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Isla al Sur

Fotorreportajes-Trabajos docentes

¡COHETES EN LA HABANA!

¡COHETES EN LA HABANA!

Texto y fotos:

LUIS ANTONIO GÓMEZ PÉREZ,
estudiante de segundo año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
  
Varias decenas de cohetes despegaron este sábado desde plataformas preparadas en el estadio universitario de La Habana.

La Cátedra de Cultura Científica Félix Varela de la Universidad de La Habana, en conmemoración del aniversario 30 del vuelo al cosmos de Arnaldo Tamayo, organizó para los niños de la capital un festival de lanzamientos de ¡cohetes propulsados por aire o agua!

Como parte de las actividades, junto a los artefactos voladores se elevaron al cielo del estadio cometas y piñatas aéreas de las cuales descendieron caramelos paracaidistas; además, una sección de la pista se cubrió con dibujos relacionados con la ciencia y el cuidado del medio ambiente.

Para el próximo año la Cátedra de Cultura Científica, en coordinación con las Brigadas Técnicas Juveniles y otras organizaciones, planea repetir la jornada de despegues espaciales para celebrar la hazaña del primer cosmonauta latinoamericano.


 

FINALMENTE LLOVIÓ EN LA HABANA

FINALMENTE LLOVIÓ EN LA HABANA

Texto y fotos:
DAVID VÁZQUEZ ABELLA,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Lo voy a contar rápido y simple, sin muchas metáforas o revuelos poéticos. Ayer llovió en La Habana. Finalmente la amenaza se cumplió y por más de una hora vi caer agua en mi casa. Sin pensarlo dos veces agarré la cámara y tomé las primeras fotos. Una gota aquí, otra allí, otra en mi cabeza. “Si se moja la cámara, Rosa me mata”, pensé mientras corría a buscar una toalla para protegerla. Seguí en busca de las gotas, en una hoja, en el piso rojo, en el techo de la casa de al lado, no, esas no, el zoom del lente no llega.

Mi mamá estaba corriendo con las macetas de un lado a otro y ni me preguntó qué hacía con una cámara envuelta en toalla debajo del agua, descalzo y sin pullover. Por un momento temí que resbalara en el suelo mojado, pero no se lo dije, no puedo distraerla, no sabemos cuánto durará el aguacero.

Tal y como estaba salí en busca de otros ángulos y otras gotas, siempre primeros planos, me gustan más y solo así logro que se vea bien la lluvia. Cada gota de agua es una historia. La próxima vez que esté en un aguacero, si ya se mojó, si ya llega tarde a su destino y si recuerda este trabajo fíjese en una partícula de agua, en solo una, cualquiera, y notará que después de caer se mueve o se queda estática en espera de otra gota que la mueva.

En ocasiones las gotas se unen y forman un chorrito o un charco. Ahora imagine lo que sucede con cada una que cae a su alrededor. Eso intenté, por supuesto, no pude ni ver o fotografiar casi nada, son demasiadas, pobre de mí.

Finalmente salió el sol y no lo digo como algo redundante u obvio, eran más de las 7 de la tarde y, sin embargo, el sol se reflejó en cada una de las miles de pequeñas partículas de agua. Ahora solo espero que llueva nuevamente, no para tomar fotos, sino para bañarme sin preocupaciones.

 

UNA ESQUINA CALIENTE EN LA HABANA

UNA ESQUINA CALIENTE EN LA HABANA

Texto y fotos:
LUIS ANTONIO GÓMEZ PÉREZ,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Por un instante pensé que a mi alrededor se había iniciado una pelea: de repente jóvenes, adultos y ancianos se habían liado en medio de gritos, ofensas, gestos rápidos y rostros amenazantes.

Asustado, puse tierra de por medio entre mi cámara y el gentío, por si las moscas, e intenté descubrir la razón del alboroto. Fue en eso cuando sentí una mano posándose en mi hombro al mismo tiempo que una voz ronca decía:

-Tranquilo, mi chama*, es que ya empezó la pelota.

Tras un par de meses de receso, el béisbol en Cuba comenzó nuevamente y con él, las discusiones de los fanáticos de todo el país en las distintas peñas deportivas, incluida la del Parque Central en el municipio de Centro Habana.

Esta peña es una de las más acaloradas de la capital, en ella se reúnen seguidores de todos los equipos para polemizar sobre el desempeño de los distintos conjuntos y de los jugadores activos y retirados.

“La primera vez que vine pensé que nos íbamos a ir a los puños, pues los gritos cada vez eran más, por suerte no pasó nada, en realidad nunca sucede nada grave. Ahora siempre que tengo un chance en el trabajo me doy una vuelta por aquí para hablar de lo que me gusta: la pelota”, confiesa Juan Carlos González.

En Cuba el “bichito del béisbol” pica a muchísima gente, no en balde es frecuente escuchar aquello que en el país hay 11 millones de árbitros y entrenadores que, como lo prueban los del Parque Central, defienden su opinión con uñas y dientes.

