PERIODISTA ANTE TODO
“Lejos de regocijarme, me tensa ser distinguido porque me exige más de mí mismo”, así se siente el cienfueguero Omar George Capri al recibir cualquier reconocimiento. En el 2008 mereció el Premio Nacional de Periodismo José Martí.
Texto y foto:
ELIZABETH PÉREZ PÉREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
“El premio aviva el celo, obliga al
que lo recibe, y enciende en ardor
nuevo al que lo desea”, José Martí.
Su familia puede dar fe profunda de cuánta sencillez propaga Omar George Capri. Como periodista, es bien reconocido por el pueblo cienfueguero. Portador de muchas virtudes personales y profesionales, no en vano la Unión de Periodistas de Cuba le otorgó el Premio Nacional de Periodismo José Martí, en 2008.
En esta ocasión, el periodista, locutor, guionista y director de programas se dispone a platicar con motivo del merecido galardón por al obra de toda la vida.
-¿Cómo se inicia en el periodismo?
Es una historia muy larga. Primero, yo quería ser músico. Estudié instrumentos de vientos en el Conservatorio Alejandro García Caturla y después en la Escuela Nacional de Arte. Una repentina neumonía me impidió continuar el curso de fagot, y entonces matriculé en la Universidad Central de Las Villas. Allí me gradué en Filología Española en la especialidad de Lingüística.
El periodismo lo llevo en la sangre. Mi padre fue periodista y de algún modo me interesó cómo se interpretaba y se comentaba la realidad de Cuba en aquella época, hablo del año 1975. Cuando terminé la carrera, regresé a Cienfuegos para buscar trabajo. Por aquel tiempo, el periódico Cinco de Septiembre llevaba un año de fundado; estaban carentes de personal, y entonces ingresé en el semanario provincial como Jefe de Redacción.
Trabajó solamente dos años en ese lugar: “Fueron pocos, pero buenos”. Allí se vinculó al ámbito noticioso donde, junto a Pedro de La Hoz, escribió y dirigió la página cultural de la publicación, hasta que en 1984 entró al mundo de la televisión.
“Pienso que la jefatura de redacción es buena como ejercicio profesional, pero asimilada eternamente no forma a un buen periodista, porque pierde ese vínculo vital que todo profesional debe establecer con la realidad del acontecimiento.”
-¿Cuán difícil fue el inicio en la televisión?
Realmente era muy complejo, al principio y durante mucho tiempo. Aquí conformamos un equipo integrado por un técnico de video, dos camarógrafos de cine, un chofer-luminotécnico y un reportero. Las coberturas informativas para la televisión se filmaban en películas de cine, el periodista hacía la nota y, todo eso, luego de enviado al Noticiero Nacional, pasaba por un proceso de edición donde fundían las imágenes con la voz del locutor.
Cuando se introdujo la tecnología del video-tape, fundamos en Telecubanacán los Servicios de Corresponsalías de la Televisión Cubana. Hubo provincias afortunadas que tuvieron máquinas de edición y la posibilidad de transmitir para el Sistema Informativo, pero la nuestra no contaba con ese recurso; para editar debíamos ir a Santa Clara. Por tanto, pasamos 17 años viajando, prácticamente un día sí y un día no, hasta que se fundó Perlavisión.
-En su quehacer periodístico sobresalen
coberturas internacionales como la
corresponsalía en Angola, la misión médica
en Nicaragua y la visita de Fidel al Vaticano.
¿Qué representan para usted esas experiencias?
Angola realmente me marcó. Cuando participas y regresas de una experiencia como esa, percibes el mundo de una manera diferente, adviertes matices que antes no estaban presentes, afrontas las cosas de una manera más madura. Nicaragua tuvo mucha esencia en cuanto a la solidaridad, la entrega, el desinterés y el enfrentamiento a riesgos para ayudar al prójimo.
