puede negar que es más ilustrado un pueblo en que todos saben leer y escribir".

En 1821, Varela inaugura la primera Cátedra de Derecho de América Latina, en el Seminario de San Carlos. Allí se enseña por primera vez en estas tierras la legalidad, responsabilidad civil y el freno del poder absoluto. Allí se cultiva la semilla de liberación y dignidad humana que el Padre Las Casas había sembrado siglos atrás. El mismo Varela llama a estas clases "la Cátedra de la Libertad y de los Derechos Humanos, la fuente de las Virtudes Cívicas y la base del gran edificio de nuestra felicidad".

Comienza a los 35 años un nuevo camino de liberación: el primero fue liberar las mentes en las aulas, después fue probar la liberación por las leyes, y ahora comprende que aquellos sólo eran pasos para avanzar hacia una liberación más profunda e integral.

Escribe el primer periódico independentista cubano, llamado "El Habanero", primera publicación dedicada por entero a la defensa de la liberación nacional. En él escribe aquella frase que hoy mantiene su vigencia para cualquier país en los mares del mundo:"Desearía ver a Cuba tan isla en lo político como lo es en la naturaleza". ..."Cuba no debe esperar ya nada de España... ni de nadie, debe liberarse por sí sola...".

El padre Varela cuando hablaba de un bienestar de la Patria se refería no solo a los españoles residentes en Cuba, sino a todos aquellos negros, blancos o mestizos que vivían en ella ya fueran libres o esclavos y así va sentando las bases de la identidad cultural cubana y el desarrollo de la integración nacional, aunque este proceso no pudiera consolidarse sino bajo los fragores de la Guerra de los Diez Años.

El 25 de febrero de 1853 fallece Félix Varela, casi a los 65 años de edad y como coincidencia histórica, casi un mes después que naciera en La Habana, José Martí,  señal de que el relevo estaba en pie y de la unidad en el camino de liberación de nuestro pueblo, cuyo precursor y profeta fue Félix Varela.

El reformismo e independentismo fueros las dos actividades políticas que existieron en Cuba entre 1790 y 1863. Al segundo grupo pertenecen precursores como Varela y José María Heredia, y luego los hacendados de la zona oriental que con Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramante iniciarían la lucha por la independencia, junto a las capas medias y las masas de artesanos y esclavos. Félix Varela en su concepción independentista, orientó e impulsó la transformación de la sociedad cubana de su tiempo, creando bases para el estallido de la Guerra de los Diez Años, iniciada por El Padre de la Patria.

La vida y obra de Varela, sus concepciones filosóficas, éticas, socio-filosóficas y políticas, así como el proyecto de transformaciones y modelo de sociedad al que aspiraba con intereses independentistas expresan los intereses y necesidades de la mayoría de los sectores sociales de la población cubana. A partir de su momento, liberación de la patria y emancipación humana marcharían unidas en el largo camino de casi un siglo de luchas del pueblo cubano por su independencia. Sin duda alguna, Félix Varela es el fundador del proceso de integración y de surgimiento de la identidad cultural y nacional cubana y de las tradiciones revolucionarias del pueblo.

Su pensamiento en pos de la integración de identidades para la creación de una cultura nacional, su concepción acerca del valor del conocimiento y el derecho de todo hombre a tenerlo a su alcance, sus ideales independentistas ven la luz en la actualidad, con la Revolución y con la Batalla de Ideas.

Carlos Manuel de Céspedes. Su vigencia en la Batalla de Ideas

Eusebio Leal en el prólogo de su obra Carlos Manuel de Céspedes "El Diario Perdido" afirmó: "Desde las penumbras de un lejano pasado se escucha con voz timbrada y enérgica del gran hombre, como aquel día en que recibiera la más alta responsabilidad con el título y los deberes de Presidente de la República en Armas. Su vigencia no nos deja lugar a la debilidad ni a la duda" y para ello cita palabras del Padre de la Patria en su Alocución al ser nombrado Presidente de la República en Armas: "Cuba ha contraído en el acto de empeñar su lucha contra el opresor, el solemne compromiso de consumar su independencia, o perecer en la demanda; en el acto de darse un gobierno democrático, el de ser republicana. Este doble compromiso, contraído ante la América independiente, ante el mundo liberal y lo que es más ante la propia conciencia significa la resolución de ser heroicos y virtuosos. Cubanos: con vuestro heroísmo cuento para consumar la independencia, con vuestra virtud, para consolidar la república. Contad vosotros con mi abnegación". 

