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Isla al Sur

Periodismo Retrospectivo-Trabajos docentes

ANA BETANCOURT: ENCASILLADA EN LA HISTORIA

ANA BETANCOURT: ENCASILLADA EN LA HISTORIA

Distinguida por presentar la primera demanda de los derechos civiles de las féminas en Cuba, hoy poco se analizan los motivos que la llevaron a ello, y facetas de la insurrecta quedan opacadas por la sombra de la Asamblea de Guáimaro.

INDIRA HERNÁNDEZ ALONSO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

A 185 años de su nacimiento el 14 de febrero de 1832, Ana María Betancourt Agramonte permanece náufraga en el instante histórico de la Asamblea de Guáimaro, cuando envió la carta —leída por Ignacio Agramonte, secretario de la Cámara— en defensa de las féminas cubanas, donde exigía renunciar al “rincón oscuro y tranquilo del hogar”.

El 14 de abril de 1869 en la misiva planteó que en la nueva República era hora de justa igualdad. Al caer la noche, en un mitin en la plaza, una voz se alzó: “Ciudadanos, habéis destruido la esclavitud del color emancipando al siervo. ¡Llegó el momento de libertar a la mujer!"

“La espartana de origen acaudalado chocó con su siglo como pionera del feminismo continental, pero también resistió prisión, amenaza de fusilamiento y el vía crucis en el destierro”, afirmó la investigadora auxiliar del Instituto de Historia de Cuba, Alicia Conde Rodríguez.

En sus apuntes bibliográficos, el independentista Salvador Cisneros Betancourt describió a la moza camagüeyana como elegante y culta, “no solo por las prendas con que la naturaleza la adornaba, sino por el fino y amable trato social”, y por ello requería un semejante: el patriota y hacendado Ignacio Mora, con quien en 1854 se casó, precisó.

La periodista y autora de la biografía sobre la criolla, de título en alusión a su nombre, Nydia Sarabia Hernández, aseguró que “si bien no tuvieron hijos, en la igualdad de derechos conyugales Mora la convirtió en una joven instruida; la mujer más interesante de la Guerra de los Diez Años, pues parece un caso único en América Latina”.

A su vez, la vicepresidenta primera de la Unión de Historiadores de Cuba, Elda Cento Gómez, subrayó cómo ese matrimonio no resultaba nada común, al compartir Mora con la insurrecta sus conocimientos intelectuales, enseñándola, incluso, a hablar francés e inglés.

La intervención de la patriota, a juicio de la historiadora, no se produjo de la espontaneidad, devino de una incorporación de voces femeninas a la cultura de Puerto Príncipe, famoso por sus damas. “No obstante, las palabras quedaron al viento porque los textos constitucionales mambises excluyeron el derecho de la mujer a ser ciudadana”, refirió.

Ana Betancourt vivió en un patriarcado cuyas señoras, imposibilitadas de cultivarse a la par de los hombres, se dedicaban solo al hogar. El escritor cubano Castor Hierro y Mármol en su libro, La dignidad de la mujer. Obra amena de recreación y buenas costumbres, refleja para 1871 la realidad de ellas en el país: “La situación se mira harto crítica, tiene vedado el empleo civil y profesional (…) no se puede mover sin caer en las garras de una sociedad injusta que descuartiza su honra”.

Por más motivos que los muy divulgados, la mambisa se adelantó a su tiempo. Para Sarabia Hernández podría existir vínculo consciente entre los derechos solicitadospor la camagüeyana y el naciente movimiento feminista de las norteamericanas y francesas hacia 1848.

“Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin son célebres a nivel mundial, pero cuando Ana proclamó de forma pública la redención para el género, solo tenían 2 y 12 años de edad, respectivamente”, señaló Conde Rodríguez, tras referirse a la tendencia eurocentrista de establecer los valores de los centros de poder como modelos universales.

El Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba cuenta cómo prisionera en 1871, en Jobabo, ante la amenaza de ejecución si no le pedía a su cónyuge que se rindiera, dijo preferir ser la viuda de un hombre de honor a convertirse en la esposa de uno sin dignidad.

Desterrada, trabajó en New York como obrera en un taller, reseña el volumen biográfico. Pidió luego, junto a la patriota Emilia Casanova, al presidente de los Estados Unidos, Ulises Grant, el indulto de los estudiantes aún presos por los hechos del 27 de noviembre de 1871.

De acuerdo con Ana Camila González André, estudiante de primer año de Historia, de la Universidad de La Habana, la trayectoria de esta insurrecta, al igual que la de otras, no se aborda con profundidad.

Al respecto, el Máster Fabio Fernández Batista, profesor de Metodología de la Investigación Histórica II, en la carrera, sostiene que al no contarse con una reconstrucción investigativa que nutra a la docencia, se menciona incidentalmente proyectada en Guáimaro.

“Ha cobrado mayor visibilidad el mundo de las clases femíneas subalternas que el de las élites, cultura a la cual perteneció la independentista. Por eso, desde los pocos estudios de género realizados en el país, ella aparece prácticamente invisibilizada”, acotó.

“En Cuba queda mucho por hacer todavía para rebasar la equidad y alcanzar plena igualdad, como reclamó hace más de un siglo Ana Betancourt”, aseveró Osmaida Hernández Beleño, miembro del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.

Pie de foto: La camagüeyana, quien desafió a su tiempo al exigir que era la hora de renunciar al “rincón oscuro y tranquilo del hogar”, como desterrada trabajó también de obrera en el taller de un israelita en New York (Foto: http://www.pprincipe.cult.cu).

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de lead: Sumario de Cuándo.

Tipo de nota: Retrospectiva Explicativa.

Tema: Falta de estudio y desconocimiento de facetas de la vida de Ana Betancourt Agramonte, de quien no se habla más allá de una mención poco profundizadora y efímera en la Asamblea de Guáimaro.

Propósito: Reflejar que esta personalidad de nuestra historiografía ha quedado varada en el tiempo solo como la mujer que proclamó los derechos por primera vez de las féminas cubanas, hecho que tampoco se contextualiza.

Objetivos colaterales: Dar a conocer otros datos poco difundidos sobre esta figura. Demostrar las causas de por qué se conoce tan poco de ella. Mostrar que los reclamos por los que luchó aún hoy algunos están vigentes en Cuba. Exponer los motivos por los cuales, a pesar de demandar primero los derechos femeninos, Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin son célebres a nivel mundial. Manifestar cómo lo planteado por la Betancourt no se reflejó en ningún texto constitucional.

Situación problémica: Aunque se alude a Ana Betancourt incidentalmente en la historia –en el contexto de la Asamblea de Guáimaro– ha quedado encasillada en el momento histórico de su reclamo por la igualdad con relación al hombre, sin analizarse si quiera las causas que la llevaron a ello, ni otras facetas que contribuyeron a forjar el temple de la patriota en que se convirtió.

Estrategia de Fuentes:

Documentales:

Páginas Web:

http://www.pprincipe.cult.cu/ciudad-pasado/ana-betancourt-mora.htm

http://edicionesanteriores.trabajadores.cu/2004/diciembre/14/historia/ana_betancourt.htm

Libros:

La dignidad de la mujer. Obra amena de recreación y buenas costumbres, de Castor Hierro y Mármol. La Habana, 1871. Imprenta y librería de Andrés Pego Calle de la Muralla Num.61.

Ana Betancourt Agramonte, de Nydia Sarabia Hernández. Editorial Ciencias Sociales. La Habana, 1970.

Mujeres ejemplares, compilación por la Unión de Periodistas de Cuba. Editorial Orbe. La Habana, 1977.

Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera Parte (1510-1898) Tomo 1. Bibliografías. Ediciones Verde Olivo. La Habana, 2004.

Las luchas por la independencia nacional y las transformaciones espirituales (1868-1898), Instituto de Historia de Cuba. Editora Política. La Habana, 1996.

