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Isla al Sur

POR QUIEN MERECE AMOR

POR QUIEN MERECE AMOR

En Cuba es notable la  disminución de menores sin amparo familiar, sin embargo, aún hay muchos viviendo en círculos infantiles mixtos u otras instituciones especializadas en su cuidado.

Texto y foto:
NEISY MARTINEZ MIRANDA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Juan P* tiene ocho años. Vive junto a otros nueve niños en el hogar para menores sin amparo filial de La Lisa. La madre padece de trastornos psicológicos y no conoce al padre. Desde los dos años fue internado debido a la falta de personas que se hicieran cargo de sus necesidades.

Para pequeños como él, la Revolución creó en 1984 los hogares de menores y círculos infantiles mixtos, todos regidos mediante el Decreto Ley No 76 del Consejo de Estado.

“Son centros de asistencia social donde se le proporciona al menor las condiciones de vida semejantes a las de una familia. Actualmente suman 31 en el país, con una matrícula de 365 menores y atendidos por 310 trabajadores”, dice Alfredo Morffy, funcionario del Departamento de Educación Especial del Ministerio de Educación (MINED).

Hogares y círculos mixtos

Antes de 1959, en Cuba la atención a huérfanos y abandonados era prácticamente intrascendente.  A muchos los acogían sus padrinos católicos, o sea, aquellos que sus padres escogían para que bautizaran a sus hijos y se ocuparan de estos en caso de fallecimientos. Otros recibían albergue en las denominadas casas cuna o de beneficencia, de origen privado y religioso.

Luego del triunfo revolucionario, el estado tomó las riendas de la situación, formuló leyes a favor de los menores y para su protección. Solo entonces surgen los denominados Hogares para Menores sin Amparo Filial y los Círculos Infantiles Mixtos, instituciones que garantizan la seguridad de los pequeños con estas características hasta que sean adoptados o alcancen la mayoría de edad.

“La mayoría de los chicos que habitan en estos lugares están ahí por problemas de vivienda o porque sus padres son reclusos o padecen de trastornos mentales, en todos estos casos los progenitores no pierden la patria potestad del menor, razón por la cual este no puede ser dado en adopción. De ahí la pequeña cantidad de criaturas que tengan las características para ser adoptados, realmente las cifras son minúsculas”, declara Yamila González Ferrer, abogada y especialista de la Unión de Juristas de Cuba.

Actualmente, es notable la disminución de menores con esas características, sin embargo, aún hay bastantes viviendo en círculos infantiles mixtos u otras instituciones especializadas en su cuidado.

Según Benilde Ulloa, asesora jurídica del Ministerio de Educación de Ciudad de La Habana, es probable que la causa de la disminución sea el trabajo sobre la  base de diálogos  con la familia biológica, sin importar cuál es la cuestión promotora de la separación.

“Como Juan P* existen muchos en Cuba, no tantos después del triunfo de la Revolución, pero sí los suficientes como para continuar la labor preventiva”, afirmó Miriam Mendoza, trabajadora social del Ministerio de Educación de Ciudad de La Habana.

La funcionaria precisó, además, que se da la oportunidad a los progenitores de continuar asumiendo sus responsabilidades con los menores, y, por tanto, los pequeños vivirán en los hogares o círculos mixtos hasta la resolución de los problemas: “Si los padres conservan la patria potestad, el menor debe permanecer en el hogar hasta la resolución del problema”.

Como bien comenta María de la Paz  Mesa Vález, directora del Hogar de La Lisa, dichas instituciones brindan al menor todo el cuidado posible, tanto material como espiritualmente: “Sabemos que no es suficiente, por eso importa cuánto nos esforcemos. A menudo se sentirán rechazados por quienes les rodean, pues los mirarán con lástima al imaginar cuán grande ha sido su sufrimiento, pero no siempre es así, muchos llegan a terminar sus estudios se hacen independientes, mantienen un trabajo, un hogar, y tienen hijos, a los que nunca abandonarán”.

A pesar de la entrega de los trabajadores de los círculos y hogares, así como el apoyo de maestros y vecinos, el afecto, cariño y comprensión son las carestías principales que intrínsecamente sienten los pequeños, pues no es fácil entender que han sido desplazados de sus hogares naturales.

