DOS TEATROS, UN NOMBRE
El Campoamor, emblemática institución de las artes escénicas en la etapa neocolonial cubana, hoy no es solo símbolo del abandono, sino también un peligro para la vida humana.
Texto y foto:
DANIELA HERNÁNDEZ GARI,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La fachada se halla en estado ruinoso por el paso del tiempo y la desidia de los hombres.Las ventanas selladas con tablones de madera y cubos de basura obstruyen el paso de lo que fuera la entrada principal del teatro Campoamor. Ha trascurrido medio siglo desde la clausura y el olvido de uno de los más emblemáticos escenarios de la capital cubana durante la neocolonia y el tiempo ha sabido aprovechar para sumirlo en total abandono.
Limbania Torres Simón, Máster en Historia del Arte e integrante de la dirección del Proyecto Plan Maestro de la Oficina del Historiador, señaló que el edificio está incluido en el programa de restauración, pero aún no existe fecha para acometerse.
Ante la imprecisión, se entrevistó a la ingeniera civil Johana Aedo Gutiérrez, directora de Inversiones de la Oficina del Historiador, quien aseguró que el teatro integrará las obras solo en el 2030, con un monto cercano a los 20 millones en moneda total, del cual un 30 por ciento será en divisa de no existir la unificación de la moneda.
Según el libro 500 años de Construcciones en Cuba, del licenciado Juan de la Cuevas Toraya, el primer Campoamor de La Habana fue construido en 1915 en la calle San Rafael, lugar donde estuvo el teatro Albisu desde 1870, máximo exponente del estilo lírico de la zarzuela española.
El texto refiere que en 1918 un incendio destruyó el Centro Asturiano, también ubicado en San Rafael. La sociedad española decidió demoler la manzana y en su lugar construir un lujoso palacio. En esta acción quedó destruido el Campoamor, incluido en el área.
Tres años después de estos sucesos, el 20 de octubre de1921 quedó inaugurado el Teatro Capitolio, en Industria y San José. La construcción estuvo a cargo de la sociedad Santos y Artigas, que invirtió 300 mil pesos en la obra, según explica Enrique Agüero Hidalgo, historiador del cine cubano, en el artículo publicado en la revista Cinema, 1925.
Una nota editorial aparece en esa publicación el 17 de enero de 1925, anunciando que el teatro Capitolio adoptaría el nombre de Campoamor, para trasladar el espíritu de un coliseo cultural a otro, manteniendo las tandas habituales de teatro y cine. Quedó inaugurado el 26 del propio mes con el filme El ídolo de las mujeres, de John Barrymore, y la actuación de la orquesta dirigida por el maestro Gonzalo Roig.
En las páginas de Arquitectura cubana. Metamorfosis, pensamiento y crítica, aparece una crónica de Miguel Barnet donde rememora, como fiel espectador de este teatro capitalino, las actuaciones de Eusebia Cosme, Berta Singermann, Lola Flores e Imperio Argentina, entre otras grandes figuras de la época.
"El edificio se encuentra en pésimas condiciones desde su cierre en 1965. Recuerdo ver en las carteleras a personalidades como Jorge Negrete, Hugo Carril, Pedro Vargas y Libertad Lamarque. Ruinas es lo que queda de una gloria pasada, pero estoy seguro que existe interés en su reparación", declaró José Cabo Quintana, quien ha vivido desde 1938 frente al Campoamor.
Adys Govea Isaac, amante del teatro vernáculo, visitó el Campoamor cinco años antes de su cierre para disfrutar de los espectáculos de Candita Quintana, los hermanos Álvarez Guédez y Pototo y Filomeno. Comentó que en esa fecha, aunque conservaba una magnífica acústica y mantenía una alta reputación por el elenco de artistas que intervenían en las funciones, el teatro mostraba ya cierto grado de deterioro.
"Mi yerno murió dentro del teatro mientras recogía escombros, cuando una viga le cayó encima. Él no fue la única víctima, varias personas han muerto a causa de los derrumbes, principalmente aquellos que viven dentro del edificio, pues no tienen a donde ir", aseguró Dora Miraval Cordero, residente desde 1975 en una de las viviendas colindantes al Campoamor.