Carlos Manuel de Céspedes, abogado bayamés, nace en el seno de una familia acomodada el 18 de abril de 1819. Sus primeros estudios los realizó en el convento de Santo Domingo. Luego ingresó en el Real Colegio de San Carlos y San Ambrosio, en el patio que dio vida a las ideas de Varela y como símbolo de continuidad del ideario cubano de siglos pasados. Allí concluyó sus estudios de Derecho en 1838.

Matricula posteriormente la carrera de Jurisprudencia en la Universidad de Barcelona, que concluye en la Universidad de Madrid.

Viajó por Francia, Inglaterra, Suiza, Turquía, Grecia, Italia y Alemania y observó la situación de Europa alrededor del año 1848, fecha de tanta significación revolucionaria.

Al regresar a su Patria comienza a exponer sus ideas liberales acerca del esclavismo, lo que provoca que sea vigilado de cerca por las autoridades españolas.

El 10 de octubre de 1868 estalló la Guerra Grande con Céspedes a la vanguardia y así se inició la lucha. Con las campanas de su ingenio La Demajagua convocó a sus esclavos para darles para siempre su libertad.

Afirmó Fidel en la conmemoración del centenario del estallido de la guerra de los 10 años en la propia Demajagua: "No hay, desde luego, la menor duda de que Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo heterogéneo todavía, que comenzaba a nacer en la historia. ...Lo que engrandece a Céspedes no es solo la decisión adoptada, firme y resuelta de levantarse en armas, sino el acto que acompañó aquella decisión- que fue el primer acto después de la proclamación de la independencia- que fue concederles la libertad a sus esclavos, a la vez de proclamar su criterio sobre la esclavitud, su disposición a la abolición de la esclavitud en nuestro país"

El pensamiento político de Céspedes sufre un cambio importante. En los inicios de la guerra sus ideas sobre la abolición eran reformistas al plantear una abolición de la esclavitud, pero con indemnización a los propietarios. Un año más tarde, como Presidente de la República en Armas decreta la abolición total sin indemnización y se empieza a utilizar la tea incendiaria a todas las tierras que le brindaran beneficios a España. Así se aparta de forma radical de su mentalidad de hacendado, aunque acepte criterios opuestos a los suyos, pero en aras de la unidad del movimiento revolucionario.

En sus cartas patrióticas y familiares esboza algunas de sus ideas. Así en carta a su cuñado Manuel de Quesada en julio de 1871 escribió:

"Nuestro propósito invariable sean cuales fuesen las circunstancias es no aceptar de España más capitulación que la absoluta independencia de Cuba, así como de cualquier otra nación que se interese por Cuba. Morir todos o ser independientes, sin alterar esta resolución ninguna consideración humana".  

Muestra de su independentismo radical son sus palabras:

"Nuestro lema es y será siempre: Independencia o Muerte. Cuba no solo tiene que ser libre, sino que no puede ya volver a ser esclava".

En su carta al senador Charles Summer, activo defensor de España, le hace ver que no veía clara la actitud de neutralidad de los Estados Unidos ante la lucha de Cuba contra la metrópoli española, si era capaz de vender treinta cañoneras al gobierno de España y pone de manifiesto de manera avanzada para su época, la posición anticubana de las autoridades yanquis.

Su posición en contra del anexionismo se mostró en fecha tan temprana como 1870 cuando expuso:

"...tal vez estaré equivocado, pero en mi concepto su gobierno a lo que aspira es apoderarse de Cuba sin complicaciones peligrosas para su nación y entre tanto que no salga del dominio de España, ni siquiera sea para constituirse en poder independiente; este es el secreto de su política y mucho me temo que cuanto haga y proponga sea para entretenernos y que no acudamos en busca de otros amigos más eficaces y desinteresados".  

