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Isla al Sur

DESDE SU QUIETUD EN LA PENUMBRA

DESDE SU QUIETUD EN LA PENUMBRA

Cuando se aproxima el aniversario 80 de la muerte del poeta Gustavo Sánchez Galarraga, las obras más importantes de este autor continúan enalteciendo la historia de la cancionística cubana, sin embargo, su  nombre, permanece sepultado en el olvido 

DAVID RODRÍGUEZ SÁNCHEZ-GALARRAGA,
estudiante de prior año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Joven y fresca, la noche saluda desde el teatro Payret a un centenar de personas que han decidido para concluir las horas de un extenso día, asistir al estreno de una zarzuela contemporánea. Los caballeros de corbatas van de mano con las señoras, y estas, vestidas a la moda, exhiben sus pamelas rosadas.

Impaciente se vuelve el auditorio. Todos aguardan el comienzo.  ¡Va a nacer María La O!  Va a nacer de una romanza concebida por el dúo Lecuona-Galarraga: María La O, ya no más cantar,/ María La O, es tiempo de llorar,/ Y de recordar el tiempo feliz/ De tus besos, que fugaz ya voló.

Es febril el ambiente. El público aplaude sin parar. Llueven  las cintas y las rosas para bautizar el debut exitoso de esta pieza musical que pronto se convertirá en una de las clásicas composiciones cubanas.

Sepultado en el olvido

Hace más de ocho décadas, obras del poeta Gustavo Sánchez Galarraga fueron musicalizadas por el maestro Ernesto Lecuona, surgiendo entonces una combinación entre letra y melodía que ha vestido de gloria a nuestra cultura.

Como íconos de la cancionística cubana de todos los tiempos, María la O, Rosa la China, El Cafetal, y otras canciones, han sido interpretadas por cantantes de distintas partes del mundo, tales como el brasileño Gaetano Veloso o el español Joan Manuel Serrat.

Importantes periódicos de la época reflejaron los estrenos de las citadas piezas: “Hoy habrá en Payret grandes funciones después del éxito extraordinario alcanzado (…) por María La O, dirigida por el genial compositor Ernesto Lecuona, autor de la música de esta bellísima zarzuela del poeta Gustavo Sánchez Galarraga”, precisó el Diario de La Marina el domingo 2 de febrero de 1930, y el 29 de mayo de 1932,  también incluyó en sus páginas: “El poeta, que tiene en su haber empeños teatrales de mayor monta, se mueve con soltura y destreza dentro del género. (…)  Lo hemos corroborado en Rosa La China, donde lo cómico y lo dramático se combinan en una indiscutible eficacia teatral”.

Aunque en la actualidad son otros los géneros musicales imperantes dentro y fuera de la mayor de las Antillas, no quedan asientos vacíos en cualquier escenario de las diferentes latitudes, cuando  algunas de estas clásicas composiciones pretende revivir la crónica social que hiciera Galarraga sobre las primeras tres décadas del siglo XX cubano.

La Doctora María del Carmen Muzio, filóloga y ensayista, certifica que Gustavo Sánchez Galarraga fue premiado dos veces por la Academia Nacional de Artes y Letras, condecorado con la insignia Simón Bolívar por su canto Bronce Heroico,  y con la Cruz de Isabel La Católica, en 1922, por Alfonso XIII, rey de España.

Sin embargo, a pesar de estos reconocimientos patrios y extranjeros, el intelectual ha permanecido en el anonimato durante las últimas décadas. El resultado de un sondeo realizado en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, demuestra el casi total desconocimiento sobre su vida y obra. Solo uno por cada diez estudiantes interrogados pudo identificarlo como un poeta cubano.

También fueron pocos los vecinos de la calle Tulipán, del municipio Cerro, los que conocían algunos destellos de la historia del lírico, quién nació en la otrora mansión No. 4 de la citada vía, hoy sepultada bajo las cenizas del asfalto, luego de haber servido durante muchos años de techo para varias familias.

Benito Fonseca, carpintero de 72 años y residente desde hace sesenta en la vivienda No. 232 de la calle Tulipán, confiesa que después del 1ro. de enero de 1959, comenzó a olvidarse en todo el vecindario la historia de la casona y su dueño. 

Gabino Manguela, periodista del semanario Trabajadores, manifiesta que antes de escribir el artículo Injusticias en el cancionero cubano, publicado en julio de 2005, desconocía que había sido un poeta de inicios del siglo XX, el autor de Yo sé que hay heridas que cierran en falso…, canción interpretada magistralmente por el pianista Graciano Gómez en los años 30.

