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Isla al Sur

“UNIDAS DESDE EL ALMA”

“UNIDAS DESDE EL ALMA”

Así describe la relación con su profesión Hilda Puerta, profesora de la Universidad de La Habana e investigadora del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional.

RICHARD RUÍZ JULIEN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Daban las diez de la mañana y me encontraba en un salón contiguo al área de conferencias del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEI). Un local amplio, con inmensos ventanales, a través de los cuales se divisaba una tupida arboleda y se escuchaba el ir y venir de los carros por una gran avenida de La Habana.

Sentada frente a mí, cordial, con sonrisa amistosa, dispuesta a ayudar, Hilda Puerta, licenciada en Economía en La Universidad de La Habana y actualmente profesora e investigadora de la misma y del CIEI en la esfera de Integración Económica, respondía mis preguntas complacida de “su tarea”.

“No es menos cierto que la Universidad llega a su aniversario 280 afectada por disímiles circunstancias. Estas condiciones han influido de diversas maneras en su proyección pero, lejos de planteamientos superficiales, cuando estudiamos en profundidad la enseñanza universitaria cubana moderna descubrimos una entidad orientada hacia la formación de un joven íntegro, preparado para enfrentar los retos de la vida, dispuesto a buscar y combinar soluciones más efectivas.

“Por encima de cualquier deficiencia, existe un colectivo dedicado a depositar en el futuro profesional los elementos fundamentales, más allá del orden académico, para una genuina formación: el afán por conocer, razonar, construir, desarrollar valores, debatir sus proyecciones. Aquí está el verdadero estilo, la norma de trabajo de la universidad cubana del presente”.

Hilda Puerta pertenece a este conjunto de seres edificadores, especie tal vez de héroes anónimos, de los cuales surgirán ejércitos en el mañana. 
    

-¿Cómo surge en usted su vocación de investigadora?
 

De manera paulatina, asociada al creciente interés de profundizar en los conocimientos y, de alguna manera, surgió desde muy joven.

-¿Qué recuerdos más significativos tiene

de su etapa de estudiante universitaria?

Al evocar esa etapa lo hago con mucho cariño. Recuerdo de manera especial la solidaridad entre los estudiantes ante las diversas y muy frecuentes dificultades, sobre todo de acceso a la bibliografía, y cómo nos ayudábamos los unos a los otros.

Fue un período muy intenso (fines de los setenta). Teníamos un régimen muy fuerte de estudios en la mañana, trabajo de prácticas de producción en las tardes y muchas actividades en las noches. Siempre estuvimos muy unidos, estudiábamos mucho en colectivo. Aún nos reunimos periódicamente.

-¿Representó un antes y un después en su vida

el cursar estudios superiores en

la Universidad de La Habana?

Por supuesto. La rica experiencia vivida al cursar estudios en la Universidad marcó un hito en mi vida, no sólo por el aprendizaje de las diferentes materias, sino también porque, en ultima instancia, todo lo vivido incidió de forma determinante en mi visión general del mundo y la vida.

-¿Cuándo comienza a ejercer como profesora?

Prácticamente al terminar de graduarme. Fue un momento decisivo, donde se requería esfuerzo, pues era imprescindible dar respuesta de manera inmediata al déficit de profesores en el país. De esta manera, fue necesario formarme como docente desde el punto de vista técnico y profesional, sin apenas tiempo para prepararme.

-¿Cuánto de Hilda como persona

está presente en sus clases?

En mis clases están presente cada una de mis cualidades y características como persona. Disfruto mucho impartir clases, me realizo de manera especial como profesional. Cualquier problema en el plano personal lo olvido delante de mis alumnos, con quienes logro establecer siempre excelentes relaciones. A mis estudiantes trato siempre de trasladarles mis experiencias, y los valores que debe tener un profesional de la economía en la actualidad.

-¿Qué otros valores, además del

saber otorgado por las clases, cree es

necesario fomentar en el alumnado?

Son muchos los valores que es necesario impartir para lograr formar verdaderos profesionales en la actualidad, dispuestos a transformar, a buscar nuevas estrategias de desarrollo. Lo primero es trasladar estos valores a través del ejemplo diario, de la labor constante y conjunta. Entre ellos destacan, sobre todo la honestidad, la lealtad, la ética, el sentido de la responsabilidad, la verdad, la solidaridad y el respeto.

-¿Cómo cree que la universidad cubana

actual influya en la formación de los jóvenes?

La universidad cubana actual influye en los jóvenes por diversas vías. Estas se manifiestan en el diseño y la manera de impartir los planes y programas de estudio cada vez más modernos, de más calidad, más multifacéticos, incluyendo la vinculación con las investigaciones y la práctica profesional directa. Además de ello, está presente en todos los aspectos relacionados con la Batalla de Ideas, la cultura, el deporte, tratando en todo momento de formar un joven más integral y más calificado.

-¿Cuál es el factor clave para que

un profesor llegue al alumno?

El factor clave es la calidad de sus clases, su completa preparación. Pero también es vital su flexibilidad, el intercambio y el debate con el estudiante, permitiéndole expresar libremente sus opiniones, sus puntos de vista, aunque estos no coincidan en un momento dado con los del profesor. Lo importante es desarrollar en el alumno el deseo de investigar, aprender, aplicar, explotar al máximo su capacidad intelectual, hacerle pensar y llegar a conclusiones lógicas.

