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Isla al Sur

LA DESTREZA DE EDUCAR

LA DESTREZA DE EDUCAR

Eloide Díaz Osoria nunca imaginó que su historia cambiaría cuando llegó a La Habana; él es de esos hombres que el trabajo diario lo ha hecho imprescindible en su labor.

YAINIER SÁNCHEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Con solo 17 años se despidió por primera vez de Holguín. Llegó a La Habana y fue a rendir tributo al líder estudiantil Julio Antonio Mella, el mismo día que erigieron su estatua frente a la bicentenaria universidad, el 9 de enero de 1964. Despertaba en él un espíritu de curiosidad por enfrentarse a las nuevas circunstancias. La vida le demostró que las grandes obras requieren de enormes sacrificios. 

Después de tantos años de vinculación al magisterio y de ofrecer su aporte en las distintas ramas desde los diferentes cargos de dirección, sigue contribuyendo con el proceso educacional cubano.

Actualmente trabaja en la dirección de asistencia del Instituto Científico Educacional (ICE). Y desde ese espacio contribuye a que el desarrollo educacional que ha adquirido Cuba se proyecte con la mayor validez posible, hacia los demás países que soliciten su participación en los distintos planes y proyectos por perfeccionar la educación.

Él vive con el orgullo de ser maestro de varias generaciones. Llevó a la práctica la máxima de nuestro Héroe Nacional: “Hombres recogerá quien siembre escuelas”.

-La Campaña de Alfabetización constituyó

un prototipo en la educación cubana,

debido a la inexperiencia de los estrenados

maestros y por las condiciones en que trabajaron.

¿En qué momento y bajo cuáles

circunstancias usted cumplió la tarea?

Participé desde mayo hasta diciembre de 1961. Alfabeticé cinco campesinos en la Sierra de Nipe, gente muy humilde. Durante el día les ayudaba a trabajar en una parcela, preparando el terreno para la siembra y después, durante la noche, les impartía clases.

Cumplí la misión con octavo grado. Cuando Cuba fue Territorio Libre de Analfabetismo ocurrió la conversión de las escuelas primarias superiores a la secundaria básica y me incorporé a la secundaria. Terminada ésta, abrió el Pedagógico en 1964.

-El matricular en el Instituto Superior Pedagógico

Enrique José Varona, ¿considera que lo estimuló

su vocación o la influencia de su familia?

En octubre de 1963 yo estudiaba Contabilidad, porque mi padre en ese entonces tenía negocios de bodegas. Pero con el ciclón Flora la escuela se desintegró y fue cuando salió la convocatoria para integrar el Pedagógico. Como siempre sentí vocación por la Matemática, me incorporé. Este hecho sucedió por una coyuntura social que ocurrió en aquella época, mi familia no influyó para nada.

El Instituto Varona convocó a los estudiantes para entrar en enero de 1964. Llegué el 9 de ese mes, porque soy holguinero del municipio Mayarí, y a los guajiros nos gusta ser puntuales. Fui de los fundadores como estudiante y recibimos las primeras clases en la Universidad de La Habana, hasta que en noviembre trasladaron  el Instituto para las áreas de lo que había sido el cuartel general Columbia. En el primer semestre del segundo año de la carrera fui seleccionado alumno ayudante de Matemática y comencé a impartir clases en el Politécnico Héroes de Yaguajay.

-El surgimiento del Destacamento Pedagógico

Manuel Ascunce Domenech significó un hito

en el desarrollo de la educación pedagógica en Cuba.

¿Cómo lo valora desde el punto de vista profesional?

Los mejores años de mi vida. Desde el punto de vista humano, social y profesional. Por lo que ahí se logró, la dedicación con que trabajamos con los jóvenes, la entrega y disposición a luchar por el bien de la educación en Cuba.

Si al principio existía un Pedagógico, ahora hay uno en cada municipio del país, es una muestra del desarrollo educacional tan amplio que fuimos capaces de alcanzar. Si nos remontamos antes del triunfo de la Revolución, existían solo tres universidades, la de Oriente, Las Villas y la de La Habana. La educación dio saltos cualitativos y cuantitativos espectaculares debido al empeño de nuestros educadores de convertir cada rincón en escuela.

-El Destacamento Internacionalista Ernesto

Che Guevara extendió  la solidaridad en materia

educacional de la Revolución a otras naciones,

y con ella, las primeras experiencias.

¿Cuál fue su participación?

Cuando se creó este destacamento en el año 1977, yo era director de la filial pedagógica que existía en Güira de Melena. En el momento que emergió la convocatoria, por la dirección del Instituto Varona, el rector que estaba en ese momento, Ramón Rodríguez, me designó director de la organización y preparación de los compañeros que irían a formar parte del contingente.

