UN MES EN EL QUE ME SENTÍ PERIODISTA
Me voy de las prácticas sabiendo el trabajo y el amor con que cada día los reporteros entregan los mejores años de sus vidas haciendo un diario.
PAULA COMPANIONI REYES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Profe:
Usted pide que escribamos sobre nuestra experiencia en las prácticas laborales. Es algo difícil escribir sobre un tiempo tan maravilloso y temo hacer lirismo agropecuario como le llaman en la redacción de Juventud Rebelde a las cosas cuando están muy cursis, o como usted diría: "picúas".
Le cuento que fue un mes en el que me sentí PERIODISTA, con sus pros y contras, en el que pasé mis dolores de cabeza, mis noches pensando qué le venía bien al trabajo, mis días cayéndole detrás a una fuente para que me diera su opinión; en fin, me sentí dichosa.
La primera vez que salió un trabajo mío en el periódico, mi mamá lo quería poner en un cuadro, mi abuela llamó a la familia de Manzanillo para que lo leyera y mi papá me dijo que nunca se había sentido tan orgulloso de mi. Imagínese cómo me sentí yo!!!!!!! Eso, sin hablar de la jarana que armaron mis hermanos y mis tíos.
En ese colectivo a todos nos parecía que éramos parte de la gran familia, nos trataron como otros trabajadores más, con muchos derechos, pero también deberes.
Aprendí de José Luis Estrada, mi tutor directo, pero también de todo el equipo de Cultura (Yela, Montoto, Randol, Barbarita), que era donde yo estaba, y del resto de los equipos, pues no me faltó tiempo para colarme en Nacionales, Deportes y un poquito menos en Internacionales.
Me voy de las prácticas sabiendo el trabajo y el amor con que cada día esas personas entregan los mejores años de sus vidas, las madrugadas más frías, entre otras cosas, haciendo un diario.
Conocí a los diseñadores, a los correctores, al equipo de la página web, a los del Centro de Información, a los choferes, a los del comedor, y de todos me llevo un grato recuerdo, pues trataron de darnos la mayor parte del conocimiento que tienen.
No puedo dejar de mencionar a los fotógrafos y a los compañeros del Dedeté, con quienes colaboré en una nota y me trataron super bien (es una sección que antes de leer las noticias voy en su busca, por su capacidad de alegrarnos el día de una manera amena e inteligente).
Quiero también decirle que aunque parezca "muela", usted estuvo en mi cabeza todo el tiempo, diciendo: Esto no es así, este contenido no cabe en ese continente, esa no es la noticia. Y pienso que me fue bien, porque si me arreglaron muchas veces la noticia por no estar adecuada a los requerimientos de espacio y por yo no ser perfecta, el lead me salió bien casi todas las ocasiones, y cuando lo arreglaban era para ponerle alguna información adicional, pues yo traté de responder las cuatro preguntas todo el tiempo.
Mi papá me comentaba que es una decisión muy inteligente de la Facultad el ponernos, desde bien temprano, a conocer en qué consiste la profesión que estamos estudiando, yo estoy de acuerdo completamente; así como las amistades mías de otras carreras que con sana envidia me decía: Qué bien está eso de estar haciendo lo que te gusta y probarte como profesional.
No faltó quien me dijo que estaba loca, que era una profesión de mucho sacrificio, que no tenía vida, que me iba temprano y llegaba muy tarde. Yo disfruté de esa locura.
Pero también tengo tremendas ganas de volver a la Facultad, de aprender mucho más, de crecerme, de subir la gran cuesta del Periodismo, y por supuesto, de descansar un poquito.
Le escribí todo a la manera de redacción de Juventud Rebelde, manera que espero siga poniendo en práctica, pues pienso quedarme relacionada con el periódico y poder llegar a hacer el periodismo que hace falta hoy día.
Puedo decirle, con toda seguridad, que el que vea utilizando el periódico para otra cosa que no sea leer, se va a buscar grandes problemas conmigo.
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