Por lo general, los que van a la peña nunca se ponen de acuerdo, cada quien quiere imponer su criterio y por eso es frecuente ver caras de pocos amigos por doquier, aunque a muchos parece no importarles demasiado.

“En lo que a mi respecta, no me molesta la discusión por muy acalorada que esté, al final, todos queremos lo mismo: que gane el deporte”, dice Juan Carlos antes de alejarse hacia el gentío vociferando: “OYEEE, YA TE DIJE QUE INDUSTRIALES…”

* En Cuba se utiliza chama o chamaco para referirse a los niños o jóvenes.

Pie de foto: Debido a la frecuencia de las discusiones beisboleras a lo largo del país, es común escuchar en la calle aquello de que en Cuba hay 11 millones de árbitros y entrenadores.

LA ESPERANZA DE CUBA, DEL MUNDO

LA ESPERANZA DE CUBA, DEL MUNDO

LUIS A. GÓMEZ y NELSON G. BREIJO,
estudiantes de segundo año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Nadie ha logrado aún burlar el paso del tiempo. Los años llegan unos tras otros en una fila interminable y, cuando nos damos cuenta, llevamos en las espaldas un montón de vivencias que nos moldea. Para muchos, los recuerdos de la niñez son los más alegres y despreocupados.

Es en esta etapa cuando comienzan a formarse la personalidad y el carácter, cuando aparecen las primeras luces de esas potencialidades que nos acompañarán toda la vida. Tanto a nivel de familia como de gobierno, en Cuba son visibles los esfuerzos para garantizar al menos las condiciones indispensables que requiere el desarrollo pleno en las edades tempranas. Para los niños se trabaja porque, como dijera José Martí, con ellos crece la esperanza del mundo.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)  ha destacado en reiteradas ocasiones que los índices conseguidos por esta ínsula en la protección de la niñez son los mejores de América Latina y el Caribe,  equiparables con lo alcanzado en los países altamente desarrollados.

A pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo estadounidense a la Isla, y los efectos de la crisis económica, en todo el archipiélago constituye una prioridad garantizar el desarrollo de la infancia en temas tan esenciales como la educación formal, la cultura ambiental, la conciencia económica y la recreación sana y útil.

Gracias al esfuerzo de cada cubano y la voluntad política del gobierno, hoy no se conocen en la Isla fenómenos que laceran el desarrollo de la infancia en otras latitudes. La prostitución, el tráfico de menores, la pornografía infantil, las redes internacionales de pedofilia y otras tantas aberraciones apenas perviven en la memoria de los más viejos como oscuros recuerdos de otras épocas. En el país actualmente se conoce de ellas, sobre todo, por los contenidos que difunden los medios acerca de otras regiones.

Los códigos de la Niñez, la Juventud y la Familia figuran en la Constitución de la República como instrumentos rectores en la protección de los derechos de la infancia. Bajo su égida se diseñan, ejecutan y evalúan constantemente políticas sociales y programas para perfilar el desarrollo en los primeros años de vida.

Si bien el camino hacia la satisfacción de las necesidades y el aumento del nivel de vida de la población en general constituye un reto constante para la Isla, basta desandar un par de calles para comenzar a entender la magnitud de los logros de este país en la protección de las niñas y los niños.

En cualquier lugar, ya sea un improvisado terreno de pelota, una escuela o parque, puede verse a estos «príncipes enanos» en su peculiar ajetreo. Algunos exhiben una carcajada desbordada de inocencia y otros dejan ver la picardía de quien planea una pequeña trastada, en los más serios, quizás pueda adivinarse algún futuro científico.

TODA LA CIUDAD PARA INDUSTRIALES

TODA LA CIUDAD PARA INDUSTRIALES

Este trabajo obtuvo Mención en la categoría de Fotorreportaje, en el Forum Estudiantil de la Facultad de Comunicación, edición del 2011.

Texto y fotos:
DAVID VÁZQUEZ ABELLA, ALBA LEÓN Y RAFAEL GONZÁLEZ ESCALONA,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Nadie ofenda a Villa Clara ni hablen de las naranjas, caballero, aquí todas las palabras y la ciudad son para Industriales”, así lo gritaba un aficionado en medio de la fiesta callejera en que se convirtió la espera del equipo campeón del béisbol cubano. Una marea azul inundó Prado, 23, Calzada de 10 de Octubre y otras arterias de la ciudad, paralizó el tránsito e imposibilitó en ocasiones el paso de la caravana.

Nuevos altares para otros dioses: “Para los peloteros y naranjas que en paz descansen”, como dijo el barbero de la calle Habana. Carteles, conga, leones, ron, cerveza, cornetas y hasta una boda desfilaron en una de las celebraciones más concurridas de la historia del Deporte Nacional Cubano.

 

UNA “PELEA” QUE SE BAILA EN LA HABANA

UNA “PELEA” QUE SE BAILA EN LA HABANA

Este trabajo obtuvo el Segundo Premio en la categoría de Fotorreportaje, en el Forum Estudiantil de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, edición del 2011.