Según la psicóloga Lisette Quintella, trabajadora del Centro de Diagnóstico y Orientación del municipio La Lisa, estos niños suelen tener experiencias negativas desde las primeras edades, lo cual origina, en ocasiones, un trastorno psicológico que comienza como un pequeño problema de conducta y, muchas veces, se convierte en otro más agudo.

“La mayoría están siempre callados, son esquivos y pueden presentar situaciones docentes; de ahí la importancia de incorporarlos al ambiente familiar, ya sea suyo o sustituto. Pero generalmente y debido a su corta edad, muchos se adaptan fácilmente a su nueva vida y llegan a ser independientes y capaces de formar una familia”.

Adopciones infantiles

“Esos muchachos son muy buenos, educaditos. A veces hasta me dan lástima, pero no creo poder apadrinar a uno, no me gusta la idea. Con el tiempo se vuelven problemáticos y suelen dar más dolores de cabeza que los propios”, manifestó Iraelio Ortíz, vecino del hogar de La Lisa.

Muchos casos corroboran lo planteado por Iraelio, pues como bien afirma la psicóloga Lisette Quintella, a veces aparecen alteraciones psicóticas en la personalidad del hijo adoptivo al descubrir su origen extra familiar: “Ello influirá fuertemente en su personalidad, e incluso pueden sentirse distintos, con vivencias de marginación, de cierto resentimiento o confusión sobre su imagen”. 

Gloria M*, estudiante de la Universidad de La Habana, confirma lo planteado por la psicóloga a partir de una experiencia vivida. “Mi primo es alcohólico y solo tiene 30 años. Sus padres tienen origen gallego y, por tanto, son de piel muy blanca, mientras que él es trigueño. Siempre percibimos la diferencia de color, pero nunca imaginamos la causa. Un día descubrió la verdad: era adoptado. Desde entonces perdió el rumbo de su vida, la bebida le cegó las esperanzas”.

Pero como asevera la abogada Yamila González Ferrer, no siempre estas secuelas influyen notablemente en el desarrollo del chico: “He conocido varios ejemplos de adopciones, y muy pocos presentan problemas de conducta. Todo depende de los padres y el ambiente que sepan crear en el hogar”.

Juan S*, estudiante universitario, corrobora lo dicho por la licenciada al relatar la anécdota de su vecina Margarita*, quien fue abandonada desde pequeña, pues sus abuelos estaban muertos y su madre prefirió salir del país sin ninguna clase de ataduras; así que la muchacha fue adoptada y, hoy por hoy, a pesar de mantener comunicación con la madre biológica, ella reconoce como sus padres verdaderos a aquellos que la recibieron en su hogar sin importar los nexos sanguíneos. 

Contradicciones e inquietudes

No siempre es bien aceptada la llegada de un nuevo miembro a la familia. En ocasiones los padres adoptivos esperan el desarrollo de intereses, habilidades, e incluso rasgos físicos, como los de ellos por parte del niño, lo cual genera dificultades en las relaciones interfamiliares e influye determinantemente en el buen desarrollo y estado emocional del hogar.

Cuba prioriza el bienestar del niño mediante procesos de aclimatación con los futuros protectores. Para ello se emplean las denominadas familias sustitutas, las cuales surgen con el objetivo de incorporar al pequeño al ambiente doméstico durante los períodos vacacionales, pero que, paulatinamente, han adquirido un carácter preadoptivo. Estas resultan el modo más seguro de garantizar la felicidad del pequeño.

Por una esperanza perdida

En Cuba existe un gran número de parejas deseosas de afiliar a un menor, pero gracias al trabajo preventivo llevado a cabo por los trabajadores sociales y demás instituciones encargadas del proceso de adopción, existen pocos niños con  las características necesarias para llevar a cabo el trámite.

“Desde chica soñaba con tener muchos hijos. El primero, decía, debe ser varón para que ayude a su papá en el trabajo. Luego me casé y mi compañero resultó estéril. Los tratamientos médicos no resultaron, por tanto, acompañaremos nuestra vejez con la ilusión de lo que pudo haber sido”, expresó María M*, mujer de 49 años.

El esposo manifiesta el deseo de acoger a un niño, sin importar la edad o físico: “No he sido capaz de cumplir su fantasía maternal en 21 años de matrimonio; quizás adoptar sea la vía de compensarla por mantenerse a mi lado”.