Dinorah Valdés, profesora de Historia de la Música del Instituto Superior de Arte, explica que Galarraga integró uno de los legendarios dúos vocales-instrumentales del país junto a Ernesto Lecuona, pero “sus letras no son objeto de estudio en esta Universidad porque el papel del libretista siempre es subvalorado en el mundo musical”.

El profesor Roberto Méndez, miembro de la Academia Cubana de la Lengua, haciendo un análisis más detallado de la obra del lírico, plantea que la actitud de su poesía fue esencialmente neo-romanticista, pero también tomó del modernismo el refinamiento del lenguaje y la fantasía verbal y tropológica.

-Pero entonces…, ¿por qué

no es recordado hoy?

“El asunto es más complicado, no creo que haya habido una abierta voluntad de silenciarlo, como tampoco a otros poetas de esa época. Debemos recordar que a partir de 1927 nace la literatura de vanguardia en Cuba, y a medida que cobró fuerzas, como en otras partes del mundo, barrió con las formas y estilos del pasado”, precisó  Méndez.

Mucho más que verso

Gustavo Sánchez Galarraga nació el 2 de febrero de 1892 en el seno de una familia rica y dedicada generación tras generación a la abogacía. La pretensión de su padre siempre fue que aquel joven alto y delgado, de mirada serena y penetrante, continuara el legado de la estirpe en el estudio de la jurisprudencia. Sin embargo, no germinó en el poeta el don para comprender las leyes y dogmas,  floreció en su melancólico espíritu de ternura, el arte de los versos y la palabra. 

“Fue un lector infatigable de los grandes autores de la época. Las obras de Fray Luis de León, Amado Nervo, Francisco de Villaespesa, Julián del Casal, Rubén Darío y José Martí,  perfeccionaron en él ese talento innato que le permitía componer rimas inspirado en los jardines de su casa natal”,así lo afirmó  Isbel Sánchez, primo del poeta y heredero de su autoría.

En 1915 fue publicado La Fuente Matinal, su primer libro de poemas. Solo cuarenta y dos años de vida le bastaron para materializar más de una veintena de cuadernos de poesías, decenas de obras de teatro, romanzas y la letra de varias de las mejores  zarzuelas cubanas.

Nacer con un apellido de poder y prestigio dentro de la alta sociedad, influyó determinantemente en las disímiles relaciones que sostuvo el intelectual a lo largo de su vida.

El afamado abogado de la época Gaspar Betancourt, fue el principal propulsor del homenaje realizado a Galarraga después de su muerte, el 5 de noviembre de 1934. El legista pidió a la artista de la plástica Tehlvia Marín, que grabara el rostro del poeta en mármol,   para colocarlo en el parque ubicado frente a la mansión de grandes jardines en que había nacido.

Cuando se aproximan los ochenta años del fallecimiento del lírico, la escultora  asegura: “Recuerdo como si hubiera sido ayer, el 5 de noviembre de 1953, en que inauguramos el busto sus más íntimos amigos y admiradores. También, ese mismo día, la municipalidad decidió bautizar con el nombre del literato el parque yaciente a los pies de su morada”

El destacado periodista José María Chacón y Calvo citó en una crónica publicada el 9 de diciembre de 1947 en el Diario de la Marina,  lo siguiente: “Durante veinte años fue el poeta obligado en los actos de más vario linaje, desde la solemnidad académica (Academia Nacional de Artes y Letras) donde se premiara su poema patriótico Lámpara Votiva, hasta en las fiestas de un distante casino o liceo de un pueblecito recóndito”. 

No solo las universidades de Cuba estudiaron el testimonio literario del poeta antes de 1959, también instituciones homólogas de Madrid, París, Santiago de Compostela, por solo citar algunas,  indagaron en su obra,  enriquecida con las publicaciones La Barca Sonora (1917), El Jardín de Margarita (1918), Las Alamedas Románticas (1921)…, entre otros libros de poesías.

Almas inspiradoras

“Milagro de poesía, amigos míos… y milagro de poeta (…) sobre el cual dirán otras generaciones la última palabra”, así se refirió a la vida y a la lírica del entrañable compañero de Ernesto Lecuona, en el diario El País, el 3 de septiembre de 1955, la Dama Grande de América, nuestra Dulce María Loynaz.

Querida como la hermana menor que nunca tuvo, el neo-romanticista le dedicó, a quien en 1992 otorgaran el  premio Cervantes de Literatura, el poema Despierta: “(…) Virgen doliente, tú no has sufrido/ Éxtasis dulce de tu canción,/ En vez de un trono mustio y dolido/ ¡Abre tu alma, tal como un nido,/ Al ave blanca de la ilusión! 