Activas:

Alicia Conde Rodríguez: investigadora auxiliar del Instituto de Historia de Cuba. Tipo de fuente: Especialista. Tipo de Juicio: De Valor y Analítico.

Nydia Sarabia Hernández: periodista y autora de la biografía de Ana Betancourt Agramonte. Tipo de fuente: Especialista. Tipo de Juicio: De Valor y Analítico.

Elda Cento Gómez: investigadora, profesora y vicepresidenta primera de la Unión de Historiadores de Cuba. Tipo de fuente: Especialista. Tipo de Juicio: De Valor y Analítico.

Ana Camila González André: estudiante de primer año de la carrera de Historia, de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana. Tipo de fuente: secundaria. Tipo de Juicio: De Valor.

Fabio Fernández Batista: Máster en Ciencias Históricas, profesor de Metodología de la Investigación Histórica II, de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana. Tipo de Fuente: Especialista. Tipo de Juicio: De Valor y Analítico.

Osmaida Hernández Beleño: miembro del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas. Tipo de fuente: Implicada. Tipo de Juicio: Lógico Sintético.

Soportes:

Hecho: No son abordadas las causas por las cuales Ana Betancourt demandó igualdad para ambos géneros, ni otras facetas de su vida igualmente relevantes.

Contexto: A 116 años de la muerte de la mambisa se ve hoy cómo existe un desconocimiento de su figura en toda su magnitud y solo se le hace mención incidental en el escenario de la Asamblea de Guáimaro.

Antecedentes: En la época en que ella vivió el patriarcado prevalecía como base de una sociedad cuyas mujeres se dedicaban solo al hogar e hijos, y no podían ocupar ningún empleo civil, ni cargos públicos, así como constituía un delito cultivarse a la par de los hombres. Ana Betancourt era una mujer culta, quien recibió una educación en concordancia con su origen acaudalado. Se casó con un hombre de su misma clase, pero de ideas patrióticas, que le enseñó idiomas y la trató en la vida de cónyuges como igual. Por otra parte, para aquel tiempo también se desarrollaba en Europa y Norteamérica un movimiento feminista encabezado por mujeres, al cual, según valoran algunos especialistas, no estaba ajena Ana.

Situaciones colaterales: En el desconocimiento de esta personalidad, pudiera incidir como situación colateral la poca importancia que se le atribuye a esta figura, tal vez por su condición femenina, de ahí que no se profundice en ella. Ello constituye un fenómeno muy frecuente, arraigado al modo en que se construye tradicionalmente la historia.

Causas: A la figura de Ana no se le da un tratamiento específico y se queda en la anécdota de su proyección en el contexto de la Asamblea de Guáimaro debido a la nula incorporación de la perspectiva de género en la historia y el hecho de no contarse con una reconstrucción investigativa rigurosa que nutra a la docencia. Ha cobrado mayor visibilidad el mundo de las clases femíneas subalternas que el de las élites, cultura a la cual perteneció la independentista.

ROBO NO, RESCATE

ROBO NO, RESCATE

Así afirmó José María García, protagonista del hecho que involucra los restos de  Antonio Guiteras y Carlos Aponte, asesinados en El Morrillo hace 82 años.

PATRICIA HERNÁNDEZ ACEVEDO,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

A 80 años de ser robados del Cementerio de Matanzas los restos de los combatientes revolucionarios Antonio Guiteras Holmes y Carlos Aponte, este peculiar pasaje de la historia de Cuba, es poco conocido y no se aborda en la mayoría de los textos históricos.

José María García, más conocido como El Viejo García, fue guardaespaldas de Guiteras y miembro de la dirección de la Joven Cuba desde su fundación. En 1937 robó los restos de su jefe y del venezolano Aponte, del lugar donde estaban enterrados desde 1935, El Morrillo, Matanzas, cuando fueron baleados por los hombres del entonces jefe de Ejército Fulgencio Batista, al intentar salir hacia México para desde allí organizar un movimiento que derrocara el régimen existente en la Isla.

Este hecho fue recogido por el periodista y hoy profesor de la Universidad de La Habana, Enrique Román, en su reportaje Doy a la Revolución a mis compañeros de 32 años, publicado por la revista Moncada en marzo de 1970. Según el escrito, un informe enviado al gobierno en 1968 indicaba que García guardaba los restos de ambos combatientes.

Ante tal denuncia, de inmediato comenzó la investigación. Se suponía que los restos aún descansaban en el Cementerio de Matanzas, ya que los osarios permanecían intactos. El Departamento de Seguridad del Estado, a cargo del caso, demostró la veracidad de la información y tras una larga búsqueda encontraron al Viejo, cuya única petición a cambio de devolverlos fue que se erigiera un monumento en honor a Guiteras.

Román explica que García aseguró haberse llevado los restos de Guiteras para “evitar toda especulación con la memoria del líder, o una posible profanación por sus asesinos y traidores”. Para él, la palabra no era robo, sino rescate.

Guiteras había significado mucho para el pueblo durante la Revolución de los años 30, por su posición en el Gobierno de los Cien Días, ya que representó el único momento de dirección revolucionaria en el país. Un hombre no solo de pensamiento, sino también de acción, pues se alzó en la Sierra e intentó bombardear el cuartel Moncada.

Al momento de morir, se dirigía a México con el propósito de preparar una insurrección armada y volver a Cuba para liberarla del régimen imperante. Esto, apoyado por el venezolano Carlos Aponte, ex coronel sandinista, que vivió durante mucho tiempo en la Isla, escapando de la represión desatada por las dictaduras en América Latina, según explicó el historiador René González Barrios al escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II, en el documental Los nuestros en TeleSUR.

En el documental, una vecina del Viejo cuenta a Paco Taibo que García había guardado los despojos de ambos en una caja de zinc galvanizada, separados, cubiertos por una bandera cubana y una venezolana. La caja permaneció muy bien escondida, tras una falsa pared en un pequeño cuarto abandonado de la casa que fuera su residencia en los años 30 del pasado siglo, cerca del barrio Pogolotti, en Marianao.

Actualmente, los restos de Guiteras y Aponte descansan en El Morrillo, desde el 8 de mayo de 1975. Allí también colocaron bustos en homenaje a ambos y una tarja en memoria de Guiteras, señaló Damarys Sánchez, trabajadora del lugar, ahora Monumento Nacional.

Curiosamente, en el Cementerio de Colón, en La Habana, un panteón tiene grabado el nombre de Guiteras, aunque realmente sus restos nunca estuvieron allí. De acuerdo con los registros del lugar, su tumba permanece como memorial en el cuartel N.O, Cuadro 12, Campo Común.

Esta historia no figura en la mayoría de los registros sobre la vida de Guiteras. Jorge Ibarra Vitar y Servando Valdés Sánchez, investigadores del Instituto de Historia, así como su vicepresidente Yoel Condovi Doñas, afirman que existe escasa información respecto al tema.

Según el historiador Valdés Sánchez, la única bibliografía que aborda el acontecimiento es el libro Antonio Guiteras, de José A. Tabares del Real, quien estuvo estrechamente vinculado con este suceso. Los libros de texto de historia destinados a la enseñanza regular no lo recogen.

Francisca López Civeiria, profesora de la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana, Premio Nacional de Historia y coautora del libro de texto de preuniversitario, lo atribuye a la falta de espacio y el apretado programa de estudios para la asignatura de Historia de Cuba.

Para el momento en que entregó los restos, García ya tenía ochenta y tantos años y yacía en una cama de hospital. Después de salir de la clínica Cira García, nunca más se supo de él. Pero como expresara Román en su reportaje, su singular devoción tuvo un final justo: “Guiteras y Aponte regresaban a la revolución por la que habían dado su vida”.

Pie de fotos: 1-Antonio Guiteras Holmes es para algunos historiadores la figura más relevante de la década del 30 del pasado siglo; 2-José María García, más conocido como El Viejo García, fue el hombre que robó-rescató los restos de Guiteras y Aponte.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de lead: Especial de Contraste.

