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Isla al Sur

UNA PRECURSORA: DE LA TIPOGRAFÍA AL PERIODISMO

UNA PRECURSORA: DE LA TIPOGRAFÍA AL PERIODISMO

Domitila García de Coronado fue la primera mujer tipógrafa en Cuba y pionera del país que trabajó en un periódico, sin recibir ningún tipo de remuneración por ello.

MARIANA BRUGUERAS MÁS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

 
El Álbum poético fotográfico de escritoras y poetisas cubanas, primera obra de antología realizada en el país y dedicada a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda, aparece en La Habana bajo la firma de  la joven de tan solo 21 años, Domitila García Duménico, mientras corría el año 1868 y se iniciaban las luchas por la independencia.

Con más de cuatro libros publicados, el pensamiento de la tipógrafa, escritora, poetisa, periodista y educadora que fue Domitila, permanece intacto en los escritos que se hallan en más de diecisiete revistas y periódicos nacionales de la época. Pero aquella que fuera la  primera mujer en iniciarse en la tipografía y el periodismo en nuestro país, sigue siendo una desconocida para muchos. Su figura y trabajos han quedado aislados y a la sombra de otras reconocidas personalidades.

Hoy apenas es mencionada como referencia en escasos libros que abordan los temas de género, y en la bibliografía básica de Historia de Cuba se excluye como promotora de los ideales revolucionarios más avanzados. Emancipadora de la mujer, transgresora de su época y fiel independentista, Domitila García debería ser considerada un ejemplo a seguir por mujeres de cualquier generación.

¿Ignorada? 

En el sitio web de la revista cubana Mujeres, su nombre aparece en algún que otro trabajo, pero nunca como protagonista de las historias. Son pocas las periodistas que laboran en ese espacio que han leído algo firmado por Domitila. Casi ninguna ha escuchado hablar sobre ella a otra persona, “ni siquiera los medios de comunicación nacionales la promueven”, dijo Aurika Rubio, editora de la versión digital de la publicación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Rubio resaltó que “desde la redacción monitoreamos toda la información posible de la mujer cubana y hemos podido rescatar algunas referencias muy puntuales de otras como la condesa de Merlin, María Santa Cruz, Sofía Estévez, Emilia Casanova, entre otras,  sobre todo cuando ocurren efemérides o aniversarios”.

Sobre este asunto en particular, Gladys Egües Cantero, periodista de Mujeres, opina que la casi imperceptible visibilidad de Domitila tiene mucho que ver con la poca importancia que se le ha dado a las voces femeninas del siglo XIX. “La historia está escrita por hombres, y el periodismo no escapa de ese camino donde las mujeres no brillan con luz propia. A ellas solo se le dedican algunas líneas, o aparecen como ejemplos en los textos periodísticos”, destacó.

Susana Revuelta, joven insertada de prácticas en el archivo de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), comenta que existe un expediente sobre Domitila, pero “no es muy extenso y lleva tiempo sin salir del lugar en el que se encuentra en estos momentos. No abundan las personas interesadas en su quehacer y labor como periodista o primera mujer en trabajar en una imprenta”.

Con excepción de ese documento, ella afirma no conocer mucho sobre la vida u obra de Domitila García. Como Susana, estudiantes de tercer año de la carrera de Filología refieren la posibilidad de haber citado a la poetisa y escritora mientras recibieron clases de Literatura Cubana en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, pero no recuerdan realmente cuál fue su labor y aportes al campo de las letras en nuestro país.

Impresión de una pionera

Domitila nació el 7 de mayo de 1847 en Puerto Príncipe, Camagüey, y con 12 años, en 1859, se estableció en Manzanillo. En su hogar adquirió la educación elemental. Su padre era el conocido periodista y tipógrafo Rafael García, propietario de una imprenta que publicaba el periódico La Antorcha, de carácter económico, mercantil y literario.

Fue este el espacio propicio para el desarrollo y formación de Domitila, así como el escenario donde Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, y el eminente periodista cubano Rafael María Merchán, se destacaron como redactores.

