NO DEJES PARA MAÑANA
IVÓN TOMÉ FLIS,
estudiante de sexto año de Comunicación Social,
Sede Universitaria Municipal del Cerro.
"¡Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar, la Vida de Verdad!, pero siempre había algún obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda por pagar. Entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta que esos obstáculos eran mi vida"...
Citando a Alfred D. Souza comienzo mi reflexión, precisamente hablando de la vida, de la vida amiga, de la gran compañera, de la que no se cansa de darnos sorpresas maravillosas, de regalarnos los mejores momentos, y los peores, por qué no, aunque de esos no pretendo hablar ahora. La vida, como todo, es imperfecta, pero creo que el mayor defecto de la vida es que es demasiado corta.
Hace algunas noches conversando con mi almohada llegué a la conclusión de que no podemos seguir esperando que pasen determinados eventos para tomar una decisión, para entonces decidir ser felices.
Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después que terminemos la carrera, que formemos una familia, que nuestros hijos crezcan. Luego pensamos que será superior cuando tengamos un trabajo mejor, cuando ganemos mayor salario, una mejor casa. Vamos por ahí pensando que todavía hay tiempo, que la vida puede seguir esperando por nosotros mientras creemos que aún no es el momento. Pensamos que al fin nuestra vida sí estará completa cuando esos hijos maduren, sean independientes, tengan su propia familia. ¿Acaso no nos damos cuenta que la vida siempre estará llena de retos y que son precisamente estos los que nos llevan a vivirla a plenitud?
Aún cuando nuestra salud nos pide a gritos que hagamos un stop con hábitos dañinos como el de fumar, o el consumo de bebidas alcohólicas u otros tóxicos que atentan contra nuestra existencia, nos damos el lujo de vacilar, de hacer falsas promesas, de simplemente dejarlo para mañana; como si el mañana no fuera demasiado incierto, como si mañana no pudiera ser demasiado tarde.
Tantas y tantas veces hemos visto en carteles, revistas, en la propia televisión, la importancia del uso del condón, la utilidad de este para preservar nuestras vidas y, sin embargo, todavía nos damos el lujo de evitarlo, olvidarlo y hasta despreciarlo por falsos juicios de que dificulta el acto sexual, de que lo hace menos placentero, menos satisfactorio.
Estos solo son algunos ejemplos de casos de esas personas que vemos por ahí malgastando el tiempo, desafiando la vida, evitando gozos y posponiendo la dicha. Estas personas siguen esperando a mañana para hacer realidad sus sueños, para cumplir sus fantasías, para tal vez mañana vivir. Porque para ellos hoy es demasiado pronto, mañana será mejor.
La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora.
Cada día que pasa es uno menos en nuestras vidas, y si no aprendemos a vivirla intensamente corremos el riesgo de no conquistar la verdadera felicidad. Las oportunidades que nos da la vida debemos aprovecharlas de inmediato, sin vacilar. El tiempo no espera por nadie, la decisión es ahora o ahora.
Así que dejemos de esperar ver correr la interminable cadena de sucesos que conforman la vida para decidir que no hay mejor momento que este para ser feliz.
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