A pesar de los gustos que le permitió tener la riqueza familiar, Gustavo Sánchez Galarraga siempre mostró compasión por los más humildes. Escribió para Cuba, para los pobres, para la mujer mambisa. También honró a Gómez, a Maceo, y uno de sus máximos inspiradores, José Martí.

Isbel Sánchez Galarraga, considera que “es hora de que la Academia  rescate a los intelectuales de otros tiempos borrados de los libros, cuyas obras han quedado grabadas en la historia de la cultura cubana”.

Y mientras clásicas zarzuelas permanecen enalteciendo en todas partes del mundo el nombre de nuestro país, el alma creadora de un poeta, solapada por el tiempo y el olvido, continúa observándonos serena desde su quietud en la penumbra. 

Pie de foto: A seis meses del aniversario 80 de la muerte del poeta y lírico Gustavo Sánchez Galarraga, ninguna institución vinculada con la música o la literatura se ha proyectado para homenajear su figura.

Ficha Técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Descriptiva.
Tipo de cuerpo: De bloque.
Tipo de transiciones: Por subtítulos.
Tipo de cierre: De conclusión o resumen.
Tipo de reportaje: Explicativo.

Tema: Olvido en la actualidad de los aportes que el poeta Gustavo Sánchez Galarraga hizo  a la cancionística cubana.

Objetivos colaterales: Rescatar el nombre del poeta y evidenciar la vigencia de sus obras.

Situación problémica: Desconocimiento de las generaciones actuales que Gustavo Sánchez Galarraga fue el autor de importantes obras de nuestra cultura, tales como María La O, Rosa La China, En Falso, entre otras. Su testimonio literario mantiene vigencia entre los cubanos, pero su nombre y figura han quedado en el olvido.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Diario de La Marina, domingo 2 de febrero de 1930/ Diario de La Marina, 29 de mayo de 1932.

El periodista José María Chacón y Calvo evaluó en una crónica publicada el 9 de diciembre de 1947 en el Diario de la Marina, la obra del poeta.

Crónica de Dulce María Loynaz, publicada en el diario El País, el 3 de septiembre de 1955.

Sondeo realizado a estudiantes de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y a vecinos de los alrededores del parque que lleva el nombre del poeta, ubicado en la calle Tulipán, frente a la otrora mansión donde nació.

Libros: Cuatro Poetas Cubanos y Sus Mejores Poesías Amorosas.

Activas:

Doctora María del Carmen Muzio, filóloga y ensayista. Fuente: oficial-especialista con juicio analítico.

Roberto Méndez, miembro de la Academia Cubana de la Lengua. Fuente: oficial-especialista-protagonista, con juicios valorativo y analítico.

Dinorah Valdés, profesora de Historia de la música del Instituto Superior de Arte (ISA). Fuente: oficial-protagonista (también implicada directa) con juicio explicativo.

Gabino Manguela, periodista del semanario Trabajadores. Fuente: testigo-no implicado con juicio valorativo.

Telhvia Marín, artista plástica y escultora del busto que se le dedicó al poeta. Fuente: testigo-implicado con juicio de valor.

Isbel Sánchez Galarraga, heredero del derecho de autor del lírico. Fuente: especialista- implicado con juicios analítico y proyectivo.

Benito Fonseca, residente en la vivienda No. 232 de la calle Tulipán, vecino que conoció la morada del poeta cuando aún estaba en pie. Fuente: testigo-no implicado con juicio de valor.

Estudiantes y vecinos entrevistados. Fuentes: testigos-no implicados con juicios sintéticos.

Soportes:

Hecho: Desconocimiento de que el poeta Gustavo Sánchez Galarraga, fue el autor de clásicas composiciones cubanas, tales como María La O, Rosa La China, El Cafetal, entre otras.

Antecedentes: Según la opinión de los especialistas,  la llegada de la literatura de vanguardia, la cual barrió poco a poco con los nombres de los intelectuales de la época precedente, y el papel discriminante que tienen los libretistas dentro del mundo musical, contribuyeron a que el poeta quedara en el anonimato con el paso del tiempo.

Contexto: Cuando se aproximan los 80 años de la muerte de Gustavo Sánchez Galarraga, no ha existido hasta el momento la intención de homenajear su figura.

Situaciones colaterales: No se han tomado iniciativas en el ISA pudiéndose reeditar sus zarzuelas, ni en la Facultad de Artes Y Letras de la Universidad de La Habana, existiendo la posibilidad de crear un taller literario, como es realizado para homenajear a otros autores. En fin, no existen proyecciones de ninguna institución vinculada a la música o a la literatura.

Proyecciones: No existen.

 

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