UN SOLO DÍA DE GRACIA PARA EL ORDOÑEZ

Durante la guerra hispano-cubana-norteamericana, los españoles contaron con el obús O.H.S. modelo 1892, el artefacto más temible de la época por su moderna técnica en artillería.

DAVID DELGADO SECO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Foto: Valores turísticos y patrimoniales del Hotel Nacional, Archivos de la Oficina del Historiador.

Mucho ruido para pocas nueces. Una de las armas más potente de finales del siglo XIX,el obús Díaz-Ordoñez de calibre 305 milímetros, fue utilizado en una sola ocasión, el 13 de junio de 1898, con el objetivo de defender La Habana de los yanquis desde la Batería de Santa Clara, actual Hotel Nacional de Cuba, y hoy reposa expuesto en sus jardines.

Según expone el catálogo artillero del ejército español de 1867 a 1901, el obús O.H.S. modelo 1892, tenía un sector vertical de cinco a 68 grados, alcance de 9 780 metros, disparaba un proyectil de 38 kilogramos a 511 metros por segundos con una carga de pólvora de 120 kilogramos, y su poder de penetración, a 2 000 metros, era de 45 centímetros contra hierro forjado.

El precio del Ordóñez, por ser de producción española, era de 51 000 pesetas, compitiendo con las 142 000 que costaba el Armstrong de 305 milímetros, o las 266 000 del Krupp alemán con el mismo calibre, pero de inferior calidad. Incluido cañón, montaje y 100 proyectiles, el coste total del arma era de 144 000 pesetas.

Ayleen Ortiz Concepción, historiadora del Hotel Nacional de Cuba, refirió que La Habana, más protegida que otras de las colonias españolas e incluso mejor que varios castillos ibéricos, era objetivo de los invasoresy para eso pusieron a disposición todos sus buques.

La Batería de Santa Clara contó dentro de su arsenal con dos cañones Díaz-Ordoñez y, cuando navíos estadounidenses se aproximaron a la costa en junio de 1898, se produjo el único intercambio de fuego donde se utilizó esta arma y logró destruir el buque Montgomery, provocando la retirada de los norteamericanos, agregó.

“El 305 milímetros fue de los primeros obuses estriados y de retrocarga, al tiempo que permitía el control de la distancia y velocidad del tiro. Solo requería de 11 hombres para su utilización. Estuvo diseñado por Juan Manuel Ordóñez, ingeniero militar español que por sus progresos técnicos aplicados a la artillería, adquirió relevancia en el siglo XIX”, expuso Jesús Cabrera Argüelles, investigador de la Oficina del Historiador de La Habana y experto en balística.

José Antonio Monroe, investigador del Sitio Histórico Nacional de San Juan, Puerto Rico, explicó vía Facebook que varios cañones procedentes de fortalezas en Cuba fueron mercantilizados después  de la firma del Tratado de Paris. Esta joya fue llevada al Castillo San Felipe del Morro, con el fin de reforzar la ciudad de San Juan, y formó parte del complejo militar Fort Brooke, donde permaneció hasta 1930.

Ayleen Ortiz, explicó que Gerardo Machado para la inauguración del Hotel, en 1930, quiso recuperar la identidad del lugar y el gobierno pagó la suma de 2 000 dólares para rescatar el cañón que es hoy uno de los mayores atractivos de los jardines de esta instalación.

El estudio Artillería de Retrocarga en el Ejército, de Joaquín de La Llave, revela que los Ordoñez dieron paso a la creación del tipo de cañón que existe en la actualidad, la mayoría de las piezas artilleras modernas son mixtas cañón obús, permitiendo actuar tanto en tiro directo como indirecto. En la Segunda Guerra Mundial el remolcado de 105 milímetros M2A1, heredero de esta técnica, fue probablemente el arma más eficaz del ejército estadounidense en la contienda.

Pie de foto: El Ordoñez, con 11 metros de largo y 4.6 toneladas de peso, fue el cañón más poderoso de la década de 1890.

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