Su patriotismo, firmeza y absoluta abnegación, así como su concepción del papel de la lucha revolucionaria para alcanzar la independencia fueron atributos reconocidos por José Martí al afirmar:

 

"Mañana sabremos si no fue Céspedes, de sueños heroicos y trágicas lecturas, el hombre refinado y primario y creador, personal y nacional de aspiraciones que encienden el conocimiento del mundo libre y la pasión de la República".

Testimonio de esta caracterización martiana es la frase del Padre de la Patria: "El medio de la paz es la tribuna. El medio de las revoluciones es la acción".

Carlos Manuel de Céspedes, El Padre de la Patria cubana, desde la altura de su siglo y con el Grito de Yara inició la guerra del pueblo cubano por su soberanía nacional que vio el triunfo solo casi un siglo después con el triunfo de la Revolución. Hoy sus ideales independentistas, de justicia social, antiimperialistas y de defensa insoslayable de la Patria cobran vida en los principios de la Revolución, en sus programas, y en particular con la Batalla de Ideas. 

José Martí. Su obra, inspiración de la Batalla de Ideas

El Apóstol nació el 28 de enero de 1853 en La Habana. Fue alumno del poeta y patriota Rafael María de Mendive.

En 1869 es puesto en presidio por sus actividades subversivas en contra del colonialismo español.

Es deportado a España en 1871. Estuvo en varios países de América Latina, como Guatemala, Venezuela y México, tanto como profesor como orador. En Nueva York, pasa Martí casi toda su vida.

Entre los años 1878 y 1879 colabora con Calixto García en los preparativos de la Guerra Chiquita, la que fracasa y por ello es nuevamente deportado a España.

Su labor principal la ejerce entre los años 1884 y 1895, año en que muere en Dos Ríos.

Durante esta etapa Martí organiza la emigración en pos de una ayuda para una guerra que el llamaría "necesaria".

En marzo de 1892 funda el periódico Patria, órgano oficial de los revolucionarios.

El 10 de abril del mismo año es fundado el Partido Revolucionario Cubano (PRC) que sirvió para unir a los "Pinos Nuevos" con los "Pinos Viejos" para fomentar la unidad para la guerra que se aproximaba.

Con la creación del PRC, Martí destaca la importancia de un partido que coleccionará en sus filas a las fuerzas más populares para la lucha revolucionaria. Martí funda el PRC para la lucha por la plena independencia, y Vladimir Ilich Lenin, el Partido Bolchevique para llevar a cabo la Revolución Social en Rusia.

Es significativo el rol que en ambos partidos, de acuerdo a sus condiciones histórico-concretas, jugó la clase obrera. Tanto Lenin como Martí coincidieron en valorar el papel de los medios de prensa para organizar y orientar a las masas populares: Martí funda el periódico Patria y Lenin, el Iskra. 

Aquí se muestra la articulación que existe entre el pensamiento revolucionario cubano y el marxismo leninismo, tomando de punto de apoyo lo anteriormente expuesto y además la denuncia del fenómeno imperialista en la lucha contra él, en condiciones y tiempo totalmente diferentes.

Junto a Máximo Gómez firma el Manifiesto Comunista, en el cual están explícitas las causas y objetivos del inicio de la guerra.

Dirigió el Plan de la Fernandina en 1894, el cual fracasó por una delación.

Martí fue el principal organizador de la Guerra Necesaria, unió a la emigración con los patriotas que seguían luchando desde dentro y fundó el PRC, como órgano aglutinador de las grandes masas por un objetivo común.

Ejemplo de su ideario de soberanía, antiimperialismo y defensa de la identidad nacional son sus frases:

"Injértese en nuestra república el mundo, pero el tronco ha de ser nuestra república".

"El norte revuelto y brutal nos desprecia".

"Los árboles han de ponerse en fila para que no pase el gigante de siete leguas".

