LA HISTORIA EN MINUTOS. RADIO RELOJ. OCTUBRE (II)
Del 13 al 20 de octubre: Anatole France, Ignacio Mora de la Pera, Nguyen Van Troi, Eduardo Machado, Eugene O’Neill, Oscar Wilde, Rita Hayworth, António José da Silva, Jonathan Swift, Sir Christopher Wren.
IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ
13 de octubre:
Anatole France
LA HISTORIA EN MINUTOS. ADIÓS, ANATOLE. Autodidacta, lector voraz, escritor de fina pero cáustica ironía en combinación con una auténtica humanidad, constituyen ejes en la personalidad del novelista, miembro de la Academia Francesa y Premio Nobel de Literatura, Anatole France. Con una pródiga obra abarcadora de novelas, teatro, poesía, estudios históricos y ensayos sobre crítica y filosofía, sus textos van permeados de comprensión hacia los espoleados sin más asideros que los malos sueños, en tanto la cólera anda en cada palabra dicha contra el poder en abusos. Entre las obras de este hombre definido como el mejor autor galo en el período de finales del diecinueve y principios del siglo veinte, se hallan El crimen de Silvestre Bonnard, Thais, cortesana de Alejandría y El lirio rojo. A los ochenta años, cansado el cuerpo, murió el trece de octubre de mil 924, Anatole France. Continuará en el siguiente minuto...
ANATOLE, LATIGO Y AMOR. Conclusión. Como extractos indisolubles, pero a la vez esenciales, estuvieron en el escritor Anatole France el afán de fustigar con palabras de sutil e incisiva hechura los desmanes del poder, y la bondad por las causas humanitarias. Espoleó en zafarrancho arbitrariedades políticas, económicas y sociales de la Francia de principios de siglo. En contraposición, el autor tuvo sensibilidad por las empresas humanitarias, por los obreros, por ese querer de los hombres para aprender y ser instruidos en una educación libre y popular. Entre sus más famosas intervenciones estuvo el respaldo al caso Dreyfus, el capitán del ejército injustamente acusado de traición y en el cual fue figura descollante en la defensa Emile Zola. En esa resistencia ganada estuvo entre los primeros el escritor y Premio Nobel de Literatura, Anatole France, el galo polémico que murió en Tours. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
14 de octubre:
Ignacio Mora de la Pera
LA HISTORIA EN MINUTOS. SABER MORIR. Un rancho camagüeyano sirvió de refugio al patriota Ignacio Mora de la Pera, en la recta final del año mil 875, cuando se encontraba gravemente enfermo. No bastaron los silencios para cubrir su retiro y, descubierto por los españoles, fue hecho prisionero quien había sido subsecretario de Relaciones Exteriores en la República en Armas y uno de los primeros hombres en incorporarse a la gesta de mil 868. El jefe de la columna enemiga, simpatizante del cubano, le propuso declararse como presentado para perdonarle la vida. Pero Ignacio Mora de la Pera respondió: "Los hombres de mi clase sabemos morir, pero no deshonrarnos". El catorce de octubre fue fusilado y, antes de la descarga, lanzó al viento el irrenunciable compromiso de: "¡Viva Cuba Libre!". Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
15 de octubre:
Nguyen Van Troi
LA HISTORIA EN MINUTOS. VIVIR Y LUCHAR COMO UN COMUNISTA. Para la generación de los años 60 del siglo pasado, el vietnamita Nguyen Van Troi fue un mito revolucionario de recia ascendencia en su formación política. Por siempre en la memoria estará aquella heroica existencia segada bajo la acusación de atentar contra la vida del entonces secretario de Defensa de Estados Unidos, hecho que asumió con entera responsabilidad. El asesinato fue el quince de octubre de mil 964, en la prisión de Chi-Hoa, en Saigón. La soldadesca ató a un poste su cuerpo abatido por la tortura, vestido del blanco simbólico de la esperanza. A las nueve y cincuenta de la mañana habló con los periodistas y nueve minutos después se arqueaba el joven de valentía sin límites ante la metralla. Antes de partir, Nguyen Van Troi declaró: "Quiero vivir y luchar como un comunista". Continuará en el siguiente minuto...