Texto y fotos:
LUIS ANTONIO GÓMEZ PÉREZ,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Hacer deportes es una buena forma de emplear el tiempo libre, muchos son quienes en las horas de ocio asisten a un gimnasio o juegan fútbol o béisbol. También por estos días es frecuente tropezarse en cualquier parque o esquina con grupos más “alternativos” que se reúnen para aprender pasos de modernos bailes o fortalecer el cuerpo y el espíritu practicando artes marciales.

Días atrás encontré uno de estos grupos en el parque Máximo Gómez, cerca del Túnel de La Habana y, a primera vista, me resultó difícil precisar si bailaban o combatían. Aunque había oído hablar con anterioridad sobre la Capoeira, estilo de lucha mezcla de danza y de arte marcial, no imaginaba que también se practicaba en Cuba. Decidí volver, pero esta vez cámara en mano.

La escuela del profe Chocolate no es el único lugar en La Habana para aprender esta modalidad de pelea, existen varios profesores en otros municipios de la capital y muchas veces se ponen de acuerdo para realizar encuentros entre sus estudiantes. Por lo general, cada sábado varios capoeristas se reúnen en las inmediaciones del Capitolio para poner en práctica sus habilidades.

La Capoeira fue introducida en América por los prisioneros negros procedentes de África que los europeos trajeron a sus colonias en el nuevo mundo. Una vez aquí, los esclavos perfeccionaron un estilo de lucha que, disimulado tras la música y el canto, hiciera creer a sus amos que solo se trataba de una danza ritual. Hoy la Capoeira se considera un arte marcial afro-brasilero, pues fue en esta región donde mayor desarrollo alcanzó y donde más se practica en la actualidad.

Según Chocolate, sus estudiantes no solo aprenden los movimientos y posiciones de ataque y defensa, también deben dominar la historia de la Capoeira y conocer los cantos con que se acompaña la roda, especie de círculo en cuyo centro dos o más capoeiristas realizan el juego. Con el tiempo, algunos hasta aprenden a tocar el berimbau, instrumento musical que marca el ritmo de las peleas y estimula a los participantes.

Pie de fotos: Capoeira no es solo un deporte o un arte marcial, también es una manera de hacer buenos amigos.

 

 

LAS GALERÍAS DE SANTO TOMÁS

LAS GALERÍAS DE SANTO TOMÁS

Este trabajo obtuvo el Primer Premio en la categoría de Fotorreportaje, en el Forum Estudiantil de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, año 2011.

Texto y fotos:
JAVIER MONTENEGRO NARANJO,
estudiante de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La Gran Caverna de Santo Tomás es una de las cuevas más bellas de Cuba, no solo por sus más de 45 kilómetros de galerías, también por los tesoros que posee en su interior. A pesar del deterioro que ha sufrido con el paso de los años y el descuido de sus visitantes, la gruta conserva hermosas formaciones como las helictitas.

Explorada por primera vez en 1954 por el Doctor Antonio Núñez Jiménez, en esta caverna se constituye la Escuela Nacional de Espeleología en 1984 y desde entonces es la base de estudios de los espeleólogos cubanos.

 

ZAPATOS TOCANDO EL CIELO

ZAPATOS TOCANDO EL CIELO

Texto y fotos:
CAROLINA GARCÍA Y FIDEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ,
estudiantes de tercer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Si usted ha sido transeúnte de varias ciudades del mundo recordará una imagen común de las grandes urbes: zapatos que tocan el cielo colgados del tendido eléctrico. 

En Ciudad de La Habana, para preocupación de los responsables de las líneas eléctricas, aparecen desde hace algunos años zapatos viejos amarrados por sus cordones. Amontonados o solitarios, como si fueran los aretes  exóticos de la ciudad, esconden entre sus huecos y sus ojales las incógnitas de su propósito y  origen.

Y es que tras los zapatos colgantes parecen estar las manos anónimas de todo el mundo. Algunos foros en Internet proponen su origen en los barrios marginales, asociados al básquet e incluso al consumo de drogas. Sin embargo, la práctica de lanzarlos hacia los cables eléctricos parece haber trascendido el mito de lo marginal y llega hasta las calles más céntricas, como si los “autores” del lanzamiento quisieran adornar lo que fue diseñado antes en la urbanidad.

En la película norteamericana “La cola que mueve al perro”, los protagonistas, Robert de Niro y Dustin Hofmman, detienen la limosina en que viajan y lanzan unas botas viejas hacia el tendido eléctrico para simular apoyo popular a una campaña mediática que diseñaban. Algunas marcas de tenis deportivos han aprovechado también este suceso como imagen publicitaria.

¿Por qué se ha convertido esta en  una práctica común? Quizás en el misterio esté la magia, pero hay quien lo hace por motivos más simples. Para Yoandri, un niño habanero, lanzar los zapatos es como guardar un recuerdo. La interrogante sigue abierta, puede que hasta los zapatos sueñen con tocar el cielo.