Patricia Motola Pedrosa, profesora de Literatura Cubana de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, cuenta que Domitila es considerada la primera mujer en trabajar diariamente en una imprenta y que en La Antorcha se convierte en pionera de las labores tipográficas y periodísticas en Cuba. Respecto a esto, Domitila refirió que “la tipografía fue uno de los primeros oficios que aprendieron las mujeres en la Colonia, y que se extendió hasta el siglo XX, fue un medio que adquirió una importancia estratégica para la configuración del periodismo femenino”.

Sobre su labor allí se cuenta en el libro Mujeres en el Periodismo, de Ana Núñez Machín, quien de la joven cita: “Cuando empecé mis ensayos literarios, los hice en verso. Pero comprendiendo los escasos vuelos y poca maravillosidad de mi estilo y no aceptando la medianía en el divino arte; hice con ellos un auto de fe y si alguno que otro ha escapado al exterminio, no es digno de figurar en su parnaso…”.

En 1872, ya en la capital, Domitila contrajo matrimonio con el profesor de idiomas Nicolás Coronado y desde ese momento comenzó a firmar como Domitila García de Coronado. Una década después, en el capitalino municipio del Cerro, fundaron juntos el colegio para niños pobres “Nuestra Señora de los Ángeles”, donde ejercieron la docencia. Ella murió en La Habana el 18 de septiembre de 1937, a la avanzada edad de 90 años, dejando inéditos su libro Cubanas beneméritas y la novela Los enemigos íntimos.

Vivir para crear

Domitila gozó de una larga y saludable vida que aprovechó al máximo intelectualmente. Aún joven, en 1866, un año después de trasladarse La Antorcha de Manzanillo a Camagüey, la iniciadora de las labores tipográficas en nuestro país fundó la revista semanal de corte literario El Céfiro, en Puerto Príncipe, junto a la poetisa Sofía Estévez Valdés.

De esta forma se convirtieron en las primeras cubanas en instaurar una publicación, que tuvo una “acogida entusiasta en la Isla”, como dijera José Antonio Baujín, profesor de Literatura Cubana de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, aunque su circulación se interrumpió por el inicio de la guerra, dos años después.

Pero en su afán, la poetisa no se detuvo. Una vez en La Habana, creó tres semanarios: El Eco de Cuba, El Correo de las Damas y La crónica Habanera. Su vasto trabajo editorial se complementó con la producción como autora de no pocos artículos, escritos en prosa y verso, así como libros dedicados principalmente a la mujer cubana.

En líneas generales, proclamó ideas progresistas, en ellas sustenta criterios acordes con su tiempo y educación. En el artículo Elegancia y buen gusto, defiende la diferencia entre las jóvenes pobres y ricas, con un criterio marcadamente discriminatorio, sin percatarse de que ella también era excluida de ciertos círculos por aquella sociedad dividida.

Entre sus obras sobresalen Los cementerios de La Habana, Consejos y consuelos de una madre a su hija, ejemplar por el cual fue premiada en el certamen literario de Matanzas de 1881, y el Álbum poético fotográfico de escritoras y poetisas cubanas. Además, en 1888 publicó una biografía del doctor y científico Tomás Romay, que redactó con notas históricas sobre la vacuna en América.

Más que escritora

El Diccionario Biográfico Cubano señala que durante ese tiempo, colaboró con el periódico Patria, El Laborante, El Almendares, La Guirnalda, El Álbum, El Hogar; El Fígaro, La Patria, La Discusión, Álbum Cubano de lo Bueno y lo Bello, El Imparcial y La Ilustración, de España. En casi todos firmaba bajo los seudónimos de Jatibonico o Ángela, y sus textos los dedicó a cubanas y escritoras olvidadas.

Por su defensa de la emancipación femenina, Domitila fue Delegada de Honor al I Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en 1923, en unión de María Luisa Dolz. Archivos del Centro de Estudios de la Mujer rescatan que también clasificó como Socia de Mérito y Facultativa de Honor de casi todas las sociedades literarias y de recreo nacionales. Debido a los aportes que tributó al periodismo, conquistó 22 diplomas, dos medallas de oro y nueve de plata, entre estas la otorgada en 1889 durante la Feria Exposición de Santa Clara.

Pero su quehacer no acaba ahí. Domitila, protagonista de su tiempo y de profunda vocación de educadora, fundó en 1882, junto a su esposo Nicolás, el colegio para niños pobres “Nuestra Señora de los Ángeles”, del cual fue alumna Avelina Correa, considerada la primera periodista profesional cubana que recibió un salario fijo por esta profesión.