"Fundar un pueblo nuevo y de sincera democracia".

En su carta de Vindicación de Cuba, escrita en 1889, hace una defensa de la nacionalidad cubana y una crítica a los argumentos racistas que predominaban en los círculos políticos de Estados Unidos.

Su carta a amigo Manuel Mercado en 1895, en vísperas de perder su vida es un testimonio de su deseo de unir a toda la América y de su antiimperialismo franco al expresar: "Impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extienda por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América".

Cuando se menciona al Maestro como Autor Intelectual del Moncada, y hoy de la Batalla de Ideas, cuando se hace sentir en cada obra que se realiza dentro de la sociedad cubana es porque su pensamiento, obra  y vida se anticipó con clara luz a muchos de los problemas que azotaron a la Patria. Su ideario cobra vida en cada programa de la Revolución y en particular en la Batalla de Ideas.

Julio Antonio Mella. Revitalizador de la obra del Apóstol

Julio Antonio Mella nació en Cuba, el 25 de marzo de 1903. Su historia es la de un íntegro representante de las aspiraciones más profundas del pueblo trabajador de la Patria que lo vio nacer bajo su concepción de que "todo tiempo futuro tiene que ser mejor".

"Contra el imperialismo, por la justicia social de América" es una muestra de que el pensamiento de Mella fue y sigue siendo un firme pilar en la construcción y desarrollo del movimiento marxista de toda América Latina.

Sus ideas y acciones guiadas por los postulados del marxismo, no sólo lo trasformaron en un hombre que jamás claudicó, sino que jugó un papel de primera línea en la lucha de los trabajadores por una vida mejor, ganándose con ello el odio más iracundo de la clase burguesa.

Mella surge en medio de un contexto histórico en el que Cuba obtuvo en 1898 la independencia formal, a pesar del heroico levantamiento revolucionario encabezado por José Martí al liberarse del yugo Español para caer en las garras del naciente imperialismo norteamericano, en una época en que el capitalismo estaba en el umbral de su etapa imperialista. Por ello nos dice el espíritu antiimperialista de Mella, "Cuba fue libre de España, en lo económico para sucumbir ante los Estados Unidos. Y en lo político pasó del despotismo de los capitanes generales weylerianos a los presidentes generales machadistas. Ayer, la burguesía española era la clase dominante. Hoy la embrionaria y fascista burguesía industrial cubana, falderillo del imperialismo yanqui".

En 1921 ingresa en la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana donde jugó un papel fundamental como líder estudiantil. Fue la enseñanza universitaria su primer escenario de lucha.

Mella es uno de los líderes indiscutibles que funda en octubre de 1923 la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) cuyas demandas eran elementales: democratización y autonomía de la universidad y destitución y depuración de los profesores reaccionarios. En este mismo año resulta electo presidente de la FEU. En ese mismo año la organización universitaria bajo su dirección eleva la llamada Reforma Universitaria.

En esta etapa de su desarrollo revolucionario Mella veía que la Universidad y los estudiantes honrados debían ser un medio para "revolucionar las conciencias de los hombres de Cuba para formar una nueva sociedad, libre de los parásitos y de los malhechores que cuenta la actual".

Sus ideales democráticos estaban caracterizados por un ardoroso idealismo radical y confianza en la juventud rebelde: "¡Juventud, Juventud, recuerda que eres un divino tesoro, la humanidad adolorida sueña por regenerarse por el impulso poderoso de tus sueños y tu energía ¡Recuerda, juventud, que la universidad es la fragua donde se hacen los luchadores del mañana. No claudiques ahora, que eres joven y no has creado intereses. Lanza nuevamente tu grito de rebeldía vigorosa. Confunde a los traidores. Desprecia a los cobardes."

Ya en esta etapa inicial su pensamiento humanista e ilustrado se mezcla con la necesidad de una verdadera revolución: "Somos revolucionarios... sinceramente revolucionarios. No aspiramos a puestos. No queremos cambiar unos hombres por otros. Ansiamos realizar nuestros ideales. Nuestros ideales que no son la elevación de unos cuentos, sino la liberación del pueblo esclavo. La historia nos ha enseñado que la transformación para ser real y justa tiene que ser destruyendo el sistema económico".