Tipo de nota: Interpretativa retrospectiva explicativa.

Tema: Robo de los restos de Antonio Guiteras y Carlos Aponte por José María García.

Situación problémica: Desconocimiento y falta de documentación acerca del robo de los restos de Guiteras y Aponte.

Objetivo: Dar a conocer la historia del robo de los restos y demostrar la escasa documentación y conocimiento sobre el tema.

Hecho que lo sostiene: Historiadores del Instituto de Historia no tienen muchas referencias de este hecho. La única bibliografía que lo aborda es el libro Antonio Guiteras, de José A. Tabares del Real.

Contexto: Se cumplen 80 años de haber sido robados los restos.

Antecedentes: Estrecha relación entre el Viejo García y Antonio Guiteras durante la revolución del 30. Reportaje de Enrique Román donde se da a conocer la historia del robo de los restos.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Revista Moncada No.46 Año IV Marzo 1970.

Documental Los Nuestros en Telesur.

Registros del Cementerio de Colón.

Directas:

Enrique Román, periodista y profesor adjunto de la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana. Fuente testigo. Emite juicio valorativo.

Francisca López Civeiria, Doctora en Ciencias Históricas, Profesora de Historia de la Universidad de La Habana y Premio Nacional de Historia. Fuente especializada. Emite juicio analítico.

Damarys Sánchez, trabajadora del Morrillo. Fuente no implicada. Emite juicio valorativo.

Servando Valdés Sánchez y Jorge Ibarra Vitar, historiadores del Instituto de Historia. Fuentes especializadas. Emiten juicios lógicos.

Yoel Condovi Doñas, Doctor en Ciencias Históricas y vicepresidente del Instituto de Historia. Fuente especializada. Emite juicio lógico.

 

 

VICENTE GARCÍA: REIVINDICACIÓN

VICENTE GARCÍA: REIVINDICACIÓN

Figura debatida y controvertida de la historia cubana, Vicente García González ha sido durante más de 100 años una leyenda viva de heroísmo en su región natal, Las Tunas.

CLAUDIA ISABEL GUILLÉN ESCALONA,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Foto: Archivo Nacional de Cuba.

Al cumplirse en 2018, el aniversario 185 del natalicio de Vicente García González, el mambí ha trascendido a la Historia como regionalista y radical, sin embargo, han sido olvidadas sus cualidades de estratega militar y figura representativa de la Guerra de los Diez Años.

“El patriota insigne de la provincia Las Tunas fue uno de los iniciadores de la guerra que comenzó el 10 de octubre de 1868 y de los principales conspiradores de la misma, incluso la reunión del 4 de agosto de 1868, donde se seleccionaría el día del alzamiento, fue en dicha zona oriental”, aseveró Edelberto Leiva Lajara, Profesor Titular del Departamento de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana.

A Vicente García suele mencionársele por las sediciones de Santa Rita y de Lagunas de Varona. Acerca del  tema, el profesor Leiva reconoce que estas son las acciones  estudiadas  por la repercusión que tienen luego en el fracaso de la guerra y cuyas causas se le atribuyen al Mayor General.

Es importante tener en cuenta, agrega, que la sedición de Lagunas de Varona pedía medidas drásticas como es el caso de la deposición de Salvador Cisneros, que trajo consecuencias desfavorables para el desarrollo de la invasión a Occidente que protagonizaba el general Máximo Gómez. La de Santa Rita fue una total insubordinación de las tropas tuneras contra el gobierno, lideradas por Vicente García.

En el libro Las Tunas, apuntes para su historia colonial, Víctor Manuel Marrero Zaldívar, historiador del balcón del Oriente cubano,  plantea que “las sediciones se ven solo como un fallo, pero hay que tener en cuenta que algunos de sus planteamientos no eran del todo errados y que el contexto es quien hace de esos planteamientos un error”.

Rolando Rodríguez García, profesor de Historia de Cuba de la casa de altos estudios Don Fernando Ortiz, expone que las sediciones no tienen justificación porque “la sedición se castiga en tiempos de guerra con la muerte. Él fue un sedicioso, sin atenuantes. Lo fue dos veces. Lo que hizo iba contra la Constitución de Guáimaro. Estoy con Maceo, nunca podré ver nada positivo en alguien que viene a besar a mi madre, amenazándome con un revolver en la mano”.

Las cartas de Tomás Estrada Palma, en ese entonces simpatizante con la causa de la liberación de Cuba, del año 1876, evidencian su petición al gobierno de Las Villas para designar a Vicente García como jefe militar de esa zona. En las epístolas, Estrada Palma resalta, además, las cualidades de estratega militar del general tunero.

“Es bueno reconocer que el general español Federico Esponda lo bautizó como el "León de Santa Rita", al fracasar el ataque combinado de tres fuertes columnas españolas contra su campamento en esa zona. También, que era un hombre temido y respetado por sus enemigos”, afirmó Leiva.

Según Marrero Zaldívar, los historiadores han prestado mayor atención a los hechos atendiendo a la participación de las grandes figuras y en ocasiones se olvidan que otros tuvieron una mayor repercusión por la participación de las masas y lo consideran como graves actos impulsados por una personalidad negativa.

No es conocido Vicente García como Presidente de la República de Cuba en Armas durante el periodo de 1877 a 1878. El “León de Santa Rita” tuvo una actitud muy firme ante el Pacto del Zanjón, reuniéndose con Arsenio Martínez Campos, algunos días antes que Antonio Maceo, del que quedan cartas conservadas en el Archivo Nacional, las cuales envió Salvador Cisneros Betancourt, agregó el historiador Víctor Manuel Marrero.

Armando Hart Dávalos en el discurso por el centenario de la Toma de Las Tunas el 23 de septiembre de 1976, pronunció las siguientes palabras: “Admiramos a Vicente García no solo por sus méritos militares. Lo admiramos, especialmente, porque fue un hombre que surgió de las entrañas de nuestro pueblo y que, no obstante su posición social, murió pobre y unido a la gran causa de los humildes de su tierra. Él murió unido a la causa de los pobres de Cuba, la causa de la independencia de la Patria y de la abolición de la esclavitud”.

Pie de foto: Su participación en la Guerra de los Diez Años lo hizo merecedor de los grados de Mayor General del Ejército Libertador.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.

Tipo de lead: Especial de Contraste.

Tema: La reivindicación de la figura de Vicente García.

Propósito: Demostrar que no puede ser solo estudiada la figura de Vicente García González cómo un regionalista y radical.

Objetivos colaterales: Ofrecer al lector algunos datos de la vida de Vicente García como mambí y demostrar el poco conocimiento que se tiene sobre él.

Situación problémica: Cómo ha quedado Vicente García en la Historia de Cuba y la valoración que las personas tienen de él al cumplirse el próximo año el aniversario 185 de su natalicio.

Estrategia de fuentes:

No documentales:

Edelberto Leiva Lajara, Profesor Titular de la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana. Especialista.

Víctor Manuel Marrero Zaldívar, Historiador de la provincia de Las Tunas. Especialista.

Rolando Rodríguez García, Profesor Titular de Historia de Cuba de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz. Especialista.

Documentales:

Libro: Las Tunas, apuntes para su historia colonial, de Víctor Manuel Marrero Zaldívar.

Cartas conservadas en el Archivo Nacional y en el Instituto de Historia de Cuba.

Discurso pronunciado por Armando Hart Dávalos en Las Tunas por el centenario de la toma de la ciudad.

Tipos de juicios:

Juicio analítico: En todo el texto. Se aprecia en el análisis del conflicto.

Juicios de valor: Declaraciones ofrecidas por Víctor Manuel Marrero Zaldívar y Edelberto Leiva Lajara.

Soportes:

Antecedentes: Su figura siempre ha sido conocida por las sediciones de Lagunas de Varona y de Santa Rita.

