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Isla al Sur

EL GENERAL PERDIDO

EL GENERAL PERDIDO

Este trabajo obtuvo Premio Relevante en el Forum de Historia de la Universidad de La Habana, 2014.

La figura de Alberto Rodríguez Acosta, mambí que ayudó a rescatar el cuerpo de Antonio Maceo y derrotó por primera vez al Regimiento de Pizarro, no se estudia, incluso, en Batabanó, donde es patriota insigne.

ADIEL GUEVARA RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Alberto Rodríguez Acosta, el cubano más joven del Ejército Libertador en ser nombrado general, nació el 7 de agosto de 1869, hace 145 años. Menos de un año y medio de vida en campaña fue suficiente para que dejara una huella en la historia de su país. Mas el desconocimiento y la desidia en la actualidad, hacen mella en el héroe de Batabanó, en la provincia Mayabeque.

Durante el combate que causó la muerte de Maceo, el 7 de diciembre de 1896, y ante la huida de los principales jefes, una comitiva de 19 mambises sobresalió para salvar el cuerpo del Lugarteniente General; Alberto Rodríguez estuvo entre ellos con dos subalternos suyos, quienes realizaron una carga al machete contra el grupo español que, protegido por una cerca de piedra, ya se hallaba muy próximo a los cadáveres abandonados del Titán de Bronce y Panchito Gómez Toro.   

Otra acción relevante ocurrió bajo su mando cuando se derrotó, el 27 de febrero de 1897, al Batallón Pizarro en el combate de El Caimán, cerca de Batabanó. Esta acción contribuyó a desmentir la proclamada “pacificación de Weyler” y acabó con la fama de “invencible” que tenía esa fuerza militar. Es por ello que la localidad lo asume como patriota insigne.

La investigadora auxiliar, Ladvia Gaspe Álvarez, del Instituto de Historia de Cuba, cree que muchos personajes durante la guerra ganaron notoriedad mediante un golpe de suerte que los colocó en el lugar y momento justos. Aunque apunta, además, que los méritos anónimos se atribuyen casi siempre al vencedor.

Como señala Hugo Martínez Cintado, director del Museo Municipal de Unión de Reyes, en Matanzas, lugar donde nació Acosta, “hay mucha historia y pocos hombres dispuestos a salvarla”. Piensa que si no se indaga sobre el pasado de cada lugar, no podrá componerse la identidad nacional en su totalidad. 

El periodista Ciro Bianchi habla de discrepancias entre el coronel Juan Delgado y Rodríguez  Acosta. Sin embargo, en su libro La caída del Titán. Aclaraciones históricas, Miguel Delgado, hermano del héroe de San Pedro, desmonta la afirmación de que Acosta comentó no querer subordinarse nunca a Juan Delgado. Sobre el aspecto anterior, la publicación explica: “El coronel Rodríguez no podía decir esa tontería. Él tenía mando de regimiento igual que Delgado, y pertenecía a distinta brigada. No tenía que obedecerlo, ni este por qué darle órdenes”.

El Doctor Antonio Álvarez Pitaluga, profesor de la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana, demuestra en el artículo “La caída de un héroe y el secuestro de un mito” cómo las desconstrucciones ulteriores, creadas por oficiales de más rango, deforman a los protagonistas de un hecho, como ocurrió en el cuadro “La muerte de Maceo”, del pintor Armando García Menocal.

Con tan solo 27 años, Acosta fue nombrado brigadier y jefe de las operaciones en el territorio sur de La Habana. En ese período, soportó una de las más difíciles condiciones entre todas las unidades insurrectas, pues allí se encontraba la mayor densidad militar de la época por ser la provincia más estrecha de Cuba, albergar la capital y contar con desarrolladas redes de comunicación y transporte.

Su muerte aconteció el 18 de mayo de 1897, durante un sorpresivo encuentro con una columna española en Cuatro Caminos del Caimán, Batabanó. Fue herido por una bala en el vientre que terminó con su vida, minutos después.

Efraín Arrazcaeta Alejandro, historiador de la zona, asegura que los restos del líder mambí descansan junto al Panteón del Ejército Libertador en el cementerio municipal y que siempre se le rinde homenaje en el lugar donde cayó en combate.