Su instinto antiimperialista estaba unido a una solidaridad para con los pueblos explotados del mundo, con la revolución rusa, y sobre todo, con Latinoamérica: "Por encima de las ridículas líneas de las fronteras los hombres renovadores del continente formamos una gran nación, por eso, un atentado a uno en el Perú es un atentado a todos en la humanidad". Este internacionalismo cada vez más definido y con carácter marxista sería una de las características más relevantes de Mella.

Uno de los acuerdos del Primer Congreso Nacional de Estudiantes, celebrado en octubre de 1923 en La Habana, bajo la conducción de Julio Antonio Mella fue la creación de la Universidad José Martí con el objetivo declarado de llevar a las "más escondidas" capas de la sociedad lo que debe ser patrimonio de todos los cubanos: la cultura. En ella se incorporan durante casi tres años alrededor de 500 obreros y se imparten de forma gratuita las clases, con el objetivo de llevar los conocimientos a todo el pueblo.

Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano, en el aniversario 80 de la fundación de la Universidad José Martí señaló que Mella, a quien calificó de "relámpago que iluminó toda la centuria", encarnó en su época la necesidad más importante del socialismo: vincularlo a la cultura.

Hart agregó que el ideario de Mella puso de relieve su aspiración a la masividad de la educación, y que lo recuerda en cada intervención de Fidel cuando se refiere a la cultura general integral porque en Mella estaba la expresión más alta de esa cultura. Afirmó, además, que la semilla esencial de la revolución educacional cubana se halla en la Universidad Popular José Martí.

El año 1923 marca para Mella su paso definitivo al marxismo, en virtud de la influencia del movimiento obrero y su lectura de las obras de Lenin. Con la inteligencia y sensibilidad de un revolucionario vio en el movimiento obrero la clave de la revolución y así afirmaba..."invitamos a toda la nueva generación a militar bajo nuestra bandera libertaria de redención social. ..."los proletarios son los nuevos libertadores. Nuestro deber de hombre avanzados es estar en sus filas".

En agosto de 1925 funda el Partido Comunista de Cuba junto a Carlos Baliño, prestigioso fundador junto a Martí del PRC y precursor de las ideas marxistas en Cuba. Ello permite a Mella profundizar sus conocimientos sobre Martí, así como ir familiarizándose con las luchas y corrientes ideológicas del movimiento obrero cubano. 

En 1926 publica el folleto "Glosas al pensamiento de José Martí". Mella es el primero en el que se unen el pensamiento martiano con el marxismo. Fue un ejemplo para todos los cubanos de su tiempo.

Comprendió de forma consciente que para una reforma universitaria era necesario una revolución social. Sus ideas de antiimperialismo y antiinjerencismo lo llevan a ser el principal líder de los años 20 y más tarde a ser Secretario General del Partido Comunista. Siguió los pasos de Martí en el exilio y guió la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos y el periódico "Cuba Libre".

Podemos decir que Mella fue fiel continuador de la obra revolucionaria cubana y seguidor de la obra del Maestro cuando destaca la necesidad de una generación culta que supiera cómo vivir en su tiempo y entendió a la perfección la obra de Carlos Marx, al reconocer el papel histórico del proletariado y la necesidad del internacionalismo.

Mella es y será un ejemplo imperecedero para las nuevas y futuras generaciones. Hoy vive al ondear la bandera de la Batalla de Ideas.

Fidel Castro. Consumación del ideario revolucionario cubano

Nace Fidel Castro el 13 de agosto de 1926 en la zona de Birán, antigua provincia de Oriente. Su padre poseía cerca de 800 hectáreas de tierra lo que le permitió enviarlo a estudiar en distintos colegios de Santiago de Cuba. Fidel desde entonces se destaca en las asignaturas académicas y en las deportivas. A los 16 años es trasladado al Colegio Jesuita de Belén.