Más tarde, con el fin de formar cubanas para la profesión por la cual ella había comenzado, creó la “Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras de La Habana”, primera de su clase en nuestro país. Elaboró así obras consagradas a la docencia, para una mayor comprensión del oficio, entre ellos se destacan Método de Lectura y breves nociones de instrucción elemental y Breves nociones para aprender el arte tipográfico.

Quedar para la historia

“A pesar de las limitaciones de la época, Domitila supo enfrentar los cánones y desarrollar al máximo sus habilidades como periodista, escritora y educadora. Luchó incansablemente por la mujer, la enseñanza y la cultura de Cuba. Ella es merecedora de reconocimiento, ha permanecido demasiado tiempo en el anonimato”, resumió Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

Este panorama de desconocimiento se aprecia en la carrera de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Max Barbosa, alumno de quinto año a punto de graduarse, desconoce cuáles fueron los aportes de Domitila a su oficio, ni siquiera sabía que fue la pionera en este. Por su parte, Armando Franco, quien cursa el cuarto año, cree que no la estudió, o que no forma parte del plan, y Alejandro Rojas, de tercero, recibe clases de Historia de la Prensa, pero a él también le es ajeno el nombre de la poetisa.

Aconsejar, guiar, educar a la juventud y engrandecer la patria fueron sus metas. Hasta los últimos días de su larga vida, se dedicó al periodismo. Sus ruegos finales no fueron otros que: “…Al pisar mis compatriotas la tierra que cubre mis despojos, digan enternecidos: Dignificó a la mujer en general y erigió pedestales a las cubanas que yacían en el olvido”.

Pie de foto: Domitila García de Coronado fue Delegada de Honor al I Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en La Habana, en 1923.

FICHA TÉCNICA:

Tipo de título: Llamativo.         
Tipo de entrada: Narrativa o histórica.
Tipo de cuerpo: De bloques temáticos.  
Tipo de Cierre: De cita.

Tema: El desconocimiento de la vida y obra de la primera tipógrafa y periodista cubana, Domitila García de Coronado.

Situación problémica: Demostrar que la obra de Domitila García de Coronado permanece desconocida para la población cubana, y en especial en el gremio periodístico, a pesar de su gran valor y significado.

Objetivos colaterales: Destacar la importancia de los escritos y obras literarias de Domitila García. Dar a conocer parte de la vida de la autora y cómo influyó en su oficio como tipógrafa y periodista. Mostrar la opinión de varias personalidades del mundo intelectual para que las personas se interesen en conocerla.

Fuentes Documentales:

http://www.mujeres.co.cu

Libro Mujeres en el Periodismo, de Ana Núñez Machín.

Archivos del Centro de Estudios de la Mujer sobre Domitila García de Coronado.

Libro de Historia de Cuba.

Diccionario Biográfico Cubano.

Fuentes directas:

Aurika Rubio, editora del sitio web de la revista Mujeres. Primaria. Emite un juicio de valor.

Gladys Egües Cantero, periodista de la revista Mujeres. Primaria. Emite un juicio de valor.

Susana Revuelta, joven insertada de prácticas en el archivo de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Secundaria. Emite un juicio de valor.

Juan Marrero, Premio Nacional de Periodismo e historiador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Primaria. Emite un juicio de valor.

Max Barbosa, Armando Franco y Alejandro Rojas, estudiantes de Periodismo. Secundarios. Emiten un juicio de valor.

José Antonio Baujín, profesor de Literatura Cubana de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Experto. Emite un juicio de valor.

Patricia Motola Pedrosa, profesora de Literatura Cubana de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Experto.  Emite un juicio de valor.

Soportes:

Hecho: Domitila García de Coronado no es conocida por la población cubana ni por el gremio periodístico.

Antecedentes: A pesar de que en su época Domitila García de Coronado se destacó por ser pionera en la tipografía y el periodismo en nuestro país, y por ello recibió diversos reconocimientos, su obra ha sido olvidada.

Contexto: La vida y obra de Domitila García de Coronado es poco investigada y divulgada en la actualidad. Esto conlleva a que los cubanos no la conozcan.

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