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Isla al Sur

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN NO ES UNA UTOPÍA

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN NO ES UNA UTOPÍA

ADRIANA VALDÉS ROBREÑO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana

Ficha técnica:
Tipo de entrevista por su contenido: De opinión
Tipo de título: De cita textual
Tipo de entrada: De resumen o típica
Tipo de cuerpo: Clásico
Tipo de conclusiones: De opinión o comentario del entrevistado

Aun cuando no existe un concepto universalmente aceptado de lo que se denomina Sociedad de la Información, la mayoría de los autores concuerda en que alrededor de 1970 se inició un cambio en la manera en que las sociedades funcionan.

Este cambio se refiere básicamente a que los medios de generación de riqueza poco a poco se están trasladando de los sectores industriales a los sectores de servicios. En otras palabras, se supone que en las sociedades modernas, la mayor parte de los empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos tangibles, sino a la generación, almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. Las esferas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación, desempeñan un papel particularmente importante dentro de este esquema.

De acuerdo a la declaración de principios de la Cumbre de la Sociedad de la Información llevado a cabo en Ginebra Suiza en 2003, la Sociedad de la Información debe estar centrada en la persona, integradora y orientada al desarrollo, en que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que las personas, las comunidades y los pueblos puedan emplear plenamente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de su calidad de vida, sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Aun quienes se muestran optimistas con respecto a la Sociedad de la Información, admiten que la brecha digital es uno de los principales obstáculos en este modelo de desarrollo. Uno de ellos es el licenciado Pedro Urra González, director del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, quien es, además, miembro de comisiones nacionales para la informatización de la sociedad cubana en temas relacionados con Internet y colabora sistemáticamente con instituciones y organismos nacionales en materia de informatización y redes.

¿Qué son para usted las llamadas Sociedades de la Información?

Sociedad de la Información es un concepto en determinados momentos, por modas, por predominios tecnológicos, pero básicamente la idea más lógica es la que dice que es una sociedad donde la economía y los procesos productivos se desarrollan en torno a la información de manera fundamental.  La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Educación, la Ciencia y la Cultura, por ejemplo, habla de sociedades del conocimiento. Tal vez, tratando de subrayar el papel activo de las personas y de las capacidades de las personas.

De todas maneras es un tema en discusión donde lo más importante es que son sociedades para la dignificación de los seres humanos, para el despliegue de toda posibilidad de creación del hombre y de cooperación que existe.

¿En qué medida afecta el nivel cultural de la población el desarrollo de las Sociedades de la Información?

Existe una gran correlación entre las Sociedades de la Información y el nivel cultural de las personas. Lo que sucede en muchos países  por su propia estructura social, por su propia diferencia de clases es la estratificación de la sociedad con la complejidad de hoy día. Actualmente hay medios que generalizan, que integran, que crean frustraciones, precisamente porque las diferentes clases casi consumen lo mismo en término de mensaje audiovisual.

Básicamente en ese complejo contexto el fenómeno depende mucho de que las personas estén conscientes y puedan manejar el problema. Es casi una necesidad, y la cultura es fundamental y la identificación de propósitos es imprescindible.

¿Qué ventajas y desventajas trae consigo el surgimiento de una Sociedad de la Información?

Ese es el tema de las grandes disparidades. El caso de Internet es un fenómeno interesante, porque realmente el acceso se ha ampliado enormemente. Hace muchos años insistí en este asunto y el acceso se va a seguir masificando como mismo se diversificó la televisión. Hoy día posiblemente los que más consumen televisión sean lo más pobres del mundo.

Estoy de acuerdo que todavía por razones económicas y sociales, existe una gran brecha entre las diferentes personas para acceder a estos bienes y servicios. La brecha más importante está en la cultura, en los grados de libertad que tienen las personas para identificar sus necesidades y además, de  la  elección asociada a la seguridad social, a la seguridad de la salud, a tener oportunidades de participar en procesos culturales.

Esas personas desarrollan capacidades para convertir los bienes y servicios que tienen en realizaciones personales y  sociales. Eso tiene que ver con las ideas de desarrollo sostenible, pero el tema central no es más bienes y servicios. Más que ponerle computadoras a todo el mundo lo que hay que hacer es darle a la población educación y  cultura. Por supuesto, hay que brindarle acceso y computadoras, pero que ellos tengan la capacidad de producir, de desencadenar su fuerza creativa, de resolver sus problemas.

El más grande problema de un africano que vive en una zona excluida es que tiene que sobrevivir, y no tiene los grados de libertad mínimos para plantearse ni siquiera un propósito que no sea el de sobrevivir. Ahí radica el tema de la brecha, pero la brecha tiene que ver fundamentalmente con las capacidades de las personas para poder resolver sus problemas. También están relacionadas con la injustísima distribución de la riqueza del ingreso que existe en el mundo. Esto hace las disparidades insostenibles.

Hace varios días escuche en un despacho de BBC que es el 2% de los ciudadanos del mundo vive con más del 50% de las riquezas mundiales ¡Eso es una barbaridad! ¡Eso es inaceptable! Ese ejemplo resume la gran brecha digital. Eso no es sostenible, se va a la locura del mundo.

¿Convierten las brechas digitales a la Sociedad de la Información en una utopía?

No es una utopía. De todas maneras la utopía sigue siendo sueño. Las condiciones históricas, el desarrollo económico social y la disponibilidad tecnológica limitan su realización inmediata. Hoy día hay un conjunto de tecnologías disponibles para ponerlas en función del mejoramiento humano, que sería un crimen no usarlas en ese sentido.

Se pueden armar redes mundiales con la ayuda de las tecnologías en función de la lucha por la dignificación de los niños, contra la globalización, para la protección de los animales o para el conocimiento.

Con una grabadora digital o con una pequeña cámara se pueden hacer muchas cosas. Con acceso a la información y a los recursos de computación se pueden  hacer muchas cosas. Con las comunidades, con la participación de las personas y, sobre todo, para liberar al individuo en cuanto a sus capacidades de desarrollo y de creación, se pueden hacer muchas cosas.

La Sociedad de la Información no es una utopía. Sí lo es en el sentido de su realización inmediata, pero no en los sueños. Para llegar a ella, hay mucho qué hacer todavía.


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