En cuanto a la visita de Fidel al Vaticano, creo que es una cobertura profesional que se complementa con las otras. Yo diría que las otras son sucesos de contingencia, de aventura, de lo inesperado, de respuestas a situaciones extremas. En esta ocasión estaba informando sobre la visita de Fidel al Papa Juan Pablo II, un encuentro por razones históricas muy esperado y especulado.
Creo que la designación para esa cobertura fue también un gesto de reconocimiento al trabajo realizado. Lo digo sin que la modestia me agobie porque podían haber prescindido de mí, un sencillo corresponsal de provincia.
Cuando se fundó el telecentro provincial, Omar George ayudó a preparar y conformar el núcleo inicial de Perlavisión. Simultáneamente constituyó y dirigió el Departamento Informativo, dedicándose principalmente al trabajo noticiario.
-¿Cómo aprecia el periodismo
cubano de estos tiempos?
Creo que evoluciona. No estamos hablando hoy desde la misma perspectiva que hace cinco años atrás. Se desarrolla, no como los periodistas quisiéramos; pero soy bastante intransigente a la hora de juzgar las concesiones hechas en la profesión, las interferencias y las intromisiones inadmisibles: no perdono esas cosas.
Sin embargo, no dejo de comprender que la prensa en Cuba trabaja bajo contingencias irrepetibles en otro país, eso es bueno tenerlo presente a la hora de hacer determinados juicios y valoraciones sobre algunas exigencias que a veces se nos hacen a los periodistas.
En la actualidad Omar se desempeña como Vicepresidente Primero de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba en la provincia de Cienfuegos. También pertenece al Comité Nacional de la Unión de Periodistas (UPEC), donde integra la Comisión de Formación y Superación, y es miembro del jurado en televisión de los Premios Nacionales José Martí y Juan Gualberto Gómez: “Un honor que agradezco”.
-En el VIII Congreso de la UPEC usted
expresó: “Todavía hay algunas puertas
que permanecen cerradas en franco
desafío a la insistencia periodística”.
¿De qué factores depende el desarrollo
del trabajo de la prensa en estos días?
Yo sigo suscribiendo eso que dije. Las facilidades para nuestro desempeño dependen de muchos componentes: de los propios periodistas, de quienes nos dirigen, de las estructuras que desde la dirección ideológica de la sociedad se relacionan con la política, con su concreción y su evaluación.
Depende, en última instancia, de los receptores, quienes quizás ven este ejercicio de un modo imposible de mostrar dadas las potencialidades de la profesión.
A veces la gente espera que resolvamos el problema más increíble, y realmente no es así. Esto se relaciona mucho con la institucionalización de la sociedad: si la gente busca una respuesta, ciertamente algo no funciona; por ende, las personas reclaman compensación en otras proyecciones del ejercicio público.
Lo que nos toca hacer a los periodistas es sencillamente nuestro trabajo, y hacerlo con responsabilidad, con madurez profesional y mucha ética.
Multipremiado en festivales de televisión y otros certámenes del gremio, este Hijo Ilustre de la ciudad de Cienfuegos asume los reconocimientos como un compromiso para realizar mayores desempeños.
“Lejos de regocijarme, me tensa ser distinguido porque exige más de mí mismo. Es como si a partir de cualquier otorgamiento fueras más dependiente de lo que la gente espera de ti y anduvieras con más cuidado de no traicionar la confianza y las expectativas puestas en tu práctica profesional. Soy de los que creen a pie juntillas en una frase que a veces se repite con más vehemencia que convicción: "Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.”
-Entonces, ¿qué representa para usted
haber sido galardonado con el Premio
Nacional de Periodismo José Martí?
Cuando lo recibí tuve muchos sentimientos encontrados, fue un tremendo honor y una sorpresa. En el medio donde me desempeño, independientemente de la valoración hecha, hay más personas merecedoras de esta recompensa. Lo acepto con humildad, con un tremendo compromiso porque entonces ya no soy el periodista, sino el Premio José Martí, y tengo que seguir siendo consecuente con una trayectoria, con una obra.