En el año 1948, interviene en las luchas por recuperar la Campana de La Demajagua que había sido robada de la Universidad.

Fustigó los males de la República y ante el golpe de Estado de 1952 asume una posición vertical en su contra. Su denuncia "Revolución no, zarpazo! lo convierte en uno de los principales centros de oposición a la dictadura. La posición vacilante de la ortodoxia hace que Fidel se separe de este partido y comience a organizar a la Juventud del Centenario que escribirá páginas gloriosas en nuestra historia.

Utilizando sólidos pilares como el pensamiento de Martí, las enseñanzas del marxismo, el pueblo y las experiencias de luchas anteriores, creó una nueva estrategia que consistía en crear un movimiento ajeno a los políticos tradicionales que tuviera como finalidad el desencadenamiento de la lucha armada.

La preparación del asalto al cuartel Moncada, motor pequeño que echaría a andar el motor grande de la Revolución, consume gran parte de sus energías. El 26 de julio de 1953, se reinician las luchas del pueblo cubano por la independencia.

Luego de la derrota y de contemplar el asesinato de sus compañeros por las hordas de Batista, participa en las dos primeras sesiones del juicio seguido a los asaltantes al Moncada. Su denuncia de que los políticos nada tenían que ver con la acción y que Martí era el autor intelectual del ataque, llena de esperanza a los sobrevivientes y de temor a los verdugos. Privado de su derecho como acusado, asume su defensa y pronuncia su alegato que la historia conocerá como "La Historia me Absolverá". En su defensa, reelaborada en la cárcel y publicada posteriormente en la clandestinidad, denuncia los males que envenenan al país, define el concepto de pueblo y esboza las leyes que un gobierno revolucionario aplicaría una vez derrotada la dictadura.

Condenado a 15 años de prisión en el reclusorio para hombres de Isla de Pinos, el llamado por el tirano Machado "Presidio Modelo", convierte los meses en prisión en fragua de la lucha posterior.

Sale en libertad juntos a sus compañeros, el 15 de mayo de 1955 y de inmediato comienza la labor de divulgación entre las masas. La dictadura le cierra las puertas a la lucha política y tiene que abandonar el país.

Llega a México y publica el Manifiesto Número 1 del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) al Pueblo de Cuba donde refleja el compromiso de lograr la independencia a través de la lucha armada.

Al llegar 1956, inicia el cumplimiento de su compromiso con el pueblo de ser libres o mártires al desembarcar con una expedición de 82 hombre a bordo del yate Granma. Su papel al frente del movimiento insurreccional se convierte en uno de los factores del triunfo revolucionario el primero de enero de 1959.

En Fidel Castro se cumple, de forma original, lo que hemos considerado una regularidad en la evolución del pensamiento cubano en este siglo: el acceso al marxismo y al leninismo desde una inicial formación martiana.

El Manifiesto Comunista le brinda las primeras respuestas científicas a las inquietudes e interrogantes. "El Capital", "El Estado y la revolución", "El imperialismo, fase superior del capitalismo" y "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado", entre otras obras, completan la inicial formación marxista-leninista.

En la táctica y la estrategia de su proyecto revolucionario expresado en su alegato "La Historia me Absolverá" y el manifiesto del Moncada, están los elementos que permiten considerar que con el surgimiento de la Generación del Centenario como nueva fuerza revolucionaria, y sobre todo con el asalto a las fortalezas orientales, surge un nuevo momento en la articulación de las tradiciones nacionales y la ideología del proletariado. En estos elementos tácticos y estratégicos están presentes los rasgos esenciales de la ingente labor de concientización de todo un pueblo que transitó vertiginosamente, desde la repulsa a la dictadura batistiana, hacia la acción consciente contra el imperialismo y hacia la construcción del socialismo.