NO LE TENGO MIEDO A LA MUERTE. Conclusión. Nguyen Van Troi, en su última mañana, dijo: "Quiero infinitamente a mi patria, no puedo dejar que los yanquis pisoteen nuestra independencia". Y más adelante, cual testimonio, añadió: "Jamás actúo en contra de mi pueblo, solo actúo en contra de los yanquis". Aquel junco indoblegable supo resistir vejaciones con la integridad de los hombres cuyo ideal supremo es la libertad. No por gusto, momentos antes de ser fusilado, le dijo a un cura y a un monje budista: "No tengo nada de qué arrepentirme". Nguyen Van Troi, el vietnamita de quien en nuestro país llevan su nombre escuelas, fábricas y plazas, también había manifestado: "No le tengo miedo a la muerte. Siento solamente no poder continuar la lucha de liberación de mi pueblo y realizar el ideal de mi vida". Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
16 de octubre:
Eduardo Machado
LA HISTORIA EN MINUTOS. EL PATRIOTA EDUARDO MACHADO. En el campo de batalla, como reclamó su honor de insurrecto de nuestra guerra independentista del pasado siglo, cayó en el fragor del encuentro, el patriota Eduardo Machado. Fue el dieciséis de octubre de mil 877, en tierras camagüeyanas, donde quedó segada aquella vida que no rebasaba los cuarenta años, pero con un historial de entregas desde los días esperanzadores de la Revolución de Yara. Después, el cubano sería constituyente en Guáimaro y secretario y presidente interino de esa propia Constitución. Fundador del periódico La Época, el santaclareño Eduardo Machado era ingeniero y escritor, dominaba varias lenguas extranjeras y publicó textos como Cuba y la emancipación de sus esclavos y Plácido, poeta y mártir. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
16 de octubre:
Eugene O’Neill
LA HISTORIA EN MINUTOS. EL PROVOCATIVO O'NEILL. En Nueva York, el dieciséis de octubre de mil 888, nació uno de los más célebres dramaturgos norteamericanos, Eugene O'Neill. Premio Nobel de Literatura en mil 936, por su obra fue considerado un innovador, una fuerza de choque para romper normas establecidas, un creador de nuevo estilo y un talento provocativo y retador. Tras la lectura de sus textos queda asentado un sentimiento de fracaso y la imposibilidad de los hombres de alcanzar su realización en el desafuero de una sociedad que los consume y aplasta hasta convertirlos en entes aislados. El escritor Eugene O'Neill perteneció a la pléyade de autores que recogieron en sus obras todas las contradicciones, todas las amarguras, todo el resentimiento de la vida norteamericana de su época. Continuará en el siguiente minuto...