Hecho: Desconocimientos de las personas sobre otros sucesos en los que se destacó el mambí tunero.

 

 

UN HÉROE DESCONOCIDO

UN HÉROE DESCONOCIDO

Norberto González Roselló participó como educador en Angola y muy joven salvó a un niño en el incendio producido en el círculo infantil Le Van Than, en Marianao. Hoy es profesor de Historia en el pre-universitario Víctor Marante Prieto, del municipio Guanabacoa.

ARIEL ALEJANDRO NIÉVARES LUIS,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Foto: KARINA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ.

Los alumnos lo llaman Norbe, pero su nombre es Norberto González Roselló. A los 57 años, imparte clases de Historia en el Instituto Pre-universitario Víctor Marante Prieto, del municipio Guanabacoa. Su modestia lo ha hecho pasar al anonimato, aunque la vida del profe está llena de vivencias memorables.

El maestro, un hombre menudo de pequeña estatura, participó en hechos históricos como la guerra de Angola y el incendio del círculo infantil Le Van Than, en el municipio capitalino de Marianao.

“Al terminar el pre-universitario, estudié Pedagogía en el Instituto Superior Enrique José Varona, en Marianao, La Habana. Desde los 18 años la escuela se convirtió en mi primer hogar. El sueño de mi vida era entrar a las aulas y contribuir a la formación de las personas”.

Su pasión por la pedagogía, en especial por la asignatura de Historia, se puede percibir en cada una de las lecciones que imparte: “Hago todo lo posible porque el conocimiento, las vivencias y las experiencias personales que me han tocado vivir lleguen de forma directa a mis alumnos, pues el simple hecho de estudiar y aprenderte un tema, sin otra explicación, no resulta útil. Muchas veces las vivencias históricas valen más que el propio contenido que puedas recibir por un libro.

“Siento gran regocijo cuando camino por las calles y exalumnos me llaman, ¡profe, profe! Eso es lo mejor que puede pasarle a un maestro”.

Un hombre internacionalista

Con valentía y humanismo, a los 18 años, afrontó la decisión de partir hacia Angola como parte del Destacamento Pedagógico Internacionalista Ernesto Guevara, para ayudar a los habitantes de ese país que se encontraban en plena guerra. “Mi misión allí consistió en enseñar a los niños y adultos angolanos, que no habían alcanzado el nivel equivalente al de secundaria básica en Cuba. Ofrecía clases a los infantes por las mañanas y a los combatientes del Movimiento Popular de Liberación de Angola en las noches. Estuve durante dos años”, rememora.

-¿Participó en algún combate?

“No directamente, pero viví encuentros cercanos a los bombardeos. Nos encontrábamos en la provincia de Uíge, ubicada en la zona norte de Angola. Allí todo estaba relativamente tranquilo, aunque se produjo un ataque del ejército del Frente Nacional para la Liberación de Angola al del Movimiento Popular de Liberación de Angola. Los bazucasos y cohetazos pasaban por encima de la casa donde dormíamos, pero rápidamente las tropas cubanas nos brindaron protección y no permitieron nuestra participación en el combate. Ese resultó el único encuentro cercano a la guerra que vivimos.

“Teníamos preparación para la defensa circular. Al escuchar las explosiones nos colocamos en posición de combate, porque ya conocíamos de hechos similares ocurridos en las regiones del centro y el sur del país, realizados por la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA)”.

Su presencia en Angola durante dos años le dejó huellas en el corazón: “Me impactó mucho el hecho de levantarme a las 6 de la mañana, salir a dar clases a las 7:15 y ver esa cantidad de niños descalzos, vestidos con short y camisa y pasando un frío horrible; en una zona que está a más de 2 000 metros sobre el nivel del mar, allí se produce una neblina muy espesa a la que llaman Casimbo, el frío es totalmente seco, sin nada de aire.

“Además, debían recorrer varios kilómetros desde la casa hasta la escuela, en muchas ocasiones sin desayunar ni merendar, y solamente el almuerzo, con un signo de interrogación, que le esperara cuando retornaran a sus hogares. Había que esperarlos para entrar al aula, cerrar las ventanas y verlos temblar sin poder hacer nada, fue realmente duro. Esta situación hasta al más insensible le llega al corazón”.

Un héroe entre las llamas

A sus 21 años, el 8 de mayo de 1980 se convirtió en héroe para uno de los niños del círculo infantil Le Van Than, en Marianao, cuando el centro fue víctima de un sabotaje provocado por la contrarrevolución interna pagada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

“Estaba terminando la carrera de Pedagogía. Ese día, en el momento que salía a merendar junto a mis amigos, en las cafeterías que se encuentran fuera del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, escuché por comentarios de las personas que se quemaba el círculo Le Van Than. Monté en la que aquel entonces era la ruta 98, para enterarnos de lo que estaba pasando, pero al llegar allí, realmente noté que el incendio había alcanzado una magnitud muy grande.

“El edificio tenía aproximadamente seis o siete pisos y la matrícula rondaba los 570 pequeños. Se veían salir las llamas por las ventanas y, sin pensarlo dos veces, mis compañeros y yo entramos. Al llegar al tercer piso, vi en uno de los cubículos a una seño con alrededor de siete niños acurrucados, que tenían tres o cuatro años, como cuando una gallina abraza a sus pollitos.

“Sin perder un segundo, cargué en mis brazos a uno de ellos y subí a la ventana, entre las llamas de fuego, pero había que arriesgarse. En ese momento, un bombero me dice: “¡Espera un segundo!”, mientras acordonaba una soga que sostenía una pequeña canasta para poder bajar. “Aguanta al niño y súbete”. Me arrodillé en la canasta y bajamos poco a poco. Allí esperaban personas para llevar al niño hacia un lugar seguro.

“Cuando intenté regresar para continuar ayudando a los niños, los bomberos que custodiaban la puerta no me lo permitieron, porque el fuego había alcanzado una gran intensidad y las llamas dominaban el paso por las escaleras hacia los pisos superiores. Simplemente, lo único que pude hacer fue volver a la calle y colaborar con los que venían descendiendo todavía”.

-¿Qué sintió al ver la intensidad del fuego y saber que había niños adentro?

“En ese momento, lo único que pasó por mi mente era cómo podía salvar aquellos niños, costara lo que costara. No había otro hecho que me conllevara ni una idea de heroicidad, porque yo en ese entonces tenía una hija de la misma edad de los niños que estaban allí en peligro de muerte, dentro del edificio en llamas. En la cabeza tenía la idea de ir a la escuela de la niña a buscarla, abrazarla y darle un beso”.

Con historias como esta, aprendemos a dar valor a la vida, comprendiendo entonces las palabras del Che: “Vale millones, pero millones de veces más, una vida humana que todas las propiedades del hombre más rico de la Tierra”.

-¿Qué es la vida para usted?                                                            

Es una pregunta bastante difícil de contestar. Para mí, es el tránsito por un pedazo de la historia del país que tú vives, con virtudes y defectos, pero que siempre trato de aprovechar al máximo posible, fundamentalmente en lograr sentirme bien con lo que hago, en poder educar a mis hijos con los valores y conceptos que me inculcaron mis padres, o que adquirí en el desarrollo del proceso revolucionario que vivo. Por eso, creo que la vida es transitar lo mejor posible por la etapa que nos tocó vivir.

Pie de foto: Norberto González Roselló participó como maestro en la Guerra de Angola, en 1979.

Ficha técnica:

Objetivo central: Resaltar las vivencias de Norberto González Roselló en diferentes acontecimientos históricos y su amor por la Historia.

Objetivos colaterales: Conocer cómo transcurrieron determinados hechos históricos desde la visión personal del entrevistado y destacar la participación del pueblo cubano en estos acontecimientos.

Tipo de entrevista:

Por su estructura: Mixta.

Por el medio en que se obtuvo: Conversación directa.