María del Carmen Pérez, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de La Habana, perteneciente al Ministerio de Cultura, refirió que según los archivos de la institución, el teatro Campoamor aparece inventariado como una construcción civil con grado de protección 1, que cerró sus puertas en el año 1965 por problemas constructivos.
En reciente entrevista concedida a la periodista Cristina Escobar para el canal Telesur, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, manifestó que el proyecto de rehabilitación comprende al teatro Campoamor, ícono de la cultura cubana. Precisó que una vez terminada la Manzana de Gómez y sus alrededores, La Habana renacerá.
"¡Teatro Campoamor, no dejes que lo que queda de ti caiga estrepitosamente al suelo! ¡Yérguete como lo que fuiste, un coloso de la comedia y el vodevil, de la zarzuela y la opereta, del vernáculo y de las ensaladillas humorísticas¡ ¡Que como en el pasaje de Elías del Antiguo Testamento surjas de tus huesos hoy secos y de tus cenizas!", escribió Miguel Barnet en sus crónicas.
Pie de fotos: 1-En esta imagen se muestra el esplendor arquitectónico del teatro Campoamor (Facilitada por la Fototeca de la Biblioteca de San Gerónimo, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana); 2- Desde 1965, el teatro está abandonado y ha tenido varios derrumbes.
Ficha técnica:
Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: De ambiente.
Tipo de nota interpretativa: Retrospectiva-Explicativa.
Tema: El teatro Campoamor, una vez símbolo de las artes escénicas y la cinematografía, tanto internacional como nacional, en la actualidades un edificio en peligro de derrumbe que amenaza la vida humana.
Situación problémica: La edificación se encuentra en un estado tan deplorable que ha causado con el pasar de los años varios accidentes que han ocasionado la pérdida de la vida humana.
Objetivos colaterales: Rescatar la memoria de uno de los teatros más importantes de La Habana y la necesidad de su inmediata reparación.
Estrategia de fuentes:
Tipo de fuentes: Documentales y no documentales, tradicionales, transitorias, primarias, directas e indirectas.
Documentales:
De la Cuevas Toraya, Juan. 500 años de Construcciones en Cuba. Ediciones Chavin. La Habana. 2001.
Agüero Hidalgo, Enrique. “Cuando el teatro Capitolio se le cambió el nombre por el de Campoamor”. Revista Cinema. La Habana. Enero de 1925.
Colectivo de autores. Nota editorial. Revista Cinema. La Habana.17 de enero de 1925.
Colectivo de autores. Arquitectura cubana. Metamorfosis, pensamiento y crítica. Ediciones Artecubano. La Habana. Julio del 2002.
Entrevista realizada por la periodista Cristina Escobar al Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad. Trasmitida por Telesur el 4 de julio del 2015.
Directas:
Limbania Torres Simón, Máster en Historia del Arte e integrante de la dirección del Proyecto del Plan Maestro de la Oficina del Historiador. Tipo de fuente: Oficial. Tipo de juicio: Valor.
Johana Aedo Gutiérrez, ingeniera civil y directora de Inversiones de la Oficina del Historiador.Tipo de fuente: Oficial. Tipo de juicio: Valor y Analítico.
José Cabo Quintana, quien ha vivido desde 1938 frente al Campoamor. Tipo de fuente: Testigo. Tipo de juicio: Valor.
Adys Govea Isaac, amante del teatro vernáculo, visitó el Campoamor cinco años antes de su cierre, en 1965. Tipo de fuente: Testigo. Tipo de juicio: Valor.
Dora Miraval Cordero, residente desde 1975 en una de las viviendas colindantes al Campoamor. Tipo de fuente: Testigo. Tipo de juicio: Valor.
María del Carmen Pérez, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de La Habana, perteneciente al Ministerio de Cultura.Tipo de fuente: Oficial. Tipo de juicio: Valor.
Soportes:
Hecho: 50 años de la clausura y posterior abandono del teatro Campoamor.
Antecedentes: El teatro ha sido víctima del abandono y el paso del tiempo, por lo que ha sufrido varios derrumbes que han costado vidas humanas.
Contexto: Desde su clausura y abandono en 1965, el teatro ha sufrido varios derrumbes y se encuentra en un estado precario, sin embargo, su rehabilitación no ha sido prevista hasta el año 2030.
Situaciones colaterales que también pudieran incidir: Abandono total del edificio al paso del tiempo.
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