ESCRITOR DE PERSONAJES ABATIDOS. Conclusión. De mil 913 a mil 929, el escritor norteamericano Eugene O'Neill produjo y publicó, sin apenas interrupción, una obra por año. Después vinieron tiempos de más reposo e, incluso, de silencios. Controvertido a la hora de cincelar sus personajes, éstos luchan contra sus propios sentimientos, en ellos predomina la soledad y la realidad de sus existencias la llevan como fardo que les llena de abatimientos. En sus dramas, el espectador siente ternura y bondad, a la vez que terrores y tensiones, cual revelación de incertidumbres y caos en el ser humano. Entre sus obras se encuentran El emperador Jones, El gran dios Brown, Largo viaje de un día hacia la noche y Más allá del horizonte. Eugene O'Neill murió un mes antes de cumplir los sesenta y cinco años. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
16 de octubre:
Oscar Wilde
LA HISTORIA EN MINUTOS. EL EXCÉNTRICO WILDE. Fugacidad, luces y sombras, cima y abismo, signaron la breve vida de cuarenta y seis años del novelista, poeta y autor teatral irlandés, Oscar Wilde, el iluminado del esteticismo y la defensa del arte por el arte. Nacido el dieciséis de octubre de mil 854, en Dublín, desde joven fue excéntrico y controvertido, bohemio y arrojado, quizás para esconder miedos o rubores mal acomodados en el entrecejo. Su inmenso talento le llevó a transitar con paso virtuoso por historias fantásticas como El príncipe feliz y La casa de las granadas, los cuentos breves de El crimen de lord Arthur Saville, las comedias El abanico de lady Windermere y La importancia de llamarse Ernesto, y la pieza Salomé, de múltiples puestas en escena. Oscar Wilde escribió una única novela: El retrato de Dorian Gray, un melodramático argumento sobre el declive moral. Continuará...
CHICO MALO. Conclusión. Por más que los admiradores traten de borrar el pasado de Oscar Wilde y hasta funden clubes para la defensa, al escritor le acompaña como una manta de sórdida lana el escandaloso juicio que protagonizó acusado de sodomía. El octavo marqués de Queensberry, creador de las reglas modernas de boxeo, llevó al paroxismo el estigma por la relación íntima del novelista con su hijo, lord Alfred Douglas. Declarado culpable tras un proceso patético, dos años de trabajo forzado le consumieron en la cárcel de donde retornó cual despojo humano. De esa etapa como pozo en soledades, Oscar Wilde legó a la posteridad los textos de De profundis y La balada de la cárcel de Reading. Hoy escritor de mérito mundial y de recurrencia para los estudiosos, paradójicamente el ceño de los hombres lo confinó a un final triste en el París donde llevó por nombre Sebastián Melmoth. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
17 de octubre:
Rita Hayworth
LA HISTORIA EN MINUTOS. LA DIOSA DEL AMOR. Bella despampanantemente, tanto que se alzó como uno de los mayores símbolos sexuales del mundillo hollywoodense, la aparición de Rita Hayworth en la ancha y mágica pantalla de cine seducía con cosquilleo de aventura a los apacibles abuelos de hoy día. Bailó, cantó y actuó, se paseó por dramas, comedias y musicales como una felina roja, provocativa y audaz, desde la década de los cuarenta hasta la de los setenta, cuando se despidió con un título de premonición: La ira de Dios. Pero la gran fascinación llegaba en papeles de mujer fatal, en la Gilda recordable, o en la enigmática de la cinta La dama de Sanghai. Entonces, hacía palidecer a las mujeres, deseosas de miradas imposibles. Rita Hayworth, la neoyorquina nacida el diecisiete de octubre de mil 918, asumió orgullosa el título de “La diosa del amor”. Continuará en el próximo minuto...
LA BELLA TODO LO OLVIDÓ. Conclusión. Pocos podrán identificar con el nombre de Margarita Carmen Cansino a la espectacular Rita Hayworth, actriz del Hollywood de los recuerdos. Esposa, primero, de Orson Welles, y después de Alí Kan, el príncipe por quien abandonaría durante un tiempo el hechizo del celuloide, de ella se recuerdan actuaciones en filmes como Gilda, La dama de Shanghai, Solo los ángeles tienen alas, La pelirroja, Charlie Chan en Egipto, Mesas separadas y La bella del Pacífico. Pero fama, luces, amores, e ilusiones, no alcanzaron a salvarla del propio olvido, de la inconciencia de ser y pertenecer, de la desorientación, la no memoria y la invalidez del raciocinio. Rita Hayworth, quien fuera la dama enigmática capaz de reventar corazones masculinos tras un beso en la pantalla, tuvo la enfermedad de Alzheimer. Nada de la gloria le era posible evocar. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
18 de octubre:
António José da Silva
LA HISTORIA EN MINUTOS. DA SILVA EN LA HOGUERA. Quizás pasara por la mente de António José da Silva, en ese instante supremo en que definitivamente supo iba a morir, su pequeña historia de treinta y cuatro años, el abrazo de la madre, o el último beso a la mujer amada. Sentenciado a muerte, estrangulado y quemado públicamente el dieciocho de octubre de mil 739, de nada le valieron el prestigio profesional como abogado ni la fama de sus perspicaces y provocadoras sátiras para el teatro, en un perenne ridicularizar a la sociedad portuguesa de su tiempo. La Inquisición no le perdonó al dramaturgo de origen brasileño su fe judía abrazada y profesada en reserva, en fecha de difíciles caminos. Lisboa, en un día de duros vaticinios, vio partir a un hombre de letras llamado António José da Silva, condenado y quemado a la vista de un público con ojos desvariados. Continuará en el siguiente minuto...
