PENSAMIENTO O CONSUMO: AHÍ ESTÁ EL PROBLEMA
Después de concluida su etapa capitalina, la XXV Feria Internacional del Libro continúa su periplo por el resto del país.
Texto y fotos:
ERNESTO EIMIL REIGOSA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La XXV Feria Internacional del Libro, celebrada en La Habana del 11 al 21 de febrero (2016), prolongará su estadía en establecimientos culturales cubanos hasta el 24 de abril, con el objetivo de llevar por todo el territorio nacional las propuestas de editoriales cubanas y foráneas.
En el Pabellón de Uruguay se realizó el coloquio “Literatura de consumo y de pensamiento: equívocos y desafíos”, panel moderado por Rafael Grillo, periodista de El caimán barbudo, y que contó con la participación de Susana Haug Morales, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, y del escritor uruguayo Rafael Courtoisie, autor de títulos como Santo Remedio o El mar rojo.
Los expertos, en plática mantenida con el público asistente, acordaron que es difícil marcar líneas de división para definir lo que es calidad y lo que no, pudiendo establecer diferencias en cuanto a parámetros como la complejidad, densidad y penitencia significativas. “Habría que preguntarse también qué entendemos como retórica de consumo, Gutenberg inventó la imprenta para que se consumiera literatura, no para que estuviera empolvada”, afirmó Haug Morales.
“Es necesario agradecer a títulos comerciales, dígase Harry Potter o El código Da Vinci, que muchas personas se acerquen al fascinante mundo de los libros; mas la intensa dicotomía existe en lo que se entiende por alta bibliografía y lo populista. Estamos en un momento de desafíos”, manifestó Courtoisie.
Yamila Cohen Valdés, directora de la Agencia Literaria Latinoamericana, opina que el divorcio entre la literatura como creación artística y el negocio editorial no es algo abstracto, sino concreto, que tanto el escritor como el lector pueden observar a simple vista. “Llegados a este punto surge la figura del literato no como creador, sino como engranaje importante de la cadena de producción, en cuyo ámbito los editores tradicionales han sido sustituidos por burócratas, a quienes solo les importa el libro como objeto de venta.”
“Ahora, con el auge de las redes sociales, han convencido a las masas que cualquiera puede ser escritor. Es cierto, pero de productos que se sostienen sobre la valoración malintencionada del argumento. Muchos best-sellers reafirman la existencia de algo que quizá nunca se vaya a consumir, sin embargo, los compradores guardan porque tiene la firma de un escritor de renombre”, añade.
Darián Llanes Guilarte, estudiante de Matemática de la Universidad de La Habana, afirma que entre sus preferencias están las obras detectivescas y las novelas de aventuras: “Me gustan porque ayudan a despejar y olvidar un poco las tensiones del estudio diario que conlleva una carrera como la mía. Además, estoy muy ocupado para dedicarle tiempo a “libracos” tan trabados como los de García Márquez”.
Miguel Ángel Mesa Pérez, de 19 años, expone que entre sus aficiones se encuentran los cómics estadounidenses, el manga (historietas japonesas) y las revistas de fútbol: “Soy dibujante aficionado. Leo a los grandes maestros extranjeros para aprender y empaparme de sus estilos.”
De acuerdo con un artículo científico de los autores Eric Dale y John O´Rourke titulado “Conoce a tu lector: el enfoque científico a la comprensibilidad”, publicado en el New York Heritage, el cerebro humano está capacitado para comprender de manera más diáfana textos sin gran complejidad retórica y gramatical. Escritos sencillos son beneficiados por esta cualidad.
En el estudio presentado se identificaron variables que afectan a la comprensión. El promedio del largo de las oraciones, el número de palabras difíciles, la cantidad de pronombres personales, el porcentaje de frases únicas y la frecuencia de aparición de las preposiciones son criterios por los cuales se mide el nivel de alcance comprensivo de una obra.
¿Qué pasa cuando un autor se convierte en popular, cuando surgen figuras como Leonardo Padura? El poeta y vicepresidente del Instituto Cubano del Libro, Edel Morales Fuentes, considera que no es cuestión e clasificaciones. “Existe la literatura de alta demanda capaz de entretener y enseñar al mismo tiempo con indudable valor estético. El concepto en sí es discutible para hablar de arte”, continúa Morales Fuentes antes de concluir: “En mi criterio, la literatura de calidad, como todo buen arte, no se consume al ser leída, si no que se disfruta, se incorpora, se aprecia por el lector”.
El periódico español ABC, en entrevista publicada en 2010 al escritor y miembro de la Real Academia Española de la Lengua, Arturo Pérez-Reverte, plasmaba que “la calidad literaria me importa un rábano; además quién juzga la llamada “calidad literaria”. Yo escribo para contar historias que a la gente le hacen vivir vidas que no han vivido. Pienso que la calidad literaria es que el lector devore tus páginas. Lo demás son milongas”.
Pie de fotos: 1 y 2-Imágenes como las de la Cabaña serán vistas por todo el país en los próximos meses; 3-Alberto Edel Morales Fuentes, vicepresidente del Instituto Cubano del Libro.
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