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Isla al Sur

CUANDO PAPÁ SE EMBARAZÓ

CUANDO PAPÁ SE EMBARAZÓ

YANET LLANES ALEMÁN,

estudiante de segundo año de Periodismo,

Facultad de Comunicación de la

Universidad de La Habana.

Todo estuvo muy oscuro hasta que aparecieron nuevas partes de mi cuerpo. ¿Ojos? Aún está todo muy nublado. No logro distinguir si estoy sola. ¡Si papá supiera que el cordón me enreda! Sí, creo que estoy viendo. ¡Estoy en la panza de papi!

Mi papá come mucho. Seguro que por eso me han salido dos orificios en la cabeza. ¿Oídos? Con ellos puedo escucharlo hablar con una mujer. Debe ser mamá, porque ya la reconozco cuando tiernamente me acaricia. Ella siempre está cerca de papi, constantemente oigo los latidos de su corazón. Ayer, asustada, le dijo que se acercaba el día. Yo sentí sus escalofríos.

Pero no entiendo, aunque hace mucho que tengo cerebro, ¿por qué mi papá está tan tranquilo? ¡Como si yo no estuviera en su barriga desesperada por salir! Cada día me siento más completa y aumentan mis ansias por ver la luz. Ya lo sé, la imagen de mi papá se embelezará tanto que olvidaré la sensación de estar afuera. Sí, fuera de este líquido.

Papá, ¿estás dormido? ¿Por qué no te escucho? Solo noto cómo las manos de mamá suavemente rozan mi cabezota. ¡Papi, apúrate! ¡Abre los ojos! ¡El líquido se fue y tengo mucho miedo! ¿Dónde estás? No puedo hablar. Me duermo. Me duermo. Me… ¡No! Alguien me dio por las nalgas. Creo que me inundaré con esta otra agua que sale por mis ojos. Temo abrirlos. Papito, ¿cómo será tu rostro?

Por fin me decido. Estoy confundida. ¿Eres tú, mamá? ¡Qué sorpresa! ¡Ya llegué a tu mundo! Seguro papá se está recuperando y por eso no se encuentra a mi lado. Solo dile que somos felices… ¡Porque ya es papá!

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