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Isla al Sur

¡ME PAGAN POR DIVERTIRME!

¡ME PAGAN POR DIVERTIRME!

La Universidad de La Habana es trascendental no solo porque cumple 280 años, sino porque en sus muros hay mucho de historia. La profesora Ana María Suárez forma parte de ella.

YENY ARMAS MÉNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Foto: DAURIN ALEMÁN REY

“Mi vida jamás sería monótona, la verdad que como ella varía tanto en todos los sentidos, y es totalmente implanificable, pues no me queda ningún tiempo libre para aburrirme”, así expresó la doctora Ana María Suárez, profesora del Centro de Investigaciones Marinas pertenecientes a La Universidad de La Habana, una mujer que con 37 años de vida laboral se siente totalmente realizada.

El cúmulo de dificultades previas al encuentro creó cierta duda sobre la posibilidad de entrevistarla, pero sus palabras alentadoras calmaron las expectativas. Con la asombrosa paciencia que la caracteriza y a pesar de ser una de las mujeres más agitadas y complicadas que he conocido, me invitó a pasar a la oficina de su jefa, pues en la de ella sumarían muchas las interrupciones. Con sonrisa peculiar y una mirada que exigió respeto, tuvo todo el tiempo la respuesta precisa para cada una de mis preguntas.

-¿Cuántos años lleva usted laborando en este centro?

¡UHF!!!, estoy aquí desde el año 1970.

-Imagino que después de tantos años tenga un gran sentimiento de pertenencia.

Cuando uno empieza hacer algo desde su nacimiento ya la asume como si fuera suya; tanto yo como los demás profesores que ayudamos a sembrar sus raíces, así como los estudiantes que empezaron desde muy jóvenes en el año 1981, se formaron dentro de esa pertenencia.

Conjuntamente con las dificultades propias de cada centro, cuando se tiene al lado a una persona desayunando, almorzando, comiendo y a veces hasta durmiendo, y al otro día vuelves a verlo, lo conoces mejor que al vecino del frente, de esta forma, la afinidad y el cariño crecen en demasía. Entre todos nos llevamos tan bien, que siento al centro como parte de mí, como mi casa, y todos los que convivan a mi alrededor forman parte de mi familia

-¿Cuál es su función como subdirectora docente?

Mi trabajo radica en atender todo lo relacionado con la docencia, clasificar la información académica y, además, debo encargarme con lo cursos de postgrado que brindamos a la población.

-Usted imparte dos maestrías, Ecología Marina y Acupuntura…

Efectivamente, soy la coordinadora de la maestría en Biología Marina, dentro de la cual doy entrenamiento acerca de Botánica Marina a todas aquellas personas que deseen participar. En la de Acupuntura imparto lo relacionado con metodología de la investigación, y dirijo aspectos vinculados con los seminarios.

-¿Desempeña alguna otra función?

Pues sí, soy la responsable del Programa de Doctorado en Ciencias Biológica en los cuales tienen posibilidad de participar tanto cubanos como extranjeros con tutores en Cuba.

-Este centro se caracteriza por brindar muchos doctorados.

El número de doctorado ofrecidos por nosotros es sumamente elevado, hemos alcanzado categorías que sobrepasan el 52 por ciento, constituyendo, a su vez, uno de los lugares donde más se ofertan estos estudios de postgrados; además, si añadimos la cantidad de maestrías, la cifra aumentaría más del 80 por ciento.

-Usted es también la historiadora del centro, ¿cuál es la función principal que desempeña?

Mi trabajo consiste en compilar toda la información que pueda formar parte de la historia del Centro de Investigaciones Marinas, confieso que quisiera dedicarle más tiempo, ya que esta es una labor que desarrollo con sumo gusto. 

-¿Cuáles fueron sus inicios como historiadora? ¿Quisiera compartir esa historia?

Me causa mucho placer hablar del tema. Resulta que me fascina la historia y en mis inicios comencé a realizar un trabajo relacionado con la Biología Marina en Cuba, el cual fue publicado en nuestra revista. Después de los años 70, el Sindicato decide que era necesario conservar la historia de la Universidad y que cada escuela, pues en aquel momento no existían facultades, debía contar con un historiador que recopilara los datos relacionados con los acontecimientos que surgieran, y yo fue la designada.

-Entonces, ¿a usted también le gusta escribir?

Pues, te confieso que sí. Desde pequeña tuve cierta inclinación por escribir, ¡me encanta!

-¿Alguna otra pasión?

Además de mi profesión y de escribir, pues existe algo que me apasiona aún más… la lectura. Siento que esta me enajena un poco del mundo y alivia en gran medida el estrés que pudiera tener en algunas ocasiones.
  
-Con una vida compleja como la suya, ¿cuál es el secreto para planificarse?

Es muy difícil, siempre he sido muy indisciplinada con respecto a elaborar un plan de trabajo, para mí es como un chicle… se estira, pero bueno, hay cosas que son inamovibles como el trabajo de curso y la docencia; los imprevistos surgen solos, pero esos se hacen corriendo.