Salí de la filial a dirigir las escuelas en la zona de Güines y San Nicolás de Bari, para preparar a los muchachos que fueron para Angola. Terminada la preparación, que se inició desde fines de octubre hasta los primeros días de febrero, salí con el destacamento como profesor guía, me ubicaron en Luanda al frente del grupo mayor, con 291 educadores. Estuve allí aproximadamente hasta abril o mayo del año 1979.

-Algunos países de nuestra región se pronuncian

por esta fecha libres de analfabetismo.

¿Ha sido necesaria la presencia de

Cuba para construir esas realidades?

Indiscutiblemente la presencia de Cuba en otras naciones es debido al atraso educacional imperante en esas regiones. Los profesionales cubanos constituyen un bloque importante en la elevación del nivel educativo y, en particular, para suprimir las secuelas del neoliberalismo. Contribuimos al perfeccionamiento de los planes para el mejoramiento de la educación en países como Venezuela, Bolivia, y otros del sur y centroamérica, mediante los distintos convenios existentes.

-El Instituto, junto a su claustro, ha formado

varias generaciones, tanto en el aspecto

profesional como humano.

¿Considera que el Pedagógico Varona

es referente relevante en su vida?

El Varona fue y es, aunque laboralmente no estoy vinculado ahora, mi segunda casa. Mis compañeros caminaron de la mano de los hermanos ausentes y durante el tiempo que estuve como becado, puedo decir que no hubo diferencias en el afecto entre mi familia y el Instituto.

-¿Cómo evalúa el desarrollo alcanzado

por la educación en  Cuba?

Ha estado sometida a un proceso de perfeccionamiento continuo, no solo en los métodos, sino en la organización. En cada momento y a cada generación le correspondieron en ese perfeccionamiento tareas diferentes. Puedo afirmar que hoy la educación y los métodos cubanos se van acrecentando  por el camino indicado a través de diferentes transformaciones.

-¿En ese camino de las transformaciones

el surgimiento y desarrollo de los

Profesores Generales Integrales (PGI)

es la estrategia correcta?

Los PGI constituyen un salto en la educación. Cada época tuvo sus vías para resolver de la manera más acertada los problemas relativos a la necesidad de maestros. Categóricamente la puesta en escena de los PGI es la solución ideal, para el déficit que enfrenta la escuela cubana.

El objetivo es que el profesor conozca la vida y los problemas de cada estudiante y llegue a familiarizarse, esto influye decisivamente en el desarrollo del docente y lo puede orientar de la forma más adecuada posible. Para ello fue indispensable la solución adoptada.

-¿Opina usted que el Varona,

por el trabajo realizado y la fuente

inagotable de conocimientos e ideas,

constituye hoy centro rector de la

educación pedagógica en nuestro país?

Sin chovinismo por ser fundador, el papel rector de la actividad educacional en nuestro país la desarrolla el Pedagógico Varona. No podemos dejar de reconocer el mérito extraordinario de otros centros como los de Camagüey, Santiago de Cuba y Villa Clara. Indiscutiblemente el cómo se organizó, la labor realizada en él, su admirable equipo de profesores y los sacrificados cuadros de dirección, permiten que nuestro Pedagógico sea la estrella de la formación educativa que viene desarrollando nuestra nación.

-A usted le correspondió la Vicerrectoría Económica

del Varona en los años más cruciales del Periodo

Especial. ¿Considera que tomó medidas correctas?

Fui vicerrector económico desde mediados de 1993 hasta 1998. El Periodo Especial fue una prueba fuerte para el pueblo en general y para quienes ocupábamos cargos de dirección. La labor que realicé estaba dirigida a dar destino óptimo a los recursos que disponíamos. Todo se controlaba meticulosamente, el uso racional de las finanzas, del transporte. Definitivamente ello repercutió para un mayor beneficio en la labor docente que se ejecutaba.

-¿Se siente orgulloso y responsable de que hoy

Cuba le agradezca a usted el aporte de un

hombre que ha consagrado  su vida a la educación?

Con modestia me consagré a la educación desde que tenía 17 años. Ya tengo 62 “abriles” y sigo trabajando porque física e intelectualmente me siento con posibilidades de continuar aportando. Pienso en el día que no esté vinculado a la  educación dejaré de ser yo mismo; por tanto, sigo en la trinchera hasta que mis capacidades me lo permitan.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo Central: Dar a conocer a través de esta entrevista la trayectoria de Eloide Díaz Osoria, como profesional y como ser humano. Destacar su participación en momentos trascendentales de la educación.

Objetivos colaterales: Conocer cómo se inició en el magisterio. Cómo y dónde desarrolló su labor. A qué se dedica actualmente. Algunas opiniones acerca del proceso educacional cubano.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.
Por su forma: Clásica.
Por su contenido: De personalidad y opinión.
Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: Evocativa o retrospectiva.
Tipo de cuerpo: Clásico (preguntas directas, informativas, abiertas y cerradas)
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Fuentes consultadas: Entrevistado. No documental.


 

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