Al igual que Martí y los fundadores de la ideología del proletariado en Cuba, Fidel Castro distingue claramente la revolución política de la social, junto a Mella y Villena, como inevitable en los pueblos coloniales y neocoloniales, como única garantía de la liberación nacional, en las condiciones del predominio imperialista a nivel internacional, y en el ámbito de la crisis permanente de la economía cubana que esta dominación engendraba. Es por eso que Fidel concibe el tránsito de la fase nacional liberadora a la socialista en Cuba, bajo una misma dirección revolucionaria y como proceso único.

En el discurso de Fidel de estos años difíciles de recrudecimiento del bloqueo y posteriores al derrumbe del campo socialista ha estado presente la tesis de que Cuba no puede renunciar a la ideología del proletariado, porque ello sería negar sus tradiciones histórico-revolucionarias. Cuando el Comandante en Jefe nos dice "Salvar la patria, la Revolución y el socialismo" es porque lo ve como el único camino del pueblo cubano para preservar su esencia como nación.

La intelectualidad cubana, de Félix Varela a Carlos Manuel de Céspedes, de José Martí a Julio Antonio Mella y hasta Fidel Castro, son símbolos del papel de la historia en la formación de una identidad y cultura nacional y son la fuente de la que se nutre la Batalla de Ideas.

La vigencia del pensamiento revolucionario de figuras surgidas en el transcurso de la Historia de Cuba está latente en cada una de las tareas que se emprenden en la Batalla de Ideas.

Félix Varela cambió las concepciones de sociedad, pensamiento y ciencia, enseñando la necesidad a partir de la verdad. Su ideal independentista, antianexionista y americanista quedó latente en Cuba a lo largo del siglo XIX y hasta nuestros días.

El Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, insigne patriota de ideas antiesclavistas, fue el iniciador de la guerra de liberación del pueblo de Cuba por su independencia. Sus ideas antiesclavistas, antianexionistas, de justicia social, su estatura moral, valentía, entrega y desinterés, nutren a la historia de nuestro país y a la Revolución cubana.

José Martí, el Apóstol, con su genialidad política hereda y resume lo mejor del ideal de independencia, de los grandes pensadores que lo antecedieron y lo lleva a planos superiores, destacando su concepción humanista.

En la década de 1920 se recupera el ideario martiano perdido después de la injerencia yanqui en Cuba. Una de las principales figuras es Julio Antonio Mella, el cual reconoce el papel histórico del proletariado dentro de la sociedad y la necesidad del internacionalismo, aspectos que habían sido analizados por Carlos Marx en el Manifiesto Comunista: "Proletarios de todos los países: ¡Uníos!. También destaca la necesidad de una generación culta, que supiera vivir acorde a su tiempo. Con este fin crea la Universidad Popular José Martí.

Años después, en 1953, la Generación del Centenario encabezada por Fidel Castro, vincula en "La Historia me Absolverá" las ideas martianas con el marxismo leninismo.

Hoy, la ideología cubana se ha enriquecido con el pensamiento y la acción de nuestro máximo líder Fidel Castro y podemos decir que tenemos una revolución "Con todos y para el bien de todos". La Batalla de Ideas en un reflejo de ello y es la obra con que soñaron ellos.

CONCLUSIONES

La Batalla de Ideas como programa de la Revolución Cubana es el resultado de la propia evolución histórica de nuestro país, nutrida con la particular aplicación de los clásicos del marxismo, y desde formas de la conciencia social como la historia y la cultura.

La Batalla de Ideas es la obra que resume el devenir histórico e ideológico de Cuba desde su pasado; se articula y fortalece con la teoría marxista-leninista, adaptada a las circunstancias histórico-concretas de índole nacional e internacional correspondientes al momento actual.

La Batalla de Ideas es el sueño hecho realidad de pensadores geniales como Félix Varela, de insignes patriotas como Céspedes, de revolucionarios humanistas como El Maestro, de la juventud revolucionaria y marxista de Mella. Ellos araron el camino para que la Revolución con nuestro Comandante en Jefe Fidel a la vanguardia, articulara todos los resortes históricos y ejecutara los anhelos de independencia, emancipación y cultura de sus antecesores históricos. 

 

FUENTES CONSULTADAS:

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