Por las personas que intervienen: Individual.

Por su contenido: De personalidad.

Tipo de título: Genérico.

Tipo de entrada: De presentación.

Tipo de cuerpo: Mixto.

Tipo de preguntas: 1-¿Participó en algún combate? Directa y de exploración; 2-¿Qué sintió al ver la intensidad del fuego y saber que habían niños adentro? Abierta y directa; 3-¿Qué es la vida para usted? Abierta, directa y de opinión.

Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

EL AMOR EN TIEMPOS DE MOVILIZACIONES

EL AMOR EN TIEMPOS DE MOVILIZACIONES

Felipe Ramón Álvarez Rosa, como un soldado más de la patria, sacrificó importantes momentos de su vida por salvaguardar las conquistas de la naciente república socialista.

Texto y foto:

ARLETTE VASALLO GARCÍA,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Como todo proceso inicial, en Cuba se vivieron momentos convulsos a partir de enero de 1959, y porque prevaleció el amor a la patria y la efervescencia revolucionaria, hubo locos enamorados que dieron su “sí quiero” en medio de episodios tan tensos como el preludio de la invasión mercenaria por Playa Girón. Este fue el caso de Felipe Ramón Álvarez Rosa y su esposa, Lourdes González.

A finales de 1960 se produjo una movilización masiva motivada por el cambio de presidencia en los Estados Unidos que entonces la asumía Kennedy. Se conocía que Einsenhower, su predecesor, había creado las bases para realizar una invasión a Cuba, apoyada por la contrarrevolución interna y la asentada en Miami. Se sabía, también, que pretendía implementar esos planes en su nuevo gobierno.

En ese contexto tan delicado para la situación cubana, Lourdes y Felipe deciden el matrimonio: “Nosotros nos casamos el 28 de diciembre de 1960, en Camagüey. Íbamos para Cienfuegos a disfrutar nuestra luna de miel pero nos quedamos en un hotel de Santa Clara, ya había movilización.

“A la mañana siguiente de nuestra primera noche de casados, bajo de la habitación a eso de las 10-11 en busca de un lugar para desayunar y me encuentro con el Comandante Puertas, jefe del Regimiento de la provincia, lugar que había tomado el Che entre el 15 de diciembre de1958 y el primero de enero de 1959. Como en ese tiempo yo siempre andaba vestido de guardia porque no tenía más ropa, bueno me casé con uniforme militar…, me dice con tono de quien piensa que uno está en algo indebido:

-Sargento, ¿qué hace usted aquí?

-Yo estoy de luna de miel. Me acabo de casar ayer.

-¿Usted no sabe que hay una movilización, que el país está en pie de guerra?

-Yo no me he enterado de nada de eso, Comandante, porque yo estaba con la boda mía...

-Preséntese inmediatamente en el regimiento de Santa Clara.

-Pero, Comandante, mire, mi esposa está aquí, yo no la puedo dejar sola…

-Vaya al cuartel que yo le voy a dar un salvoconducto.

Eso fue lo que duró la luna de miel.”

Después de estar movilizado un tiempo en el Regimiento Leoncio Vidal, de Santa Clara, se produce el bombardeo a los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el aeródromo Antonio Maceo, de Santiago de Cuba.

Entonces, Felipe se vuelve a presentar en el cuartel de su provincia, Camagüey, como había participado en el Ejército Rebelde en la Columna 11 Cándido González, al mando del capitán Jaime Vega y alcanzado los grados de sargento, lo nombraron jefe del batallón 418, perteneciente a la Milicias Nacionales Revolucionarias y lo concentran en un lugar llamado Ala Cívica.

“Yo me movilicé después del bombardeo y de la primera declaración de Fidel. A pesar de todo, mi esposa lo entendía, vivíamos tiempos difíciles y todo paso al frente era poco a la hora de defender lo alcanzado por el nuevo gobierno.

“En ese campamento se movilizaron alrededor de 5 000 milicianos, no tenía condiciones de espacio ni de logística para esa cantidad de gente. El primer día comimos pan con guayaba y escasamente había agua. Pero la gente no pedía comida, sino armamento, y yo pedía poder terminar con mi luna de miel.”

“Finalmente llegaron las armas: fusiles y ametralladoras checas. Se respiraba un ambiente de fervor combativo, aunque algunas personas se rajaron ante la amenaza de una invasión norteamericana.

“Cada batallón tenía cuatro compañías. Estas tenían un total aproximado de 100 hombres. La jefatura escogía a un compañero por cada una, para darle una preparación en menos de 24 horas acerca del armamento que le iban a facilitar a esa compañía. Y este regresaba para su grupo con la caja de armas, con grasa todavía, a entrenar a la gente.

“Luego de las preparaciones combativas salimos del campamento, del centro de Camagüey hasta un lugar que se llama La Vallita. Yo al frente de mi batallón. Allí volví a ver a mi esposa en un encuentro fugaz, nos abrazamos, nos besamos, nos dijimos cuanto nos queríamos y que pronto volveríamos a estar juntos.

“Pero el batallón debía continuar, caminamos hasta la costa norte, 60 kilómetros, con todos los hierros arriba. Había personas que tenían un poco más de entrenamiento que otras. En mi compañía había destacados atletas, peloteros de la serie nacional del equipo Camagüey y también como cuatro luchadores, pero fueron los que más flojos se portaron porque se le engarrotaban los músculos”.

Al cuidado de Camagüey estuvo el batallón hasta que después de las 72 horas se hiciera oficial la derrota de la invasión mercenaria por Playa Girón, el 19 de abril de 1961. Pero para Felipe constituyó un alivio mayor el hecho de volver a reunirse con su familia y, sobre todo, con su amada esposa, Lourdes. Hoy se siente feliz porque el matrimonio ha llegado a los 56 años y ha pasado la prueba de ser consumado en tiempos de movilizaciones.

Pie de foto: Felipe Ramón Álvarez Rosa se alzó en 1958 en la Sierra de Cubita, provincia de Camagüey, y luego del triunfo revolucionario formó parte de las Brigadas de Trabajo del Ejército Rebelde.

Ficha técnica:

Objetivo central: Revivir un suceso que forma parte de la defensa histórica del país, necesidad que se mantiene vigente.

Objetivos colaterales: Mediante el testimonio del entrevistado reflejar una experiencia que muestra un determinado contexto histórico y las emociones y sentimientos que tenían las personas en él, desde un punto de vista humano

Tipo de entrevista: Retrospectiva.

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: De citas.

Por su contenido: Retrospectiva.

Por el canal que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de título: Alusión a frase literaria.

Tipo de entrada: Directa o de presentación.

Tipo de cuerpo: De citas.

Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado

Tipo de fuentes: Directa: Felipe Ramón Álvarez Rosa.

“LA HISTORIA VERDADERA ES ESTA”

“LA HISTORIA VERDADERA ES ESTA”

Bárbara, la hija de Juan Román Borges, abre la puertas de su casa para contar, por primera vez, la historia del veterano de la  Guerra del 95.

Foto y texto:

THALÍA ROSA ALFONSO GÓMEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.             

Llegué temprano. Es una casita de campo muy común. Supuse que la encontraría sentada y mirando por la ventana. Me abre la nieta con una sonrisa, mientras que una voz que viene del fondo de la casa grita: “¿Es la periodista? Pasa, mi vida, sin pena.”

De repente, me vi en un patio muy bien cuidado y, en el fondo, divisé una viejecita menuda. A sus 84 años no ha dejado de atender sus animales  y mucho menos de velar porque el jardín sea el más limpio del Aromal, el barrio cienfueguero donde vive: “Esto me mantiene fuerte. Pipo estuvo trabajando el campo hasta las últimas y no le pasó ná. Yo me voy a morir como él, de vieja.”

