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Isla al Sur

¿MÁS JOVEN QUE NUNCA?

¿MÁS JOVEN QUE NUNCA?

La universalización de la enseñanza superior en Cuba tiene entre sus protagonistas a cientos de profesores como Careni Lorenzo Bravo, para quien educar es uno de sus mayores sueños hechos realidad.

YOHANNA L. DÍAZ VEGA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El triunfo revolucionario en 1959 significó también revolución y cambios en la enseñanza universitaria y en general. Después de 49 años y al calor de la Batalla de Ideas, nacieron nuevos proyectos que la hicieron más novedosa. Hoy, cuando el Aniversario 280 se dispone a subir la escalinata de la Universidad de La Habana (UH), la más antigua y representativa de nuestro país, esta, rejuvenecida por las aspiraciones y esperanzas realizadas de sus miles de estudiantes y profesores, sobrepasa sus muros y llega a cada municipio de la capital, proclamándose más joven que nunca.
      
Protagonista, como tantos otros profesores del proyecto de universalización, Careni Lorenzo Bravo, licenciada en Historia en la Facultad a Distancia de la UH, y actual subdirectora docente y profesora de la asignatura Estética para sexto año de la carrera de Comunicación Social, en la Sede Universitaria Municipal (SUM) del Cerro,  comenta que "los cambios más radicales dentro de los estudios superiores han sucedido en estos últimos años. Primero vinieron los cursos para trabajadores, luego los de educación a distancia, de los que profesionalmente soy fruto, y hace apenas seis años los de universalización, unos de los mayores logros: el sueño hecho realidad del Comandante.

“Las Sedes Universitarias Municipales –explica- rescataron a una juventud que por diversos motivos, se encontraba desvinculada, en las calles, con posibilidades y edad de estudiar, pero sin acceso a la enseñanza superior. Le permitieron a los muchachos de los programas de la Revolución, trabajadores sociales, maestros emergentes e instructores de arte, y a los trabajadores que por su labor o el cargo que desempeñaban requerían de una formación más especializada, continuar estudios universitarios.

 “Pienso que con ellas nuestra querida Universidad de La Habana dio un vuelco para mejor: dejó de ser una universidad simplemente de élite, para convertirse en la de todo un pueblo." 
 
Mientras habla, en el rostro sereno y alegre de Careni se refleja la sinceridad y la confianza que tiene en lo que dice.

-¿Por qué, cuando se habla de este tema hay cierta inconformidad e insatisfacción por parte de algunas personas?

Sí, a pesar de todos los beneficios que implica este proceso, aún hay quienes, al no tener muy claros los objetivos y proyecciones internas del mismo, edifican mitos y perjuicios,  para justificar su descontento.

De ahí parten algunas de las concepciones erróneas en cuanto a la superioridad de los estudiantes del curso regular en comparación con los de la sede, y  la creencia de que la vida a estos últimos se les hizo más fácil porque no tuvieron que hacer pruebas de ingreso para estudiar la carrera universitaria, o que los profesores le regalan las calificaciones.

Castillo de malas interpretaciones o interpretaciones a medias que se tambalean si los mismos que las hacen, con espíritu realmente dado al análisis, tuvieran en consideración, en primer lugar, que las carreras que se estudian en las SUM tienen los mismos programas docentes que los cursos regulares diurnos, rediseñados para seis años de estudio, con el objetivo de cumplir la misma cantidad de horas-clases.

En segundo lugar, que la calidad de las clases en las sedes está garantizada por un claustro de profesores especializados (en muchos casos, profesionales del mismo territorio, categorizados en cursos propedéuticos de Pedagogía para clases por encuentros), quienes reciben las preparaciones metodológicas en la propia Universidad y están en constante superación mediante trabajos investigativos, cursos de postgrado, maestrías y doctorados.

En tercer lugar, que aunque no hacen pruebas de ingreso, el camino de estos muchachos hasta graduarse como universitarios no es tan fácil como se ve desde fuera. La mayoría de ellos cumplen ochos horas diarias  en sus centros laborales, atienden su familia (hay muchos que ya tienen hijos). Se enfrentan a condiciones desfavorables para el estudio individual, vienen a la sede cada quince días, se preparan solos por los libros y hacen exámenes y trabajos de curso con todas las exigencias que requiere el nivel superior.

Y en cuarto lugar, que a pesar de que el espectro que abarca el modelo de universalización es muy amplio y  variado, la efectividad de este, así como la calidad de los conocimientos intelectuales de los estudiantes, solo depende de ellos mismos, del esfuerzo, la voluntad y el interés que pongan en el estudio, elemento fundamental y válido para los dos modelos de educación universitaria.

Para mí, lo más importante no es el modelo, sino la calidad humana del estudiante. Desde su individualidad, todos son iguales, a pesar de haber transitado por caminos diferentes, a ellos los guía la misma aspiración.

Es elocuente, habla rápido, parece que tiene miedo se le escape una idea, pérdida entre tantas importantes. Posee la prisa loca y la calma medida de una mujer joven y madura. Toma aire y me confiesa que  antes de la primera graduación cualquiera podía haber dudado de la universalización, pero después de ver egresados a aquellos 370 jóvenes, tras seis años de esfuerzo continuado, igual que el resto del estudiantado en la simbólica Aula Magna de la Universidad de La Habana, ya nadie pone en vacilación que este proyecto se ha transformado en una realidad innegable.

-¿Cubre la Sede todos los perfiles de carreras?