-¿Existe algún estilo específico en

la enseñanza universitaria cubana?

En general, sí existe un estilo específico en la universidad cubana. Este estilo se asocia, sobre todo, con su carácter integral y constructor, no academicista y, además, con un peso muy importante en la enseñanza de valores esenciales para el país y para el adecuado desempeño profesional del futuro economista.

-He escuchado a muchas personas comentar,

fundamentalmente los más ancianos,

que la universidad cubana actual no es

como la de hace  cincuenta años.

¿A cuál factor asocia estos comentarios?

Por supuesto que la universidad actual no puede ser como la de hace cincuenta años. Los tiempos cambian en todos los sentidos, con ellos las personas, su modo de pensar, de actuar, de proyectarse ante la vida, incluso, en la forma de asumir las responsabilidades, y esto se refleja, sin dudas, en la universidad. Un ejemplo tangible puede ser la relación alumno-profesor establecida en la actualidad, y la cual es, en sentido general, de mucha más camaradería e intimidad.

-¿Hay deficiencias en la universidad actual? ¿Por qué?

Quizás una deficiencia pueda ser las innegables dificultades materiales, a pesar de los numerosos esfuerzos por resolverlas. Ello a veces implica problemas, pero al mismo tiempo enseña a alumnos y profesores a saber sortear obstáculos, a sobreponerse con ingenio a las condiciones adversas, y alcanzar sus objetivos a pesar de estas situaciones. Se trata de formar profesionales revolucionarios y comprometidos con el país, dispuestos a responder a su llamado, a sus verdaderas necesidades.

-En los demás niveles de enseñanza se

han introducido diversos cambios en los últimos tiempos.

¿Cómo han influido en la universidad cubana actual?

Han influido de diversas formas, desde la llegada de un estudiante más activo, más participativo, hasta el arribo de un alumno con más preparación y con un cuerpo de conocimientos sólido e integrado.

-El Estado Cubano le ha dado la oportunidad

a jóvenes desvinculados de adentrarse en el sistema

universitario mediante las sedes universitarias.

¿Cuál es su criterio acerca de este proyecto?

Las sedes universitarias han brindado la posibilidad de reincorporarse a la obra social a muchachos que por diversas razones no habían podido hacerlo por la vía normal. Ello viene a complementar y mejorar el sistema de Educación a Distancia, ideado e instrumentado desde hace años.

-Usted ha impartido clases a estudiantes de otras naciones.

¿Qué ha representado esta experiencia?

Siempre impartir clases a estudiantes extranjeros, tanto en Cuba como en otras regiones del mundo, es una práctica enriquecedora, de la cual se aprende mucho.

De todas ellas, la realmente impactante para mí por el elevado rigor y sacrificio fue cuando ofrecí clases a fines de los años ochenta en la República de Angola, durante la guerra, pero, además, porque me fue imprescindible perfeccionar mucho los métodos pedagógicos para lograr una comunicación directa, pues era necesario dar las clases en lo que llamamos “portuñol”.

-¿Cuál generación de las que ha impartido clases

le es más significativa o recuerda con más cariño?

¿Por qué?

Cada generación de alumnos tiene su encanto y sus características propias. Es difícil con treinta años en la profesión recordar específicamente alguna, pero indudablemente si fuera a escoger el privilegio lo tendría mi primer grupo de clases. En aquellos tiempos era muy joven y ellos eran estudiantes trabajadores. Casi me doblaban la edad, pero fueron en todo momento muy respetuosos y cooperativos.

-Defíname con una palabra el significado

de la Universidad para usted.

Amor.

-¿Y el CIEI?

Mucho sentido de pertenencia.

-¿Cuánto le ha aportado el CIEI a su formación

y a la construcción de la universidad cubana?

El CIEI ha aportado muchísimo en mi formación. Somos, de hecho, una gran familia donde hemos aprendido siempre los unos de los otros con singular cariño y solidaridad.

A mi entender, uno de nuestros grandes secretos de éxito radica en haber practicado, a lo largo de los años y del intenso quehacer, la cultura del debate, del enriquecimiento mutuo, y de saber ser capaces de criticar nuestros trabajos en profundidad, sin impedir con esta critica el desarrollo pleno del individuo, ni producir molestias.

El CIEI y su colectivo de profesores e investigadores tienen un reconocido prestigio en el plano universitario y también fuera de la Universidad, donde se destaca, por ejemplo, nuestra activa participación en el Comité Académico de los Eventos Internacionales sobre Globalización y Problemas de Desarrollo.

El CIEI y su plantel han aportado mucho a la universidad, a través de nuestra participación en eventos, comisiones de carreras, consejos científicos y comisiones de grados.

-Como investigadora de la economía,

¿cuál es su opinión en relación con el ejercicio

de los profesionales en este sector,

una vez graduados de la Universidad?

Cada vez más, a través del perfeccionamiento de los planes y programas, la realización de actividades de investigación, la participación en prácticas de producción y el acceso a diferentes medios de información, nuestros profesionales salen mejor preparados, tanto ética como intelectualmente, para el ejercicio de las distintas actividades de su carrera.

-¿Pensó Hilda alguna vez en desempeñar otra profesión?

En realidad, nunca lo pensé. Siempre digo que si volviera a nacer trabajaría en lo mismo. Amo mi profesión. Estoy unida a ella completamente, sin limitaciones, sin reservas, desde el alma, la mente y el corazón.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

 

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