Trámites legales

Muchas son las estructuras sociales encargadas de atender todo lo referente al cuidado de menores sin amparo familiar, entre ellas los CDR y la Unión de Juristas de Cuba, pero las principales responsables son el Departamento de Educación Especial del Ministerio de Educación (MINED) y la Fiscalía correspondiente al lugar de residencia del niño.

Como plantea el licenciado José Victoriano Alambarri Herrera, trabajador de la Fiscalía de La Habana, la adopción requiere de un complejo trámite legal, el cual puede solicitarse mediante dos vías: ante un bufete colectivo, cuando los padres biológicos den su aprobación, o mediante el Ministerio de Educación, si los menores habitan en hogares, círculos mixtos u otras instituciones.

Se suele exigir para cada caso un trámite judicial o administrativo, generalmente nombrado “jurisdicción voluntaria”, porque en ella no debe existir conflicto. La Fiscalía comprueba que el niño posea las características necesarias para ser adoptado: menores de 16 años, desamparados intencionalmente por sus padres o en cualquier estado de abandono por parte de quienes lo tengan a su cuidado, siempre y cuando se haya extinguido la patria potestad, ya sea por muerte o privación a ambos.

“Cuando los menores residan en hogares o círculos infantiles mixtos, los directores de estas instituciones deben dar su consentimiento, conjuntamente con un informe detallado acerca de su carácter, motivos por los que fue dado en adopción entre otros datos importantes; justificando así el estado de abandono del menor e informando acerca de las características del pequeño a los nuevos padres y demás personas implicadas en el proceso”, explicó la asesora jurídica Benilde Ulloa.

El fiscal sólo podrá emitir el dictamen luego de haber garantizado mediante indagaciones previas cuáles son las verdaderas intenciones de los adoptantes para con el niño. Si el trámite es solicitado por más de una persona, estos deben tener una unión legal.

También conviene poseer un grupo de requisitos de naturaleza material y normativa: 25 años cumplidos, al menos 15 más que el adoptado, estar en situación de solventar sus necesidades económicas y tener las condiciones morales para cumplir con los deberes establecidos.

“El estado exige un largo y complejo trámite a fin de garantizar la felicidad y seguridad del menor una vez acogido en la nueva familia. Mientras no se realice, ellos no son los hijos de nadie, como generalmente suelen llamarles, sino que se convierten en los hijos de la Revolución, la cual velará con especial cuidado por sus sueños y esperanzas”, dijo Fredes Díaz, directora del hogar para menores de Miramar.

La abogada Yamila González concluye: “En Cuba, la adopción y su forma de regulación se basan en los principios fundamentales de su configuración como instrumento de integración familiar y el bienestar de los adoptados sobrepuesto a cualquier interés. Es un acto jurídico, constitutivo e irrevocable; o sea, solo puede ser finalizada mediante la pérdida de la patria potestad, por la muerte del adoptado o de sus adoptantes. Una vez establecida, nunca se debe renunciar al hijo, puesto que ya es suyo”.

*Los  nombres fueron cambiados respetando la confidencialidad de las fuentes.

Recuadro 1:

Antecedentes históricos

En sus orígenes, la causa determinante de la adopción fue eminentemente religiosa, derivada de la creencia de la existencia de vida después de la muerte que exigía dejar sobre la tierra herederos para rendir culto doméstico a sus muertos, sin lo cual el alma moría o vagaba por siempre.

En algunos pueblos la adopción sirvió a otros fines: legitimar al hijo natural, concesión de ciudadanía a extranjeros, consolidar el patrimonio de familia, el poder político, social, entre otras causas.

Solo finalizada la Primera Guerra Mundial aparece la adopción plena en Francia, a la par de las tutorías o apadrinamientos, y también en muchos otros países involucrados en la contienda, derivada de los numerosos casos de desvalimiento.

En Cuba, existía desde mucho antes del triunfo revolucionario, pero solo después del mismo se acoge en el artículo 99 del Código de la Familia, garantizando el mejor desarrollo y educación del menor. Este crea entre padre e hijo adoptivo efectos similares a las relaciones filiales biológicas, extinguiéndose los vínculos jurídicos que hayan existido entre el adoptado, sus padres y demás parientes consanguíneos.

Pie de foto: Padres e hijos adoptivos merecen la oportunidad de crear una familia llena de amor y respeto.

