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LA MÁS PÚBLICA DE LAS CONVERSACIONES PRIVADAS

LA MÁS PÚBLICA DE LAS CONVERSACIONES PRIVADAS

Al referirse a la entrevista, Martín Alonso apunta: “El diálogo no puede llevar el sello de la verdad hasta el punto de ser una fotografía de la conversación callejera”.

MAYVELIS PARES MENÉNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La entrevista, según la periodista cubana Miriam Rodríguez Betancourt en su texto Acerca de la Entrevista Periodística, “resulta un método al que calificamos de método indagatorio (…) que se utiliza en casi todos los géneros periodísticos para la obtención de determinada información”.

El reportero no reproduce como una grabadora o una cámara de televisión, sino que representa el nexo existente entre el personaje a entrevistar y el público. No puede hacer de la entrevista una fotografía de la conversación corriente entre dos personas, como si se conocieran de siempre, debe establecer en su escritura las formalidades correctas, emplear las frases adecuadas y demostrar los propósitos mediante narraciones objetivas.

Bárbaro Rafael Hernández Acosta, profesor de la Universidad Central de Las Villas, en su escrito Otras consideraciones sobre la entrevista, comenta: “La redacción correcta de una entrevista está regida por principios tales como una minuciosa selección y discriminación de los datos, no se debe adoptar por creerlo la vía más fácil el método de preguntas y respuestas, sin examinar el carácter de la entrevista, pues un diálogo fluido es indispensable para mantener la viveza de la conversación. El periodista debe combinar la narración directa con la indirecta, empleando citas textuales y parciales, o intercalando algunos comentarios o interpretaciones y debe cuidar la repetición de palabras y frases de enlace tales como dijo, señaló, por otra parte, más adelante, etc”.

La entrevista no puede ser una repetición exacta del diálogo establecido entre el entrevistado y el entrevistador, se debe analizar si el lenguaje empleado por el entrevistado es el correcto, en dependencia del tema tratado. Algunas declaraciones deben ser revisadas antes de publicarse, y a veces se reconstruyen expresiones del entrevistado, sin adulterar lo dicho.

En ocasiones, el entrevistador debe agregar aspectos o preguntas que no dio a conocer en el transcurso de la entrevista. El periodista chileno César Contreras Manzor en su escrito La Entrevista Periodística, Intimidades de la Conversación Pública, basado en el texto de Jorge Halperín de igual nombre, afirma: “(…) cuando un párrafo de respuesta es enorme, en este caso, se debe crear una pregunta (no realizada en la entrevista) que guarde coherencia con la respuesta y que no muestre al entrevistado como omitiendo, contestando pobremente o carente de ideas.

“El entrevistador corta, sintetiza, amalgama, relaciona, recompagina, a veces hasta reconstruye cuidadosamente expresiones (obviamente sin desvirtuar la personalidad del entrevistado)”.

Sobre la escritura de la entrevista, el autor agrega: “El sujeto es descrito, retratado. Vibra a través de su ambiente, su biografía, sus detalles. Se construye de manera literaria”.

Durante la conversación pueden existir momentos en que el entrevistado reitere constantemente una idea, repita las mismas palabras para expresar algo diferente, o se desvíe del tema tratado. Estos detalles deben eliminarse en la edición, porque no son de interés para los lectores, y darían la impresión de una conversación personal, no pública.

El periodista es quien construye la nota y es responsable de lo dicho por su entrevistado. No puede publicar cualquier declaración, porque el entrevistado pudo estar presionado o en una situación delicada que lo condujo a dar esa respuesta. Esto no le quita validez a sus palabras, pero deben ser confirmadas antes de divulgarlas. Todo debe ser equilibrado, pensado, a menos que se persigan otras intensiones.

En un artículo sobre la entrevista de personalidad, Idania Pupo Freyre expresa: “Siempre hay algo que decir, pero hay que saberlo elaborar para prender al lector de principio a fin (…)”. Coincido con la autora, y considero que se debe cuidar el uso de las palabras y su sentido, porque algunas pueden propiciar interpretaciones incorrectas.

El profesor Bárbaro Rafael Hernández Acosta, plantea: “Al redactar la entrevista debe considerarse si es oportuno describir el ambiente o características del entrevistado, tratar de que los párrafos sean cortos, o combinar cortos y largos, emplear subtítulos cuando la entrevista sea extensa con el objetivo de permitirle al lector cierto descanso en la lectura del texto, vigilar el nivel del lenguaje para que esté de acuerdo con el tema y con lo expresado por la fuente y contar al lector las peripecias para conseguir la entrevista solo cuando el relato aporta algo interesante”.

Rafael Arzuaga, periodista de El Habanero, considera: “Durante el diálogo suceden una serie de acontecimientos que no se pueden plasmar en la entrevista escrita, porque no le aportan nada y no son de interés para los lectores. Cuando se vaya a escribir el texto debemos verificar que el lenguaje esté acorde con la personalidad del entrevistado y pueda ser identificado por el público”.

El reportero debe documentarse profundamente antes de llevar a cabo la entrevista. Así demostrará sus conocimientos sobre el tema abordado en el encuentro, que se verá también manifestado en el hilo conductor de la entrevista impresa.

Norberto Rivero Torres, subdirector de El Habanero, refiriéndose al tema, explica: “Cuando transcribe, el periodista no está obligado a ponerlo todo, puede  desechar cosas que no sean importantes, pero lo que escriba debe ser fiel a las palabras del entrevistado.

“Hay entrevistados a los que no se le puede omitir nada, porque todo lo que dicen es importante y relevante. Algunas frases pueden ser versionadas (en determinadas entrevistas), pero sin tergiversar la opinión de la persona.

“El reportero, tanto oral como escrito, debe establecer cierta distancia con el entrevistado, para proporcionarle credibilidad al texto. Explota sus habilidades, pero sin querer ser el centro de la conversación ni brindar opiniones que le corresponden al protagonista verdadero de la entrevista”, concluye Rivero Torres.

Lo esencial a la hora de redactar es reflejar la seriedad del diálogo para que los lectores crean en lo dicho por la personalidad entrevistada. No se debe dejar de decir la verdad, pero debemos saber tratarla para que no se vea como una simple charla.


Bibliografía:

Barceló Sosa, Sayli. A propósito de la entrevista periodística. Sitio: www.latecla.cu/bd/entrevista/. Consultado: 22/07/09.

Rodríguez Betancourt, Miriam. Acerca de la entrevista periodística. Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2005, pág.15.

Manzor Contreras, César. La Entrevista Periodística, Intimidades de la Conversación Pública, Basado en el texto de Jorge Halperín. Presentación de Power Point. Consultado: 22/07/09.

Freyre Pupo, Idania. Entrevista de personalidad: La gran dama del periodismo. Sitio: www.tvavila.icrt.cu/noticia.php?id=4152&clas. Consultado: 22/07/09.

Acosta Hernández, Bárbaro Rafael. Otras consideraciones sobre la entrevista. Sitio: www.latecla.cu/bd/entrevista/. Consultado: 22/07/09.

Periodistas entrevistados:

Rafael Arzuaga, periodista de El Habanero.

Norberto Rivero Torres, subdirector de El Habanero.


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