LA DESCORTESÍA: UN CAOS EN LAS RELACIONES
Actualmente, la falta de buena conducta el comunicarse constituye un problema que daña la convivencia.
Texto y foto:
HANG DO THI THU,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana, organizó la presentación del libro “La (des)cortesía en el discurso: Perspectivas interdisciplinarias (imagen, actos de habla y atenuación)”, de José María Infante Bonfiglio, para ofrecer conocimiento a los estudiantes sobre la falta de corrección en general como problema muy extendido en muchos lugares.
El libro explica detalladamente sobre esta situación: sostiene que la cortesía atrae y por muchas razones resulta conveniente, pues enriquece espiritualmente a quien la practica y abre fácilmente las puertas de la amistad. Agrega que la falta de urbanidad no solo en el discurso, sino también en las acciones, deteriora la imagen de las personas.
Actualmente, en los áreas públicas como cafeterías, restaurantes y parques, muchas gentes después de comer y tomar, botan los restos o las botellas en la tierra, aunque existen baldes de basura, habla en voz alta y tienen gestos, palabras y acción descorteses.
“La cortesía es un comportamiento humano de buena costumbre; en la mejor expresión es el uso práctico de las buenas costumbres o las normas de etiqueta. Es un fenómeno cultural definido y lo que se considera cortés en una cultura puede a menudo ser absolutamente grosero o simplemente extraño en otra”, aseveró Zoe Bello, psicóloga y profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.
En este sentido, Mariana Rodríguez Fusté, profesora de Facultad de Artes y Letras, comentó: “La falta de cortesía puede entenderse como un problema general de ethos (características de una persona o de comunidad), como el comportamiento total del participante, cuyo estilo y tono muestran el tipo de persona que es y señalan su identidad social”.
Según Aidanys Contino Peast, estudiante de Derecho en la Universidad de La Habana, expresiones de mostrar descortesía son no ceder el asiento a mujeres y niños en el transporte público u otro escenario, la utilización de palabras vulgares, lo que tiene mucha relación con la falta de respeto y, sobre todo, la casi ausencia de las palabras “gracias”, “perdón” y “permiso” en el lenguaje cotidiano.
“En contraposición, la descortesía es una actitud, acción, modo de hablar o comportarse que resulta ofensivo, desconsiderado o poco apropiado para otras personas. Distintas sociedades y puntos de vista en mayor o menor medida “refinados” tienen definiciones acerca de lo que podría ser o no ser considerado “descortés”. En general, casi todas las culturas coinciden en las acciones que clasifican como descortesía”, opinó Julio Manuel Martínez, especialista de educación superior en el Ministerio de Educación (Mined).
Según la teoría de Penélope Brown y Stephen Levinson acerca de cortesía, era “descortés” para la burguesía italiana del siglo XIV sonarse la nariz con la misma mano con que se tocaban los alimentos (derecha), y en Japón lo es hacerle a la pareja demostraciones de afecto muy efusivas en público (besarlo, tocarlo frecuentemente, abrazarlo..), es “descortés” para otras personas que nada tienen que ver con la relación.
Escribió Emma Cárdenas Acuñas en su libro El Reino de las buenas maneras: “Encontramos personas que ignoran las frases corteses, su falta de delicadeza y su hostilidad. La mayor parte de las normas de conducta social están basadas en la cortesía y en el tacto; sin ellos no existiría la amistad, y la convivencia humana sería difícil. Un pueblo bien educado da muestra de cortesía en todas sus relaciones de la vida cotidiana”.
Para la psicóloga y profesora Bello, una definición acerca de si eres o no objeto de la descortesía en situaciones normales (quizás no sea fácil aplicar esta definición a una sociedad cuyas costumbres no entiendes muy bien aún) es esta: Una persona podría estar siendo descortés conmigo si su trato me parece ofensivo, peyorativo o discriminatorio. Es algo que imaginas o que percibes.
En tanto, Martínez refiere que en casi todas las situaciones regulares de la vida es fácil detectar si uno mismo esta siendo descortés con otra persona, en cuyo caso es importante prestar atento a la reacción de la gente y de nuestras propias actitudes: ¿Saludé cuando llegué a la reunión?, ¿devolví la despedida anoche a mi secretaria?, ¿respeté con mi auto el cruce peatonal?”
Agregó el especialista de Mined: “La causa de descortesía se origina desde el sentido de cada persona, por tanto, la educación es muy importante, especialmente para los niños en las escuelas porque las acciones a su alrededor puede influir positiva o negativamente en ellos”.
A decir de Wendy Rey Díaz, estudiante de Ciencias de la Información en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana: “La cortesía es una valor en peligro de extinción, por así decirlo, cada vez se agrava más la falta de valores en la sociedad, y lo más triste es que el ser humano no lo nota, y de hacerlo, entonces no le importa. En mi opinión, este problema va en sentido contrario al mejoramiento humano e incide negativamente en la cultura del pueblo”.
“No es un problema que solo existe en Cuba sino en todos los países. Necesitamos educar y propagar entre las personas las acciones de cortesía y perfeccionar nuestra moral para construir una vida amistosa y saludable”, dijo la trabajadora del restaurante Di Mar, Marina Pérez Alfonso.
Pie de foto: Hablar en voz alta es una de las manifestaciones de falta de cortesía.
Ficha Técnica:
Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Dónde.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.
Tema: La falta de cortesía en general.
Situación problémica: Algunas personas utilizan las palabras malas o acciones descorteses en lugares públicos.
Objetivos colaterales: Explicar la situación de la falta cortesía en general en las personas. Analizar el por qué de esta situación en un lugar donde se supone el nivel cultural de las personas permite ser amigables. Determinar las posibles soluciones para delimitar influencia de las personas que tienen mala educación.
Estrategias de fuentes:
Directas:
Zoe Bello, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana.
Julio Manuel Martínez, especialista de educación superior, Ministerio de Educación.
Mariana Rodríguez Fusté, profesora de Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana.
Aidanys Contino Peast, estudiante de Derecho, UH.
Wendy Rey Día, estudiante de Ciencia de Información, UH.
Marina Pérez Alfonso, trabajadora del restaurante Di Mar.
Fuentes documentales:
La teoría de Penélope Brown y Stephen Levinson acerca de cortesía.
El libro “El Reino de las buenas maneras”, de Emma Cárdenas Acuñas, publicado por Ediciones Logo, de la Asociación Cubana de Comunicadores.
Tipo de juicios:
Valorativos: Zoe Bello, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana; Julio Manuel Martínez, especialista de educación superior, Ministerio de Educación.
De opinión: Mariana Rodríguez Fusté, profesora de Facultad de Artes y Letras; Aidanys Contino Peast, estudiante de Facultad de Derecho, Universidad de La Habana; Wendy Rey Día, estudiante de Ciencia de Información, Universidad de La Habana; Marina Pérez Alfonso, trabajadora del restaurante Di Mar.
Soportes empleados:
Hecho: Falta de cortesía existente en los lugares públicos y también en las relaciones de sociedad.
Contexto: Se atribuyen este problema al sentido personal y se afecta mucho a la imagen de país dentro de la mirada del mundo.
Antecedentes: La falta de cortesía en general de algunas personas no es un problema solo en Cuba, sino de todos países desde muchos años.
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