Juan Román Borges nació en Yaguaramas, Cienfuegos, el 24 de junio de 1875, y se vinculó a la contienda de 1895 cuando ésta recién empezaba. “Tenía sangre de hormiga brava, su padre había muerto en la guerra grande y mi abuela se fue para la manigua a curar heridos. Ella era de armas tomar y le decía a sus hijos que no quería ralladillos en su familia, así que él se fue con mis tíos para el monte y luchó bajo las  órdenes del General Serafín Sánchez Valdivia”, evoca.

-Hay rumores de que recibió algún tipo de protección religiosa. ¿Cierto o falso?

“Cuando ellos se fueron para la guerra a él no lo querían llevar, pero Tá Faustino, un viejo haitiano que vivía por los alrededores del arroyo Turbina,  les dijo que lo único que él quería era que, ya finalizada la contienda, le hicieran un alumbrado a Oggún. Eso es lo que yo sé, si le hicieron brujería o no, estoy ajena, pues el viejo no tocaba esos temas: él lo respetaba todo, pero no creía en nada.”

Era el explorador de la tropa. Una de las estrategias más usadas por los mambises era guiar al enemigo a un campo de caña o pantano, donde los estaban esperando. El joven Román era el cebo y, no pocas veces, estuvo a punto de perder la vida: “Su recuerdo más fiel de esos trotes fue la inmovilidad de los últimos tres dedos del pie derecho.”

Tuvo el honor de pelear con Máximo Gómez y Antonio Maceo, de hecho, una de sus anécdotas favoritas era con este último. “Me contaba que cierta vez se disponían a tomar un fuerte de la región oriental, durante la invasión a Occidente, el Titán dijo que necesitaba 50 voluntarios y el viejo se ofreció. ¡Muchacha, los tiró páʼ arriba del  fuerte! Al final, lo cogieron, pero no fue nada agradable”, rememora.

-¿Recuerda alguna anécdota en especial?

“Sí, la de por las noches. Me contaba cómo  Antonio Maceo se ganó el sobrenombre de El Gañán del Potrero, por la rudeza que mostró al vengar  la muerte de su comadre Margarita. Contaba papi que esa  señora murió en un ingenio de la región oriental,  azotada en el tronco por un mayoral. El mulato, que era enemigo de las injusticias,  levanto su machete y juró que ese hecho no quedaría impune. Cuatro años más tarde, allá por 1876, entraría con su tropa por los potreros del ingenio y, al grito de “Margarita, ya es hora”, arrasó con  todo; le dieron candela al sembrado de caña y liberaron a los esclavos.”

Llegó hasta Coliseo, Matanzas, como parte de la Campaña de Occidente y allí operó hasta el final de la lucha. Entonces, le dieron la medalla de los veteranos, una paga de 75 pesos, un gallo, seis gallinas y unos cuantos  metros de tierra en la barriada Rosalía, del poblado Constancia, en su Cienfuegos natal.

“Nunca estuvo de acuerdo con los gobiernos posteriores y menos con la Enmienda Platt. Era una traición a todo por lo que había luchado, a los próceres de la independencia. Soñó con algún levantamiento o protesta, tenía el machete listo siempre, pero al ver la tranquilidad colectiva se decepcionó mucho. Empezó a rechazar hasta los escritos de política y se dedicó al trabajo en el campo.”

-Y como padre, ¿era cariñoso?

“Imagínese usted. Yo era su niña linda. Me quedé sola con él a los 11 años, pues mi mama murió durante el parto de mi hermano menor, y tuve que dejar de estudiar para hacerme cargo de mis cuatro hermanos y de mi papá. El pobre, trabajaba mucho para darnos de comer. Sembraba cañas, viandas y, además, criaba gallinas y puercos.  A veces comíamos harina o boniato. Pasamos mucho trabajo, pero no hambre”.

Sus últimos años fueron tranquilos. Se sentaba durante horas frente a la  ventana de la casa,  en compañía  de su perrito Willy, a ver la vida pasar. De vez en cuando lo visitaban los veteranos que aún estaban vivos: “Venían Severino Fornaris, el mayor Flores y el capitán Nicolás, de Abreus; ellos lo armaban todo. Hacían una caldosa al final del patio y se daban unos tragos, ahí estaban desde por la mañana hasta por la noche hablando de lo mismo, de cómo mandaron las armas de un tipo y las municiones de otro durante la Guerra Chiquita, de las incidencias de la vida en campaña y, por mucho que sumaban o restaban, siempre la cuenta daba traición; entonces se indignaban otra vez.”

Su quehacer preferido era limpiar el machete, hasta que este desapareció: “Aquí  vino una compañera con aire patriótico y le hizo un cuento sobre una exposición en un museo. La mujer se  llevó el sable y luego se fue del país; no pudimos recuperarlo. El sombrero se lo di a mi hermano que se encaprichó. Su carné de veterano lo doné al museo de Abreus, por lo menos allí la gente lo ve. Solo me quedé con una guayabera, de hecho, ahora me hubiese gustado llevarla a Sancti Spíritus, pero como la situación luego se puso mala, me hice una camisita.”

-Siempre dijo que no quería que lo vieran morir, ¿es eso cierto?

“¡Hombre!, y lo cumplió. A él lo atacó una úlcera en el estómago y no estuvo ingresado ni 15 días, murió el 17 de febrero del 1970, el día del cumpleaños de Silvino, su primer hijo. Recuerdo que ese día yo estaba enferma, con el vira-vira, un catarro malo que al que le caía, se moría, y Candelario estaba con él en el hospital. No queríamos dejarle solo un segundo porque ya tenía 95 años. Papi abrió los ojos y le dijo al Nene: “Mijo, vete un rato al pasillo para que cojas aire que llevas aquí mucho tiempo”, a pesar de que Cande le dijo que no, él insistió, entonces mi hermano aprovechó para buscar agua en el pasillo y, cuando regresó, ya el viejo estaba muerto. Lo velamos en la casa, recuerdo que Nicolás vino al velorio.”

-¿La Historia de Cuba que se enseña ahora es como usted la recuerda?

“Me está metiendo en la pata de los caballos -sonríe-. ¿Ha leído usted la historia de Maceo? Creo que no, pues hace mucho que no veo ese libro, no sé si estará en alguna biblioteca.”

Se puso en pie y, para mi sorpresa, recitó de memoria el párrafo inicial: “Descúbrete, oh reverente patriota cubano que abres este libro, ante el nombre glorioso del Titán de Bronce. Seremos imitadores, pero nunca superado el patriotismo. Maceo será admirado en el panteón de la patria donde reposan hombres inmortales como Céspedes, Martí y Flor Crombet”.

“Ahora se  dice que fueron patriotas, que pelearon, pero la juventud no lo siente igual. El sentido de pertenencia ha desaparecido por completo. Yo, de niña, leía los libros de Historia y eran muy distintos a los de ahora..., la historia verdadera, es esta.”

Pie de foto: “Esto me mantiene fuerte. Pipo estuvo trabajando el campo hasta las últimas y no le pasó ná. Yo me voy a morir de vieja", afirma Bárbara.

Ficha técnica:

Objetivo general: Conocer sobre la vida del veterano Juan Román Borges.

Objetivo colateral: Recopilar nuevas anécdotas de la Guerra de Independencia.

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: Mixta.

Por su contenido: De retrato o personalidad, biográfica.

Por el canal que se obtuvo: Directa (cara a cara).

Tipo de título: De cita textual.

Tipo de entrada: Anecdótica.

Tipo de cuerpo: Mixto

Tipos de preguntas declaradas: 1-¿Hay rumores de que recibió algún tipo de protección religiosa. ¿Cierto o falso? Cerrada; 2-¿Recuerda alguna anécdota en especial? Abierta; 3-Y como padre, ¿era cariñoso? Abierta; 4-Siempre dijo que no quería que lo vieran morir, ¿es eso cierto? Cerrada; 5-¿La Historia de Cuba que se enseña ahora es como usted la recuerda? Cerrada.

Tipo de cierre: De opinión del entrevistado.