LAS GUERRAS DEL ROMERO Y LA MEJORANA. Conclusión. Al dramaturgo de origen brasileño António José da Silva, la Inquisición, en persecución implacable, le llevó en vórtice la vida breve. Primero, cuando bajo tortura, tuvo que abdicar de la fe judía y, años más tarde, cuando definitivamente por sus creencias religiosas, le condenaron, estrangularon y quemaron. De este dramaturgo radicado en Lisboa con su familia, se conoce como obra más célebre Las guerras del romero y la mejorana. En ella, con osada sátira, se mofa de la sociedad portuguesa y el hilo conductor es una simple flor disputada en una pelea por dos grupos rivales en un carnaval. António José da Silva fue abogado reconocido por su talento, tanto como merecedor de comentarios, a favor y en contra, por sus obras de teatro signadas por acusar la hipocresía. Escribió también varias óperas cómicas. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
19 de octubre:
Jonathan Swift
LA HISTORIA EN MINUTOS. EL INICIADOR DEL HUMOR NEGRO. El ocaso del escritor irlandés Jonathan Swift lo describió brevemente Nicolás Guillén: “Viejo y muy enfermo, murió idiota, después de haber padecido de un tumor en un ojo, que lo hizo sufrir largamente”. Fue el diecinueve de octubre de mil 745, un día gris y de pertinaz llovizna, como cualquier otro de la Inglaterra del siglo dieciocho, así terminaba uno de los más depurados cultivadores del genio sardónico a quien otro grande, André Bretón, definió como el iniciador del humorismo negro. Escritor de sentido agudo y cáustico, pionero en la creación de la novela y el ensayo, satírico por excelencia, Jonathan Swift pasó a la historia por toda su obra, pero, más que ninguna, por esa maravilla de aventuras que nos regaló con los Viajes de Gulliver. Continuará en el siguiente minuto...
SWIFT EN BLANCO Y NEGRO. Conclusión. Personaje él mismo contradictorio fue el escritor irlandés Jonathan Swift. En una oportunidad declaró odiar y detestar al animal llamado hombre, no obstante amar con todo su corazón a Juan, a Pedro y a Tomás. “Todo mi amor es para los individuos”, dijo. En contraposición con esa enemistad hacia los seres humanos, durante toda su existencia militó entre quienes buscaron justicia, y fustigó con su verbo hiriente a nobles y ricos. Tres mujeres reclamaron su atención: con Valeria terminó de manera insultante, mientras que Stella y Vanesa no le perdonaron nunca. También fue cura, y sin sus sátiras acaso hubiera escalado al podio de obispo. Pero a Jonathan Swift la alta sociedad inglesa de su tiempo no le perdonó un talento fustigador, y una lengua indomable. Fue un trabajo de Iraida Calzadilla Rodríguez.