No se puede esperar que en una pequeña Sede se impartan todas las especialidades profesionales, hay algunas que requieren de condiciones y recursos muy específicos como laboratorios para la experimentación práctica que solo se pueden crear en las grandes universidades. Sin embargo, en la nuestra por ejemplo, se estudian más de ocho licenciaturas fundamentalmente en las ramas de las Ciencias Sociales y Matemáticas, dentro de ellas, Derecho, Comunicación Social, Estudios Socioculturales, Psicología, Bibliotecología y Ciencias de la Información, Finanzas, Contabilidad y Economía.
 
-¿Los encuentros quincenales disminuyen la relación entre estudiantes y profesores?
  
Puedo garantizarte que no en este modelo. Gracias al sistema de tutorías esta relación se hace más personalizada, pues un profesor atiende individualmente a cinco estudiantes, los guía y ayuda a resolver cualquier problema en el estudio y en su vida personal. Así se logra un mayor rendimiento académico del joven y se estrechan los vínculos entre este y los docentes de la SUM, como en una gran familia.

-¿De qué forma se integran todos los alumnos, independientemente del lugar donde reciban las clases?
 
Las jornadas científicas, los Juegos Caribe y los festivales universitarios  de Cultura son algunas de las actividades organizadas por la FEU en las que participa todo el estudiantado sin ningún tipo de exclusión. De modo que entre la ciencia, el deporte y la cultura se crean espacios para la integración y la identificación de unos y otros dentro de una sola institución, la Universidad de La Habana.

-¿Se vincula la Sede al territorio?

El banco de problemas del territorio es la base para los trabajos de diplomas e investigación de todos los estudiantes en las sedes. Además, los estudiantes de superación integral prestan servicios comunitarios más de ocho horas a la semana en empresas e instituciones relacionadas con su perfil educacional. Así aprenden un poco el oficio práctico y se logra la interacción completa entre estudio, trabajo, territorio. 

-Economía nacional y universalización de la enseñanza, ¿asuntos sin relación?

Considero que la productividad y la eficiencia, a la que es llamada la economía nacional hoy, guardan estrecha relación con el trabajo que realiza la Sede con los trabajadores de las empresas e instituciones que requieren de una especialización universitaria para optimizar la calidad y efectividad de su desempeño laboral. De manera que ambos temas, por muy distantes que parezcan, no están desvinculados.

-¿Cuáles son las mayores dificultades que enfrenta la nueva enseñanza universitaria?
 
Este es un proceso maravilloso, pero no es perfecto, ninguno lo es, y este aún está en vías de perfeccionamiento. Desde ese punto de partida puedo decir que la mayor  dificultad que hemos presentado hasta ahora, es no tener local propio, porque auque la idea inicial del Comandante era llevar un aula universitaria a cada rincón del país, en estos momentos por el rumbo y la fuerza que ha tomado la universalización, esto se hace necesario. La  base material de estudio es otro elemento adverso, debido a esa realidad implacable que es el bloqueo.

-¿Retos de la nueva Universidad de La Habana?

Son muchos, pero dentro de los más importantes están lograr para cada carrera y cada especialidad un plan de estudio que incluya disciplinas que los alumnos realmente quieran cursar, además de las básicas, y a las cuales ahora no tienen acceso; formar profesores consecuentes con los nuevos procesos y exigencias (eso es algo que siempre ha tenido, pero que no debe perder); y mantener la permanencia de estudiantes en las aulas.

-¿Cree en el futuro? 

Sí creo, y en el proceso que defiendo. Veo el futuro de la Universidad en Cuba: darle a todo el mundo, independientemente de la edad, la ocupación o la manera de acceder a ella, la oportunidad de ser graduado universitario, que las personas puedan elegir si quieren serlo o no, sin ningún tipo de elitismo o exclusión.

Careni cuenta, además, sobre la admiración que siente por los profesores de más experiencia, y de  sus proyectos inmediatos para la superación profesional, tema al que le otorga gran prioridad en su vida: “Yo pienso que un profesor, y sobre todo un profesor de la UH, nunca termina de estudiar... me preocupo y me  ocupo por la superación, porque es muy importante estar al tanto de los nuevos acontecimientos y teorías para poderlas entender y aplicar en nuestro campo de especialización.”  
 
En todo momento segura de cada palabra, emocionada por la identificación y compromiso que siente hacia el hermoso ejercicio del magisterio, la profe Cari, como le llaman algunos de sus estudiantes, confiesa que nunca podrá dejar de sentirse profesora universitaria porque ”llegué para quedarme, esto es lo que quiero ser y lo quiero ser para siempre … hasta hoy la experiencia ha sido maravillosa, poder ofrecer a otros la posibilidad que yo no tuve, guiarlos a realizar su sueño profesional blindándoles las herramientas necesarias para estudiar una carrera universitaria, me llena de satisfacción. La docencia es, sin duda, un sueño que realicé, quizás el más grande de todos”.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

Ficha Técnica:

Objetivo central: Trasmitir la visión de la profesora Careni Lorenzo Bravo en nombre de los profesores de la SUM del Cerro sobre la nueva Universidad. 

Objetivo colateral: Destacar algunas de las particularidades de su experiencia personal que evidencien su identificación y respaldo al proceso de universalización de la enseñanza universitaria en nuestro país.
 
Tipo de entrevista:

Por la forma: Mixta

Por su contenido: De Opinión

Por el canal que se obtuvo: Personal (Cara a Cara)

Tipo de Titulo: Interrogativo

Tipo de Entrada: De resumen del tema

Tipo de Conclusión: De  opinión o comentario del entrevistado

Fuentes consultadas: Careni Lorenzo Bravo, profesora de la SUM del Cerro; Octavio Danel Ruas, director de la SUM del Cerro.

 

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