MALO POR BUENA CAUSA

MALO POR BUENA CAUSA

Luego de ser considerado durante más de un siglo como traidor de la causa independentista, el poeta Juan Clemente Zenea y Fornaris es reivindicado por el historiador Raúl Rodríguez La O.

EDUARDO ANTONIO GRENIER RODRÍGUEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana

Fotos: Tomadas de Ecured.

La historia, que permite descubrir nuestras raíces y comprender el presente, en muchas ocasiones  es ingrata con sus protagonistas. No pocos tienen méritos para trascender por su heroicidad, sin embargo, las páginas se encaprichan en mancharlos o desconocerlos. Juan Clemente Zenea, poeta cubano, es ejemplo de ello.

“Durante muchos años se creyó que Zenea traicionó la causa independentista, yo creo que no fue así, sino que era un agente por cuenta propia que proveía a las filas mambisas de información sobre los españoles”, afirma Raúl Rodríguez La O, investigador de la Unión de Historiadores de Cuba.

Entre los aportes de Rodríguez La O a la Historia de Cuba se encuentran sus estudios sobre el fusilamiento de Amado Oscar Céspedes, en 1870, hijo del Padre de la Patria, los seis años de presidio de José Martí en las Canteras de San Lázaro, así como expedientes inéditos de numerosos patriotas de la talla de Calixto García, Guillermón Moncada, Quintín Bandera y Limbano Sánchez.

¿Agente o traidor?

“Zenea, primero que todo, fue un excelentísimo poeta. Además, estudió en la escuela de José de la Luz y Caballero, de donde salía la nata del patriotismo de entonces. Es decir, era una figura importante que durante más de cien años fue considerada un traidor a la causa independentista por su acercamiento con figuras del Ejército Español Pero el caso despertó siempre polémica y todavía hoy la estimula.

-¿Por qué polémica?

Porque aun cuando la historia  refleja que Zenea era un traidor, lo dicho anteriormente no se comprobó, nunca se dieron argumentos sólidos que lo demostraran. Además, la gran mayoría de la población cubana desconoce el caso.

-¿En su consideración, como se desarrolló el proceso de fusilamiento?                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       

Durante su destierro en Estados Unidos fue condenado a pena de muerte debido a campañas contra el gobierno español, pero gracias a la amnistía general en 1853 pudo regresar a La Habana.

Luego de entrevistarse con Carlos Manuel de Céspedes, Presidente de la República en Armas, lo sorprendió una columna enemiga, que lo detuvo a pesar del salvoconducto que le había entregado el embajador ibérico en el país norteño, ello demuestra que Zenea estaba en contra de los intereses del Ejército Español.

Es entonces que lo conducen a la Fortaleza de La Cabaña, donde permaneció durante ocho meses apresado y en estado de incomunicación, hasta su fusilamiento un día de 1871 que no precisa la historia.

-Usted niega las acusaciones de traición hechas a Zenea…

Opino que no era un traidor, sino un agente que intentó, por su propia cuenta, ganarse la confianza de los principales jefes españoles y luego ofrecer información a los mambises. Esta operación le costó la vida, pues no poseía ninguna experiencia en el tema.

-¿Cómo justifica esa teoría?

Llevo más de 30 años analizando cada bibliografía, interpretando cada hecho, tratando de desbrozar el enmarañado camino hacia la sentencia a Zenea.

Entre los aspectos que puedo resaltar está la apreciable opinión de José Martí, quien lo defendió en varias ocasiones. Además, es válido citar la confianza que depositó Céspedes en él, incluso encargándole llevar a su esposa Ana de Quesada a los Estados Unidos.

Cuando fue capturado tuvo la oportunidad de delatar el lugar donde se encontraba la jefatura mambisa en la manigua, sin embargo, no lo hizo.

Investigaciones sobre el fusilamiento de Zenea

Durante una beca que recibió en el año 1977, otorgada por la Sección de Intercambio Cultural del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de España, Rodríguez La O tuvo acceso, en el Archivo Nacional de Madrid, a valiosos documentos prácticamente desconocidos por especialistas de la materia. Hizo particular énfasis en el proceso de fusilamiento de Juan Clemente Zenea.

“Al regresar a Cuba, decidí poner los documentos en un lugar donde la población tuviera acceso a ellos. Por eso me incliné por la Casa de las Américas y le envié una carta a Haydée Santamaría, entonces presidenta de la institución, para realizar la donación. Ella me respondió con agradecimiento -muestra con orgullo una copia de su intercambio epistolar con la heroína cubana- y en ese mismo lugar le hice personalmente la entrega.

“Posteriormente, me dediqué a intentar traer a la mayor cantidad de personas posibles para que leyeran y analizaran el documento. Como cubano e investigador sentía mucho que, a más de un siglo, estos hechos no estuvieran completamente esclarecidos. Logré que importantes figuras se interesaran por el caso, por ejemplo, Cintio Vitier, Fina García Marruz y César López, entre otros”.   

-¿Y compartían su opinión?

Sí, pensaban como yo, compartían la opinión de que Zenea fue un agente al servicio de los mambises. Yo siempre aclaro que para juzgar sobre el hecho hay que leer e interpretar cada bibliografía y luego arribar a conclusiones. Cintio se sumó a mi campaña por reivindicar la imagen del poeta.

Recuerdo que en la biblioteca José Antonio Echeverría, de la Casa de las Américas, Cintio impartió tres conferencias donde reunió a buena parte de la intelectualidad cubana para debatir sobre el tema. Durante las jornadas, la sala se llenaba. El escritor recalcó, sobre todo, la necesidad de rescatar la total validez del juicio de Martí sobre Zenea. Él decía que si se había ganado tener hospedaje en el corazón del Apóstol, también debía tenerlo en el de todos los cubanos.

-¿Fueron publicadas las conferencias?

Sí, posteriormente la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le propuso a Cintio publicar un libro con el contenido de ellas. Él aceptó, y de ahí nació Rescate de Zenea.

-Usted decía  que el caso está abierto a la interpretación de quien lo estudie. ¿Qué opinión le merece los que acusan a Zenea?

Yo siempre he dicho que hay que estudiar bien cada documento. Defiendo la inocencia de Zenea, como lo hizo Martí, como lo hicieron también Lezama Lima, Cintio Vitier y Fina García Marruz. Pero no quiere decir que no respete opiniones diferentes.

De hecho, en el 2012, la investigadora Mercedes García Rodríguez publicó en el libro “Con un ojo en Yara y otro en Madrid” su consideración al respecto, que inculpa a Zenea como traidor. Yo he tenido varias conversaciones con ella, en las que hemos intercambiado criterios, pero a pesar de no estar de acuerdo, respeto su interpretación.

-¿Cree que los medios han publicado suficientemente la investigación realizada por usted hace más de treinta años?

Al principio sí, salieron varios artículos. Pero ya ha quedado en el olvido. Esporádicamente se publica algo al respecto. Pienso que se podría hacer mucho más para llevar al pueblo la imagen real de Zenea. Yo trato de rescatar su imagen, exhorto a la población a que analice el caso. Pero mis esfuerzos son insuficientes.

Pie de fotos: 1-Juan Clemente Zenea, poeta cubano; 2-Raúl Rodríguez La O es a quien más se debe la reivindicación de la figura de Zenea. Este historiador ha publicado alrededor de treinta artículos sobre grandes próceres de la independencia cubana.

Ficha técnica:

Objetivo central: Abordar la investigación realizada por el historiador Raúl Rodríguez La O acerca del fusilamiento de Juan Clemente Zenea y Fornaris.

Objetivos colaterales: Suscitar en la población el interés en el estudio de hechos inéditos de la Historia de Cuba; Demostrar a través de opiniones especializadas que Zenea no fue un traidor.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: Mixta.

Por su contenido: Retrospectiva.

Por el canal que se obtuvo: Cara a cara con el entrevistado.