Ficha Técnica:

Tema: Las adopciones infantiles  en la actualidad cubana.

Propósito: Dar a conocer lo referente al proceso de adopción  en la actualidad cubana, tema poco conocido por la población.

Objetivos colaterales: Abordar brevemente la notable disminución de las adopciones de niños en la actualidad debido a la labor preventiva del estado y demás organismos implicados en el tema. Relacionar los trámites legales necesarios para realizar este proceso. Destacar el importante papel que han jugado los hogares para niños sin amparo filial y círculos infantiles mixtos en el cuidado de los menores.   

Soportes a emplear:

Hecho: Disminución de las adopciones gracias a la preocupación del estado cubano por la niñez y la adolescencia. 

Contexto: Protección y cuidado extremos del estado a la hora de retirar la patria potestad a  padres irresponsables. Existencia de muchas familias deseosas de acoger a niños desamparados y escasez de menores con las características necesarias para su realización.

Antecedentes: Anteriormente las adopciones eran muy comunes, incluso aquellas que eran solucionadas por la familia del menor o por los “padrinos”, también cabe mencionar la usual recogida, por parte de la iglesia, de menores abandonados, quienes eran educados en precarias condiciones y gracias a la caridad de unos pocos.

Fuentes:

Directas:

Yamila González Ferrer, abogada y trabajadora de la Unión de Juristas de Cuba.

María de la Paz Mesa Vález, directora del hogar de la Lisa.

Fredes Díaz, directora del hogar de Miramar.

Miriam Mendoza, trabajadora social del Ministerio de Educación de Ciudad de La Habana.

Alfredo Morffy, trabajador del Departamento de Educación Especial del Ministerio de Educación (MINED).

Benilde Ulloa, asesora jurídica del Ministerio de Educación de Ciudad de La Habana.

Lisette Quintella, psicóloga del centro de Diagnóstico y Orientación de La Lisa.

Iraelio Ortiz, vecino del Hogar No. 83 de La Lisa.

José Victoriano Alambarri Herrera, trabajador de la Fiscalía de La Habana.

Los casos señalados con asteriscos aportan vivencias al reportaje.

Documentales:

ANTEPROYECTO CÓDIGO DE FAMILIA MAYO 2008.
 
LEY No. 1289CÓDIGO DE LA FAMILIA.

Conferencia “Módulo III: Relaciones Paterno Filiales”, Licenciada Yamila González Ferrer, abogada y trabajadora de la Unión de Juristas de Cuba.

Doctora Olga Mesa Castillo, “Principales tendencias en el tratamiento jurídico a la institución de la adopción”, tesis de doctorado, 1998.

Decreto-Ley No. 76 de la adopción, los hogares de menores y las familias sustitutas.

Ivette Mesa Martín , “La adopción interna e internacional”.

Berenice García Martín, “Intervención de la fiscalía en la adopción internacional de menores cubanos”.

Microsoft ® Encarta ® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation.

Licenciada  Leydis Alemán Acosta. . http://derecho.sociales.uclv.edu.cu/el%20derecho%20como%20fenomeno.htm

Familia joven: un proyecto integral de formación para la vida.

Yamila González y Mabel Miranda, “La Adopción y protección de la niñez en Cuba.”
Textos complementarios: Recuadro con antecedentes históricos.

Tipos de juicios:

Analíticos: Se analiza el tema desde sus antecedentes abordados de forma sintética hasta cómo se encuentra la problemática de la adopción en la actualidad cubana y algunos de sus aspectos fundamentales

De valor: La mayoría de las fuentes da su opinión acerca de los diferentes aspectos abordados en el reportaje. También doy algunos con voz propia acerca de la temática tratada.

Disyuntivos: A partir de los diferentes razonamientos que se hacen acerca de la conveniencia o no de la adopción.

Hipotéticos: Resultan de las valoraciones acerca de si son necesarios o no los extensos trámites para la adopción de niños, pues hay muchas personas que desean asumir el cuidado de ellos. Aunque siempre se destaca la necesaria exquisitez del proceso por parte del estado.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Anecdótica.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.
Tipo de transiciones: A lo largo del reportaje usé tanto muletillas,    como reiteraciones y subtítulos para  unir las ideas sin perder al lector.
Tipo de cierre: De opinión de la fuente (de cita).

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