Hoy día es considerado el patriota insigne de ese pueblo pesquero, pero tal distinción no asegura su presencia en la memoria de la localidad. La lugareña Rita Yera explicó que su figura es poco conocida en los alrededores y que la tarja en el lugar de su caída en combate no está terminada: “Lo único que existe es un muro, en medio de un terreno de pelota, utilizado como asiento por todo aquel que allí va a jugar”.

El Presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Batabanó (ACRC), Eurímides Ruíz Ramos, desarrolla una propuesta para distribuir por las escuelas su biografía y la de otros patriotas en función de que los niños las conozcan. Tal iniciativa no sirve de mucho si, en todo el municipio, solamente dos instituciones, una logia y una ACRC de base, tienen el nombre del brigadier.

El poco estudio de un personaje de la Guerra del 95, en apariencia irrelevante, provocó obviar el crucial dato de que es el general cubano más joven del Ejército Libertador, según las fechas brindadas por el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, Primera parte. Siempre se creyó que Juan Bruno Zayas, con 28 años de edad, ostentaba dicha distinción; pero es Alberto Rodríguez Acosta, con sus 27 años, quien la posee. 

Pie de Foto: Alberto Rodríguez Acosta, el cubano más joven del Ejército Libertador en ser nombrado general.

Ficha Técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Especial de Contraste.

Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Subvaloración y olvido del héroe Alberto Rodríguez Acosta.

Situación problemática: Desconocimiento de los pobladores de Batabanó, del público especializado y no especializado sobre la vida de Alberto Rodríguez Acosta.

Objetivos colaterales: Demostrar que a pesar de su efímera existencia influyó en nuestra historia y que fue el general cubano más joven del Ejército Libertador. Dotar de sentido de pertenencia al municipio de Batabanó por este héroe y que sea más investigado. 

Estrategia de fuentes:   
           
Activas especializadas:

Efraín Arrazcaeta Alejandro, historiador de Batabanó.

Eurímides Ruíz Ramos, Presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en Batabanó.

Ladvia Gaspe Álvarez, investigadora auxiliar del Instituto de Historia de Cuba.

Hugo Martínez Cintado, Director del Museo Municipal de Unión de Reyes.

Todos son fuentes especializadas y oficiales.

Activa no especializada: Rita Yera, pobladora de Batabanó es una fuente no oficial en calidad de testigo.

Documentales:

Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, Primera parte.

La caída del Titán. Aclaraciones históricas, de Miguel Delgado, enero de 1954.         

Artículo digital del periódico Juventud Rebelde, Cómo murió Antonio Maceo, de Ciro Bianchi Ross.

Artículo digital La caída de un héroe y el secuestro de un mito, del Doctor Antonio Álvarez Pitaluga, La Habana, 13 de diciembre de 2012.

Tipos de juicios:

Lógico Analítico: Efraín Arrazcaeta Alejandro, historiador de Batabanó, Eurímides Ruíz Ramos, Presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana de Batabanó, Ladvia Gaspe Álvarez, investigadora auxiliar del Instituto de Historia de Cuba y Rita Yera, pobladora de Batabanó.

En cada caso seleccionan una parte de la problemática para explicar con pruebas concretas su origen y la incidencia que tiene en la sociedad, la historia local y nacional. 

Lógico Sintético: Hugo Martínez Cintado, Director del Museo Municipal de Unión de Reyes. Proporciona consecuencias y previsiones del problema a partir de un conocimiento acumulado por la práctica de su profesión.

Las declaraciones dadas por las fuentes especializadas son juicios de valor.

Soportes:

Hecho: Conmemoración del 145 aniversario del natalicio de Alberto Rodríguez Acosta y descubrimiento de su condición de general cubano más joven del Ejército Libertador.

Antecedente: El brigadier Rodríguez Acosta, quien murió notablemente joven, fue nombrado el patriota insigne de Batabanó. Con el paso de los años, múltiples justificaciones han retardado la terminación de la merecida tarja en señal de respeto por su caída en combate. También, alrededor de él se han levantado falsas acusaciones que mantienen dudas sobre su disciplina en la guerra.

Contexto: Despreocupación de las autoridades municipales por hacer presente la imagen de Acosta entre la población local. Inexistencia de la tarja que conmemora su caída en combate y pocas instituciones tienen su nombre. Nuevas revelaciones sobre su persona, antes ignoradas, porque no se le daba importancia.

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