Tipo de título: Llamativo.

Tipo de entrada: De resumen o típica.

Tipo de cuerpo: Deforma mixta

Tipo de preguntas declaradas: 1-¿Por qué polémica? Abierta, Exploración; 2-¿En su consideración, como se desarrolló el proceso de fusilamiento? Abierta, Informativa; 3-Usted niega las acusaciones de traición hechas a Zenea… Cerrada, de opinión; 4-¿Cómo justifica esa teoría? Abierta, Directa; 5-¿Y compartían su opinión? Cerrada; 6-¿Fueron publicadas las conferencias? Informativa; 7-Usted decía que el caso está abierto a la interpretación de quien lo estudie. ¿Qué opinión le merece los que acusan a Zenea? Polémica, abierta, de opinión; 8-¿Cree que los medios han publicado suficientemente la investigación realizada por usted hace más de treinta años? De opinión, abierta.

Tipo de conclusión: De opinión del entrevistado.

Tipo de fuentes: Directa.

 

 

SOMAVILLA, UN LEGADO MUSICAL

SOMAVILLA, UN LEGADO MUSICAL

A 25 años de la desaparición física del Bebo, su trayectoria y personalidad son desconocidas por sus coterráneos, incluso quienes integran la vida artística.

MILENE MEDINA MARTÍNEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Su nombre es sinónimo de música”, así define el maestro Ildefonso Acosta, guitarrista matancero, al pianista, orquestador, compositor y arreglista por excelencia Rafael Somavilla Morejón. Sin embargo, a 25 años de su muerte en La Habana, el 20 de enero de1980, su obra y figura son ignoradas por trabajadores del Centro de la Música que lleva su nombre en la provincia yumurina, en la cual nació.

Ercilio Vento Canosa, Historiador de la Ciudad de Matanzas, afirma que este personaje era diverso en lo que hacía, pues lo mismo innovaba en el jazz que en el danzón: “Somavilla tuvo el honor de ser el primer cubano que dirigió una orquesta en el Festival de Sopot, en Polonia, donde también fungió como jurado y sus arreglos musicales fueron premiados en los festivales de Orfeo de Oro, en Bulgaria, y Dresde, en Alemania”.

Considera que músicos como él sólo nacen cada cien años, y la provincia ha sido privilegiada al ser cuna de grandes artistas como Miguel Faílde, Dámaso Pérez Prado, y el Bebo, como le decían cariñosamente, no queda atrás.

“Cuando se habla de la historia musical de Matanzas hay, incuestionablemente, que referirse a Somavilla. Su vida y obra quedan grabadas con una huella indeleble aún al paso del tiempo, ya que fue un intérprete integral, se dedicó tanto a la música popular como a la sinfónica, a lo que unió la enseñanza”, relata Yudaris Brito, musicóloga de Radio 26.

Los primeros pasos de Somavilla por la música fueron a los ocho años, cuando comenzó a recibir clases de piano y a los doce ingresó al Conservatorio Municipal de Matanzas. Luego, en 1939, ofreció su primer concierto en el que ejecutó “La danza de la hora”, de la ópera La Gioconda, del compositor italiano Amilcare Ponchielli.

Un muestreo aplicado a 23 músicos y cantantes del Centro de la Música que lleva su nombre, en el municipio yumurino, evidencia la ignorancia que existe con respecto a esta figura, a pesar de poseer en la institución una reseña biográfica de Somavilla.

Tal es el caso de Frady Alarcón, del cuarteto Piña Colada, quien reconoce su desconocimiento con respecto al personaje matancero: “Solo sé que fue un músico de nuestra provincia y que procedía de una familia de artistas, pero no conozco ni he escuchado un tema suyo”.

Sin embargo, no todos han olvidado a tan grande de la música, no solo de Matanzas sino también de Cuba. Ana Gabriela Verdecia, violinista, graduada de la Escuela Provincial de Arte de esta ciudad, manifiesta que es una vergüenza que los propios músicos e intérpretes desconozcan la figura de Somavilla, quien forma parte de la cultura citadina.

“Tema como In Memoriam, Réquiem y Suite en jazz, principalmente, deben estar presentes en cada músico matancero y más si eres trabajador de este centro que lleva su nombre”, resalta Verdecia.

El libro “Cronología del maestro Rafael Somavilla Morejón”, por Natacha Jiménez, plantea que en 1967 fue uno de los directores fundadores de la Orquesta Cubana de Música Moderna, dirigida por Armando Romeu, con la que estrenó, bajo su dirección, Réquiem. En esta pieza Somavilla, aunque era uno de los mejores arreglistas, se había mantenido usando elementos musicales convencionales y luego incorpora a la música popular cubana nuevas sonoridades.

Tahiry Suárez, directora del Centro de la Música de Matanzas, explica que es necesario destacar que fue uno de los directores fundadores de la Orquesta Cubana de Música Moderna: “En su honor, en nuestra provincia se celebra desde hace años un concurso de interpretación musical que lleva su nombre”.

“Somavilla Morejón, un arreglista por excelencia”, artículo del periodista Sergio López publicado en el periódico Girón, en Matanzas, el 20 de enero de 2010 por el aniversario 20 de su muerte, hace alusión a su participación como jurado en el primer Concurso de Música Contemporánea Benny Moré, celebrado en el Teatro Sauto de la Ciudad de los Puentes, para el que escribe un poema sinfónico basado en las Altura de Simpson.

Liliet Junco, directora del septeto “Rumbenado”, manifiesta que lo que conoce de esta personalidad es gracias a su abuela, amante del danzón y del jazz, género en los que se destacó. “Creo que desde las escuelas, sobre todo las de arte, debería hacerse hincapié en figuras de la cultura local que han tenido una trayectoria admirable”, propone.

La ignorancia de los pueblo hace que se pierdan personalidades tan señaladas de la cultura como lo es Somavilla. “Resonarán aún en la ciudad los acordes de su música, junto a las de White, Faílde, Aniceto Díaz, Pérez Prado y otros tantos que han hecho trascender el nombre de Matanzas más allá de los límites de la Isla”, concluyó Brito.

Pie de foto: Rafael Somavilla fue uno de los directores fundadores de la Orquesta Cubana de Música Moderna.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: De cita directa.    
Tipo de nota: Retrospectiva-Explicativa.

Tema: La figura del músico matancero Rafael Somavilla Morejón.

Situación problémica: El desconocimiento de esta personalidad entre músicos y cantantes matanceros.

Objetivos colaterales: Rescatar la figura Rafael Somavilla Morejón. Acercar a músicos e intérpretes matanceros a la obra artísticas a de esta figura.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Jiménez, Natacha: “Cronología del maestro Rafel Somavilla Morejón”. Ediciones Matanzas, 1982.

López, Sergio: “Somavilla Morejón, un arreglista por excelencia”, artículo publicado en el periódico Girón, en Matanzas, 20 de enero de 2010.

Directas:

El maestro Ildefonso Acosta, guitarrista matancero. Fuete no implicada. Emite un juicio de valor.

Ercilio Vento Canosa, Historiador de Matanzas. Fuente especialista. Emite un juicio analítico.

Yudaris Brito, Musicóloga de Radio 26. Fuente especializada. Emite un juicio analítico.

Fardy Alarcón, cantante del cuarteto Piña Colada. Fuente implicada. Emite un juicio de valor.

Ana Gabriela Verdecia, violinista, graduada de la Escuela Provincial de Arte en Matanzas. Fuente implicada. Emite un juicio analítico.

Liliet Junco, directora del Septeto “Rumbeando”. Fuente implicada. Emite un juicio de valor.

Soportes:

Hecho: La ausencia de esta personalidad en la obra de nuevas generaciones de músicos matanceros.

Contexto: El aniversario 25 de la muerte de Rafael Somavilla.

Antecedente: La trayectoria de Rafael Somavilla Morejón como gran arreglista matancero.