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Isla al Sur

DANDO LA NOTA

DANDO LA NOTA

CLAUDIA PÉREZ VILA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con creatividad e inteligencia  el director estadounidense Jason Moore concibió la película Pitch Perfect o Dando la nota, por su traducción al español, que con su estreno en Estados Unidos el 24 de septiembre de 2012 rompió el estereotipo hollywoodense de belleza femenina, demostrando que el talento va más allá de las apariencias físicas y consiguiendo, de esta manera, el éxito.

En esta oportunidad, los característicos personajes de chicos buenos y malos no llevan el hilo conductor de la historia, sino lo hace una competición entre distintas escuelas norteamericanas que buscan ganar el Campeonato Internacional Universitario de Canto A Cappella.

Afinadas armonías acompañan al espectador por la vida de la protagonista Beca, quien da pasos sólidos hacia su futuro, al insertarse en la banda The Barden Bellas, fraternidad estudiantil del colegio Barden participante en el concurso.

Sin embargo, en este rol, la actriz Anna Kendrick, con prestigio en los musicales de Broadway por actuar junto a Meryl Streep, no sorprende con su actuación ni sobrepasó las expectativas, porque las escenas no fueron lo suficientemente realistas, debido a la incoherencia entre la expresión de su rostro y la letra de las canciones. Pero, a pesar de estas insuficiencias, este filme le dio la posibilidad de trascender entre los jóvenes actores de su país.

En cambio, la actuación de Rebel Wilson en su papel de Gorda Amy, complementa la historia y le da el toque carismático a esta comedia musical. Con un excelente trabajo, difícil en el género del humor, sobresalió mucho más que la propia Kendrick, pues la paradoja y los momentos de gestos y frases ocurrentes proporcionan algo más que canto y competición

Uno de los aspectos técnicos que condiciona el éxito de la película es su banda sonora, bajo la dirección de Christophe Beck y Mark Killian  supera en reiteradas ocasiones las propias actuaciones debido a que el elenco no logra transmitir los diferentes estados anímicos que forman parte de cada personaje.

La concepción musical del largometraje es meritoria, porque utilizando canciones como Don´t stop the music, de Michael Jackson, Just the way you are, de Bruno Mars, y composiciones de los años 80, década de oro del canto a cappella, logra armonizar las voces que reproducen no solo la letra sino también  los instrumentos musicales. Por ello ha obtenido premios a la mejor música de una película musical conferido por Motion Picture Sound Editors y la mejor banda sonora femenina o soundtrack en los prestigiosos American Music Awards. 

El guión está basado en la novela homónima de Mickey Rapkin, y captura la atención con temas heterogéneos como amor, diversidad de preferencias sexuales, drogas consumistas y problemas académicos que reflejan en la trama una realidad social vivida en muchas escuelas norteamericanas. El paralelismo entre el guión, obra y personajes hacen que alcance un dinamismo y mantenga activo al cinéfilo.

Sin pretender minimizar el éxito taquillero obtenido, los efectos luminosos, divorciados del mensaje de las escenas, están cargados de incoherentes tonos y matices. Además, la producción fotográfica no cumple con la relación fondo figura o la ley de la mirada.

El vestuario, muy juvenil y apropiado a una universidad norteña, caracteriza a cada personaje, así como maquillajes con tonos nítidos y frescos que brindad juventud y van de la mano con cada vestuario y situación.

Es predecible el final del largometraje desde el inicio, resta calidad al filme, pues desde los primeros encuentros entre las bandas participantes en el certamen, avizora que The Barden Bellas resultará triunfadora.

El típico desenlace feliz, reitera, una vez más, que estas producciones de Hollywood están hechas para el entretenimiento y no conducen a un análisis profundo debido a  la superficialidad del tema principal.

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