-Su especialidad como investigadora son las microalgas, ¿la Biología Marina fue su vocación desde pequeña?

¡No! Si te digo cual era mi primera opción no me lo vas a creer…

-Puede que no, pero de todos modos me encantaría saberlo.
 
Entonces, te cuento que cuando me entregaron la boleta en el preuniversitario mi inclinación era hacia el periodismo.

-¿Y por qué ese cambio de parecer?

Resulta que fui del primer grupo que se graduó en Cuba después del triunfo de la Revolución en el año 1964, y se escogió uno para ir a estudiar al extranjero, pero en aquel entonces había que desarrollar la ciencia y la técnica, por lo que las carreras no podían ser de letras. De ahí surge mi inclinación por la Biología Marina.

-¿Pensó en algún momento en ejercer el magisterio?

Incluso antes de obtener mi título de graduada, me encontraba dando clases en la Universidad de zoología, botánica y estadísticas. Me gusta compartir mis conocimientos e interactuar con las personas.

-¿Qué significa para usted pertenecer al sistema de Educación?

Es algo de lo que me siento sumamente orgullosa. Imagina que en la Facultad de Biología fui de las primeras que impartió ecología y estuve entre las fundadoras del primer programa que se hizo en la institución, después participé en el segundo. Permanecí 20 años enseñando. Luego me dediqué a la geografía.

-¿Cómo es un primer día de clases para Ana María?

¡Ay! Cada vez que tengo que entrar a un aula por primera vez me estreso muchísimo y aún más cuando mis estudiantes son de postgrado; llevo 37 años ejerciendo la profesión y me pongo tan nerviosa como la primera vez.

-Imagino que es un gran reto impartir clases a profesionales con una experiencia ya consolidada.

Implica para mí mayor preparación, indiscutiblemente es todo un reto, un gran intercambio de conocimientos, ellos aprenden de mí a la vez que yo de ellos, siento que a diario también me estoy examinando.

-¿Cree usted que la exigencia desempeñe un papel indispensable en su formación como profesora?

Pienso que es de una importancia vital. En la medida en que veo fluir el esfuerzo de mis estudiantes, me siento retribuida, me incita a seguirlos impulsando hacia el conocimiento, además, ¡me gusta recoger lo que siembro!

-37 años en la Universidad en todo una vida…

Es más que eso, en la Universidad ha transcurrido gran parte de mi existencia, he adquirido mucha experiencia laboral que he puesto en práctica en mi hacer personal.

-En este aniversario 280, ¿cómo valora a la casa de altos estudios?

La Universidad es trascendental, no solo porque cumple 280 años, sino porque en sus muros hay mucho de historia. Creo que no se puede hablar de la educación en Cuba si no se le menciona como la principal formadora de profesionales que la sienten como suya. Además, soy de la que pienso que un nuevo aniversario requiere de nuevas metas y compromisos.

-Y… ¿para el futuro?
 
Pues que cumpla 280 años más

-¿Qué piensa usted de los cambios que se han efectuados en la enseñanza?

Creo que la Universidad se renueva continuamente, y esta es la oportunidad de poder seguir el camino. Unos, por supuesto, lo llevan mejor que otros; no obstante, pienso que todas las personas que quedaron sin obtener carreras en un momento determinado, ahora pueden encontrar una nueva posibilidad de realizarse como profesionales mediante la universalización, y ojalá sepan aprovecharla para que luego de esta primera graduación vengan muchas más.

-Con una trayectoria tan grande, supongo que debe haber recibido muchos reconocimientos.

He recibido la medalla por la Educación Cubana, la de la Alfabetización, la Rafael María de Mendive y la Pepito Tey. Estoy esperando la de Frank País.

-¿Piensa que aún exista algo por realizar en su vida?

¿Te digo la verdad?: me siento contenta con lo que he alcanzado hasta ahora, pero a uno siempre le quedan cosas nuevas por hacer, mis planes son continuar colaborando con la superación de los nuevos profesionales, pero más que todo, aprender de ellos tanto como ellos de mi.

-¿Se siente una mujer satisfecha?

Por supuesto, me considero una mujer totalmente realizada; claro, toda regla tiene su excepción, pero esos son gajes del oficio, por encima de todas las cosas, disfruto al máximo lo que hago, es más… ¡me pagan por divertirme!

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.


FICHA TÉCNICA:

OBJETIVO CENTRAL: Reflejar la personalidad de Ana María Suárez como profesional de la Enseñanza Superior

OBJETIVO COLATERAL: Dar a conocer sus puntos de vistas acerca de la Universidad actual y las funciones que realiza en el centro donde labora

TIPO DE ENTREVISTA
Por su forma: Clásica
Por su contenido: De personalidad
Por el canal que se obtuvo: Directo

TIPO DE TÍTULO: Exclamativa 
TIPO DE ENTRADA: Cita textual o declarativa
TIPO DE CUERPO: Preguntas y respuestas
TIPO DE CONCLUSIÓN: De opinión o comentario del entrevistado

FUENTES CONSULTADAS
La entrevistada, Ana María Suárez
Directa, activa

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