-Sé que tuvo varias propuestas de trabajo
en la capital; aún así, decidió permanecer
en Cienfuegos. ¿Algún motivo especial?
Soy muy apegado a Cienfuegos, ese es mi motivo. No he tenido necesidad de ir a La Habana para concretar ciertas aspiraciones profesionales. Realmente me gusta la ciudad, su gente, su historia, su cultura, al punto de que muchos de mis programas o algunos de mis proyectos en Perlavisión tienen que ver con eso.
En lo que a la televisión se refiere, trabaja como guionista, conductor y director de programas en el telecentro provincial: “Las presentaciones en las que participo son sobre la región. A Debate es un espacio de intercambio con la población y las autoridades en cuanto a cuestiones que preocupan a una parte y son responsabilidad de resolver por la otra. Memorias, demuestra a partir de fotos antiguas de la región, cómo determinados lugares y locales patrimoniales de la ciudad se han transformado desde la fundación de Cienfuegos hasta la fecha. Acabo de renunciar al informativo cultural El Zarapico, porque con el cúmulo actual de trabajo era imposible cumplir con ese compromiso.
Simultáneamente, hace radio los viernes en el espacio Con Palabra Propia, donde un panel estable comenta las noticias nacionales e internacionales más importantes de la semana. También cursa el Doctorado en Ciencias de la Comunicación, y es profesor de Comunicación Social en la Sede Universitaria Municipal.
“La docencia es algo profundo, no puedo prescindir de ella. La veo no como un aporte, sino como una provechosa interacción en la que yo también aprendo de las personas a las que enseño, porque aunque parezca una perogrullada, en el desconocimiento hay una potencialidad de enseñanza que el profesor puede cultivar para hacer más eficientes sus lecciones.”
-Tantos proyectos deben consumirle
mucho tiempo. ¿Cómo comparte su
vida entre la casa y el trabajo?
No la comparto, le ofrezco más tiempo al trabajo, pues soy periodista ante todo. Pero el secreto no está en cómo tú lo divides, sino en cómo disfrutas las pocas horas que le ofreces a la casa; si las dedicas a la familia, a promover una participación compartida, ya no importa, porque de esa forma se compensan.
-¿No ha pensado cuándo pondrá
fin a su ejercicio profesional?
Por ley tengo que seguir ahora hasta los 65 años. Pero pienso aportar hasta que mis neuronas me lo permitan. Mientras que el motor del intelecto esté generando, un periodista nunca se retira.
Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
FICHA TÉCNICA:
Objetivo central: Develar determinados aspectos de la vida y obra periodística de Omar George Capri, galardonado con el Premio Nacional de Periodismo José Martí.
Objetivos colaterales: Estudios realizados. Opinión sobre temas relacionados con su profesión. Estancia en Cienfuegos. Proyectos actuales de trabajo.
Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Directa.
Tipo de título: De cita textual del entrevistado.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas declaradas: 1) informativa, 2) informativa, 3) abierta, 4) de opinión, 5) polémica, 6) abierta, 7) abierta, 8) abierta, 9) abierta.
Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.
Fuentes consultadas:
Documentales (digitales):
Barrera Ferrán, Ramón. Periodistas cienfuegueros en el primer paso previo al VIII Congreso de la UPEC. En www.cubaperiodistas.cu. Consultado: 10/11/08.
Rodríguez Días, Jesús. Premio Nacional de Periodismo para el cienfueguero Omar George Capri. En www.gacetadejagua.cu: consultado 10/11/08.
Sergio Batlle, Jorge. José Martí, Aforismos. Editorial Corcel. La Habana, 2004.
Directas:
Omar George Capri, el entrevistado.
Lilian Farray, esposa.
Omar Ernesto George Farray, hijo.
Liz Laura George Farray, hija.
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