19 de octubre:
Jonathan Swift
LA HISTORIA EN MINUTOS. SWIFT EL MORDAZ. Solo, con visos de locura, arremetidas de vértigo espoleándole cada vez más, y un quebranto mental sin buenaventura de alivios, le llegó la muerte a Jonathan Swift, el padre de los célebres textos, Los viajes de Gulliver. El escritor, político y satírico anglo-irlandés partió el diecinueve de octubre de mil 745 y, precavido, mordaz, retador de los hombres de su tiempo, había previsto el epitafio para su tumba en el templo de San Patricio, en Dublín. En él, diría en latín: “Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift, D., deán de esta catedral, en un lugar en que la ardiente indignación no puede ya lacerar su corazón. Ve, viajero, e intenta imitar a un hombre que fue un irreductible defensor de la libertad”. De este escritor considerado entre los maestros de la prosa inglesa son también La batalla entre los libros antiguos y modernos, e Historia de una bañera. Continuará en el siguiente minuto...
LAS DOS ESTHER. Conclusión. Cuando se recuerda al escritor anglo-irlandés Johathan Swift, a la memoria acude con premura el primero de los libros de Los viajes de Gulliver, convertido en un clásico de la literatura infantil. Pero esta vez presentaremos a las dos damas que distinguieron la vida del autor: Esther Johnson y Esther Vanhomrigh. La primera, Esther Johnson, fue alumna del novelista y se dice que a ella estaba dirigido el famoso epistolario íntimo de Cartas a Stella, como él la llamó. Incluso, se rumora que estuvieran casados secretamente y es simbólico que la tumba de ambos esté una al lado de la otra, en la catedral de San Patricio. La segunda Esther, de apellido Vanhomrigh, fue alumna irremediablemente prendada de su tutor, quien nunca le retribuyó. A ésta, la nombró Vanessa. Jonathan Swift sobrevivió a las dos, pero la marca de la soledad le extravió el discernimiento. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
20 de octubre:
Sir Christopher Wren
LA HISTORIA EN MINUTOS. EL POLIFACÉTICO WREN. Sir Christopher Wren llegó a la arquitectura tarde, ya cumplidos los veintinueve años, y cuando era un reconocido científico, matemático y profesor de Astronomía en la Universidad de Oxford. Pero este hombre multifacético, emprendedor, obstinado en buscar la belleza de los elementos y el equilibrio de lo humano, no cejó en empeños y es todavía una de las presencias más prominentes de la arquitectura inglesa. De él los especialistas apuntan que su obra puede definirse como una versión depurada del estilo barroco, y añaden el sello propio que imprimió a diseños y soluciones estructurales. Christopher Wren, quien durante media centuria de su prolongada vida de noventa y un años fuera Supervisor de las obras del rey, nació en East Knoyle, Gran Bretaña, el veinte de octubre de mil 632. Continuará en el siguiente minuto...
LA CATEDRAL DE SAINT PAUL. Conclusión. La obra cimera del arquitecto, científico y matemático inglés sir Christopher Wren fue la reconstrucción de la catedral de Saint Paul, luego del incendio que azotó a Londres en mil 666 y destruyó la vetusta casa de fe. El proyecto, llevado a cabo durante largos treinta y cuatro años, dejó la impronta de una espectacular cúpula levantada sobre un refinado tambor, lo cual simboliza el clímax de la arquitectura inglesa, y es una de las más significativas expresiones del barroco tardío. A la ejecutoria de este maestro británico también se deben los proyectos de importantes inmuebles como el Sepdonian Theater, en Oxford, la biblioteca del Trinity College, en Cambridge, el observatorio de Greenwich, y la recuperación de medio centenar de iglesias. Sir Christopher Wren fue el artífice de la reconstrucción del Londres desbastado por llamas en locura. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.
Pie de foto: Anatole France, Eugene O’Neill, Nguyen Van Troi, Oscar Wilde, Jonathan Swift, Rita Hayworth, António José da Silva y Sir Christopher Wren.
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