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Isla al Sur

AYUDARNOS MUTUAMENTE

AYUDARNOS MUTUAMENTE

Profe: En la vida de estudiante una siempre se queda con el recuerdo de quien le enseña mejor, de quien deja una marca en ti, de casi todos tus maestros. Guardo con gran agrado el recuerdo de mi maestra de primer a cuarto grado, los de quinto y sexto, y alguno que otro de la secundaria. En el preuniversitario es la etapa en que piensas que el mundo es tuyo y que no necesitas de los maestros; así y todo estos nos ayudan y nos dan en cada clase lo mejor de sí. La Universidad es un recinto de adultos, donde la primera impresión que tuve es que estaríamos como en una jungla, donde prima la ley de la supervivencia. Entonces usted en cada encuentro trató de que funcionáramos como grupo, de que nos ayudáramos mutuamente, de una manera muy sutil, también nos enseñó a ser mejores personas, en este corto tiempo. Usted dice que no sabemos demostrar el cariño, ya le dije que mi mamá siempre me dice que quien más te quiere no es el que siempre te alaba con palabras melosas, es el que te lo demuestra con hechos. No es mi intención que este escrito sean un puñado de palabras melosas, simplemente deseo trasmitirle el cariño que usted siempre nos reclama y, aunque no siempre lo demostremos, todos le tenemos. Quiero que este Día del Educador sea un día muy especial para usted, que bien se lo merece. Muchas veces usted ha dicho que primero es madre y después lo demás, yo le diría que usted es madre, luego maestra. Las felicidades que usted se merece (muchísimas) le desea su alumna, Paula Companioni.

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