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ESENCIA DE MUJER ENTRE LÍNEAS

ESENCIA DE MUJER ENTRE LÍNEAS

La Biblioteca Nacional guarda los 12 números originales de la publicación De lo Bueno y lo Bello, dirigida por Gertrudis Gómez de Avellaneda, defensora de las féminas del siglo XIX.

Texto y foto:  
ARLET CASTILLO GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Los únicos 12 números  originales de la revista De lo Bueno y lo Bello, dirigida por Gertrudis Gómez de Avellaneda y que salieron a la luz hace 155 años, son atesorados en la Sala Cubana de Fondo Patrimonial de la Biblioteca Nacional José Martí.

Concebida especialmente para la mujer, la publicación tuvo una existencia efímera. Su primera edición data del 15 de febrero de 1860 y dejó de salir en agosto del mismo año. Con una frecuencia quincenal, los ejemplares se imprimían en el Centro del Gobierno y Capitanía General, sita en la calle Teniente Rey, de La Habana.

Zaida Masías, especialista de la oficina de publicaciones seriadas de la Biblioteca Nacional y a cargo de la colección, explicó que los 12 números llegaron a la institución en 1969 luego de ser compilados por Araceli García Carranza, jefa del Departamento de Colección Cubana en ese momento.

De lo Bueno y lo Bello recogía  temas relacionados con  la literatura, bellas artes, modas y, sobre todo, exaltaba la imagen de la mujer como figura capacitada para desempeñarse en el plano intelectual y cumplir las más diversas tareas de la sociedad.

Ana Gloria Valdés, especialista principal de la Sala Cubana, afirmó que fueron publicados más de 200 títulos entre relatos, reflexiones, anécdotas, noticias, poemas y pensamientos, colocados en sus diversas secciones, como “Leyendas y tradiciones”, “Galería de mujeres célebres” y “Modas”. Dentro de los textos escritos  por la propia Avellaneda se encuentran “La dama de Amboto”, “La flor del ángel” y “La montaña maldita”. 

«Aunque la publicación procuró una presencia mayoritaria femenina, donde sobresalían las intelectuales Luisa Pérez de Zambrana, Julia Pérez Montes de Oca, Mercedes Valdés Mendoza y Luisa Franchi, no rechazó el apoyo masculino. Doña Tula se apoyó en el poeta José Fornaris para la coordinación y promoción, también fueron sus colaboradores Enrique Piñeiro, Juan Clemente Zenea, Rafael María de Mendive, José Fornaris y Francisco de Paula Gelabert», añadió.

A pesar de que una parte importante de sus ejemplares estaban destinados a suscriptores habaneros, eran recibidos asimismo, en 29 puntos del país. La escritora contaba con representantes encargados de la divulgación, entre ellos su pariente Juan de Arteaga que se ocupaba de Puerto Príncipe, y el periodista Antonio Moya a cargo de Nuevitas.

La revista cultural La Jiribilla apunta que De lo Bueno y lo bello no logró rebasar el propio año de su fundación debido a las dificultades económicas y el escaso apoyo del medio intelectual, pero sirvió para alentar a las escritoras cubanas a alzar su voz y no depender solo de las publicaciones animadas por hombres.

Aunque durante décadas los 12 números editados parecieron caer en el olvido, actualmente se consideran hitos en la historia del feminismo en Cuba. La prestigiosa escritora norteamericana Evelyn Picon Garfield los reconoce como  antecedentes  de la revista Mujeres, fundada en 1961.

Pie de foto: De lo Bello y lo Bueno, revista que publicó  textos  de los intelectuales más destacados de la época.

 

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